El rey de la elegancia |
¡Ah! futboleros cuánto nos maravillamos al revisionar
nuestros archivos videográficos o los que han tenido la suerte de asistir a
inolvidables tardes de espectáculo sobre el gramado, para ver ‘pasear’ el balón
entre los botines de los ‘elegantes del fútbol’. No estamos hablando de ‘futbolistas elegantes’ o de los mejor vestidos,
que es otro tema, más de tabloides o revistas del corazón, así que, los
que vais de ingenuos pasad de este post.
Todos los futbolistas tienen ciertas características
comunes. Algunos tienen corte batallador o gladiador, ‘jugando a muerte’ cada partido
(Puyol, Ramos, Rio Ferdinand). Otros no sobresalen pero tienen oficio (Gattuso,
Busquets, Cambiasso). Algunos son muy técnicos (Xavi, Iniesta, Messi,Nasri). Muchos tienen el tipo atlético y son rapidísimos en
el campo (Etóo, Drogbá, Cristiano Ronaldo). Algunos, son más bien toscos aunque
efectivos (el madridista Pepe, el holandés de Jong). Pero existe una rara
especie, la de aquellos jugadores que tienen una manera única de desenvolverse
en la cancha, que los distingue del resto, es aquella que eleva el juego a
niveles artísticos o de belleza plástica.
La elegancia futbolística, podríamos decir que es el
estilo con garbo, imprimiéndole al juego un toque de glamour, de fineza, de exquisitez. Es una cualidad o virtud
reservada a pocos. Los elegantes nacen, no se hacen ni con mucho entrenamiento
o escuela. Estos privilegiados poseen ciertos rasgos especiales, a saber:
- Los elegantes no se caracterizan
por la rapidez, la explosividad o la agresividad de juego. Son más bien la
pausa, la tranquilidad, el cambio de ritmo, el control del juego.
- En contrapartida son mentalmente rápidos. Son los
pensantes del fútbol, anticipan dónde van a poner el pase.
- Son los domadores del balón, los que miman la
esfera, los sutiles a la hora de golpearla.
- Son en su mayoría jugadores de corte
mediocampista, aunque pueden haber delanteros finos o de corte defensivo
(Paolo Maldini fue un defensa elegante).
- Son los rompedores de la monotonía o mecanización
en que puede caer el juego.
- Los elegantes no van de sobrados, que tanto
irritan a los contrarios (presumir una jugada bonita o pretender humillar
al rival no tiene nada de elegante, CR7 e Ibrahimovic bien que lo saben).
Jugadores elegantes
Según leí por ahí, don Alfredo
Di Stéfano era un prodigio de elegancia, aunque no quedan muchas imágenes
de su juego.
El gran Johann Cruyff,
su extrema delgadez le permitía ser rápido (una excepción) pero controlaba el
balón con tanta maestría y corría con gran distinción.
Romario fue quizá el delantero más elegante.
Era capaz de fabricarse jugadas de corte fino, ‘rompiendo’ la cintura a los
defensas rivales y era tan sutil a la hora de definir que su juego parecía de
un minicampo o consola de videojuegos, por ahí a Valdano-que entiende de
fútbol- se le ocurrió decir que parecía un ‘jugador de dibujos animados’.
El danés Michael
Laudrup, cuando recaló en Barcelona
en aquel recordado ‘dream team’ de Cruyff, era
especialista en el toque fino o sutil, sobre todo el pase correcto mirando a otro
lado.
Fernando Redondo, tenía una zurda de gran zancada
pero imponía una pausa con tanto garbo, maestría en el quite y también, dicen
las malas lenguas que abusaba del juego con manos para proteger el balón.
El holandés Dennis
Bergkamp, un jugador frio emocionalmente, pero técnicamente fino. No obstante, esa frialdad le permitía derrochar jugadas de gran belleza,
todos recordarán aquel gol a la Argentina en el mundial de Francia 98.
Pero para mejor muestra (al menos la mía), llamemos al ‘rey de la elegancia’, Zinedine Zidane, alias ‘el gran Zizou’, ‘el mago’, ‘Harry Potter’, ‘el
Mariscal’ y otros motes que elogiaban su magia. Habiendo demostrado sus dotes
extraordinarias por grandes equipos, era un prodigio en el centro de la cancha,
aunque a veces lo traicionaba su temperamento, que influía en un desempeño irregular, ello no le impidió, sin embargo, brindar a los aficionados jugadas de
gran manufactura: los recortes a los contrarios, los giros inesperados, las voleas
imposibles y qué manera más elegante de ‘matar’
(parar) el balón cuando venia alto o al ras de la línea lateral.
Podríamos añadir en este selecto club, al genial Zico, Bobby Charlton, Beckenbauer, Platiní, Enzo Francescoli (ídolo de Zidane), los delanteros Van Basten y Davor Suker.
Podríamos añadir en este selecto club, al genial Zico, Bobby Charlton, Beckenbauer, Platiní, Enzo Francescoli (ídolo de Zidane), los delanteros Van Basten y Davor Suker.
Lamentablemente, cada vez es menos frecuente hallar jugadores
de estas características, quizá porque el corte táctico o esquemático del
fútbol actual lo impide. El último ejemplo, sea tal vez el ex madridista Guti, quien desplegaba a momentos un fútbol garboso pero sin
alcanzar cotas de grandeza.
No quería ser injusto con un futbolista que tuve la dicha de
ver en el deporte patrio, un centrocampista pausado y elegante llamado Milton ‘Maravilla’ Melgar, que paseó su fútbol entre otros, por River Plate y Boca
Juniors.
¿Y a todo esto, qué fue de los más grandes del balompié?
Pelé no fue elegante, a pesar de habernos
obsequiado jugadas espectaculares y haber
marcado más de mil goles en su prolífica carrera.
Maradona es la antítesis de la elegancia pese
a su grandeza y pese a haber marcado el gol más bonito de todos los Mundiales.
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