Le juro que ganamos, Susanita (entrevistadora), sólo que por modestia no celebramos |
El domingo por la noche, quince horas antes de
que mi televisor colapsara, me sorprendí una vez más de la desbordante energía
que atesora Su Excelencia. Como caído del cielo apareció fulgurante en el plató
de televisión, el pelo le brillaba
sedoso digno de anuncio y el traje se veía impecable como de altivo torero.
Había toreado toda la tarde a sus ocasionales rivales en un partido de
inauguración de un coliseo en Candelaria, municipio cochabambino, santuario de
la mejor papa, dicen.
Apenas había descansado el guerrero del
arcoíris, como todos los guerreros, pues esa misma mañana de domingo llegaba en
su nave invencible luego de haber participado en la Cumbre de las Américas de Panamá,
icónica por unos pajaritos a modo de logo oficial y sobre todo por el
histórico apretón de manos entre Obama y Raúl Castro. Según se creía, todos los
compadres del ALBA iban a abogar por la causa de Maduro -fingiendo
indignación porque por debajo siguen con el business
vendiéndole frutas y rosas al imperio- y Evo Morales era uno de los llamados a
arremeter contra las “inhumanas sanciones al pueblo digno de Venezuela y a su
gobierno soberano, democráticamente elegido” y demás consignas trasnochadas que
gustan esgrimir los gobiernos más autoritarios de la región. La causa del
brutal Maduro fue opacada de inmediato por la llegada de Obama y el cuasi
abrazo emocionado con el comandante Raulito. Como sea, el triunfo fue de Obama,
que de toda su opaca administración solo se le recordará por haber hecho las
paces con la dictadura cubana. Al contrario, S.E. está muy convencido, apelando
a su lenguaje, de que ellos le doblaron el brazo al pérfido imperio. Cuestión
de negocios, decía mi difunta abuelita. Lo saben los carcamales cubanos que ya
sueñan con inversiones inmobiliarias en sus costas.
Destilando terribles verdades |
De lo demás no se recuerda nada, salvo por el
detalle que S. E. -según confesó visiblemente molesto- se sorprendió de que no
se firmara ninguna declaración o documento oficial de la reunión, como se
estila en estas juntuchas de presupuestos indecentes. Sírvase anotar, por
ejemplo, que S.E. llevó una delegación oficial de un centenar de
“representantes de los movimientos sociales” para que participaran de una
cumbre paralela, cita acostumbrada de todos los antiimperialistas y nostálgicos
del viejo comunismo que arreados de todo el continente gozan con los festivales
en nombre de los desposeídos.
A dos semanas de las Elecciones Subnacionales que,
como todos sabemos, el oficialismo
sufrió una clara derrota y sobre todo el caudillo de la revolución que había
apostado personalmente por sus ahijados, ya que según él es su obligación
acompañar a sus pupilos durante las campañas; por fin S.E. se dignó en dar la
cara de manera oficial para ofrecer una explicación de los acontecimientos.
Haciendo gala de una extraña clarividencia, nos regaló una vez más sus
gestualidades de insigne estadista: por si no se habían enterado los malos
bolivianos y los medios opositores que están ahí metiéndole caña para
derribarlo, su partido (MAS) había ganado nuevamente a las claras. Apeló a las
estadísticas, efectuando comparaciones con elecciones anteriores, señalando
dónde había perdido terreno y dónde había avanzado sustancialmente. La gran
mayoría de los municipios seguía teñida de azul. Hasta los correligionarios que
cambiaron de camiseta para pugnar de manera independiente o en alianzas seguían
siendo suyos. En suma, por poco no dio capote como nos dio a entender. De ahí
que sorprenda que haya tardado tanto en aparecer. ¿Seguía festejando, acaso? ¿a
qué se debía ese largo silencio?, interrogantes que desgraciadamente no se le
ocurrió a la solemne entrevistadora, quizá muy sujeta a los hilos que desde la
Vicepresidencia dirigen el programa. ¿Cómo qué Esta casa no es hotel ?…si hasta le tendieron la cama al amado líder
para que tuviera una plácida entrevista.
