Un 6 de agosto como hoy dicen que nació la patria. Unos se cansaron de morir en mil batallas durante quince años, pero otros se llevaron la gloria. Como Bolívar que sin desenvainar la espada se ganó el honor de que la república emergente llevara su nombre. Otros, como los hermanos Lanza, no tienen ni una provincia con el suyo, salvo algunas escuelitas rurales, que es lo mismo que el olvido.
Estamos de fiesta, rumbo a los dos siglos de independencia de un país que no termina de nacer. La tricolor cuelga de las ventanas y balcones, y sus réplicas miniaturas acompañan los retrovisores de los micros y taxis. El nuevo estado plurinacional ha llevado su desfile de honor prefabricado, esta vez a una ciudad altiplánica, como cada año rotando el show por cada ciudad capital. Todo sea en bien de la integración nacional, se dice. Fácil es integrar el país por aire, llevando gente de todos los rincones en aviones de transporte militar. Si hay que llevar gerifaltes en uniforme de gala no hay problema, pero a diferencia de antes, se los hace desfilar secundados por escuadras aguerridas de ponchos rojos, indígenas emplumados y una buena cohorte de mujeres bartolinas, a los que en conjunto se los denomina el Estado Mayor del Pueblo. Y luego pasan los carros acorazados, y si tuviéramos misiles como los norcoreanos los pasearíamos. Qué mal que no tengamos aviones de combate para presumir con sus humos de colores y la fiesta sería total. Como en un carnaval, variopinta a más no poder. ¿y de dónde sale el dinero para trasladar a tanta gente y montar semejante parafernalia patriótica?.
“¡Patria o muerte!” es el grito alquilado de un guerrillero que el presidente Morales -y capitán general de las FFAA- exige a la guardia de honor al comenzar los actos de celebración. “Patria es pensar 365 días al año en recuperar el mar cautivo” dice el eslogan de la radio más oída del país. Y yo como sólo pienso en la mar -sí, con cariño- cada vez que me acuerdo de las playas de Mallorca, debo de ser el peor de los patriotas. En el día de la patria, nada es suficiente, todo es bienvenido, desde concursos en línea para adivinar los años que cumple la abuelita llamada Bolivia hasta la degustación de platos típicos: en estos días, muchos chavales de ciudad se enteran de que el chuño no florece, que solo es papa deshidratada. Durante una semana, todos los programas de televisión, desde los noticieros serios hasta los programas de los adivinos del más allá, lucen escarapelas en las solapas y banderitas animadas como logotipos en pantalla. Algunos conductores son tan originales que se han vestido con trajes de danzas típicas, como si no bastara que cada fin de semana nos topemos a menudo con una fiesta patronal en cualquier población.
Patria es marchar en recua o armar barricadas en las calles por nuestros intereses mezquinos obedeciendo a reyezuelos de barrio. Patria es apoyar a muerte a la selección de fútbol aunque vaya al fondo de la tabla de clasificación. Patria es afirmar rotundamente que nuestras músicas, nuestras comidas, nuestras danzas, son las mejores del mundo; los demás países no tienen imaginación o son imitadores de pacotilla. Patria es bailar en una entrada folclórica por lo menos una vez en la vida en nombre de la Mamita o virgen María. Patria es oír hasta el cansancio canciones melifluas que dicen que “la patria es el sol que nos alumbra, el aire que nos refresca, es la cabaña grotesca” y otras perogrulladas paisajísticas. Por cantar estos versos superfluos se puede llegar al Senado, como ya ha ocurrido.
Patria lo es todo, desde colgarse banderas en la ronquera hasta cantar el himno nacional con el puño en alto. Desde acudir a verbenas costumbristas hasta participar del desfile cívico-militar con el mejor traje. Desde que somos críos de kínder hasta que nos convertimos en burócratas jubilados. Una vez al año ratificamos con vehemencia nuestro sentido de pertenencia a esta tierra, pero los otros días del año, nos ponemos zancadillas los unos a los otros hasta el extremo de bloquear una carretera para exigir el ensanche de la misma. Marcha con contramarcha, así nos combatimos. Y cada 6 de agosto llamamos a la unión nacional y a trabajar por el país. Con discursos al viento hacemos patria.
Qué quieren que les diga. Yo entiendo el patriotismo –parafraseando a don Javier Marías-por la vía negativa. Que un compatriota obtenga reconocimiento internacional, me alegra por él pero no me toca. Pero sí me avergüenzan las necedades y el comportamiento chabacano de la gente que dice representarnos. Cada vez que nuestro país es fuente de noticias por hechos grotescos, brutales, absurdos o extravagantes, no sé si echarme a reír o esconder la cabeza como los avestruces. Con tanta desfachatez e ignorancia supina comandando el nuevo orden de cosas, sólo puedo ser testigo de que el mundo se está riendo de nosotros o sintiendo lástima.
