19 diciembre, 2017

3 Un plato como para graduarse



Filete agridulce a la Mariana

El último fin de semana, una de mis primas menores se graduó de Gastronomía, toda una novedad en la región, pues es una profesión recién salida del horno, digo de aulas universitarias. Sabe paradójico que la autonombrada y mil veces publicitada como “capital gastronómica de Bolivia” no ofertaba en ninguna de sus universidades alguna carrera relacionada, hasta hoy. Pero los cochabambinos somos unos capos cocinando y, fundamentalmente, diestros en el arte de devorar todo lo que nos salga al paso, eso no nos lo quita nadie. En la tierra de las mil cocinas, llueve la comida más que el agua. Pero de recetas y preparados gourmet, andamos lamentablemente escasos. 

Como es tradición popular, ningún egreso académico está completo sin su correspondiente agasajo, por pequeño que sea. Mis tíos organizaron una sencilla recepción social en casa, invitando a los familiares más cercanos y a los amigos de la homenajeada.  Y, lógicamente, donde hay reunión tiene que haber algo de picar, que el apetito se manifiesta con mayor intensidad en grupo, por una extraña razón. 

Parecía que la graduada lo tenía fácil y que sólo debía limitarse a disfrutar de su fiesta, como ocurre en la mayoría de los casos. Pero la comida correría a cargo de ella, qué mejor que poner en práctica sus flamantes conocimientos culinarios, para graduarse con honores ante los parientes y demás invitados. Juiciosa coherencia, desde todo punto de vista, aunque ello haya implicado laboriosos preparativos desde el día anterior. No hay mejor forma de cerrar la boca de algunos escépticos (empezando por este escribidor) que convencerlos por la vía de la degustación. 

Promediaban las nueve de la noche cuando sirvieron el platillo estrella. Una atractiva combinación de carne de cerdo al horno con filetes de pollo relleno con jamón. Impagable la sensación de alternar bocados de ambas carnes, sagazmente enriquecidas con una salsa agridulce de tumbo. Gratificante juego de sabores en la boca que se acompañaba con la exquisita suavidad de los pequeños bollos de yuca y plátano (no el común, sino el de cocina) sutilmente rebozados en huevo batido y freídos al momento de servir. Remataba el decorado una sobria ración de fino fideo al vapor con virutas de calabacines, berenjenas, pimentones y zanahorias, que no solo aportaban color sino también saludable sabor. En esa noche calurosa de sábado, una cerveza Huari en su punto más frio, fue el refrescante colofón a una magnífica velada. 

El que no se graduó ni de fotógrafo soy yo, vean la foto que no le hace justicia, por si las dudas.

3 comentarios :

  1. Hombre, José : esta prima suya si que nos ha sorprendido con ese plato que, en principio,seduce la vista.
    Y ni qué decir del paladar.
    Pero no comparto eso de que el apetito tenga una raíz gregaria: aquí estoy solo frente al computador y con el paladar poblado de un montón de sensaciones, por lo pronto virtuales.
    ¡ Lástima estar tan lejos de Bolivia!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y la sensación pudo ser mejor, si es que mi cámara no fuera algo limitada(las fotos nocturnas son su gran defecto), o tal vez sigo siendo un torpe aficionado para la fotografia, usted sabe, la degustacion es mi fuerte, je je. Debe de ser el único hambriento virtual del mundo, estimado Gustavo, y me temo que no hay receta para ese mal. Espero que algun dia pare de sufrir, como diria algun sectario evangélico.

      Eliminar
  2. Enhorabuena por la labor tan grande que realizais con el blog, Dios os bendiga :D

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
 

El Perro Rojo Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates