La felicidad es de pocos (foto Los Tiempos) |
Este no es un país de primer mundo. Nuestra
economía raquítica nos sitúa a la cola de la gran familia sudamericana. Los
recursos no sobran. Toda familia pobre sabe cuáles son sus prioridades. Lo
primero, sobrevivir. Cada dólar obtenido debe ser bien gastado. Cada gobernante
debería saberlo. Con mayor razón aquellos que provienen de los orígenes más
humildes. ¿En qué queda el discurso lastimero del presidente Morales cuando,
supuestamente, de niño comía las cáscaras de naranjas que arrojaban los
pasajeros de autobuses? ¿Qué dice ahora
cuando funcionarios de su partido se rifan el escaso dinero público en
caprichos tecnológicos?
Con los sueldos más bajos del continente,
comprarse una computadora portátil supone más de un año de ahorro. Una laptop es una herramienta básica,
viviendo en la era de la información. En cambio, una tablet es un accesorio relativamente caro y cuya única gran ventaja
es la portabilidad y, nunca indispensable. Una tableta es siempre un objeto
personal como un teléfono celular. Cada quien los adquiere en la medida de sus posibilidades
financieras. Pero comprarse un Ipad (la tableta de Apple), con toda la imagen
de sofisticación que tiene, sólo está al alcance de los hijitos de papá o de frikis tecnópatas que venden hasta su
alma por obtenerla. Carajo, que estamos en Bolivia y no en Silicon Valley. Este
es un país donde mucha gente come todavía agachada en la calle, alrededor de unas vivanderas, por unos
pesitos. Un país donde todavía hay gente que se gana la vida exprimiendo a su
vieja máquina de escribir.
Sin embargo, a pocos pasos de esta postal
anclada en el siglo veinte, funciona el ilustrísimo Concejo Municipal de
Cochabamba, dotado de un salón de sesiones bien acondicionado: sillones
ergonómicos de cuero, un portátil por cada concejal, internet Wifi, etc. Como en cualquier oficina de un alto
ejecutivo. Y lo mejor de todo, vehículos oficiales esperando en la puerta. En
resumen, la envidia de todo funcionario público.
Pero no satisfechos con su jugoso salario, ni
con sus computadoras personales (en el sector estatal, es una constante las
computadoras antiguas de sobremesa), nuestros concejales decidieron premiarse a
sí mismos, encargando anticipadamente su regalito al mago de las navidades, no
vaya a ser que se agotasen en la última semana:
11 tabletas Ipads para once
privilegiados. En total más de 12.000 dólares, incluyendo unas coquetas
fundas. Solamente dos concejales se negaron a recibir las nuevas “herramientas
de trabajo”, aunque su reacción tardía los compromete. ¿Por qué recién denunciaron
ante la opinión pública cuando la compra ya estaba hecha? ¿Dónde estaban los
movimientos sociales, encargados de controlar a sus autoridades, según los
postulados del Proceso de Cambio?
Con todo el cinismo
del mundo, vi cómo el presidente del Concejo (foto), declaraba a los medios que
la actitud de los concejales renuentes se debía a una “actitud política”, que
sólo querían perjudicar, buscando protagonismo, como si fueran perros del hortelano.
Para más muestra, aquí una galería del cinismo, rayando en lo absurdo o
infantilismo:
-Según David Herrada (presidente
del Concejo) la compra de las tabletas electrónicas beneficiarán a la población
a través del “trabajo de los técnicos y concejales”(Diario Los Tiempos).
Me pregunto en qué medida trabajar con unos
portátiles o tabletas hará la diferencia. ¿Ayudará a que los concejales aumenten
también su velocidad de procesamiento mental y en tiempo real? ¿Será que los ciudadanos
podremos acceder aunque sea a palpar su pantalla, considerando que los han
denominado como activos fijos del municipio?
-El vicepresidente del
Concejo, Rolando Cáceres, dijo que su trabajo debe ir de la mano del apoyo
tecnológico.“Las autoridades podrán sacar fotos, grabar vídeos, audios y
mandarlos por correo, además de subir y bajar información”, acotó Cáceres
refiriéndose a las inspecciones como parte del trabajo de fiscalización (Diario
Opinión).
El colmo de la majadería, cuando está claro
que los concejales oficialistas no van ni a supervisar las zanjas que se han
abierto en todo el centro de la ciudad y que para terminar un trabajo en apenas
una cuadra tardan hasta meses, cuando de acuerdo a la Sociedad de Ingenieros no
debería pasar de una semana. Me pregunto si el concejal Cáceres irá con su fino
y delicado Ipad (vean el tamaño) a embarrarse para sacar fotos a las obras de
alcantarillado, gestión de su amigo Cholango (alcalde Castellanos), cuando es
más práctico llevar cualquier cámara digital.
-La concejal,
Isabel Caero, justificó la compra asegurando que deben estar “a la altura de la
tecnología”. Informó que utiliza la laptop para bajar libros, ingresar a los
archivos del Concejo y más, pero agrega que la actualización es importante. (Diario
Opinión).
