30 noviembre, 2012

4 El paraíso de la corrupción


Carlos Romero, ministro de Gobierno-APG
Qué jodido vivir en un país donde no somos campeones de nada. Ni siquiera en el campeonato mundial de corrupción. Un tiempo estuvimos a punto de rozar la gloria: “antes éramos subcampeones en corrupción, pero eso ahora ha cambiado” se jactaba en alguna ocasión nuestro presidente Morales. Como para creerle, al ver que había creado un ministerio específico para combatir a todos los corruptos, a ningún régimen anterior se le había ocurrido la revolucionaria idea de crear una especie de FBI financiero. Como para creerle al ver a su ministra dando conferencias de prensa acerca de sus logros. Manzanita verde como símbolo de combate a la podredumbre institucional. “Tolerancia cero a la corrupción”, uno de sus lemas resonantes. Propaganda, televisión y más propaganda. Para que el mensaje cale, hasta se mostró cómo se daba la bienvenida en el aeropuerto a los ex gobernantes acusados de robar al Estado, atrapados en otros países: enmanillados y custodiados por agentes encapuchados y fuertemente armados, que ni para delincuentes altamente peligrosos.  Cuánto celo, cuánta prolijidad, cuánto profesionalismo, por cortesía del Ministerio de Gobierno.

Así, mientras el Ministerio de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, dedica el tiempo a investigar hasta la marca de camisa de los alcaldes y gobernadores opositores, además de mostrarse especialmente ejemplar sancionando a  sus propios subalternos que incurren en trapicheos insignificantes, en contrapartida, curiosamente nunca le funciona el olfato para destapar negociados, robos y otros delitos a escala mayor. Cosas de la vida, las cloacas gigantes se destapan por sí solas o por circunstancias fortuitas: un crimen, un accidente de tránsito, rencillas internas o la torpeza de algún involucrado, alternativamente se han constituido en los detonantes. Tanta es la basura que sale a la superficie que salpica a mucha gente. Sin embargo, solo algunos se quedan marcados con el aroma pestilente, el resto se lava la cara y el traje, y a empezar de nuevo.

Estamos acostumbrados a vivir en la cultura de la picardía criolla. Apenas nos indigna que un funcionario prospere a costa de la función pública. Cuántas veces hemos escuchado  la frase “roba pero hace obras”. Llegar al poder, sea municipal o nacional, siempre ha sido la razón de ser para mucha gente. A meter mano al tesoro cuanto sea posible, de manera descarada o solapada con la adjudicación irregular  de obras. A labrar pequeñas fortunas sacando ventaja de una situación privilegiada. En tiempo record, porque el poder es pasajero; hay que aprovechar, que “el que no afana es un gil”, a ritmo de tango. Ellos lo saben desde los tiempos milenarios de la China imperial hasta el día de hoy.  La corrupción es transversal a las ideologías y revoluciones de toda índole. Que el Guerrero del Arcoíris nos haya prometido un nuevo amanecer y la protección de la Madre Tierra, no nos ha librado del azote de los oportunistas, ni con fumadas poderosas de sus chamanes.

Hace un par de días, el país fue sacudido por otro escándalo mayúsculo desde las entrañas del mismo gobierno. Otra vez en las barbas del Ministerio de Gobierno. Como en otra ocasión, en su seno funcionaba todo un clan de narcotráfico encabezado por el principal asesor antidrogas, detenido luego en Panamá. Esta vez fue por la denuncia de un empresario norteamericano preso en Santa Cruz por presunto enriquecimiento ilícito y nexos con el narcotráfico. El caso Ostreicher puso en evidencia toda una red de extorsionadores, al mando de dos abogados, representantes legales del mismo ministerio y, que gracias a un poder ilimitado hacían de las suyas, presionando a jueces y fiscales para dirimir sentencias a favor de algunos o arruinar a otros. Lo llamativo es que estos funcionarios ya operaban por lo menos desde hace cinco años atrás: cuatro ministros pasaron por la misma cartera y ninguno se enteró de los turbios negocios. La más terrible de las paradojas se produce cuando el organismo encargado de la seguridad interna del estado, no es capaz de descubrir ni a su propia carroña, a pesar de contar con innumerables agentes de “Inteligencia”.

