6 La cumbre sindical antiimperialista, otro paseo turístico

Ay, otra vez nuestra bucólica ciudad volvió a hacer historia al albergar durante tres días el Encuentro Sindical Internacional Antiimperialista con el gran objetivo de “consolidar un bloque mundial de trabajadores que haga frente a políticas imperialistas”. Llegaron representantes de alrededor de 20 países para reunirse con los nacionales y discutir de una vez por todas cómo acabar definitivamente con la plaga que ha asolado a la humanidad en los últimos siglos. Esa plaga, al parecer, responsable de depredar la madre tierra hasta límites insospechados,  que está acabando con el agua y demás recursos naturales, provocando sequías, terremotos, tornados, epidemias, y hasta cáncer en algunos capos revolucionarios, según sus visionarios profetas.

La cita fue inaugurada por el ultraterrenal líder de la naciones (en su condición de jefe temporario del G-77), caudillo universal de la coca milagrosa y gran guerrero non plus ultra contra el imperialismo. La fecha no había sido casual, pues se recordó el primer aniversario de la gesta heroica que el caballero arcoíris sostuvo contra los malvados en los inamistosos cielos de Europa, batalla que superó con creces a la célebre Batalla de Inglaterra, pues continuó en tierra a ras de aeropuerto, donde nuestro ínclito luchador los venció con su indiferencia y su mirada de monolito milenario.

Evo el Austero, en discurso para la ocasión, remarcó en la necesidad de elaborar una nueva tesis política de liberación como guía para las luchas sociales. Denunciando, asimismo, que es hora de acabar con las jerarquías, oligarquías y monarquías; abogando por un  nuevo orden mundial donde no manden empresarios ni banqueros. Eso sí, se le olvidó mencionar qué haría con las dinastías de los Castro, los Chávez, los Kirchner, etc., cuyos miembros ya viven entre algodones, sin necesidad de llegar a ese mundo algodonado que él propone. ¿Y qué era, si no,  el intento suyo de que tanto su hija como la mujer del vicepresidente iban a gozar de privilegios, empezando por pasajes y viáticos, como si fueran figuras de la nobleza?

Grupos abigarrados de luchadores sociales (eufemismo usado por todos los dirigentes y demás parásitos del sistema) se reunieron para acabar con el sometimiento de los pueblos a la dictadura del capitalismo que, según descubrieron, a pesar de ser una ideología obsoleta, decadente y que está en crisis desde hace un siglo, sigue causando innumerables injusticias y alfombrando el planeta con millones de pobres, desamparados y otros marginados que, nunca mejor dicho, siguen siendo marginados ya que no son ellos los invitados ni siquiera para hacer oír su voz, sino que una escogida casta de sindicalistas acude a las reuniones y goza de las meriendas a nombre suyo.

Tan pintoresca estuvo la cosa, que incluso acudieron disfrazados con trajes de faena, empezando por los mineros y sus gloriosos cascos, los cocaleros y sus abultados mofletes, los petroleros y sus azulados uniformes de tela jean (por cierto, invento yanqui), incluso resaltaba un cocinero con su gorro de chef,  y otros representantes de todas las empresas estatales que demuestran lo bien que trabajan por el país, arribando por centenares para ovacionar y aplaudir al amado líder y hacer sentir que su sector es más entusiasta y comprometido que los otros. Sindicato de los cojones, ¡presente, señor presidente! Que el Ministerio de Culturas y Turismo haya sido uno de los principales organizadores nos da una idea cabal de lo turístico que fue el asunto. Tres días que se fueron volando entre discursos, mesas de trabajo, mesas de platillos suculentos, coca colas y lechos suaves para los visitantes de lejanas comarcas que no saben decirle que no a los privilegios de un hotel cinco estrellas. Pero claro, si estaba todo pagado. Una vez más, el gobierno hizo historia contante y sonante al financiar descaradamente con dinero público una actividad política de nostálgicos del Che y otros comunistas.

Así se llevó adelante la Internacional Socialista 2.0, que no obstante su odio visceral y rechazo discursivo contra el capitalismo, muchos de sus distinguidos miembros no tuvieron mayor escrúpulo en lucir sus cámaras digitales, laptops, smartphones, tablets, reproductores mp3 (una mosca cojonera me aclara que eran audífonos de traducción) y otros inventos creados por el perverso sistema capitalista. ¿O disfrutar de los viajes a título de comisionados y hospedarse en hoteles lujosos forman parte de los usos y costumbres socialistas? Entretanto, que el pueblo se joda y siga viviendo de esperanza.