No lo digo yo, el magnífico gol de España a Alemania en semifinales del reciente Mundial, “irónicamente lo convirtió un jugador con pinta de agricultor” refiriéndose al portentoso defensa central Puyol, en un artículo del influyente y serio diario inglés The Independent. Aparte de la cuestión muy británica de hallarle ironía al asunto, el tema da para poder aventurar una clasificación sui géneris del “homo ballompedis”. Para dar simplicidad al debate y ciñéndonos a las reglas sencillas de este deporte, dividamos la fauna futbolística en dos campos contrarios:
Futbolistas Agriculturados.- Jugadores que en muchos casos a simple vista intimidan, llevando en la mirada una severidad de pretoriano. Los hay algunos que olvidan entre los implementos deportivos, el peine, la navaja de afeitar o las tijeras. Lo suyo es machacarse en el campo, sin tiempo para arreglarse el pelo y que no se caracterizan precisamente por tener un estilo atildado o cuidado al vestir. No le temen a morder el barro o arriesgar el cuerpo en el combate. Integrarían esta casta, el ya citado Puyol, Diego Forlán, Gattuso, Carlos Tévez, Didier Drogbá, Raúl, etc.
Futbolistas Metrosexuados.- Son el estereotipo del balompié moderno, jugadores que no salen al campo sin antes haber pasado por el consultorio de un estilista. El viento y la lluvia les preocupa sobremanera, pues podrían arruinar el peinado que tanto les cuesta llevarlo. Son amantes de los flashes, la gomina y las gafas de sol. Lo suyo es el piruetismo y egoísmo en el campo de juego. Son los típicos elegidos en el ranking de los más deseados por las féminas. Y ocupan el tiempo libre en filmar anuncios de ropa interior. Encabezan esta especie, notables como Beckham y Cristiano Ronaldo, iconos por antonomasia de esta tribu futbolística.
A los pasos agigantados que el futbol se está “urbanizando”, ya no quedarán más jugadores asilvestrados en el campo. Se imponen paulatinamente los asesores de imagen, los exhibicionistas y los teatreros del fútbol. A pesar de los defensores de esta forma moderna de balompié, y a pesar de los ingleses inventores, se pueden extraer algunas conclusiones:
-Los “agricultores” (gente normal, de la calle, en palabras de Casillas) ganaron el Mundial, y se fueron a casa como héroes.
-Un "agrofutbolista" (Forlán), fue elegido merecidamente mejor jugador del certamen en Sudáfrica 2010.
-Y los "Gomina Boys", se fueron a casa más temprano, con más pena que gloria y con las manos traídas de los pelos.
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