Balsa en la que llegaron los Guerreros del Arcoiris |
El país de las maravillas. El país
donde lo fantástico es real. País de “vigorosos guerreros del arcoíris que
vienen del sur a devolverle el equilibrio a la Tierra”. No lo decimos nosotros. Lo vienen anunciando
desde tiempos inmemoriales que se remontan a menos de una década. El mundo
gira, sin embargo, muy copernicano, sin vueltas de tuerca, ajeno a profecías que
no pasan de meras anécdotas o curiosidades astronómicas. Algunos chiflados habrán
partido al más allá en viaje intergaláctico ante el supuesto fin del mundo. En una
nación vecina tuvieron que prohibir el acceso a un cerro ante el temor de suicidios
masivos. A pesar de toda la parafernalia
apocalíptica, el mundo cuerdo se lo tomó con mucho humor, curiosidad, relajación
o, los más entusiastas, con brindis y jolgorio. Tal como sucedió a un
asambleísta oficialista que después de chocar copas con amigos, en vísperas del
anunciado cataclismo, fue a chocar su vehículo contra el tronco de un hermano
árbol, a quien dejó seriamente despellejado. Luego armoniosamente desapareció
del mapa, tanto que ni sus correligionarios sabían de su paradero.
Apenas despuntó el alba, los gallos
madrugadores de la televisión estatal sacaron el guión: 21 de diciembre. Solsticio
de verano. Día del Pachakuti; tiempo de equilibrio y armonía con la Madre
Tierra. Un acto histórico, transcendental. Renacer de la vida, de la esperanza.
Un mensaje de Bolivia para el mundo. Encuentro de pueblos del mundo por la
Vida. Todo un arsenal de lemas muy solemnes para el acontecimiento que había
sido planeado en una isla del lago Titicaca.
Mientras los helicópteros esperaban al “venerable
maestro, el Tao andino” (así rezaba en una pancarta) para llevarlo al sitio, la
multitud iba poblando lentamente el centro ceremonial montado días antes con
tarima de concierto solo que desprovista de batería de luces. No hacía falta,
el sol sagrado irradiaría la fecha cósmica. Llegaba por fin el gran día, el
cambio en la vida de los pueblos: el fin de la coca cola y el inicio de la Era
del Mocochinchi, tal cual predijo nuestro canciller David Choquehuanca hace unos
meses atrás: “El 21 de diciembre de 2012, hermanos, es el
fin del egoísmo, de la división, el 21 de diciembre de 2012 tiene que ser el
fin de la Coca-Cola, es el comienzo del mocochinchi, del willkaparu, hermanos,
es el comienzo de la pacha, es el fin de la macha, hermanos”
Semanas antes anunciaron a los cuatro vientos
que llegarían presidentes, líderes indígenas y otras personalidades. Hasta científicos
para corroborar los conocimientos milenarios de los sabios andinos, probablemente
intrigados por la insólita capacidad de descifrar los hechos según el brillo de
los ojos de una llama, según reveló un investigador en una entrevista. No
llegaron ni los grandes amigos bolivarianos, seguramente más preocupados en
asuntos serios como la salud de su comandante. Eso sí, se vieron representantes indígenas
de cabellos rubios y ojos azules venidos del norte, entremezclados con indígenas
locales y algunos embajadores que, gustosos se dejaron llevar al hermoso lago,
sagrado para unos, maravilla natural para otros.
Nunca se había visto una congregación
tan abigarrada de turistas, unos diez mil según los cálculos de los
organizadores, que cambiaron el pantalón corto por trajes típicos de sus países.
Pintoresco mosaico junto a los emponchados locales que, extasiados por las
cornetas “ancestrales” de cuerno de vaca y el humo de los sahumerios se
regocijaban a tiempo que presenciaban coreografías de danzas originarias. Los
jerarcas, bien sentados en lo alto, cuchicheaban e intercambiaban sonrisas como
antesala a los discursos.
Por fin, el gran caudillo se levantó de
su asiento y se dirigió al estrado. Saludó a todos los compañeros y compañeras
y tampoco se olvidó de los hermanos y hermanas. A continuación procedió a leer
su discurso. Fue tan largo y tedioso que invitaba a la siesta a sus invitados
sentados tras él. Sin embargo, hizo declaraciones reveladoras y proféticas: “Es el primer día del fin del capitalismo salvaje(…) Este nuevo tiempo tiene que
ser el inicio del fin de las monarquías, jerarquías, oligarquías y de las
anarquías del mercado y del capital. El ´Pachakuti´ ha llegado y quienes ahora
nos reunimos en la Isla del Sol somos los ´guerreros del arco iris, del vivir
bien"(…) El capitalismo ha creado una sociedad despilfarradora" (ahí está el mejor ejemplo, despilfarrando más de un
millón de dólares en la organización de una fiesta que reunió a miles de
devotos de su figura, más estrechamente alineados que los planetas). Sin duda, hermosas palabras que tendrán mucha
repercusión en ese mundo inmerso en una vorágine consumista. Ovaciones y
aplausos se dejaron oír desde la muchedumbre, alelada por tal torrente de
sabiduría, brotada desde las profundidades del lago más elevado del planeta. Enseñanzas
que quedarán grabadas en piedra para regocijo de la humanidad.
