No he estudiado ninguna carrera de letras, filosofía o similares, no tengo obsesión por ningún autor, he procurado leer todo lo que me ha caído, desde cómics hasta gruesos libracos. Algunos por recomendación, otros por obligación académica, muchos por vía mediática, pero mayoritariamente por descubrimiento propio. Algunos autores me dejan anonadado, otros me enervan, alguno que otro me manda a dormir y aunque tengo favoritos, definitivamente soy más de obras que de autores.
Soy un lector habitual y todavía joven, es más no presumo de biblioteca, no tengo más de una veintena de libros propios, lo digo por si acaso para no ser tildado de ‘ratón de biblioteca’. El vicepresidente de mi país presume todo el tiempo de su colección de 20 mil libros, para que todo el mundo se entere y para restregarnos que es más listo que nosotros, será por eso que ha encanecido prematuramente. Yo soy un tipo bastante normal, no uso lentes, ni tengo el cuerpo pálido ni esmirriado, ni las canas amenazan mi tejado, hago bastante ejercicio y le doy duro al balón cada vez que puedo.
Para qué tanto rodeo pensará alguien, perdonen las molestias, necesitaba contextualizar mi circunstancia sobre una cuestión que hace años me carcome, una inquietud que me preocupa bastante acerca de la literatura boliviana. Todos los países tienen escritores representativos y/o conocidos que uno recuerda con relativa facilidad. Voy a citarlos porque los tengo bien fijos en la memoria ya que los evoco cada vez que asocio un país con su literatura. No voy a incluir a los “pesos pesados” como México, España o Argentina -ni a Brasil por razones idiomáticas-, que por ser economías mucho más grandes y con realidades socioeconómicas muy distintas de Bolivia, la comparación no viene al caso. Concentro mi atención en naciones más “cercanas” a la nuestra, ya sea por economía, población o cultura.
Comenzaré por citar inevitablemente a García Márquez, (Colombia) y Vargas Llosa (Perú). De norte a sur del continente, voy recordando a Miguel Ángel Asturias y Augusto Monterroso(Guatemala), Alejo Carpentier (Cuba), Juan Bosch (R. Dominicana), Rubén Darío (Nicaragua), Rómulo Gallegos (Venezuela), José Eustasio Rivera (Colombia), Cesar Vallejo y Bryce Echenique (Perú), Pablo Neruda y Gabriela Mistral y aunque me pese, Isabel Allende(Chile), Augusto Roa Bastos(Paraguay), Mario Benedetti y Eduardo Galeano (Uruguay). Obviamente he pasado por alto algunos países, porque no recuerdo a ninguno de sus literatos, tal vez por no ser tan conocidos como el resto o no he tenido la suerte de acceder a sus obras.
Mucho me temo que Bolivia comparte la suerte de los países latinoamericanos que no he citado, estoy casi seguro que no pintamos nada, ni en el mundo literario. No me extrañaría, considerando que no hacemos nada por desmentir ciertos mitos como el ser universalmente conocidos como “el país del altiplano”, cuando la mayor parte del territorio pertenece a la cuenca amazónica, con sabanas similares a los llanos venezolanos, pantanales y selvas como la brasileña, llanuras casi desérticas como el chaco paraguayo o valles fértiles como los colombianos. Pero en la imagen internacional, Bolivia es infortunadamente sinónimo de “altura, lago Titicaca y el salar más grande del mundo”, ¿responsabilidad del mundo?, no lo creo, cuando nosotros mismos no hemos hecho otra cosa que promocionar nuestro turismo con postales de indígenas ataviados con ponchos y gorros, acompañados de su llamita.
Y si no lo ha adivinado usted, la mayor parte de la literatura boliviana desde siempre ha girado en torno a la temática indigenista o costumbrista, no estoy reprochando ese afán de reivindicación, pero después de más de medio siglo, de seguir con la misma cantinela, nuestra narrativa no deja de ser un producto exótico para el mundo. Visto así, ¿quién nos va a leer? Además, había olvidado que aquí nos especializamos en folclore (tenemos la “mejor música del mundo, el mejor carnaval del mundo, las mejores danzas del mundo”), porque ya ni fútbol de nivel producimos, ¿para qué gastar energías en tonterías literarias?, no hace falta que el mundo nos lea, somos así, folclóricos hasta la náusea, nos creemos el ombligo del mundo. Y el mundo se ríe de nosotros.
Sé que tenemos buenos narradores y poetas, la mayoría es inmensamente desconocida, aún para nosotros, salvo los que hemos leído en la escuela por obligación. Podría citar obras de profunda belleza y autores influyentes en el ámbito nacional, pero ese no es el caso. La narrativa actual poco puede hacer para darse a conocer más allá de las fronteras, no tenemos políticas gubernamentales para fomentar el arte y la literatura. Por poner un ejemplo, el Premio Nacional de Novela, (prácticamente el único), apenas retribuye con 10.000 dólares al ganador, cuando en cualquier ayuntamiento de una ciudad pequeña de España se premia con 5000 euros o más. Así, quién se va animar a escribir sobre algo. “La economía del país no alcanza para tanto”, dicen los burócratas de turno, pero inexplicablemente se ha gastado 38 millones de dólares en la adquisición de un lujoso avión presidencial, tan ejecutivo que es idéntico al que utilizaba el equipo más caro del mundo, el Manchester United para el desplazamiento de su lujosa plantilla, pero aquí nos damos la prerrogativa de disponer el avión para un “jugador de lujo” que va de ciudad en ciudad, inaugurando canchas de césped artificial y que no contento con inaugurarlas, se da el gusto de jugar partiditos como lo hacía el "Loco" Bucaram de Ecuador.
