28 diciembre, 2011

12 Reflexiones (in)necesarias para cerrar el año


Una vez más, es hora de caer en tópicos, de detenerse un rato, pensar, y a ver qué me sale: empezar diciendo que el año pasó volando, por ejemplo.

Dentro de tantos sinsabores, sin embargo no me puedo quejar. Este año he acudido a varias bodas, a pesar de que las fiestas no son lo mío, aunque tratándose de una boda nunca me aburro. Podría escribir toda una monografía sobre mi  “adicción” a ellas;  si algunos ociosos escriben solemnes tratados sobre la vida privada de las plantas o las bondades de la baba de caracol, por qué no iba hacerlo yo, sobre una de mis ociosidades más queridas. No quiero cansarlos, ni yo mismo lo entiendo, bastará con decir que en una boda todos parecen tan auténticamente contentos, que es imposible no contagiarse de ese espíritu. Eso sí, esto no aplica para el día que me case, de sólo saber que ese día todas las miradas se posarán en mí, se me pone la piel de gallina. Ajá, ya lo recordé, en un evento tal,  todos están pendientes de los novios y uno puede relajarse hasta el infinito, especialmente si se es varón: que mi traje coincida con el de otro, no me preocupa en lo absoluto, incluso puedo ni siquiera enterarme. No se puede decir lo mismo de las chicas que –instintivamente- se miran unas a otras para saber si no llevan el mismo vestido. La vida es simple en términos varoniles.

Una boda es el mejor pretexto para reunir a los viejos amigos y el principio para despedirnos de ellos. Es la dura verdad, a partir de que firman el contrato marital- inconscientemente o no- firman su sentencia, es el adiós a las armas del libre albedrío, dejan de ser incondicionales, ya no están para esas jornadas de diversión sin ataduras. El matrimonio es cosa seria, por algo se dice que ellos ya juegan en “ligas mayores”, la soltería no pasa de un juego de aficionados. Los pocos mohicanos que quedamos, bien que lo sabemos: es doloroso constatar que si no llevas un anillo en el anular, te ningunean sistemáticamente, porque no perteneces al bando. Si hasta en partidos de fútbol, los otrora inseparables amigos nos dividimos en casados y solteros. Es duro saber que, los que simplemente consultamos con la almohada nos estamos extinguiendo,  y los que consultan con la parienta pasan a ser legión. No me estoy quejando, simplemente asumo que son cosas de la vida. La vida es simple en términos de solteros.

El Barça ha tenido un año espléndido, quizás el mejor del último quinquenio. En todas partes se sabe de su superioridad aplastante, nadie lo discute, salvo algunos recalcitrantes en Madrid que se resisten ante la evidencia. Siempre he aplaudido el fútbol que roza la poesía, aun del bando enemigo, como aquel del mago Zidane. Pero ver que el equipo de tus amores hace del juego lo más parecido a la fantasía, es una satisfacción impagable y difícil de describir como seguramente sintieron lo mismo nuestros viejos, cuando cuentan que vieron jugar a Di Stéfano, Pelé o Cruyff. Si hasta los mismos brasileños en un documental de televisión dijeron recientemente: “Eu vi Barcelona jogar”. Es un privilegio inconmensurable ser testigo de todo esto en la plenitud de la vida. Ya se sabe, no es lo mismo repasar mil veces las imágenes guardadas que las imágenes vividas, aunque sea sólo una vez. 

No todo huele a champán en esta vida. Sí, me veo huérfano y desarmado en mi cruzada anticoelhiana, sus libros se propagan como la peste. No soy ningún dogmático, pero es que me jode el desayuno de los domingos, toparme en la sección cultural del periódico con su columnilla y sus dichosas parábolas de sabiduría oriental. Que mucha gente se conmueva con eso, es cuestión de marketing,  se lo perdono sólo a las quinceañeras, porque tienen la excusa de la edad. Admirador nato de la belleza como soy, me duele comprobar prejuicios sobre las beldades que pueblan alguna revista al preguntárseles sobre sus gustos literarios. No, no es manía personal, simplemente agradecería algo de higiene antes de tomarme el jugo de naranja o las tostadas. Si mucha gente le tiene fobia a las serpientes o arañas, yo le tengo aversión a profetas de bolsillo como Coelho. 