A Jacob Ostreicher, detenido desde hace 18 meses en la cárcel de Palmasola, se le incautó maquinaria, fincas, ganado bovino, vehículos y producción de arroz. Desde el principio de su detención afirmaba que había sido víctima de una red de corrupción. No le creyeron y se pudría lentamente en su celda, afectando gravemente a su salud, que hasta el actor Sean Penn - aprovechando un viaje de visita  a su amigo Evo Morales- fue a entrevistarse con su compatriota en dicha cárcel. El mismo ministro de Gobierno se comprometió con Penn a efectuar un seguimiento personal del caso, de eso ya pasó más de seis meses. Otra publicación reciente afirma que la intervención del mismísimo FBI precipitó la caída de la red de extorsión y corrupción. 


Tan grande era el nido de ratas que resulta inexplicable que no se haya intervenido antes. Tan fácil fue hacer desaparecer casi 15 mil toneladas de arroz de los almacenes de la Dirección de Bienes Incautados (Dircabi). Tan sencillo fue rematar centenares de cabezas de ganado a precio de gallina muerta. Tan simple vender la maquinaria industrial como si fuera una carretilla. Cosa de magos. “Ellos venían con sus credenciales y chalecos del Ministerio de Gobierno, comprábamos de buena fe” dicen los beneficiados privados. Botín redondo y millonario: el negocio sobrepasa los 14 millones de dólares, según estimaciones de Jerjes Justiniano, abogado cruceño.

El escándalo implica a un montón de funcionarios gubernamentales y judiciales. Ostreicher acusó incluso al ex fiscal distrital de Santa Cruz de dilatar su proceso, que hace poco estuvo pugnando por la fiscalía general del Estado. Destapada la olla, surgieron más denuncias; familiares de otros presos relataron que habían sido extorsionados con miles de dólares para favorecer sus casos. Acusaciones y más datos empiezan a desenvolver el ovillo, el proceso da para largo. Mientras tanto, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, salta a la palestra con toda gallardía, declarando “hemos tenido la valentía de encarar esta investigación”. Llevándose todo el crédito, como si fuera el héroe. Tan pancho, tan orgulloso, como si no se enterara de que la mierda estaba en su patio. En otro país, hubiera sido destituido de inmediato o se hubiese provocado el harakiri y no solo metafóricamente hablando. Aquí, un poco más y deberíamos condecorarlo según nos dio a entender. Así estamos.

24 noviembre, 2012

3 Malos tiempos para la prensa en Bolivia


Años atrás, Evo Morales, como dirigente máximo de los cocaleros organizaba marchas y bloqueos de carreteras en contra de los gobiernos neoliberales por su política de erradicación de cultivos excedentarios, materia prima del narcotráfico. Morales no solo paralizaba las exportaciones de banano y otros productos alternativos así como el turismo a la paradisiaca región del Chapare sino que afectaba constantemente la libre circulación por el eje troncal del país con la excusa de que emprendía una lucha social. Fueron tantos los bloqueos que resulta difícil llevar la cuenta. Hasta el día de hoy, Evo se ufana de estas acciones, creyéndose una especie de Che Guevara tropical que luchaba contra el “imperialismo yanqui”. Irónicamente, pocos años después, el concejo municipal de Cochabamba lo condecoró por haber “contribuido al desarrollo de la región”.

El guerrero solitario pronto adquirió notoriedad en todo el país, muchas veces sus disciplinadas huestes cocaleras se enfrentaron a las fuerzas de erradicación.  Hubo mucha violencia de ambos lados, que se saldaba a menudo con heridos y en ocasiones con víctimas mortales. Lógicamente, los gobiernos de entonces apuntaban a los dirigentes para establecer responsabilidades. Morales era siempre señalado por ser el principal portavoz de la causa cocalera. Le gustaba el papel de víctima, porque se desenvolvía como pez en el agua. Se sentía más perseguido que una alimaña, buscando el amparo de organismos internacionales. Con todo el poder mediático estatal en su contra necesitaba una caja de resonancia. 

