Qué pasará con este país que apenas se inaugura
cualquier emprendimiento, los responsables (alcaldes, gobernadores,
asambleístas, etc.) pareciera que entran en competencia por adular al
presidente, bautizándolo con su nombre, como lameculos agradecidos por una dádiva,
ignorando por completo que son recursos públicos y no desprendimientos heroicos
de Su Excelencia. Nadie objeta que una promoción de bachilleres decida
homenajearlo denominándose “Evo Morales”, para ganarse su simpatía, una visita
y tal vez una donación de camisetas a costa de su bolsillo.
Sin embargo, mucho mérito debe de ser visitar a sus
subordinados políticos y administrativos, mostrar un cheque tamaño cartulina y
regañarlos entre broma y broma para que se pongan a trabajar por la comunidad. Resultado: toda la república está regada de
obras con su nombre. Ya resulta aburrido para cualquier ciudadano tropezarse
con una calle, un mercado, una plaza, un puente, una cancha de césped artificial
y gigantografías en edificios altos que nos obligue a recordarlo. A tal punto,
que un diputado opositor ha sugerido que se saque una ley que diga
textualmente: “se instruye
al Órgano Ejecutivo de turno que esté en el Gobierno poner el nombre de su
presidente a todas las obras que se inauguren dentro ese periodo constitucional”.
(Regístrese, si es necesario en piedra, archívese y cúmplase).
Pero tal parece que el paladín de la humildad nunca
está satisfecho. Por lo menos eso deja translucir entre sus conmilitones, como
a la Asamblea Departamental de Oruro, que en un gesto de sacrificada labor y generosa
reflexión con trasnochada decidió honrar con su nombre el aeropuerto
internacional de Oruro. Sólo que, como buenos alumnos del maestro, optaron por
pisotear la tradición y la institucionalidad: El aeropuerto ya tenía nombre,
desde mucho antes, el de Juan Mendoza, orureño y primer aviador en la historia
nacional, y con una destacada participación en la Guerra del Chaco. El único mérito
de la administración de Morales es haber ampliado y asfaltado la pista, además
de construir la consiguiente terminal aeroportuaria para tener la etiqueta de
“internacional”. Y con eso, los asambleístas creyeron que podían borrar de un
plumazo páginas de historia, superponiendo el nombre del presidente mediante
una ley departamental. Lo que era una obligación natural del mandatario -y más
por ser orureño-, se había convertido, en un santiamén, en un milagro concedido
a sus paisanos.
Como los orureños, encabezados por el comité cívico, objetaron el abuso de autoridad, pronto fueron tildados de oportunistas políticos que querían perjudicar al desarrollo de la región y sobre todo desprestigiar al mandatario. Los asambleístas, lejos de reconsiderar su decisión, se empecinaron más bien en echar lodo a la reputación del aviador distinguido, inventando toda suerte de excusas y acusaciones como el de haber pertenecido a la oligarquía, o que él era un explotador de indígenas por pertenecer a una familia tradicional. Incluso pretendieron menoscabar su papel en el desarrollo de la aviación. El destacado historiador y periodista Carlos Mesa, aportó su conocimiento para despejar dudas, recordando que “el orureño Mendoza hizo el primer raid aéreo de La Paz a Buenos Aires. En noviembre de 1921, voló en un avión FIAT R.2. de 180 caballos de fuerza. Gracias a él fue en buena medida, creada la Escuela Militar de Aviación en 1923. Fue clave en la Guerra del Chaco”.
Ante la ausencia de voluntad política, en Oruro decidieron tomar actitudes
radicales para hacer respetar sus derechos. Desde hace más de un mes que se
vienen efectuando medidas de presión. Del rechazo verbal pasaron a la acción:
innumerables marchas de protesta no conmueven a los legisladores, ni
crucifixiones simbólicas en el centro de la ciudad, ni la recolección de cinco
mil firmas. Ni mucho menos la huelga de hambre que empezaron hace tres semanas
varios dirigentes cívicos. “Los que están
manejando este problema en Oruro están destilando veneno. Es sólo un letrerito
(…) Nadie arriesga su
salud, su vida, en una huelga de hambre por un letrero, es un letrero que le
van a colgar al aeropuerto, porque la obra ya está” declaró un diputado
orureño oficialista, que, lejos de apaciguar los ánimos, ha incrementado el
malestar general, a tal punto, que tuvo que huir a la desesperada rodeado de
policías cuando intervino en la asamblea departamental. Los asambleístas
cuestionados tampoco tienen pisada en las cercanías. El clima de beligerancia
es tal, que se han visto obligados a esconderse.