Agotado de ladrar, le voy a pedir un último favor, estimado lector de otro país, le hago la inevitable pregunta: ¿Si digo literatura boliviana, qué nombre u obra se le viene a la cabeza inmediatamente? No recurra a la trampa del google, sea honesto consigo mismo. ¡Se lo ruego, dígame un sólo nombre!.
Bueno José.La que usted formula viene a ser lo que en nuestro medio llamamos " La pregunta del millón", por aquello de los concursos televisivos donde los participantes recitan datos de memoria y los premian con dinero en efectivo.
ResponderEliminarDurante muchos años me he planteado la misma inquietud. Al menos Paraguay tiene a Róa Bastos aunque ni sus mismos compatriotas- salvo José Luis Chilavert, que fue una especie de protector del novelista al final de su vida- lo recuerdan ya.
Hace un par de años leí la novela de un joven boliviano de apellido Paz, entiendo que pariente de los Paz Estensoro. Encontré tan poco en el texto que ya ni recuerdo el título.
¿Tendrá que ver algo la insularidad, la imposibilidad de ver el mar , con esa orfandad literaria de su país?
Me sorprende que Chilavert haya sido uno uno de sus protectores, ni lo hubiera imaginado de un futbolista tan poco correcto y poco letrado. Respecto al escritor Paz, con seguridad se refiere a Edmundo Paz Soldán, uno de los abanderados de la nueva narrativa nacional, que vive y es docente en Cornell, EEUU., si bien goza de popularidad (él tiene a favor el auge de las nuevas tecnologias),sin embargo no es de mi gusto personal, salvo algunos cuentos.
ResponderEliminarEl asunto espinoso de la meditarreneidad es un complejo que atosiga a la mayoria de los bolivianos como uno de los "grandes culpables" de nuestro atraso y que actua de barrera psicologica para darnos a conocer al resto del mundo. Es un problema de mentalidad principalmente. Créame, tenemos muy buena narrativa y excelentes autores, pero no hemos sido capaces de "exportarlos", porque no le damos el valor suficiente y preferimos leer lo extranjero. Hasta pronto estimado Gustavo.
Pues, sinceramente, no conozco a ningún autor boliviano :). Los españoles debemos ser como el caballo de Atila: por donde pasamos ya nunca crece la hierba...
ResponderEliminarUn saludo.
No te extrañe estimado Ricardo, cuando estuve en España, algunos compatriotas tuyos creian que Bolivia estaba en Centroamerica, asi que nombrar literatura boliviana sería mucho pedir, el desconocimiento es mutuo. No estoy seguro que causasen el mismo efecto que Atila pero si mucho ruido con vuestras voces, cañones y armaduras, jeje.
ResponderEliminarAl pensar en literatura boliviana lo primero que viene a la mente es Edmundo Paz Soldán, aunque muy conocido en el Perú no he tenido la oportunidad de leer nada de él. Otro -menos conocido en mi país- escritor boliviano del cual se encuentran sus obras es Manfredo Kempff, del cual tampoco he podido hacerme con alguna obra suya.
ResponderEliminarAquí en Brasil del primero no he visto traducción alguna, ya del segundo sí, aunque no sea conocido por estos lares.
Lo curioso José es que estuve tres meses y medio en Santa Cruz, en tiempos de la renuncia de Sánchez de Lozada -creo que lo llamaban de Goni- y la entrada de Carlos Mesa -no me quiero meter en temas políticos pero por lo poco que conocí de él me parecía un hombre íntegro, quizá hasta un digno presidente, aunque claro, podría estar errado- y me daba tiempo para buscar literatura y rock boliviano y lo máximo que encontré en literatura fue la última obra en aquel tiempo de Paz Soldán -que ahora no recuerdo cuál era-, ya en música pude hallar un cd de Track con Glen Vargas como guitarrista.
En el mismo Santa Cruz no era fácil encontrar exponentes nacionales y re-fácil producciones y ediciones extranjeras.
Excelente artículo.
Un abrazo,
Manolo.
Bienvenido Manolo, gracias por tus palabras. Tal como apuntas, Paz Soldán es nuestro escritor mas conocido en el ámbito exterior, sin embargo su narrativa no es de mi gusto personal. Desafortunadamente existen escritores actuales tan buenos o mejores que él (Claudio Ferrufino, Ramon Rocha Monroy) que no tienen eco mas allá de las fronteras. Me llama la atención que estando tú bastante tiempo en Santa Cruz, nadie te haya hablado de Wolfango Montes Vanucci, muy conocido en la literatura cruceña como Manfredo Kempff, otro buen escritor pero de tematica más bien costumbrista. Track es un magnifico grupo de rock boliviano, pero como en la literatura, muy poco conocido. Recientemente he oido buenas criticas en España de "Oil", una banda cochabambina con influencias del grunge. Ultimamente tambien se destacan "Electroshock" y "Go Go Blues". Puedes pillar algunas canciones en Youtube.
ResponderEliminarRecientemente se ha establecido un canon con las obras mas significativas de la narrativa nacional, ahi te lo dejo para que puedas echarle una ojeada, muy bien explicado por cierto. Algunas obras se pueden conseguir via Amazon. Un saludo fraternal.
http://www.encuentrosudamerica.com/las-15-novelas-fundamentales-de-bolivia/