Y a pocos días de la llegada del nuevo año, es una de mis fatigas hablar sobre dónde estaremos en esos momentos. No me veo a mi mismo en un lujoso crucero por el Caribe, ni aunque bien acompañado,  de sólo pensar en la mierda acumulada de dos mil personas en mitad del océano, a ver si tiene algo de romántico.  Tampoco me hallaría en la jungla de cristal de Nueva York, entre miles de desconocidos repartiendo abrazos por doquier. Lo mejor sería largarme a un sitio rural y montar mi carpa. Pero hay que rendirse, la costumbre es ley, habrá que recibir el nuevo año en un sitio pequeño y entre conocidos. Los amigos son los amigos, de eso es imposible zafarse, gracias a Dios.

22 diciembre, 2011

6 La superstición en tiempos de Internet

Antes la televisión amanecía con música folclórica, era siempre evocador contemplar los paisajes de la geografía nacional. Prenderla, constituía un ritual para terminar de despertarse y acostumbrar los ojos de nuevo a la luz. Era empezar bien el día,  como algunos le llaman. Hoy,  ya nada de eso: Las hermandades cubanas, los pastores brasileños,  los astrólogos de la baraja española o chamanes especialistas en lectura de hojas de coca, se han apoderado del espectro televisivo. “Pare de sufrir”, le llaman a uno de estos engendros para arrastrar dócilmente a la gente. Como si no fuera suficiente sufrir su verborrea infinita, cada día se pueden ver testimonios de curaciones milagrosas contra el cáncer o la sanación de paralíticos.
No es sólo gente humilde o de escasa educación la que asiste a esas sesiones, sino también personas instruidas de clase media. La curación está garantizada con solo invocar el nombre de dios hasta el paroxismo o tocar un manto rojo gigantesco que se dice sagrado.  Ojo, que el milagro puede revertirse si no se deposita el diezmo correspondiente. Y la gente cae en la trampa, muy a gusto.
En estos tiempos de vertiginoso avance tecnológico, cuando se ha democratizado bastante el acceso al conocimiento, a pesar de tanta información al alcance de la mano,  resulta paradójico que la ignorancia y la superstición crezcan a la misma velocidad que la ciencia. Basta con revisar los numerosos anuncios de los diarios locales, que compiten codo a codo con la publicidad de “servicios de compañía”,  justo donde el morbo encuentra sitio, leemos titulares hilarantes como “astróloga, especialista en amarres, hace volver al amado por muy lejos que se encuentre, trabajo garantizado”. Y el negocio es muy rentable desde que el futuro es una necesidad imperiosa, sabe Dios desde cuándo. Ya no basta la medicina para el cuerpo, ahora podemos visitar el “consultorio” de la Doctora Corazón, para que nos garantice salud, dinero y amor para toda la vida. Y mira que hay que reservar cita como en los consultorios médicos, si hasta programas de televisión tienen. Que se sepa, el tiempo en televisión,  barato no es.
Por otro lado, resulta preocupante la multiplicación de sectas cristianas cual panes y peces. Los barrios periféricos de las ciudades y las áreas rurales, son el caldo de cultivo idóneo para el nacimiento de grupos fundamentalistas de la biblia, cuyos pastores, invocan el tema del pecado y el temor apocalíptico para sacar provecho, a esto sumémosle la ignorancia y ya tenemos la doctrina perfecta. A bautizar a los díscolos y pecadores para sumarlos a la grey, es su propósito. Los jehovitas, siempre resistidos, a su lado son mansos corderos.
La gente tiene el derecho de joderse la vida como mejor le parezca, siempre ha sido uno de mis lemas de cabecera. Si el invocar a los espíritus  y dejarse vaciarse los bolsillos en nombre de la fe no afecta a los demás parroquianos, es problema de cada uno. Si el culto se hace a puertas cerradas, no tengo nada en contra de ello. Pero cuando está en juego la vida de niños o jóvenes, no podemos encogernos de hombros simplemente.
Hace un par de días, se presentó un caso de supuesto exorcismo y que se cobró una víctima, una joven de 18 años. Involucrados un pastor evangélico y la hermana mayor de la muchacha, quienes efectuaron el rito del bautismo para curarla del demonio, según sus palabras. Ni a los guionistas más retorcidos del cine, se les hubiera ocurrido detalles tan macabros,  como efectuar la operación a altas horas de la madrugada en una habitación que funcionaba como funeraria, propiedad del pastor. Los dos sospechosos,  procedieron a sumergir a la joven en una tina, una y otra vez hasta ahogarla, mientras oían música cristiana a alto volumen, según declaró el dueño de casa, que fue de lo único que se percató.
Al día de hoy, detenidos en celdas de la policía, los sospechosos no muestran ninguna señal de arrepentimiento o pesar, incluso la hermana de la infortunada, asume la responsabilidad material argumentando que el demonio actuó a través de ella y que no tiene la culpa del crimen. Nadie sabe que ocurrió, dice, sólo Dios. El supuesto pastor, inconmovible como un alma pura apoyó la declaración. Para alimentar el circo, la mujer detenida, se puso a vociferar y actuar como poseída frente a las cámaras. Es tanto el nivel de fanatismo, que la propia familia de la víctima, acepta resignada que todo fue obra del diablo, y que por lo tanto no van a presentar ninguna denuncia. Entre tanto, sólo las amigas de la pobre chica, incrédulas, parecen lamentar su muerte.

