Hoy celebran el día internacional de los blogs. Acabo de enterarme, por pura casualidad. A quien se le haya ocurrido espero que le den un homenaje abriéndole un blog a su nombre y una medalla por su madrugadora lucidez. Estoy seguro que no es por el natalicio de quien haya inventado esta extraordinaria herramienta de expresión. A él mi agradecimiento infinito. A los lechuguinos que se reunieron en algún foro para establecer el día de los blogs o de la berenjena, que se los cargue la indiferencia de los internautas.
Hoy, tengo sobradas razones para despotricar contra todos aquellos comités que brotan como los hongos para establecer días especiales. Como si no tuviéramos bastante con recordar fechas patrióticas desde que hemos ido a la escuela. Celebramos, por ejemplo, el día de la amistad para que vayamos, resoplando a última hora, a conseguir una tarjeta y mandarla a los amigos para que sepan que no nos olvidamos de ellos. Y ellos se sentirán importantes, aunque sea por un día. Y nosotros compramos algo de paz interior. Y llenamos los bolsillos de los comerciantes. Al contrario, nadie recuerda a gente que con su dedicación nos ha facilitado la vida, o nos ha salvado de morir temprano por el azote de alguna enfermedad.
Preocupados como estamos por comprar bonos de remordimiento de conciencia, en un par de días, en Cochabamba, arrancando el mes aniversario de la región, tendremos el acostumbrado Día del Peatón y la Bicicleta. Dos o tres veces al año, a desempolvar esa delicada montura de huesos huecos que parece flotar sobre el aire como las aves. Magnífico que los pedalistas se apoderen de la ciudad por unas horas. Contaminaremos menos por un día y las autoridades lucirán su jeta encabezando la caravana. Pero el resto del año, seguiremos derribando árboles para ensanchar una avenida o mutilándolos salvajemente para dejar pasar unos horribles cables eléctricos. Dos o tres días al año nos jactamos de nuestro espíritu ecologista y, el resto del mismo, seguimos llenando el país de destartalados automotores, cuyas emisiones nos han colocado entre las cinco ciudades más contaminadas de Sudamérica. Sin ser tan industrializados, sin ser tan poblados. Y seguiremos vertiendo basura a la serpiente negra que atraviesa la ciudad. Por esas ironías de la vida, el gobierno municipal nos refriega cotidianamente su eslogan cursi de “Cochabamba, corazón de la Madre Tierra”. Ustedes saben que vivimos en tiempos de amor a la Pachamama. La realidad dice que ahí, en el corazón de la ciudad, la laguna Alalay se asfixia en su podredumbre de cloaca. “Espejo de agua”, le llaman aunque tenga el aspecto de un pantano malsano. Y nos seguiremos llamando la “ciudad jardín”. De clichés y lemas resonantes, vivimos.
Llegados a esta etapa de la vida, es hora de ajustar tuercas o sacar conclusiones. Siento que ha llegado la hora de retirarse de algunas actividades queridas. Nunca me he cansado de patear un balón, nunca he dicho que no a la caricia de la piel esférica ni al olor del pasto recién cortado. Pero los años pasan aunque en materia de fútbol uno tenga el espíritu de un chaval. Me he dado cuenta ya que las convocatorias a campeonatos escasean gradualmente, ya ni partidos esporádicos. O estoy viejo o todos mis amigos ya juegan en ligas mayores (matrimoniados, entiéndase). Tampoco es que tenga amigos futboleros de menos edad con los que medir fuerzas. El individualismo tiene sus desventajas. El gregarismo abre las puertas de cualquier cancha o de cualquier fiesta. Y el corazón de muchas mujeres.
Es duro retirarse de la práctica deportiva intensa porque quizá el cuerpo ya no responde como antes. El espíritu queda pero la materia se entrega doblegada. Los futbolistas - aunque de tiempo parcial como yo- se retiran inevitablemente. Menos mal que los escritores o aprendices no se retiran nunca, como decía un amigo. Así que pronto deberé modificar el perfil autoral del blog, no se vayan a extrañar, no es inconstancia ni desorden. Hay que adaptarse a los tiempos que corren, dicen. Y a la cabeza con menos cabello, dicen otros. Las entradas y un lunar que asoma dan fe de ello. Un misterio insondable, considerando que en la familia sólo ha habido canosos. O las canas o menos pelo a partir de ahora. Cuestión de genes o caprichos del karma.
Menos mal que el blog llena, aunque parcialmente, el vacío que me deja el fútbol. Es hora de escribir, aunque se tenga un trabajo a tiempo completo o se maneje un camión de carga, como aconseja un cronista experimentado. Debería de celebrar este día por doble partida. Pero ya saben, soy enemigo acérrimo de los días especiales. Nadie ni nada es especial, quizá el murmullo del agua o el vuelo de un pájaro, por conceder algo. Estamos aquí por accidente. Hay que seguir viviendo o pudriéndonos poco a poco, según se vea. El mundo es un lugar de cosas inesperadas. Hace treinta y cinco años que contribuyo a la podredumbre con la que Dios abona su inmenso huerto, a decir de un poeta español cuyo nombre no recuerdo. Hoy es un día especial para los blogueros, según algún iluminado de pacotilla. Me llena de orgullo ser bloguero pero ni por asomo voy a celebrar nada. Ni aunque un día como hoy se me haya ocurrido nacer, para variar… ¡qué hijoputa es el destino!