El día que dejemos de depender de los parásitos, demagogos milenaristas, majaderos y mamarrachos que gobiernan este atormentado país, ese será el verdadero día de la independencia y yo seré el primero en celebrarlo. Pero pensar así es quizás moverse a autoengaño. Quizás ni en mil años. Mientras tanto podría asumir con aire olímpico que todo va bien, salir a la calle y farrear hasta el amanecer como que no pasa nada. Todo en nombre de la patria.
O canturrear con voz rota como Joaquín Sabina: la clavícula, el cráneo,la papada/ el clítoris, el alma, las cosquillas/ esa es mi patria, alrededor no hay nada.
Apreciado José: En esta fecha se celebra también el aniversario de la fundación de Bogotá ( Bacatá en la lengua indígena) capital de Locombia. Pues bien, en la mitología cristiana el 6 de agosto es " El día de la luz", o la transfiguración de Cristo en el monte Tabor. Olvidados de todo y de todos, nosotros vivimos en realidad en las puras tinieblas.
ResponderEliminarcaro Josè, apprezzo sempre di più le tue cronache sarcastiche e iconoclaste! il tuo disgusto per il falso floklore e la retorica governativa è pari al mio.
ResponderEliminarvedo che citi javier Marias, se non sbaglio è l'autore di Soldati di Salamina, che io amo moltissimo.
saluto tutti, la Bulgaria è terra selvaggio ed incognita, il rusltato di decenni di cieca obbedienza.
mah, che vuoi che ti dica? siamo messi male, fra poco a Ravenna (4mt sul livello del mare) ci saranno le celebrazioni dantesche, mi vien da ridere, tutta questa gente vestita da idioti 1500 con bandiere e tamburi...cosa non si fa per il turista...
ti saluto che..." è l'ora che volge al desio e ai naviganti intenerisce il core ....
flor
Excelente el anagrama de Locombia, estimado Gustavo, continente de locos es nuestra América, donde la realidad es más absurda que la ficción. La coincidencia con el aniversario de Bogotá, pasa simplemente porque un 6 de agosto de 1825, los primeros constituyentes reunidos en la Casa de la Libertad de la ciudad de Sucre firmaron el acta de nacimiento de la nueva república. Como si esto no bastara, el 23 de enero también tenemos otra fiesta similar porque dicen que ha nacido un nuevo estado, el “plurinacional”, y luego cuando venga otro loco a gobernarnos seguiremos con la misma tónica.
ResponderEliminarEstimada Fiore, me reconforta saber que te agradan mis crónicas, aunque a veces seguramente doy la impresión de estar quejándome, es que no tengo otra opción, suceden tantas cosas absurdas en este país que es necesario que el mundo exterior conozca porque tal parece que aquí ya se ha vuelto cosa normal y a nadie parece preocuparle, como si hubiera resignación en la gente.
ResponderEliminarTe envidio que estés de viaje por Bulgaria, me parece un país enigmático y seguramente muy poco frecuentado, (me fascina la catedral de Sofía y esa arquitectura bizantina) a mí tampoco me gusta ir a sitios muy visitados. A Javier Marías no he leído ninguno de sus libros, pero sí he podido disfrutar de sus artículos sarcásticos y muy críticos que publica en la Web sobre el “folclorismo” de los gobernantes españoles, que se parecen bastante a los gobernantes de Latinoamérica. Un abrazo.
“Dos siglos de independencia de un país que no termina de nacer”. Te felicito por la frase, que en pocas palabras propone un mundo de significado. Y hablando de frases, veo más abajo la del Che, Patria o Muerte, una versión truculenta del patriotismo que puede entenderse como corolario de una revolución cruenta, pero por qué morir en la Bolivia actual… y la otra, esa de “Patria es pensar 365 días al año en recuperar el mar cautivo”, que suena como el torpe esfuerzo de un aprendiz en una agencia de publicidad provinciana, y me pregunto por qué este tipo de frases tiene cabida en el momento político actual y cuáles serán las ideas que se le habrán ocurrido al pensador durante todos estos años de pensar en la salida al mar: seguramente serán muy buenas y persuasivas… tal vez los chilenos lo admitan y rectifiquen.
ResponderEliminarEs en verdad truculento el uso que se le da a esa frase que algunos atribuyen al Che o a Fidel Castro y que el ejército de Bolivia se ve obligado a gritar en los cuarteles y actos civicos, los únicos militares que se oponen son algunos retirados que llaman la atención sobre la incongruencia ideologica que supone enarbolar el lema de un invasor (el Che y su columna)que mató a muchos bolivianos en la región de Vallegrande.La segunda frase, sobre el mar, no es lema de cualquier radio, sino de la mas prestigiosa e imparcial del pais. Si eso proviene de un medio serio, imaginemos el resto de emisoras. La verdad es que estamos tan traumados con el asunto del mar, que opinar de manera critica pasa a ser un acto antipátriotico. Todos cerramos filas cuando escuchamos el final de otro lema de la misma radio: "nuestra respuesta al usurpador, ¡volveremos a los puertos del progreso!". Como era de esperar, en Chile se ríen, te lo aseguro. Somos folclóricos hasta en asuntos diplomáticos.
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