¿Sabrá
esta autoridad que la tableta de Apple es de tecnología exclusiva, que necesita
de ciertas aplicaciones (apps) para funcionar a plenitud y como tal es incompatible
con los programas de Microsoft, de uso abrumador en todo el mundo, incluyendo
en la esotérica administración que encabeza su jefe Evo Morales? (como muestra,
la página oficial del Concejo funciona con tecnología Flash, lenguaje no
soportado por el Ipad). Una cosa es segura, los concejales siempre han estado a
la altura de los acontecimientos: siempre oportunos y diligentes a la hora de
sacar ordenanzas como el de restringir el parqueo en la plaza principal y
aledaños, a la ciudadanía, pero no para el alcalde y ellos mismos. Más veloces
que un rayo para condecorar a Evo por el solo hecho de ser presidente y, que
para disimular condecoraron también a personalidades destacadas de la ciudad. Tan
brillantes como para haber declarado con toda solemnidad, el año anterior, “visitantes distinguidos” a unos pajarracos migratorios. A este paso, uno
se pregunta si también actualizarán su lucidez, acorde a las tecnologías de
punta. Antaño, sólo se necesitaban ojos y oídos para fiscalizar. Y mucha
voluntad para caminar. Hoy pareciera que
las autoridades no quieren salir ni a la esquina sin gastos de representación, choferes
y juguetes tecnológicos. Como si compitieran con las caprichosas estrellas del
mundo de la farándula.
“Oh hermanitos
míos”, mucho me temo que vivimos en una distopía futurista, digna de una novela
de Anthony Burgess. Cuando no hemos ni terminado de instalar los suficientes baños
en los colegios públicos. Cuando no hemos ni equipado suficientemente a las bibliotecas
del municipio. Cuando no podemos ni dotar completa y oportunamente de
medicamentos a los hospitales como responsabilidad de la alcaldía. Cuando fácilmente, ese dinero en cuestión se
podría haber empleado para la compra de basureros (papeleros)que
misteriosamente ya no queda ni uno en el centro de la ciudad. Con lo repugnante que resulta levantar la
tapa de los contenedores en mal estado, la gente prefiere tirar a la acera los envoltorios
de sus caramelos. Cuando los concejales no han ido ni a verificar en qué
condiciones están los parques infantiles, otrora orgullo de la ciudad. Camino a
casa, circulo a diario por el Parque Acuático, y hay que ver cómo está de descuidado,
y pero aún; observar, cómo se amontona la basura que los mismos trabajadores
del servicio de aseo depositan dentro de sus vallas. ¡Y los niños jugando a
pocos metros! Y mientras tanto, los concejales más preocupados en mirar su
correo electrónico o pasear por Facebook. De otra manera, para qué sirve un
Ipad.
!El Concejo Municipal con Ipads! Como se deben divertir… Por supuesto que no estoy contra el aparatito de Apple, yo mismo le he regalado a mi mujer el último modelo, y lo uso cada vez que ella se descuida. Pero es mi dinero, y es mi mujer y es nuestra Ipad. Nosotros podemos darnos el gusto, como particulares, pero me pregunto si es lo más acertado para un grupo de funcionarios públicos con las limitaciones que tú mencionas. No sé, tal vez para la municipalidad de Cochabamba un gasto de 12.000 dólares sea moco de pavo. Y si encima se trata de hacer feliz a todas esas personas…
ResponderEliminargrande josè! me parece de vivir en cochabamba!!!ciao!
ResponderEliminarfiore
Tú lo has dicho, estimado Lalo, es tu dinero que te permite pagar el “capricho” de comprar un Ipad, aunque la compra (para los concejales) hubiera sido de una tableta más barata sería igual de reprobable, considerando que tienen un portátil para cada uno pagado por el dinero público. No necesitan más, suficiente con que tengan una buena conexión de internet para sus “actualizaciones” que dicen necesitar. Doce mil dólares es mucho dinero para nuestra economía, con ese monto se puede comprar una camioneta de trabajo en buen estado o dotar de unos buenos papeleros a la ciudad. No estamos para lujos. En otras palabras, es como un insulto a la pobreza del país. Pero qué se puede esperar, si el gran caudillo se ha comprado un avión ejecutivo. Los cortesanos quieren seguir la estela.
ResponderEliminarHola Fiore. Efectivamente, vivir en Cochabamba es de lo mejor si se tienen los medios: un buen sueldo, coche nuevo y de paso un Ipad, y para rematar, un excelente clima. ¿qué mas se puede pedir?.Saludos.
ResponderEliminar¡Ay José! En Colombia los parlamentarios lloran porque el dinero no les alcanza para el suministro de gasolina de sus camionetas de lujo, financiadas con dineros públicos.A cada nada se desplazan en gavilla hacia algún remoto país, sin que se conozcan nunca los resultados de su gestión, si es que hubo tal cosa.
ResponderEliminarCada vez que leo sus dolorosas notas sobre Bolivia, pienso en ese no menos doloroso libro de Eduardo Galeano, titulado Las venas abiertas de América Latina.
Perdone la tardanza otra vez, estimado Gustavo. Aqui nuestros políticos no han llegado a llorar por gasolina, porque tienen bien presupuestado este item y con holgura además. Es lo primero que piensan a la hora de aprobar el plan operativo anual, aunque despues se olviden del dinero para otros proyectos que interesan a la comunidad. Mire, que no solo han pensado en los Ipads, sino tambien ya han anunciado la compra de nuevos coches para el Concejo, porque sostienen que los que tienen ya están "obsoletos".
ResponderEliminar