Entretanto, a Su Excelencia, no parece quitarle el sueño que toda una
ciudad se debata en la permanente zozobra, con las actividades estudiantiles y
comerciales paralizadas. Como buen Pilatos, levanta las manos, desentendiéndose
del problema, con lo fácil que le resultaría dar la orden a sus
correligionarios. Caramba, qué difícil resulta dar una señal de magnanimidad en
estos tiempos revolucionarios. Al contrario, se siente hasta herido e
incomprendido, que se hace demasiado esfuerzo creer en su falsa modestia cuando
declara que “yo no entiendo ese problema de Oruro, pero
jamás voy a insinuar que nombren algún edificio, algún proyecto como Evo
Morales, yo alguna vez me molesté por algunas calles o avenidas, ese problema qué
fines tendrá, tal vez es una cuestión política, ellos decidirán, a mí no me
metan, es un problema de autoridades”. Para quien pueda dudar, los
flamantes letreros y pancartas le desmienten.
Para echar
más leña al fuego, un senador, tristemente célebre por haber degollado perros
indefensos en público, tildó a los cívicos orureños de “malagradecidos”.
Demasiado pedir había sido para un departamento permanentemente olvidado por
los gobiernos de turno, cuando en otros tiempos fue uno de los sostenes
principales de la economía nacional. Demás, está decir que hay una ley vigente
que prohíbe expresamente denominar a cualquier monumento, obra o proyecto con
los nombres de personas vivas. Como es de 1941, y los otros gobiernos tampoco la respetaron,
sacarla a relucir se convierte en un argumento falaz por el uso político que se
le da, afirmó muy convencido un burócrata del gobierno.
Con el
creciente desabastecimiento y sensación de conflicto sin solución, hay riesgo
de enfrentamiento en Oruro, porque sectores afines al oficialismo están
convocando a movilizaciones de organizaciones campesinas en defensa del
“hermano presidente”. Del otro lado, vecinos, comerciantes y los siempre
combativos mineros. Y entonces podría desatarse una guerra de verdad.
Usted ha puesto la diana en el blanco,apreciado José. Nuestros "servidores públicos" olvidan bastante rápido que fueron elegidos para eso: para servir. Por esa razón, a través de sus bien nutridas oficinas de comunicaciones y relaciones públicas promocionan cada logro, por minúsculo que sea, como el resultado de su infinita generosidad. En Colombia se escucha con frecuencia decir que "el gobernador entregó", " el alcalde donó" o el "presidente obsequió" para referirse al elemental cumplimiento de un compromiso. Después, sus agradecidos electores los recompensarán con votos.
ResponderEliminarquesti personaggi vengono pagati per fare -poco- lavoro. ha ragione martiniano, dare il nome di una persona viva secondo me porta sfortuna,toccherei ferro (e altro) se fossi in Evo!
ResponderEliminarfiore
Una linea muy breve, Jose, porque me estan echando de un bar de Praga donde uso el Wi-Fi. Saludos y hasta la semana que viene.
ResponderEliminarYa que usted saca a colación, eso de “servidor público”, estimado Gustavo, una de las muletillas preferidas de Evo es que él está para “servir al pueblo” además del socorrido eslogan “gobernar obedeciendo al pueblo” que difunden en la propaganda por Tv. La realidad le desmiente, en la ciudad de Oruro han efectuado tres días de paro y marchas de todos los sectores, hoy jueves se han dado una tregua. Entretanto, el presidente -cuyo nombre nos quieren obligar a recordarlo por la eternidad-, no se da ni por enterado, ni asoma su triste figura por allí.
ResponderEliminarEso es precisamente, lo que no entienden los seguidores y funcionarios de Evo, estimada Fiore: a Evo y sus ministros se les paga para que hagan su trabajo, no nos hacen un favor. Incluso hay gente que dice que Evo es el mejor presidente que ha tenido Bolivia porque hace obras, porque se preocupa de los pobres, etc. El país se está convirtiendo en una copia pobre de Venezuela, con culto a la personalidad, como si Evo fuera un dios que ha venido a darnos milagros.
ResponderEliminarJa ja, ojalá no te hayan echado por haber vaciado el bar, estimado Lalo. Y si te encuentras con el fantasma de Kafka, salúdalo de mi parte.
ResponderEliminar@lalo: conozco bastante Praga, ciudad muy fria ahora.adonde estaba la casa de Kafka (su papà era panadero) ahora està un buenisimo horno con fabulosas brioches! -seguramente las havràs ya provadas jejeje)-
ResponderEliminartoda praga es una obra de arte.
que la disfrute
fiore
Por un momento sentí pánico, mi querido don Lalo: ¡creí que se habían agotado las existencias de whisky en los bares de Praga!
ResponderEliminarTranquilos, amigos, que mis andanzas en Praga han sido de lo mas recatadas, ningun exceso... excesivo. Lo mejor, en relacion con Kafka, estimada Fiore, ha sido la visita a la casita numero 22 de la Golden Lane, o Callejuela Dorada, como reza la version en castellano que vi en un letrero. Alli funciona ahora una libreria: con dos estantes ya esta llena. Alli, dicen, Kafka vivio la opresion del espacio reducido que luego germino en la Metamorfosis.
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