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Me arruinaron el día, no hay a quien quejarse.
A las puertas del cielo sería bueno clavar una hoja de reclamaciones, como en
otros tiempos hizo Lutero en el palacio de Wittenberg. Un día, vale, pero ¿dos? Esto
de los feriados religiosos es herencia colonial y el gobierno más
descolonizador de la historia no hace nada por erradicarlos. Hasta se les
ocurrió por establecer el día jueves (será porque es santo) como jornada de
horario continuo. Para que los parroquianos puedan tener la tarde libre para
efectuar sus compras. Dense una vuelta por los mercados centrales y verán cómo
hierven de gentío. Bacalao seco, camarones, camaroncillos, como chuches inundan
los pasillos. Y huevitos de pascua, llévese mi niño.
¿No es acaso la Pascua un periodo de reflexión
y abstinencia?
Tanta parafernalia, olor a incienso y
gastronomía abruma, todo lo contrario de la frugalidad que predicaba Jesucristo.
Los curas lo dicen con seriedad de santones: ha llegado el tiempo de recogimiento
espiritual (detrás creo escuchar una banda sonora con cantos gregorianos).
Entonces que me traduzcan en qué consiste ese “recogimiento” de visitar -la
noche anterior al viernes santo- una docena de templos con aire de chacota como
quien efectúa un tour o asiste a una kermesse: Sí, figúrense que los
comerciantes toman por asalto las calles aledañas para instalar sus mesas y bancos
ofreciendo mazamorra de maíz con buñuelos y empanadas. Más allá, algodón de
azúcar y manzanas recubiertas de caramelo, y velas de todos los tamaños.
Revientan las iglesias de gente joven. Si se
les pregunta, extraoficialmente, dirán que van porque hay buen “chequeo”: en el
recorrido podrían encontrar al amor de su vida. Si no es católico, ni se le
ocurra circular en auto por el centro de la ciudad a esas horas. Pasará un
verdadero vía crucis.
Hay gente que se toma muy en serio esto del
recogimiento: se recogen a casa a departir con los amigos unos buenos tragos de
pisco “San Pedro” y sanmateos (vodka y gaseosa de pomelo); total, al día
siguiente no es jornada laborable. Si la santa sociedad de las buenas
costumbres se molesta por ello, beber es tan pecaminoso como comer en exceso, doce
platos nada menos, como manda la tradición en viernes santo: Carbonada de
zapallo, ají de bacalao, queso macha, ají de papalisa, pescados a la parrilla,
sopa de pan al horno, arroz con leche y otros preparados sin carne de res que
no recuerdo. Irónicamente, la modernidad ha ido reduciendo la cantidad a unas
cuantas recetas.
Me consta que hay personas piadosas que de
verdad ayunan, por lo menos hasta mediodía. Pero cada vez son menos. Lo
auténtico se va con los viejos. Recogimiento, dicen…sin embargo, todo el mundo
se larga a los parques y no precisamente a rezar. Los restaurantes y sitios turísticos
hacen su agosto, cómo no, con platos de pescado de todos los colores. Mal día
para ir a comer afuera, hay que tener paciencia de santos por la espera y una
buena billetera. Los precios del pescado fresco van por las nubes, ni que
fueran del lago de Galilea. A siete dólares cada pieza de sábalo mediano, el pacú y la trucha son menos asequibles
todavía. La libra de camarones se cotiza hasta en veinte dólares, algo menos si
procede de China; pero con todo lo chino hay que tener cuidado, dicen. Todo lo
sabroso cuesta en esta vida. Hasta lo desabrido como la carne de surubí vale
más de lo normal. A rio de creencias, ganancia de pecadores. Los comerciantes
especuladores son los que se quedan con el esfuerzo de los pescadores.
Por cristianos pecamos todos. Los católicos
pecan de histrionismo de capirote y sendos rostros de arrepentimiento. Yo peco
de pereza, los feriados tienen ese raro poder de acrecentar mi apatía. No tengo
energía ni para prepararme una comida decente. Una lata de atún y espaguetis
impiden que pase hambre, mi receta de manual en estas fechas. Hasta las
televisiones trabajan en piloto automático: la enésima película bíblica,
documentales sobre el enigma del Mar Rojo o de la sábana santa de Turín,
reportajes sobre el busto del Cristo que llora sangre o del tronco de eucalipto
con la imagen de la virgen. Hasta J.J. Benítez se cuela con su Planeta
Encantado. Curiosa mezcla; religión y ufología, como las visiones del profeta
Ezequiel, cortesía de History Channel.
