Autoridades cochabambinas y artistas cantando a viva voz como acto de desagravio (Foto: Opinión) |
Este país no tiene remedio. Sumido en las tinieblas, en el baile perpetuo rumbo al abismo. Hace doscientos años que aspira a la modernidad, sin embargo, lo único que ha conseguido es una identidad caricaturesca, digna de lástima. No somos nada y aún así nos consideramos el ombligo del continente, el centro irradiador de “revoluciones” y otros proyectos floridos de dudoso calado. Muchos aventureros trastornados por alucinógenos o por literatura de la Nueva Era quieren venir a beber de nuestra sabiduría, elaborada en una paila de supersticiones atávicas. Chicha de ideas disparatadas como para alfombrar las calles. Como si la circunstancia geográfica nos hubiera bendecido automáticamente para dar lecciones a diestra y siniestra. Y todavía tenemos la ingenuidad de exigir que nos aplaudan las ocurrencias.
Muy ocurrente fue nuestro rey chiquito de la
imponente figura que fue a dar la lata en el auditorio de la ONU. Habla como si
soplara una trompeta oxidada. Muy original plantear de su parte la conformación
de un tribunal exclusivo para juzgar a Obama, culpable hasta de provocar
huracanes por un pestañeo suyo. La Madre Tierra clama venganza por el atropello
constante a sus hijos. De pronto, ya no le basta el título fatuo de proclamarse
como el líder antiimperialismo de toda la galaxia. Sueña con ser el guachimán
de la paz mundial. Pretencioso justiciero de la capa arcoíris. El enviado de
los dioses para desterrar la corrupción capitalista que embarga a todo el orbe,
haciendo chasquear su chicote cósmico. Virginal, incuestionable, transparente,
rebosante de integridad, la humanidad suya exudaba ríos de intachable moral. A
la vista de ese rostro severo, moralizador y enérgico, hasta los asientos vacíos
temblaban. Si eso es legitimidad, que me parta un rayo.
Si Evo fue a regañarle a Obama en su propia
casa -un gesto valiente que será recordado por generaciones de socialistas de último
momento y otros pirados-, también pudo aprovechar la tribuna internacional para
causas más justas y serias, como denunciar el constante abuso de aduaneros
chilenos a camioneros bolivianos, últimamente hostigados con cualquier excusa,
violando flagrantemente el Tratado de 1904 que establece el libre tránsito
hacia determinados puertos del Pacífico. Colas interminables de camiones no
entran en la preciosa agenda de Su Excelencia, más preocupado por promocionar
su rocambolesco liderazgo y dar rienda suelta a sus resentimientos. El chiste
es que se hable de él entre todas las cosas.
En vez de estrellarse contra el imperio, como
un carnero tozudo que embiste a todo, se detuviese a reflexionar sobre los
intereses reales del país. Pero la reflexión no es lo suyo. Sus delirios de
sentirse perseguido ya no encuentran asidero en ninguna parte. Pierde el tiempo
solemnemente con tanta bravuconería y amenazas que solo alimentan el
anecdotario. Entretanto, todos los bolivianos pagamos los platos rotos y cargamos
con las risas condescendientes a nuestras espaldas. Una singularidad pintoresca
somos en boca de todos. Porque el show debe continuar…
Hablando de piratas, no solamente navegan en
las aguas procelosas de África oriental o surcan el aire dispuestos a asaltar
las naves sagradas de los guerreros de la dignidad. La piratería está a la
vuelta de la esquina, con muestras constantes de saqueo cultural. Los
gobernantes no hacen nada salvo rasgarse las vestiduras con actos pueriles de
desagravio. Jamás llevan los casos a instancias internacionales que es lo que
debería importar. Evo nunca ha pisado las oficinas de la Unesco. En vez de
importunar y jugar al paladín de los desarrapados haría bien en promover leyes
sobre bienes culturales o exigir su cumplimiento. Por eso no nos tienen respeto
y los mercachifles musicales de otras partes actúan impunemente.