Una y otra vez, no se cansaba de agradecer a los “hermanos de la prensa” que constantemente cubrían sus actividades y que le permitían transmitir sus denuncias de los abusos que cometían las fuerzas militares apostadas en el Chapare. Así fue creciendo, impulsando su imagen a velocidad de relámpago. Fundó su propio instrumento político.  En unos años fue elegido diputado nacional minoritario. Poco tiempo después, aliándose con sectores obreros y campesinos se convirtió en el líder principal de oposición. Lo demás es historia conocida.

Hoy, con Evo en el poder, se volcó la torta como se dice vulgarmente. Apenas llegado a palacio de gobierno, el nuevo partido oficialista, MAS, se dedicó a destruir a la oposición, ya de por sí debilitada por las circunstancias históricas. Se instauró una campaña sistemática de emprender juicios a todos los anteriores gobernantes bajo acusaciones de corrupción, enriquecimiento ilícito y desmantelamiento del estado. Muchos jefes políticos tuvieron que asilarse en países vecinos. Asimismo, se destituyó a gobernadores y alcaldes opositores,  a veces bajo acusaciones inverosímiles y reemplazándolos por gente del oficialismo mediante maniobras jurídicas, desconociendo la voluntad popular del voto. El poder judicial, el poder electoral, y las demás instancias del estado, fueron totalmente copados por el partido hegemónico. Aunque en el ínterin se hayan armado costosos montajes seudodemocráticos como las elecciones judiciales.

Todo este abuso de poder, todo este totalitarismo ramplón y descarado que se fue consolidando en estos años del régimen de Evo Morales, fue naturalmente reflejado por la prensa, principalmente por la televisión que tiene el privilegio de las imágenes. Con la oposición descabezada, Evo se sintió invencible e intocable, y no pasó mucho tiempo para que señalara a “la prensa como el principal enemigo del gobierno”. De pronto, la prensa estatal nos ofrecía un mundo mágico donde el gran caudillo inauguraba obras todos los días, recorriendo de punta a punta el país, como apóstol infatigable de la revolución. Al contrario, los medios privados nos mostraban una realidad diferente, denunciando las chapuzas de las obras, los actos abusivos, los innumerables casos de corrupción, el despilfarro de dineros públicos en bienes suntuosos y actos festivos, la manipulación de otros poderes y autoridades, el atropello a los derechos humanos y cuanto acto reñido con  la ley se presentara.

Algo no cuadraba, definitivamente. El gobierno necesitaba consolidar su verdad. Era imperante controlar las noticias. En pocos años construyó toda una red gigantesca de propaganda en torno a diarios, radios comunitarias y canales de televisión. Incluso, al menos dos grupos mediáticos de reconocido prestigio, fueron adquiridos por consorcios extranjeros vinculados al gobierno venezolano. Las pocas redes independientes se vieron obligadas a modificar sus editoriales ante el acoso constante del régimen con la amenaza de multas y clausuras. Recuerdo bien, que durante los gobiernos anteriores había varios programas de periodismo de opinión en televisión con alcance nacional. Hoy no queda ni uno solo. El último programa de corte crítico que se emitía desde Santa Cruz para todo el país, y que gozaba de una amplísima audiencia por razones obvias, fue prácticamente silenciado hace un año atrás al dejar de emitir a nivel nacional y, su polémico conductor, agobiado por los procesos penales y amenazas contra su vida se vio obligado a rebajar el tono de sus críticas y denuncias y relegado al ámbito local.