Los invitados a la isla del Sol (La Razón) |
Que la gente le rinda tributo a ciertos
espíritus tutelares está en todo su derecho. Puede parecer normal considerando
que en otros sitios rinden culto a imágenes de María aparecidas en hojas de plátano
o al rostro de Cristo delineado en un pan. Estamos en tiempos de profetas de
toda fe, desde apocalípticos hasta mensajeros galácticos. Algunos, sin sonrojo
se autodenominan guerreros de la luz, del agua o del arcoíris, como el señor
Choquehuanca, filósofo con ribetes de poeta (el apunte es de un exsacerdote
jesuita), quien en su tiempo libre ejerce también de Canciller del Estado Plurinacional.
Todo es válido en el ámbito de lo privado por más disparatado que sea. Otra
cosa es que le paguemos a un individuo con dinero público para que ejerza de
sumo sacerdote mientras descuida las relaciones diplomáticas de todo un país. Y
debiera ser un delito el destinar los pocos recursos de una nación empobrecida
en actividades megalómanas y de dudosa utilidad. Aunque se justifiquen que están
promocionando el turismo: Sí, cómo no, salvaguardando una pequeña isla
pisoteada armoniosamente por miles de individuos mientras hacían cola para
recibir su ración de almuerzo comunitario servido en bandejas de plástico desechable. Por
cierto, del delicioso refresco de mocochinchi, no se sirvió ni un vaso. Al contrario, en la verde altiplanicie, yacían
desparramadas botellas vacías de la odiada gaseosa imperialista.
Más información:
-Aquí la página oficial de este circo monumental que me arrancó alguna sonrisa al repasar varios de sus textos.
"tiempos inmemoriales que se remontan a menos de una década"......jajajjajajajaja! esimio dr. prof. josè crespo ortega mi fai morire dal ridere!!!
ResponderEliminarl'era della cocacola, non dell'Acuariooo acuariooo!
viva el mocochichi!!! a quale estupideces può portare il consumo massiccio di coca!!
io sono salva, l'unica nella terra, dal mio sesto piso
guarda il mondo e mi bevo un mocochichi, la bevanda alla coca dei giovani bien!
josè.....
dal mio arcoiris personale auguro un 2013 felice a lalo, al grande e saggio martiniano e a te una buona traversata nel mare di PPPProust...
fiorella
Apreciado José: Qué duda cabe: lo mejor de todo este cóctel donde se combinaron con impudicia ingredientes nueva era, versículos de el Apocalipsis y teorías conspirativas fue sin duda la muestra de buen humor exhibida por los escépticos. Por ejemplo, a mi correo electrónico llegó una invitación para el Concierto del Fin del Mundo ¿Y saben quién era la estrella? ¡pues el mismísimo Ricardo Arjona!
ResponderEliminarAy!, amiga Fiore, si no gastaran tanto dinero público en estos actos solemnes y ridículos, yo podría seguir riendo hasta el fin de los tiempos, je je. El problema es que esta gente (los plurinacionales) se toman muy en serio el asunto y están convencidos de que el resto de la humanidad los admira por su “revolución democrática y cultural”. El resto de los bolivianos sentimos vergüenza ajena. Sus profetas hablan de sabiduría y costumbres milenarias, y que hay rechazar las cosas de afuera porque son productos del colonialismo, sin embargo, fuera de los focos de prensa siguen bebiendo Coca cola y consumiendo fast food. Otra de sus contradicciones es el uso de instrumentos “ancestrales” como el pututu (corneta hecha con los cuernos de vaca) en todas sus ceremonias religiosas, como si no supieran que las vacas las trajeron los españoles. Feliz Navidad para ti y toda tu familia.
ResponderEliminarUsted lo precisa mejor que yo, amigo Gustavo, todo este asunto fue un solemne coctel de tonterías, por lo menos en lo que respecta a Bolivia. ¿vio el barquito de juncos? Fue hecho expresamente para lucimiento de Evo Morales, quien llegó como una especie de salvador a la isla del Titicaca, postal que me hizo recuerdo a la historia bíblica de Jesucristo predicando en una barca en el lago de Galilea. Son tan “originales” que se apoderaron de las profecías mayas, además de etiquetarse de guerreros del arcoíris que es una profecía de una tribu de Norteamérica (dakotas, creo), y para terminar, añadieron los ritos locales para darle tintes de trascendencia. En resumen, una payasada millonaria. Por eso no arribó ningún presidente, a pesar de que invitaron a muchos. Y finalmente, le deseo a usted y su familia que tengan una excelente navidad. Yo no creo en la navidad, pero creo en una abundante cena de pavo o lechón, je je.
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