17 diciembre, 2011

3 El país de los bonos

No sé a quién se le habrá ocurrido combatir la pobreza repartiendo bonos como si de panes se tratara. Ya algún gobierno anterior se vanagloriaba del famoso “Bonosol”, destinado a las personas mayores de 65 años y que se obtenía supuestamente del rendimiento de los fondos de capitalización de las empresas estatales. Pasaron otras administraciones y el citado bono fue cambiando de denominación al calor de la imaginación de los burócratas y de la necesidad de generar rédito político. Llegó Evo Morales, un poco de maquillaje como hicieron los anteriores y ya tenemos la “Renta Dignidad”. 

Dentro de esas “profundas” reformas que el Proceso de Cambio se propuso llevar adelante, la administración de Morales empezó a repartir bonos a diestra y siniestra, con la urgente premisa de generar simpatía y lealtad de la gente, sobre todo de los sectores más populares, que al poco tiempo se acostumbraron al asistencialismo tan generoso del Gobierno. Al día de hoy, Morales se jacta de que la pobreza se redujo en un millón de personas. Contrariamente, la gente se pregunta dónde están esos afortunados recién salidos de la pobreza.

No hay mejor propaganda que bautizar las medidas coyunturales con nombres de héroes populares, ahí tenemos el bono “Juancito Pinto” que todos los niños conocen de sobra. Dicha medida pretende incrementar el interés por acudir a clases y reducir el absentismo escolar, pero los responsables jamás se preguntan por el estado calamitoso de las escuelas públicas.

Para calmar a los siempre combativos maestros, se les ha dotado de un “Bono pro-libros”, pero el regalo no viene sin trampa. Ellos están obligados a acudir a cursillos de actualización y otras medidas educativas como el socorrido proceso de descolonizaje cultural. Considerando lo mal pagados que están los profesores, nadie es tan tonto como destinar el dinero para comprar libros.

Para las madres se ha creado el bono “Juana Azurduy de Padilla” -una heroína de la Guerra de la Independencia-, que busca reducir los índices de mortalidad materno infantil, pero uno se pregunta si no sería más adecuado mejorar las atenciones de salud a las mujeres gestantes.

Todos aparentemente felices en el País de las Maravillas. Sin embargo se olvidaron del sector de los discapacitados, para ser puntuales aquellos que usan sillas de ruedas o carecen de algún miembro. Los ciegos tienen su bono específico. Pero los cojos e imposibilitados de andar,  a ojos del Gobierno no son un sector desfavorecido, tal como declaró una senadora oficialista (que es persona invidente, por cierto), “dotarles de un bono sería ir contra su dignidad” y que se buscarían medidas a largo plazo para paliar su desventajosa situación.  Tan lúcidos somos que, damos bonos a la gente joven y que puede desplazarse normalmente y los que no caminan no son dignos de consideración. 