En todo este tiempo, se han sucedido constantes agresiones físicas contra reporteros y camarógrafos de televisión, especialmente por gente de los movimientos sociales vinculados al gobierno. En 2008, la red Unitel sufrió un atentado dinamitero en la ciudad fronteriza de Yacuiba, no obstante que el autor fue identificado como un oficial del ejército, nunca fue sentenciado y ahora seguramente goza de su impunidad en alguna delegación diplomática del extranjero.  En marzo del mismo año, un radialista murió a consecuencia de haber sido golpeado salvajemente en una población altiplánica, a pesar de que reveló los nombres de los agresores, estos permanecen sin castigo. El mensaje para todos es tristemente desolador: Atacar a la “prensa capitalista y tergiversadora” tiene mérito revolucionario y la seguridad de que no habrá proceso. Son demasiados los casos como para enumerarlos, basta ver a algunos oficiales de policía que impiden con brutalidad a los reporteros hacer su trabajo. En el ambiente impera un aire de represión que no se veía desde las dictaduras.

Hace un mes atrás, sucedió un caso muy preocupante, otra vez en Yacuiba, donde un viejo periodista de radio y una operadora técnica sufrieron quemaduras de gravedad al ser atacados con bombas molotov por un grupo de encapuchados cuando se emitía un programa al aire. El radialista es muy conocido en la región por sus constantes denuncias de hechos de corrupción producidos en el municipio del lugar y actividades irregulares como el contrabando. A pesar de que se ha detenido a los supuestos autores materiales del atentado, hasta ahora no se ha responsabilizado a los autores intelectuales del mismo pese a los indicios. El pobre hombre temiendo por su vida tuvo que ser trasladado a Santa Cruz y posteriormente a la Argentina para iniciar una dolorosa recuperación.

Para terminar este repaso de los atropellos a la libertad de expresión, hace unos días, calculando que la opinión pública estaba concentrada en el Censo de Población, se efectuó un operativo policial contra el Canal 33 que se emite localmente en Cochabamba. El gobierno, recurriendo a la Autoridad de Telecomunicaciones y Transporte (ATT), intervino las instalaciones de dicho medio de comunicación con la acusación de “ocupar ilegalmente frecuencias y operar en un domicilio no registrado por la licencia de funcionamiento”. Argumento poco sólido para justificar semejante intervención que se asemejó a un operativo antiterrorista. Las imágenes de una cámara de seguridad muestran cómo una veintena de efectivos procedieron con violencia y uso de gases lacrimógenos contra la propietaria del canal y sus empleados. Aparte de secuestrar algunos equipos de transmisión, micrófonos y una computadora portátil, los policías ingresaron hasta la vivienda de la afectada, atemorizando a los hijos menores de la periodista, atropellando uno de los preceptos constitucionales que establece la invulnerabilidad de un domicilio particular. El pecado de la conductora de televisión, es que a través de su programa “Aló Marianela”, denuncia con documentación en mano, los constantes hechos de corrupción del régimen que preside Morales. 

Negros nubarrones se ciernen sobre la libertad de opinión. Ahora con la excusa de luchar contra el racismo y la discriminación, paulatinamente se acalla a los periodistas y se busca encorsetar a los medios tradicionales de prensa para que se abstengan de criticar abiertamente a las autoridades.  A este paso, solo queda algo de libertad en los medios digitales. Aunque ya se planea elaborar una ley para controlar las redes sociales. Mientras tanto, no está de más  hacer oír nuestra propia voz. Mientras el sagrado guerrero del arcoíris y el tiempo nos lo permitan.

20 noviembre, 2012

8 Bolivia y el censo plurinacional


A estas horas de la medianoche apuro mi último trago. Se ha declarado ley seca por tres días. Por culpa del censo, miércoles 21 de noviembre, a media semana, para variar. Los funcionarios estarán  contentos, total, ellos reciben el sueldo entero. No así el grueso de la población que vive del comercio y de la actividad del día a día. Y pensar que los miércoles son días de mayor venta como los sábados. Cuántos camiones de carga internacional se quedarán varados a medio camino por estas decisiones solemnes de gente que viaja en avión. Por si no bastara, se han cuidado de amenazar que queda terminante prohibido salir a la calle so pena de detención. A este paso tengo miedo hasta de desempolvar mi bicicleta.