Hola, amigo José: Me ha encantado este artículo tuyo y aunque yo tampoco soy muy partidaria de que se establezcan dias especiales, este me gusta, porque entre otras cosas, ¿Cómo iba yo a comentar nada con alguien como tú, sino fuera por este invento de los Blogs, estando tan lejos geográficamente? También me alegro de que a partir de ahora, te dediques a escribir más; incluso puede que Poesía, inspirado por esa vecina del espejo. Por cierto ¡Feliz Cumpleaños!
ResponderEliminar(sin celebración, claro está) y de ningún modo te sientas viejo; ¡si eres prácticamente un bebé!...ja,ja,ja
Un saludo cariñoso
por los iconoclastas non existen dias especiales !
ResponderEliminartodos los dias son ...
Apreciado José : Cómo será la dimensión de la pandemia, que ya no alcanzan los días del calendario para conmemorar toda suerte de engendros : Día de la secretaria, del ejecutivo, del ingeniero, del drogadicto, de las putas, del árbol, del agua. En fin, que hasta los santos fueron sacados a codazos del calendario para acomodar sandeces dirigidas a tranquilizar la conciencia y estimular el consumo. En Colombia, por ejemplo, el tercer sábado de septiembre- después del pago del sueldo quincenal- celebramos " El día del amor y la amistad". Quien no dé un regalo en esa fecha, corre el riesgo de ser expulsado de los afectos del desairado.
ResponderEliminarComo irredento y terco amante del fútbol me conmovió su elegía sobre el momento del retiro. Para contribuir en algo a aliviar su desazón, le recuerdo esta idea del poeta turco Nazim Hikmet :
" La poesía es lo que nos queda a los hombres, cuando todo lo demás ha fracasado".
No sabias, Jose? Hoy es el Dia de Lalo, reconocido por las Naciones Unidas y la Cofradia Internacional de Blogueros. En este dia todos los que reciben una circular que yo echo a andar en internet deben enviarme 10 dolares por PayPal y yo rezare por ellos. Total, que a cambio de unos miseros dolares se les abren las puertas del cielo. Si te apuras encontraras un lugarcito vacante en el calendario para instituir el Dia del Perro Rojo.
ResponderEliminarBien, no voy a felicitarte por el día del Blog porque detesto como tú los días dedicados a cualquier cosa que se les ocurra a algunos descerebrados.
ResponderEliminarVoy a felicitarte por este post con el que estoy de acuerdo en su totalidad.
Y también, si me lo permites, por ese nuevo año en el calendario de tu vida.
Y voy a dedicarte este palíndromo:
-¿ESO?
-JARAPA PARA JOSÉ.
Un abrazo.
Perdona la tardanza en responder, amiga Selegna (y a los otros amigos también). Todo se debe a la resaca, ja ja, es broma. Aproveché estos días para desenchufarme de internet y entrar en una especie de retiro espiritual que ahora está de moda, por estos lados, jeje. Cuánta razón tienes, gracias a este maravilloso invento de los blogs podemos intercambiar opiniones y visiones del mundo y claro, encontrar muchos amigos fuera del ámbito familiar. Lo de sentirme viejo no es gratuito, a menudo mis amigos cercanos me dicen que por mis actitudes parezco un viejo y quizás tengan razón, hay pocas cosas en esta vida que me arranquen una sonrisa. Gracias por tus buenos deseos y honrado por tu amistad. Un abrazo.
ResponderEliminarAy, eso de llamarme iconoclasta, puedo adivinar que eres tú, estimada Fiorella de Italia, debo admitir que me gusta esa característica. Saludos.
ResponderEliminarCuánta razón, amigo Gustavo, vivimos una verdadera pandemia de días especiales, la cual no es más que una ola de “creatividad” comercial en la que cae todo el mundo. Como se dice comúnmente yo estoy hasta la coronilla de tantas celebraciones con títulos pomposos, por ejemplo, este mes de agosto fue el mes de la Madre Tierra, según sus promotores como si no bastara que nuestra región cochabambina fuera el “corazón de la madre tierra”. ¿quiere más?...en septiembre se cumple otro aniversario más de la región, por esto de los gritos libertarios. Ya me imagino la plata que se han de destinar a las verbenas y otros jolgorios patrióticos. Hay que joderse si uno ha nacido por acá. Gracias por las bellas palabras del poeta turco. Es verdad, en las letras uno encuentra, no solo consuelo, sino también razones poderosas para salir adelante.
ResponderEliminarJa ja, muy buena iniciativa, caro Lalo, y muy solemne el titulo para la cofradía internacional de blogueros, me hace recuerdo a una parodia de Los Simpsons, donde se burlan de los masones y sus ceremonias ridículas. Cierto, para dizque celebrar este día fundamental de la blogueria hay que mandar links de otros sitios como esas populares cadenas de mensajes. Si ya encontraras un día especial para todos los perros rojos, estaría muy agradecido, jeje.
ResponderEliminarUy, me has pillado desprevenido, estimada Maria josé con el regalito palindromico que te lo has currado muy bien, y además está muy delicioso, no recuerdo exactamente que significa “jarapa” pero intuyo que se trata de algo festivo, celebración o algo parecido. Gracias.
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