A pesar de las penosas y lastimeras medidas de protesta de los discapacitados como el arrastrarse por las calles, o el iniciar una “marcha” en sus sillas de ruedas, el Gobierno no cede ante la presión creciente y entre tanto,  el tiempo transcurre entre discusiones bizantinas acerca del grado de discapacidad de los afectados. Como todos los sectores desfavorecidos, la mayoría de éstos no tienen empleo y sobreviven a duras penas. Para añadir más leña al fuego y suscitar la ira de los discapacitados, el Ejecutivo aprobó simultáneamente un bono para los edecanes y personal de seguridad de Palacio de Gobierno. Es que sólo la palabra “bono” ya genera malestar de los otros sectores sociales. 

Tan acostumbrados estamos a estas prácticas, especialmente en instituciones públicas, que el sólo anuncio de quitar el “bono de té” (en especie) como medida de ahorro, genera intenso debate y la consiguiente resistencia.

Cómo son las cosas, que la administración de Morales se queja de que no hay suficiente dinero para atender a estos sectores, pero sin embargo no hace mucho, antes de las Elecciones Judiciales, concedió un bono a los empleados públicos y hace pocos días aprobó en el nuevo Presupuesto General del Estado, la autorización para que se cubra el costo de los pasajes y viáticos de los representantes de las organizaciones sociales (todo el mundo sabe que son simpatizantes del partido oficialista) cuando realicen viajes al exterior. Claro, como si el resto de los bolivianos los hubiera elegido para representarnos.

12 diciembre, 2011

4 ¿Se ha convertido Evo Morales en un dios?



Esta imagen inicial, no es un montaje ni un invento mío,  se puede ver en el encabezado de la página web de la embajada boliviana en Colombia. Quizás no aparezca a la primera vez, prueben a actualizar la página hasta que den con la indicada. La figura representada es la de Wiracocha, el dios supremo de la cosmogonía andina y que ha sido esculpida en la Puerta del Sol (imagen derecha) emplazada en el sitio arqueológico de Tiahuanaco (La Paz). Comparando ambas imágenes, cualquiera podría llegar a la conclusión más simple: ¿el presidente Evo Morales es acaso la encarnación de Wiracocha?, de no ser así, ¿por qué el afán de mostrar la figura del gobernante junto a la deidad?
Para su segundo mandato, Morales fue entronado siguiendo el rito andino, a semejanza de los monarcas incaicos, con todo el simbolismo que implican las ruinas prehispánicas de Tiahuanaco. Cuentan los cronistas, que en tiempos del incario, el soberano viajaba en una litera adornada de oro y nadie podía acercársele. Un cronista de hoy, diría que la litera imperial ha sido reemplazada por un avión ejecutivo que costó algo más de 38 millones de dólares, y que ahora rivaliza con los “juguetitos” de otros gobernantes antiimperialistas, y cuyo costo de operación vale como el oro, 100 dólares el minuto de vuelo, nada menos. Haciendo un cálculo a  grosso modo de un viaje a Europa, que dura alrededor de 10 horas, llega a costar por lo menos 50.000 dólares y sólo de ida. Y considerando que nuestro presidente es un  consumado viajero,  lo mismo se atraviesa el país varias veces en el mismo día para inaugurar una cancha o apoyar a algún candidato de un municipio. Claro, como a los bolivianos nos sobra la plata. 
                                       Antes                                     Despues