El encabezado de la boleta del censo dice Estado Plurinacional de Bolivia, sin embargo, a continuación titula Censo Nacional de Población y Vivienda 2012,  ¿qué no éramos 36 naciones dentro de un estado matriz? ¿Para cuál de las naciones es entonces el censo? …nuestros artistas del Cambio han barnizado todas las instituciones públicas poniéndoles nombres dizque descolonizantes e inclusivos, dentro de ese afán ideológico -rebosante de demagogia- de cambiarlo todo, desde el logo de las sábanas de palacio de gobierno, hasta la pintura del avión  presidencial, llegando incluso al extremo de la elección de la primera Miss Plurinacional, justo para competir con las reinas de la caña, de la piña, del algodón y cuanto producto vendible necesita de piernas torneadas para su promoción. Pronto, el nuevo palacio se llamará la Casa Grande del Pueblo, aunque el pueblo tenga el acceso restringido y su distinguido inquilino se haga prodigar el tratamiento de Hijo del Sol, que no del Rey Sol, que tiempos históricos y geografía aparte, son casi lo mismo.

¿Dónde íbamos?...ah, perdonen el berenjenal o el detalle un tanto frívolo, pero estando como estamos, haciendo historia para el resto del mundo, uno espera un mínimo de coherencia, empezando por los membretes. (No imaginan la cantidad de memoriales que los burócratas rechazan por el solo hecho de que los escritos lleven el encabezado de “República de Bolivia”. Por si acaso estoy coleccionando monedas con la misma inscripción, no vaya a ser que en poco tiempo queden proscritas también).

Hace pocas horas me descargué la boleta censal de la página del INE para estudiar a detalle sus 49 preguntas. A medida que iba leyendo, la confusión y la incredulidad se apoderaban de mí por la ambigüedad e inutilidad de algunas cuestiones. He aquí algunas interrogantes que me llaman la atención sobremanera:

 -En esta vivienda, ¿cuántas personas pasaron la noche anterior al día del Censo? 
Increíble, qué comienzo más arrollador, me pregunto para qué sirve este dato, ¿qué pretenden extrapolar o inferir, estadísticamente hablando?

-Tipo de vivienda (marque por observación)
a) Casa/choza/pahuichi
b) Departamento
c) Cuartos o habitaciones sueltas
d) Vivienda improvisada
Puntualmente la observación va a la primera elección, cuando se establece que casa, choza y pahuichi son sinónimos, sin que tenga el empadronador la opción de elegir, limitándose a marcar en un círculo. Entonces, ¿cómo se va a conocer el dato de cuántas viviendas son unifamiliares o cuántas son chozas, para de esta manera proyectar planes de vivienda?

-¿Las paredes interiores de esta vivienda tienen revoque : Sí   No
Si no se especifica qué tipo de revoque: barro, yeso, cemento, etc, ¿qué importancia tendrá el dato? aún así, ¿cuál es la importancia real de saber que una vivienda tiene o no revoque?

 -¿El agua que usan en la vivienda se distribuye…
a)por cañería dentro de la vivienda?
b) por cañería fuera de la vivienda pero dentro del lote o terreno?
c)por cañería fuera de la vivienda y del lote o terreno?
d)no se distribuye por cañería?
El colmo de la inutilidad, ¿a quién le importa que la instalación del agua corra por dentro o por el patio de la casa? Cuando está claro que la pregunta anterior a este ítem ya hace referencia a la procedencia del agua, detallando que si es de una red pública, pozo, vertiente, laguna, carro repartidor, etc.

-Como boliviana o boliviano ¿pertenece a alguna nación o pueblo indígena originario campesino o afro boliviano?
a) A cuál?......................                                                                               
b) No pertenece
c) No soy boliviana o boliviano.
La pregunta que ha levantado chispas en la sociedad y ha originado intensos debates entre los estudiosos sociales. El borrador de esta encuesta contemplaba la opción “ninguno” que ahora ha sido camuflada como “no pertenece” en un afán sistemático de ningunear, o como dicen algunos, “invisibilizar” a gran parte de la población que se autoidentifica como mestiza. El gobierno persiste en su empeño de clasificar el mestizaje como una categoría racial, esgrimiendo connotancias coloniales, a pesar de que lo mestizo ha sido plenamente aceptado como una cuestión étnica y cultural por la Declaración de Durban, Sudáfrica, y de la cual Bolivia es signataria. Ciertamente, no conviene al gobierno que las estadísticas registren que el país es mayoritariamente mestizo, como ya ocurrió en el anterior censo de 2001. El discurso indigenista se caería por la escasa identificación de la gente.