Si uno cree que lo ha visto todo, hay que restregarse
los ojos porque aún faltan las procesiones. La ilustre cofradía de la Orden de
los Caballeros del Santo Sepulcro alista sus mejores disfraces; terno lustroso, capuchón y crucifijo tamaño obispo. Hay que ser fornido mocetón para aguantar las dos toneladas que pesa la
caja sagrada. Traca-traca, suenan las matracas en cada estación y llueven los
pétalos de flores amarillas y blancas sobre la urna de cristal. En los
noticieros se ha visto al alcalde fortachón poner el hombro al llegar a la
catedral, con tanta devoción que, si pusiera el hombro a la ciudad con la misma
entrega, florecerían las rosas sobre el asfalto. Visto así, sería puro milagro.
Menos mal que ya amanece mientras termino esta
crónica. Llega el fin de semana. Vuelve el fútbol. Vuelve la vida.
coraggio amico Josè, domani (pasqua) è il penultimo giorno di rottura di scatole. (c'è anche il lunedì santo con ristoranti pieni etc)
ResponderEliminarcapisco quello che provi, non vedo l'ora che ritornino i giorni feriali.
mai viaggiato per pasqua. nè ristoranti.
previsioni del tempo: pioggia pioggia pioggia. meno maele.
tv: anche qui l'eterno ben hur, quo vadis, il papa che lava i piedi e la via crucis.allegria.
io mi leggo un bel romanzo poliziesco di Philip Kerr ambientato in russia.
menù: grazie di esistere freezer
saluti pasquali :))
fiore
Apreciado José: usted lo ha dicho todo. Somos apenas eso : las sobras de la herencia colonial, con todo y su colección de taras.
ResponderEliminarDisculpe, José. Envié incompleto mi comentario. En realidad quería añadir que nada escapa en este mundo al mercadeo, empezando por el negocio de las indulgencias anclado en la idea aquella de " Quien peca y reza empata". En el campo espiritual hizo carrera la estrategia de pagar antes para pecar después. Un poco al modo de la medicina prepagada o las excursiones canceladas a cuotas. Viendo todo eso , uno entiende por fin la imagen del Cristo indignado expulsando a los mercaderes del templo.
ResponderEliminarAh, pero eso sí, en Colombia les ganamos: lunes, jueves y viernes de semana santa fueron festivos, así que mucha gente, sobre todo funcionarios públicos, se tomaron la semana completa.
Este asunto de los feriados, religiosos o no, es de lo más cómico. Creo que la sabiduría popular tiende a crear una semana laboral de un par de días a lo sumo... Sábado será feriado porque... Bueno porque ya lo es a medias, y el viernes por afinidad con el fin de semana, y el lunes por simpatía con el domingo. Me dicen que en Argentina, por ejemplo, este martes (hoy) es feriado por el aniversario de las Malvinas. También se puede aprovechar el miércoles para homenajear al papa compatriota, etc. Y de paso, simpatizo con las lecturas de Fiore: ella había leído a Lobo Antunes y ahora yo le retribuyo elogiando a Philip Kerr, del que he leído un par de aventuras de su detective en la Alemania nazi... Y me han quedado ganas de ir por más. Saludos a todos.
ResponderEliminarEstimada amiga Fiore, menos mal que terminó anteayer, domingo, este espectáculo de pura hipocresía (políticos, curas, etc)que siempre aprovechan el momento para decir que son religiosos y solidarios. Evo Morales, por ejemplo, declaró que era un gran admirador de Jesucristo, cuando su gobierno es de ideología marxista, y muchas veces ha atacado a los obispos bolivianos de ser sus enemigos, que están aliados con la extrema derecha y de culpabilidad histórica con el asunto del colonialismo, etc. En resumen, puro resentimiento, sin reconocer que hubo sacerdotes que defendieron a los indígenas como Bartolomé de las Casas o los jesuitas de las misiones guaraníes.
ResponderEliminarUsted lo ha dicho bien, estimado Gustavo, toda fiesta religiosa se presta al mercadeo. Desde la venta de estampitas hasta los paquetes de turismo religioso, como el que se vende a Tierra Santa en estas fechas. Ya nada se hace en el ambiente íntimo y familiar, necesitamos proclamar nuestra “religiosidad” a todo el vecindario. Eso es lo que me cansa, que por culpa de una tradición nos cierren calles y oficinas, y nos veamos obligados a trastornar nuestras actividades. Lo de los funcionarios públicos y su manía de darse tardes libres en una epidemia regional muy arraigada, nunca faltan los sinvergüenzas que cierran la atención al público con cualquier pretexto. En este gobierno es una constante, sobre todo para conmemorar nuevos mitos y fechas “históricas” recientemente creadas.
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ResponderEliminarAhora que lo mencionas, estimado Lalo, el sábado como jornada de descanso junto al domingo, ya de por sí constituyen costumbres originadas en la religión, asi que, repetir otras feriados a lo largo del año ya ronda el despropósito, mucho mas cuando nuestra Constitucion boliviana establece que el Estado es laico, la religion siempre deberia ser un asunto familiar y no cuestión nacional. Despues nos preguntamos que por qué somos paises tan atrasados, si nos encanta hacer apologia del menor esfuerzo, comenzando en la administracion pública.
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