Recordarán que, cuando Morales  en el primer viaje que hizo como flamante presidente a tierras españolas, se presentó ante los reyes de España ataviado con extrema sencillez y portando un vistoso jersey,  objeto de polémica y que fue interpretado como un gesto de desafío por muchos cortesanos españoles disfrazados de periodistas, que hasta el mismísimo José Saramago salió en defensa de Morales, afirmando que la polémica por la vestimenta se debía “a la soberbia estúpida de los pueblos civilizados”. ¿Se habrá enterado el escritor luso, que la moda del económico jersey duró lo que un sahumerio a la Pachamama? Ahora el mandatario viste trajes de diseño exclusivo que llegan a costar hasta 800 $us por conjunto, igual o más caros que los trajes occidentales. Esa vestimenta no la hace cualquier artesano mestizo de La Paz, que los hay muy buenos, sino una diseñadora muy chic y reconocida en mercados internacionales. La  alta investidura lo vale, dirán algunos, pero resulta que el presidente y sus cortesanos viajan por el mundo soltando su discurso de la sencillez, el ahorro público y otras perogrulladas. En el ínterin, un boliviano de a pie tiene que trabajar cuatro meses para ganar lo que cuesta un sólo traje del presidente.
Ni cortos ni perezosos, todos los cortesanos del nuevo imperio plurinacional que rige los destinos de Bolivia, pugnan por ensalzar la figura de Evo, el líder indiscutible, el supremo caudillo del cambio. Hace algún tiempo el vicepresidente García Linera declaró con la elocuencia que lo caracteriza que: donde nació Evo Morales es pueblo especial y sagrado. Ha sido ese cerro, esa agua, ese viento, esa lluvia, ese sol que ha formado a un líder de América, a un líder del mundo, a un líder de los pobres”  y que “sin Evo Morales, el pueblo indígena tendrá que esperar otros 100 años”. Por ahí dicen, que ya le salió competencia al santuario de la Virgen de Copacabana y hay quien alista su bolsa de coca para las duras jornadas de peregrinación al pueblo de Orinoca, la nueva Meca andina.
Para remarcar ese culto a la personalidad,  hace poco se compraron miles de computadoras portátiles para dotar a los maestros, y en un arranque de genialidad,  a los responsables del ministerio de Educación se les ocurrió estampar la efigie del presidente, con el argumento de que se quería evitar que los aparatos sean comercializados en el mercado negro. Las respuestas no se hicieron esperar, un dirigente del magisterio declaró: “Poner como sello o marca de fábrica la imagen del presidente Morales en las computadoras, como si fuese plata del señor Evo Morales, (como si él) nos estuviera otorgando esas computadoras; esas computadoras son dinero del pueblo boliviano, son parte de lo que se llama presupuesto para la educación. Aprovechando nuestra necesidad, el Presidente está poniendo su cara en las laptops, esto es una egolatría o mejor diríamos Evolatría total”.
Cuando el presidente paseaba su jersey sencillo, la gente lo sentía tan próximo, tan terrenal, tan involucrado con su causa. Pero al poco tiempo, rodeado de eunucos palaciegos, ya nadie podía acercársele, ni un infeliz que tuvo la osadía de protestar golpeando con la mano el vehículo donde Morales se trasladaba por las calles de una población, siendo detenido por “atentar contra la seguridad” del mandatario y pese a que el individuo pidió perdón de forma pública, fue llevado a juicio para sentar precedente. O de otra manera, ¿cómo se podría interpretar la frase; “habrá carretera quieran o no”?, pronunciada en ocasión del conflicto por la marcha de los  indígenas en defensa del TIPNIS y que posteriormente alcanzó repercusión internacional por la brutalidad con que fue intervenida.