Hace meses que se denunció que el segundo
himno de Cochabamba había sido pirateado vulgarmente por un grupo peruano de
música folclórica. Estos oportunísimos ladrones culturales se esforzaron lo
suficiente para copiar todo el texto, reemplazando topónimos como “Cochabamba,
rio Rocha, Tunari” por los de su pueblo querido. Así nos enteramos de que
existía una tal Quillabamba o “pampa de la luna”, tierra de unos lunáticos que
se quisieron pasar de listos más bien. Y todavía tienen el desparpajo de
promocionar su engendro como un “bonito tema del recuerdo”, como si fuera una
canción del ayer; recuerdo de hace pocas lunas, querrán decir.
¿Por qué Evo no movió un pelo para denunciar estos
robos descarados al patrimonio cultural boliviano en vez de tanta cháchara
insulsa que despliega en todo foro internacional?...ya lo sabemos, la
indignación se queda en anodinas notas de protesta que Cancillería hará llegar
de oficio, seguramente. Por una vez sería positiva tanta alharaca y generar
conciencia masiva ¿A quién le importa que autoridades regionales organicen un
día del desagravio como el efectuado ayer, con trajes de época incluidos? Así
hayan declarado patrimonio histórico a la canción de marras y se hayan acordado
del nombre del compositor. Con papeleos solemnes y pergaminos no resolvemos
nada, mucho menos con bailecitos en la plaza principal. Este es un día
histórico, dijeron, no se sabe si por los árboles que se mecieron al son de ese
hermoso taquirari o por el baile pata de palo que las autoridades se dignaron
brindar a modo de homenaje.
Para su consideración:
- La original “Oh Cochabamba querida”
- La pirata versión peruana “Oh Quillabamba querida”
Apreciado José: en general para los latinos la vida toda está volcada hacia el exterior, sin el más mínimo intento de introspección ; ese hecho nos imposibilita para conocernos a nosotros mismos. De ahí que hagamos de todo un puesta en escena, un acto teatral recargado de utiletría y desprovisto de vida interior. Por eso nuestras manifestaciones de la alegría o la tristeza son siempre histéricas, sobreactuadas. Por ese camino, la caricatura del folclor se convierte en nuestro último refugio. La panda de caudillos pintorescos y sanguinarios detallada en nuestras historias nacionales es una prueba de ello.
ResponderEliminarTiene usted tanta razón, amigo Gustavo. La vida es puro teatro en estas latitudes, pero llevado al colmo, a la cima de la ridiculez. Con razón, hasta nuestros futbolistas se revuelcan de “dolor” cuando algún rival los derriba o apenas los tocan. La sobreactuación nos define a cabalidad, dramáticos hasta el paroxismo, somos. Es fácil tocarnos la vena sensible, de ahí que los políticos y demás demagogos saquen pingues beneficios. Sus palabras me hacen evocar esa estampa de tener hasta lloronas profesionales en los entierros. ¿O era ficción de algún autor?, en fin que ya no tengo clara la cosa.
Eliminarja! me ganaste con lo del vengador Justino Morales, estimado José... Lo del cocalero "Vengador d vengadores" ya es patético. Los lujos, y su corte d adulones y d odaliscas le han convencido q es el mismisimo Pachacutec reencarnado. Bicho digno d un psiquiátrico con trabajos forzados. Terrible.
ResponderEliminarLo d la canción pirateada -q ni me debiera quitarnos el sueño- ha sido bien utilizado por los bufones locales q aplican al pie de letra la receta corporativa: Pan y circo. La foto q acompaña el texto es emblemática, puro circo hicieron en la plaza principal.. Y no faltan los disfrazados e idiotas q se prestan a la payasada. Es q en un pueblo demasiado elemental, nos encanta agrandar el chisme, armar la duradera farándula y entonar emocionadísimos los quichicientos bailecitos. Así concebimos la Patria y la pertenencia geográfica-cultural! Muy buenos somos para identificarnos con trapos y canciones; ultra-recontra malos pa cuidar o reclamar por la educación, la higiene, el ornato y otras cosillas más q si tienen q ver con ese "verdadero amor/orgullo" por el terruño. En fin, tarea para largos siglos..