-Durante la semana pasada, ….
¿Tenía trabajo, pero no trabajó porque estuvo con licencia, vacación, enfermo o por falta de materiales?
Pero ¿para qué demonios sirve esta elección, de una batería de opciones que aluden a que si se cuidó animales, o se cultivó el huerto familiar o alguna actividad extra? Francamente surrealista, hasta el juego de palabras inclusive.

-¿Cuál fue su ocupación, trabajo u oficio principal durante la semana pasada?
Me parto y me mondo, sinceramente no recuerdo si durante la anterior semana fui bloguero, futbolista, veraneante,  flaneur o azotacalles.Ahora resulta que los bolivianos cambiamos de trabajo con la misma frecuencia que los calzoncillos.

Llama la atención que no se incluya ninguna pregunta referente a la identificación religiosa, con la excusa poco creíble de que el estado es laico. ¿Qué tiene que ver la organización de un estado con las características socioculturales de la población? Recuerdo que cualquier almanaque mundial incluye datos estadísticos acerca de las creencias religiosas. Una vez más, el gobierno no quiere aceptar que el país es mayoritariamente cristiano (protestantes y católicos, incluidos los indígenas) de tal manera que opaque su religión inventada: el pachamamismo (recuerden la coronación de Evo y la boda del vicepresidente). Hubiera sido interesante también y muy esclarecedor, incluir una pregunta acerca del consumo de la hoja de coca, porque hasta el día de hoy no hay ni un solo estudio serio acerca del mercado de consumo tradicional. Al final, es más conveniente seguir alimentando la falacia de que toda la población boliviana mastica la hoja, tal como se pretende vender la idea al resto del mundo.

CONCLUSIÓN:

Eso fue la parte teórica o software del asunto. No quiero cansarlos estimados lectores, así que me limitaré a resumir los detalles organizativos o de logística de este esperpento de proporciones bíblicas. Para empezar es tal el grado de improvisación de los responsables que hasta un día antes del censo se continuará capacitando a los últimos empadronadores, reclutando sobre la marcha a conscriptos de los cuarteles y a alumnos de bachillerato porque no hubo suficientes voluntarios. Se ha llegado al extremo de chantajear emocionalmente a los maestros de que se les iba a aumentar un año de antigüedad por participar en el censo. A pocos días de este acontecimiento, varios empleados del INE de la regional cochabambina denunciaron que les debían tres meses de sueldo, así que muy motivados y comprometidos no estarán. Pero lo peor del panorama destaca por los brotes de violencia en varios municipios (más de una veintena) por conflictos de límites, amenazando con que no van a ser censados si es que el gobierno no atiende sus demandas y arguyendo que la cartografía para el censo no está actualizada. La administración se lava las manos aduciendo que son problemas heredados de la vieja república. Corren los ministros y gobernadores como apagaincendios a los lugares de bloqueo utilizando a la policía que tuvo que recurrir al uso de gases para despejar las carreteras. En resumen, la confusión y el desorden dominan la escena a pocas horas del magno evento. Y la mamarrachada no sale gratis. 50 millones de dólares, nada menos. Como si cayeran del cielo.

15 noviembre, 2012

4 Borrachera de poder


Coche de la Gobernación de Cochabamba
Fue pillado uno más. “Más, más, somos MAS, a detenerse nunca más”, indica una canción muy popular entre filas oficialistas. Y es verdad, la fiesta nunca se detiene. La juerga continúa a ritmo mareante. Unos creen vivir una realidad embriagadora. Permanente goteo de casos que ya a nadie sorprende. Resultaría largo y cansino dar nombres. Toda la ciudadanía lo sabe: los que se hacen pillar son apenas una muestra, como la punta de un iceberg flotando en un mar de whisky.