06 diciembre, 2011

4 La liga profesional de la chacota


Dicen que el fútbol es un deporte de caballeros o debería serlo. Una y otra vez escuchamos que los partidos se ganan a fuerza de goles.  Tan simple como eso, qué podríamos esperar de la Liga Profesional de Bolivia,  cuyo directorio de lujo, se rompe el coco tan noblemente para idear campeonatos tan lúcidos y competitivos donde se premia la mediocridad, clasificando a dos tercios del total de equipos: Este último certamen clasificaron 8 de un total de 12, para que mediante llaves respectivas se eliminen sucesivamente. En otras partes del mundo se juega a la simple acumulación de puntos y al final se corona a quien tenga mayor puntaje.
Tan experimental como es el balompié doméstico, seguramente no quieren quedar a la zaga de la política boliviana y sus lecciones “históricas” y “ejemplificadoras” para el resto de los mortales. He aquí los rasgos de ese profesionalismo que tanto nos enorgullece:
El reciente choque entre Aurora y San José, es el tercer caso de violar el reglamento de competición en lo que va del año, que establece que obligatoriamente todos los equipos deben presentar 7 jugadores bolivianos de origen en cancha, pero una vez más se “olvidaron” de la norma. A pesar de que San José ganó en cancha, se da por hecho que Aurora se quedará con los tres puntos y además con una ventaja visitante de 3 goles a favor.  Los del conjunto santo, se dieron cuenta tarde del error, porque durante 7 minutos jugaron con 5 extranjeros y no pasó desapercibido para los comentaristas del juego. Como aurorista, a pesar de que mi equipo sale beneficiado, sin embargo mi ingenuidad y mi querencia por el fútbol puro me dicen que, no es la mejor manera de ganar, mucho más considerando que nuestro elenco es superior en juego al conjunto orureño, no se antojaba difícil revertir el 0 a 1 de visitante.
Para agravar la cuestión, hay un antecedente del mismo incidente hace pocos meses cuando se jugaba la fase de grupos. En aquella ocasión,  Aurora incurrió en el mismo fallo reglamentario justamente frente a los de San José, quienes no impugnaron porque no les afectaba, ya que ganaron el partido, en todo caso el equipo aurorista hubiera sido restado de tres puntos de su acumulado. Así las cosas, todo quedó en un aparente pacto de caballeros. Hoy los ingenuos de San José esperaban lo mismo, la devolución del favor, pero con tantos intereses en juego, la impugnación es un hecho y el fallo se dará el viernes venidero, nadie duda del veredicto. Ni cortos ni perezosos, los directivos de la Liga, se cuidaron de cubrirse las espaldas, no actúan si no es por denuncia de un equipo y además previo pago de 3.000 dólares, tan listos como son hasta para seguir mamando del fútbol boliviano.
Independientemente de lo anecdóticos o surrealistas que puedan ser estos hechos, como lo fue el domingo en canchas orureñas -donde ¡todo un cuerpo técnico, el delegado respectivo del equipo, los jugadores de la banca y para rematar ni el veedor ni la mesa de control se dieron cuenta! hasta que fue demasiado tarde-, sin embargo que se sigan repitiendo estas circunstancias de “profesionalismo” aparentemente no hacen mella en la dignidad de los caciques del fútbol: ¿No se supone que, los delegados, veedores y la mesa de control están para hacer su trabajo?¿para qué se les paga entonces? ¿para que vayan a mirar los partidos, como lo hacen los policías que se apostan de cara a la cancha?
Tan profesionales estamos, que yo me he convertido en un profesional de la indiferencia, hace cinco años que no piso un estadio, para aburrirme y encima pagar por estos espectáculos bochornosos hay que ser masoquista, para folclorismo deportivo están los campeonatos de aficionados.
Y no son hechos aislados, ni hago leña del árbol caído, no pocas veces nuestro fútbol tropieza con curiosidades como:  olvidar camisetas alternas cuando se juega de visitante, alinear jugadores con sobrepeso, equipos que llegan con minutos de retraso, y cómo no la falta de respeto a todos los aficionados que van temprano a buscar su sitio, cuando los partidos a menudo, no empiezan a la hora convenida.
Así estamos, a quién le importa el sentir de los hinchas, como en este caso el de los sufridos aficionados de San José, que tienen el prestigio bien merecido de ser la mejor hinchada de Bolivia, y que posee el poder enorme de arrastrar mucha gente,  allá donde vaya su equipo. No por nada dice su lema: “San José es Oruro, Oruro es San José”. Con estos antecedentes, hoy, los comentaristas se preguntan si mañana miércoles, el estadio se llenará en el encuentro de revancha. El partido es lo de menos, ¡si ya se ganó en mesa!

