Dicen que el fútbol es un deporte de caballeros o debería serlo. Una y otra vez escuchamos que los partidos se ganan a fuerza de goles. Tan simple como eso, qué podríamos esperar de la Liga Profesional de Bolivia, cuyo directorio de lujo, se rompe el coco tan noblemente para idear campeonatos tan lúcidos y competitivos donde se premia la mediocridad, clasificando a dos tercios del total de equipos: Este último certamen clasificaron 8 de un total de 12, para que mediante llaves respectivas se eliminen sucesivamente. En otras partes del mundo se juega a la simple acumulación de puntos y al final se corona a quien tenga mayor puntaje.
Tan experimental como es el balompié doméstico, seguramente no quieren quedar a la zaga de la política boliviana y sus lecciones “históricas” y “ejemplificadoras” para el resto de los mortales. He aquí los rasgos de ese profesionalismo que tanto nos enorgullece:
El reciente choque entre Aurora y San José, es el tercer caso de violar el reglamento de competición en lo que va del año, que establece que obligatoriamente todos los equipos deben presentar 7 jugadores bolivianos de origen en cancha, pero una vez más se “olvidaron” de la norma. A pesar de que San José ganó en cancha, se da por hecho que Aurora se quedará con los tres puntos y además con una ventaja visitante de 3 goles a favor. Los del conjunto santo, se dieron cuenta tarde del error, porque durante 7 minutos jugaron con 5 extranjeros y no pasó desapercibido para los comentaristas del juego. Como aurorista, a pesar de que mi equipo sale beneficiado, sin embargo mi ingenuidad y mi querencia por el fútbol puro me dicen que, no es la mejor manera de ganar, mucho más considerando que nuestro elenco es superior en juego al conjunto orureño, no se antojaba difícil revertir el 0 a 1 de visitante.
Para agravar la cuestión, hay un antecedente del mismo incidente hace pocos meses cuando se jugaba la fase de grupos. En aquella ocasión, Aurora incurrió en el mismo fallo reglamentario justamente frente a los de San José, quienes no impugnaron porque no les afectaba, ya que ganaron el partido, en todo caso el equipo aurorista hubiera sido restado de tres puntos de su acumulado. Así las cosas, todo quedó en un aparente pacto de caballeros. Hoy los ingenuos de San José esperaban lo mismo, la devolución del favor, pero con tantos intereses en juego, la impugnación es un hecho y el fallo se dará el viernes venidero, nadie duda del veredicto. Ni cortos ni perezosos, los directivos de la Liga, se cuidaron de cubrirse las espaldas, no actúan si no es por denuncia de un equipo y además previo pago de 3.000 dólares, tan listos como son hasta para seguir mamando del fútbol boliviano.
Independientemente de lo anecdóticos o surrealistas que puedan ser estos hechos, como lo fue el domingo en canchas orureñas -donde ¡todo un cuerpo técnico, el delegado respectivo del equipo, los jugadores de la banca y para rematar ni el veedor ni la mesa de control se dieron cuenta! hasta que fue demasiado tarde-, sin embargo que se sigan repitiendo estas circunstancias de “profesionalismo” aparentemente no hacen mella en la dignidad de los caciques del fútbol: ¿No se supone que, los delegados, veedores y la mesa de control están para hacer su trabajo?¿para qué se les paga entonces? ¿para que vayan a mirar los partidos, como lo hacen los policías que se apostan de cara a la cancha?
Tan profesionales estamos, que yo me he convertido en un profesional de la indiferencia, hace cinco años que no piso un estadio, para aburrirme y encima pagar por estos espectáculos bochornosos hay que ser masoquista, para folclorismo deportivo están los campeonatos de aficionados.
Y no son hechos aislados, ni hago leña del árbol caído, no pocas veces nuestro fútbol tropieza con curiosidades como: olvidar camisetas alternas cuando se juega de visitante, alinear jugadores con sobrepeso, equipos que llegan con minutos de retraso, y cómo no la falta de respeto a todos los aficionados que van temprano a buscar su sitio, cuando los partidos a menudo, no empiezan a la hora convenida.
Así estamos, a quién le importa el sentir de los hinchas, como en este caso el de los sufridos aficionados de San José, que tienen el prestigio bien merecido de ser la mejor hinchada de Bolivia, y que posee el poder enorme de arrastrar mucha gente, allá donde vaya su equipo. No por nada dice su lema: “San José es Oruro, Oruro es San José”. Con estos antecedentes, hoy, los comentaristas se preguntan si mañana miércoles, el estadio se llenará en el encuentro de revancha. El partido es lo de menos, ¡si ya se ganó en mesa!
Pues , mi estimado José, lamento informarle que los genios del fútbol en Colombia les ganaron hace rato a sus compatriotas. Cómo le parece que un equipo mediocre puede clasificarse a las rondas finales en el último segundo del último partido en la ronda eliminatoria. Si la suerte lo acompaña tiene tantas probabilidades- y posibilidades- de ser campeón como el de mejor rendimiento a lo largo del campeonato. No contentos con eso, se inventaron otro engendro en el que un club puede al tiempo descender a la segunda división y resultar campeón de la primera. El resultado : al menos en teoría podría incluso ser campeón de la Copa Libertadores ¡ Como para una antología universal del absurdo!
ResponderEliminarUsted lo ha dicho amigo Gustavo, ¡qué parecidos somos!, Lo que me cuenta me hace recuerdo a un caso sui generis en nuestro futbol domestico. El año pasado el archirrival de Aurora, el Wilstermann, hizo historia -como todo en este pais-, ¡jugó la Copa Libertadores, habiendo descendido a Segunda,(por esos absurdos sistemas de campeonato) y cómo son las cosas, al haberse desmantelado su plantel por las circunstancias, una empresa de representaciones le puso y pagó una plantilla de jugadores extranjeros y desconocidos con el objeto de promocionarlos en la Libertadores.
ResponderEliminar“Hace cinco años que no piso un estadio”, dices, y se me ocurrió pensar en mi propio caso. La última vez que vi un partido de la liga inglesa pagando la entrada (lo aclaro porque ocasionalmente consigo acreditaciones profesionales) fue hace como 10 años. Desde entonces ni se me ocurre comprar mi entrada, un poco por principio y otro por pobreza, aunque sea relativa, porque no te imaginas lo caro que sale ver a cualquier equipo de la Premier League. Prefiero ver los partidos por televisión. El que sí vi pagando, por todo lo que prometía, fue un amistoso entre Argentina y Brasil en el Estadio Emirates, en setiembre del 2006. Ganó Brasil 3-0. Kaká se comió a la defensa argentina, en el último gol corrió y corrió con la pelota y todos retrocedían, sin saber qué hacer. Messi pasó inadvertido y muchos nos preguntamos si realmente era tan bueno como decían (como decíamos) todos.
ResponderEliminarEstimado Lalo, he leido alguna vez que las entradas para la Premier estaban entre las mas caras del mundo, pero aun asi, si yo viviera allí, me daría el gustito de sacrificar algun ahorro para acudir un par de veces al año a algun partido, que no obstante la comodidad de la television, ésta no suple ni por asomo las distintas emociones que se puede experiemntar, presenciando en vivo un partido bien disputado. Ademas, siempre he tenido la sensacion de que Inglaterra era la Meca del futbol, sobre todo el estadio de Wembley, que tiene para todos los culés un significado especial. Lo que me cuentas del partido Brasil-Argentina, andando el tiempo, me parece que la sensacion se ha invertido, ahora Kaká ya no es tan bueno como pintaba o creiamos.
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