Si no fuera por los choques y escándalos, la prensa difícilmente daría con las latas y botellas vacías. Muchos menos la policía, que para labores preventivas y perseguir ladrones cojea como un mutilado pero cuando ocurren accidentes de tránsito aparece repentinamente tras las gomas quemadas como si tuviera el olfato de un sabueso. Así nos enteramos cada fin de semana, por pura casualidad, mejor dicho, por puro accidente. Han caído desde ministros, senadores, diputados, alcaldes, consejeros, directores y funcionarios de menor rango. Todos en estado etílico, irreconocibles en muchos casos. La pagan los vehículos, algunos quedando en chatarra. La pagan infortunados transeúntes atropellados. O la pagan supuestos conductores, “el chofer que se descontroló”, arguyen como descargo. El último protagonista, el alcalde de Colcapirhua, municipio aledaño a Cochabamba,  que notoriamente borracho se puso a agredir al camarógrafo que estaba cubriendo el caso. Como es de suponer, al día siguiente no se acuerdan de nada. Y piden disculpas sin más, como si acabaran de limpiarse la boca después de un banquete.

Farrearse los recursos públicos y estrellar vehículos oficiales está de moda. Los incautos que se hacen pillar casi todos salen frescos del barullo, dependiendo del caso y del rango. Si son autoridades electas (alcaldes, concejales, legisladores) no pasa nada: paños fríos y desaparecer de la escena hasta que pase la resaca. Si son funcionarios nombrados: simulacro de destitución o, lo que es lo mismo, degradarlos a puestos más discretos, jugando al enroque. Pero también existen casos, muy pocos, que pueden truncar la carrera política del infortunado; el más notorio fue el de un exministro de educación que por su afición a las copas fue castigado por Evo. Se dice que el caudillo sospecha de todo aquel que le haga sombra, característica de todo gobernante autocrático. El descuidado ministro, uno de los pocos intelectuales aymaras en el gobierno, no agradaba al entorno del presidente y pronto fue expulsado de su despacho con la excusa perfecta: borrado de un dedazo por un brindis de más. A todos los correligionarios les queda bastante claro: si le agradas al jefe, está todo bien; si no, te jodiste.

Es tal la corrupción en el gobierno, que el caso más notorio fue descubierto fortuitamente gracias al alcohol. Uno de los negociados más millonarios fue destapado en Yacimientos Petrolíferos, donde estaban implicados varios directivos, descubiertos a raíz de documentos incriminatorios encontrados en una camioneta lujosa, siniestrada por un ejecutivo borracho. Desde entonces circula en el ambiente político, el conocido chiste de que el mejor zar anticorrupción del gobierno es Johnnie Walker. Broma que no está alejada de la verdad, porque es evidente que hasta el logotipo de la manzanita del Ministerio de Transparencia y Lucha contra la Corrupción está podrido. Pues resulta que a la ministra del ramo, no le parece que sea nepotismo que su hija trabaje en la embajada de Berlín, porque sostiene que “es otro ministerio” y para agravar el asunto, esta misma hija fue denunciada por la Asociación de bolivianos en Berlín, por no pagar varios meses de sueldo a una mucama llevada desde Bolivia, además de darle un trato semiesclavizante, aprovechándose de su condición humilde, la típica servidumbre colonialista que ahora dicen combatir.

Al contrario, es impresionante la energía, diligencia y saña de inquisidor que la ministra emplea con políticos, empresarios y dirigentes opositores a titulo de combatir la corrupción, viajando incluso a países vecinos –donde están asilados algunos políticos- llevando supuestas pruebas de los delitos.  Cuando ahí mismo, en sus narices, campean los ejemplos de negociados, tráfico de influencias y nepotismo. Son tan transparentes que nunca investigan a los presidentes de las empresas públicas (como si estos no se enteraran de lo que hacen sus subalternos), a pesar de los millones y del olor nauseabundo del escándalo. Con estos antecedentes, es normal que los privilegiados sigan caminando y tan campantes, como nuestro héroe escocés. A manos llenas, disfrutando de la vida, de etiqueta negra para arriba.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
 

El Perro Rojo Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates