Puente 6 de Agosto y su gemelo al fondo (igual de inservible aunque no se haya caído) |
A casi un año del colapso del tristemente célebre puente de
la avenida 6 de Agosto, hace unos días fui
a conocerlo en persona y presentarle mis respetos a tan sobresaliente obra de “arte
conceptual” (como en ese entonces sugirió un amigo en que debería convertirse, al ver las imágenes). Recordemos que el papeleo y la guerra de
acusaciones entre los responsables del engendro urbanístico (que por muy poco
derivó en auténtica tragedia) y los burócratas de la Fiscalía, duraron más de
seis meses mientras se decidía qué hacer con los armatostes retorcidos, legado funesto del exalcalde
Cholango.
Luego de profundas cavilaciones, análisis al centímetro,
tomas de muestras infinitas y otras meticulosas investigaciones, en las cuales
no faltó la convocatoria a puentólogos
argentinos y otros expertos extranjeros, amén de la inevitable verborrea de políticos
y otros opinadores de distinto calibre que gustosos añadieron su cuchara a la
sopa, finalmente las autoridades del municipio obtuvieron el permiso necesario
para meter mazo al asunto, aunque parcial, para lo cual se contrató a una
empresa especialista en demoliciones. ¿Cómo se le pudo caer el puente, precisamente
a una constructora experta en puentes, con más de treinta años de antigüedad
como andaban pregonando en la televisión en aquellos días posteriores al
desastre? ¿Habría que puntualizar que son gajes de la experiencia, mientras nos
encogemos los hombros y tiramos la plata a millones?
Después de que la empresa demoledora cortó la plataforma maltrecha
y retiró los cables sueltos y otros escombros, hoy cualquiera se puede hacer
una idea más cabal de la vergonzosa chapuza de los constructores e
incompetencia de las autoridades encargadas de supervisar la obra a medida que
se iba construyendo, por todas partes asoman los indicios de que hubo engaño en
los materiales utilizados y falta de cumplimiento de criterios profesionales.
En resumidas cuentas, sólo hace falta ver como quedó la obra, hoy mutilada, para
sospechar la existencia de negociados y otra suerte de irregularidades desde la
adjudicación hasta el estreno mismo. Sirva como ejemplo, que al observar las
uniones entre la losa de la plataforma central y los pilares iniciales que la
sostenían, eran de un grosor parecido a las losas entre pisos que se vacían en
unos edificios normales. ¿Con eso pretendían sostener vehículos de 35 toneladas
y, para peor, sin columnas u otras estructuras de apoyo, aunque cables tensados
auxiliaran desde unos arcos arriba? La misma delgadez de los cables sujetadores
debió de llamar la atención desde el primer momento a los supervisores y la
alcaldía que tiene todo un ejército de ingenieros y arquitectos a sueldo no
hizo nada al respecto. No es de extrañar que recién estrenado el viaducto se
haya venido abajo con las primeras vibraciones del paso de vehículos.
Entre la losa del edificio y el grosor de la losa del puente no había gran diferencia |
Entretanto, nadie es responsabilizado o por lo menos sentado
en el banquillo de los acusados. El exalcalde Cholango se pasea con su grupo
folclórico por todo el país y circula por las calles cochabambinas sin mínimo
de rubor, muy convencido de su “buena fe” con que adjudicó los contratos, como
aseguró en toda entrevista. Su mismo oficial mayor técnico, hoy concejal aunque
suene increíble, aparece cada tanto, con su sonrisita burlona, deslindando responsabilidades
y echando la culpa a sus sucesores.
Por otro lado, el furor inicial del actual
alcalde Leyes de “demoler la corrupción” caiga quien caiga, quedó en mera
alharaca con que inauguró su gestión. No sabemos en qué quedaron las
investigaciones, pero sí sabemos que nadie ha sido arrestado. Por el volumen
del desastre, por los millones que se despilfarraron, los autores bien
merecerían sanciones ejemplarizadoras de cárcel. La empresa constructora
debería de inicio devolver el dinero, sin entrar en sanciones y compensaciones.
Pero a lo mejor, tal vez sus dueños están esperando que se les otorgue una
medalla de reconocimiento, ya que está cerca el aniversario departamental, por
tan rutilante obra de deconstrucción,
atendiendo a las contemporáneas modas conceptuales que sacuden el mundo del
arte. Gracias a su visión artística, la ciudad cuenta hoy con un nuevo
atractivo y, por si hiciera falta con su puente gemelo, ya que no sirven para
el paso de vehículos, bien pueden cumplir la maravillosa función de arcos de
bienvenida a la Llajta. Por unos módicos cuatro millones de dólares que
costaron los esperpentos, digo, los monumentos.
A la remoción de escombros y limpieza del lugar, el alcalde Leyes llama "reconstruir". |
Apreciado José: de punta a punta, América Latina está plagada de " obras civiles" que bien podrían formar parte de un catálogo de la infamia.
ResponderEliminarEn Colombia nos damos incluso el lujo de construír puentes donde no hay ríos. A esas aberraciones éticas y administrativas algunos les pegan la etiqueta de " realismo mágico" y con eso queda despachado el asunto.
Hace un par de años, un bandido de apellido Nule, diestro en artimañas para saquear a la sociedad, tomó prestada- fuera de contexto- una frase de San Agustín y con eso dejó zanjado el problema. " La corrupción es inherente a la condición humana", reza la sentencia de marras.
Mire cómo nos parecemos: en cierta carretera del norte de La Paz , concretamente en la región de los Yungas, tierra de lujuriante vegetación y precipicios infernales, han hecho un puente para salvar una quebrada. Lo raro no es que sea un gigantesco armatoste de cemento, sino que a los lúcidos constructores se les ocurrió tenderlo al menos tres o cuatro metros por encima de la carretera, dejándolo prácticamente al aire, sin aparente solución. Prometo mostrarle algun dia cuando publique una colección de aberraciones de nuestro paisito mágico.
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