Bastante aburrido por la previsibilidad
del asunto, y luego de una hora de paciente atención apagué el aparato para
reanudar la lectura que me había tenido atrapado toda esa tarde. Hay cosas
mejores en esta vida. Aunque sean cosas del pasado. Hay vivencias que siguen
estremeciendo como las de los supervivientes de Hiroshima. Y John Hersey hizo
que valiera la pena desvelarse más de lo acostumbrado. Al dia siguiente apreté
el telemando para oir noticias, apareció una delgada línea luminosa y el
televisor no dio más. La terrible maldición del Évola, supongo.
Quién sabe, José. Quizás lo de su televisor es un anuncio del cielo, una señal de que tanta sandez transmitida a través de sus códigos digitales resulta a la larga peligrosa. Ándese con tiento, no vaya a ser que los emisarios del Arcoiris acaben por estropear todos sus electrodomésticos.
ResponderEliminarY ciertamente estos dias he descansado de la insufrible television nacional, hasta me haria feliz que los canales no saliesen mas, pero resulta que la avería tambien me impide ver mis pelis y series favoritas con las que mato el aburrimiento de fin de semana. Ay, sin cine no podria vivir.
EliminarYo creo que es una buena señal, un mensaje fausto. No para el Evola por supuesto, sino para ti: debes abstenerte de hacerlo reparar. Ponlo mirando a la pared y dedica el tiempo de la TV a leer y/o escribir, que es mas reconfortante. Sobre el encuentro de Obama y Castro, que habrá descolocado a más de uno, es un recordatorio de que las relaciones entre países, al fin de la jornada, siguen casi invariablemente el interés nacional de cada uno. El resto es blablabla.
ResponderEliminarJa, y qué hago sin mi dosis necesaria de futbol (me bastan los goles y algunos partidos puntuales) , sin mi “regreso semanal a la infancia” como diria Javier Marias. He sufrido lo indecible estos dos dias sin haber podido ver la Champions y no ver al Barza fue torturante. Y ciertamente he estado leyendo como hambriento, porque no habia de otra, especialmente cronicas. Mucho he aprendido estos dias.
EliminarDefinitivamente esa casa ya no es sino un asqueroso motel..
ResponderEliminarHace mucho q ya no veo tele ni me intereso en seguir las vilezas d políticos (los horarios d vampiro laborioso tienen al humanitario Jekyll muy ocupado y sumido en sus doctoriles libracos. O sea; Hyde en largas vacaciones), y peor aun esos programitas d pseudo-sesudos invitados a desgranar sus "sapiencias". Pero a ver, el d susanita bejarano es -como bien dices- abierttamente oficialista, y los pocos programas q yo le ví, tenian como lumbreras a puros apasionados masistas (como el marica gangoso ese q ahora creo es un diputadillo o senador y del q -a dios gracias- ya no escuchamos más sus publicitados dislates). Aunque no muy sexualmente dable, viéndola aquí en la 1ra foto, hasta me cae simpática la susanita.. Es q me animo a decir q en sus adentros, sufria ella tb por las inagotables hu-evadas q seguramente salieron d la bocota del cocalero la nochecita esa. Pero claro, como ese poderoso mentecato es quien le da d comer, susanita debe nomás guardar respetuosos silencios ante tan ilustres como locuaces invitados, aunque así tnga susanita al final bstante vejado el ano. Una ascopena.
Muy triste lo d tu tv pues, José.. Y sin embargo bstante ilustrativo tb! Pienso q d tanto obligarlo a sintonizar bodrios y basura oficialista, el muy digno escogió el suicidio.. Respetemos su inteligente decisión para q él, junto a tantos programas basura, descansen en la paz del eterno olvido.
Abrazos.
Ciertamente la tal Bejarano no es ninguna ingenua, se le notaba en esa expresion entre hieratica e incrèdula lo mucho que se aburria con las respuestas del caudillo. Pucha que la entrevista fue larguisima, que despues de una hora me puse a ver programas deportivos. La pobre estaba tan seria que el reloj no parecia correr. Como las ordenes vienen de arriba, se tuvo que aguantar el tedioso trabajito. O tal vez está orgullosa de la tarea, habra sumado muchos puntos a su curriculo, no cualquiera entrevista a tan magno estadista, je. Puff, para el bostezo. Oremos por mi televisor....Un abrazo.
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