Abrazos, José.
El pirata soy yo, estimado Achille, je je. En verdad te “robé” aquello del justiciero con tu evocación de El Justino y su chicote que comentaste en el anterior post, espero sepas perdonarme el plagio, ya que estamos hablando del asunto. Te doy la razón, es una pena que nuestros artistas -que se supone tienen cierta sensibilidad- se hayan prestado de buena gana a formar parte del circo en la plaza principal, y el bailecito con trajes antiguos fue la guinda en el pastel. Me la pasé riendo-no vale la pena avergonzarse- viendo a las autoridades imitar torpemente el taquirari ese. Tus palabras son contundentes: no hemos dejado el altoperuanismo, todo sigue igual. Gracias por tus valiosos comentarios. Un abrazo.
EliminarGracias por tus palabras, estimada Emilia. Desafortunadamente ya no hago intercambios con directorios y webs similares, por motivos que ralentizan la carga del blog. Espero que sepas comprender. Un abrazo.
ResponderEliminarah, tutto è folklore mio caro, dai travestimenti ai discorsi deliranti del nostro evon, ( cambiare pusher evo!). giustamente invece di pensare a cose serie legge fantasy e sogna che Obama venga sacrificato su un altare.
ResponderEliminarqui nella allegra Italy siamo nella m..,totale. migranti morti a centinaia, i vivi che operano già in italia la stanno riducendo a terzo mondo.il nostro clown che un giorno dice una cosa e poi cambia idea, i seguaci ,tutte facce da cana e puttane, non sanno più che fare.
mala tempora currunt querido che negli usa ormai i poveri sono na vergogna da mattere sotto il tappeto.
non so cosa stia succedendo al mondo, potrebbe essere che a furia di incendiare i campi di oppio o di maria ci siamo drogati tutti???
stavolta sono più amara di te.
ciao josè, (arriva l'autunno con le pioggie e ..les feuilles mortes..
ciao ciao
fiore
Ya te extrañaba, cara Fiore, había pensado que estabas de viaje. Terribles las noticias que llegan de Italia con los centenares de africanos ahogados en busca de un destino mejor. Es incomprensible que a pesar de todos los peligros esta gente se arriesgue, es que muchos están desesperados o se dejan engañar fácilmente por los traficantes de personas. El mundo esta loco y no hay quien lo arregle. Ya ves, hay tanta ignorancia que los pillos y demagogos cosechan a manos llenas, aún en medio de la pobreza y miseria. Si en tu país hace frio y llueve, aquí el calor nos invade y todo sigue seco. Todo al revés como el sentido común y la lógica también patas arriba. Un abrazo.
EliminarLa insistencia en el “acervo cultural de la nación” es por supuesto un rasgo de inseguridad, es como si cada vez que nos presentaran a una persona le dijéramos que somos ricos, muy ricos, y que en casa tenemos una biblioteca de 20 metros. Los países más seguros de sí mismos también hablan de sus valores nacionales, pero con más naturalidad, no necesitan hacer demagogia.
ResponderEliminarCierto, cierto, los bolivianos somos tan patrioteros que no olvidamos de incluir el folclore en nuestra rabietas nacionalistas. Estoy hasta la coronilla de escuchar que tenemos la menor música, comida, bailes, etc del mundo, como si el resto no existiera. La autocomplacencia nos define y todo nos parece de puta madre con tal de que sea producto nacional. De ahí que hasta los políticos se aprovechan para hacer campaña con cuestiones culturales. Ja, no sé cuantos metros tendrá la biblioteca de nuestro vicepresidente que se jacta públicamente de sus 20 mil libros. Yo, más pobre que una rata no lleno ni un estante, jeje.
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