01 diciembre, 2011

8 De la importancia de nacer boliviano


www.mirabolivia.com
Ser boliviano puede significar que cuando te des una vuelta por el mundo, nadie te reconozca, especialmente al otro lado del charco. Ya lo dijo,  Sundance Kid una vez,  en ese western maravilloso “Dos hombres, un destino”: What's Bolivia?, a lo que respondió Butch Cassidy: Bolivia. That's a country, stupid! In Central or South America, one or the other.  Tristemente, al día de hoy, no ha variado esa percepción.
Que una y otra vez, los relatores deportivos de los países vecinos llamen a  nuestra Verde, la “Selección del Altiplano”.  Si hemos elegido el verde como nuestro color,  no será por casualidad. Las selvas y llanos representan dos tercios del territorio. Aun más, casi siempre el seleccionado está conformado abrumadoramente por jugadores nacidos en tierras bajas del oriente, será que el talento crece más rápido allí por el clima cálido como sus mujeres exuberantes, o es que acá, en el occidente, hemos guardado la pelota por unos cascabeles y botas de baile.
Ya me ha pasado alguna vez y a otros compatriotas también, que si visitábamos alguna discoteca extrajera, nos preguntaran tranquilamente: ¿boliviano? ¿oye tienes algo de coca o sabes dónde conseguirla?  O lo que es peor, no pocas veces, implica sufrir la humillación de ser apartado en la fila de un aeropuerto y ser revisado de pies a cabeza porque tu pasaporte automáticamente te señala como una “mula”.
Ser boliviano equivale a ser ninguneado en todas partes o que te enteres por ahí en la Red,  que algún ignorante ha nombrado a tu país como si fuera alguno del cuerno de África, tal como dijo un actor de Mad Men, acerca de su papel de padre americano: “Es muy fácil, soy un americano blanco. Todos nacimos con una cuchara de plata en la boca en este país. Tenemos mucha más suerte que aquellos que nacieron en Bolivia o en el oeste de África”. Es cierto, somos pobres, pero aquí nadie se muere de hambre, basta alargar la mano para coger una fruta. La naturaleza ha sido pródiga con nosotros, salvo la posibilidad de algún terremoto, ninguna otra amenaza seria nos acecha, mucho menos la hambruna o la sed. En muchos sitios la fruta se pudre porque no hay quien la coma, normal si somos tan pocos en un territorio tan grande. Serán las ventajas de vivir al centro del continente.
¿Usted sabe cómo hablamos los bolivianos? Para cualquier hispanohablante es fácil reconocer el acento argentino, el español, el mexicano, el colombiano o el chileno. No se preocupe, difícilmente lo logrará y no incurra en el error de juzgarnos según la cara. Somos tan distintos que según la región donde hayamos nacido, nuestro castellano tiene tres acentos bien definidos. Viviendo en España, me resultaba muy curioso que me confundieran con un mexicano y alguien también me dijo “para ser portugués hablas muy bien el castellano”.
Tan pocos e ignotos como somos, ningún artista o banda de calidad incuestionable pone sus ojos en nuestras ciudades. No hace mucho llegaron Los Skorpions  y fue el mayor suceso rockero en tierras bolivianas. No es lo mismo nacer en La Paz que en Lima o Santiago. Si algún personaje de la música o del cine viene por estas tierras, lo hace de incógnito creyendo que va al Tíbet o a la Cochinchina. Eso sí, siempre hay tiempo y dinero para faranduleros como Ricardo Arjona, los reguetoneros de moda o Shakira. 
Talentosos como hemos nacido para la política, siempre ha sido normal tener presidentes de toda laya; desde grandes idealistas como Sucre, moralistas y civilizadores como Linares, dictadores grotescos como Melgarejo, militares despiadados como García Meza, gringos disfrazados como Sánchez de Lozada o sindicalistas pintorescos como Evo Morales. En menos de doscientos años de independencia, hemos tenido dos veces más presidentes que los EEUU, y eso que ellos nos llevan 50 años más de vida independiente. Ya ven, siempre hemos hecho historia, sólo falta que nuestras mascotas se sientan con derechos a ocupar la silla presidencial. 
Lo bueno de nacer en este paraje olvidado del planeta, es saber que tal vez no hace falta conocer el resto del mundo. El mundo-salvo el mar-, se resume aquí, con la sempiterna impresión de que este sitio es el perdido Edén: ¿Cómo es posible que en menos de dos horas en automóvil,  se pueda bajar de las montañas nevadas a la selva lujuriante de cascadas, aroma a café y guayaba y quizá tropezarse con la mirada de un gallito de roca. ¿Quién dijo que éramos pobres? Este hermoso país,  posee entre otras cosas: el salar más grande del mundo, las mayores reservas de litio del mundo, el yacimiento de hierro más grande del continente, la segunda reserva de gas de la región, inmensos bosques de castaña, caucho y maderas preciosas, así como estaño, plata, wólfram y antimonio que siempre han sido el sostén de la economía boliviana. Tenemos hasta la fortuna de poseer una piedra semipreciosa sin par en el mundo, la bolivianita. Desgraciadamente, otra cosa es, que desde los tiempos de Bolívar, siempre nos hayan gobernado los ineptos y pillos de turno. Habría que mirar dentro de nosotros, ¿quién si no?

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