Los gemelos Callejón (encuentre las 7 diferencias) |
Hace exactamente veinte años que llegaba a tierras bolivianas un técnico español desconocido, el vasco Xabier Azkargorta, con un cartón de médico bajo el brazo antes que de entrenador. Nadie apostaba un duro por él, excepto el entonces presidente de la FBF. Silenciosamente empezó a moldear la mente de los jugadores locales, más dura que los monolitos de andesita de Tiwanacu. Lo suyo fue una compleja labor como descifrar un código quipus. Se dice que los aspectos técnicos del juego los manejaban sus ayudantes. Él se encargaba de inculcar autoestima y espíritu de sacrificio en los seleccionados, bregando además contra un complejo de inferioridad innato, tan característico de nuestra sociedad. Porque materia prima de excelsa calidad sí que la había. Lo demás es historia conocida, la selección nacional pudo por fin clasificarse por mérito propio al Mundial de USA`94, teniendo una decorosa participación en el certamen.
El éxito del entrañable vasco motivó
la llegada de colegas de su país a nuestro balompié, con distinta suerte. A su
vez, el Mundial catapultó a algunos seleccionados a fichar en distintos clubes
de Europa. Uno de ellos, Juan Manuel Peña, se afirmó como defensa titular de
aquel recordado Villarreal de Pellegrini, que logró jugar semifinales de la
Liga de Campeones. Fue lo más alto que llegó alguna vez un jugador nacional en
torneos de élite. Extrañamente, el mago Azkargorta volvió dos décadas después, dispuesto
a repetir la fórmula. Sin embargo, los resultados distan mucho de aquel periodo:
vamos penúltimos en la tabla de eliminatorias para Brasil 2014. Dos teorías se
barajan para explicar el rotundo fracaso: o ya no queda piedra en la cantera o
su mostacho encanecido ya no motiva como antes. Quién sabe, Bigotón querido.
Aquellos años, el fútbol español (aún
la segunda división) era la aspiración natural de todo muchacho sudamericano.
Era impensable que futbolistas ibéricos vinieran a probar suerte y fortuna a
las Américas, como sus antepasados
trotamundos, quinientos años atrás. Pero
hoy, la mala situación que atraviesa la economía española se ha dejado sentir también
en el ámbito futbolístico, afectando sobremanera a sus clubes, obligados a exportar jugadores
a medio mundo, aquejados por las deudas y la dificultad de seguir pagando
sueldos elevados, exceptuando los dos más grandes que son un caso aparte. Ya
sabemos acerca de jugadores excepcionales que han sentado sus reales en los
siempre difíciles campos ingleses. El áspero fútbol teutón empieza también a
sentir el suave toque español. Según un importante diario peninsular, son más
de 300 los futbolistas que han abandonado territorio español para jugar en sitios
tan exóticos como Tailandia, Hungría, China, Emiratos, Kazajistán, etc. Todos motivados
por la promesa de mejores días. Es que los tiempos no están para hacerse los
remolones. La crisis origina que vengan compatriotas a “precio de gallina muerta”,
afirma un entrenador radicado en Bolivia.
Alfredo Relaño, cuenta que en los
años sesenta, el Atlético de Madrid efectuó una gira por Sudamérica, incluyendo
La Paz. Posteriormente, en la década de los noventa llegó otra camada de
jugadores españoles cuando el Real Madrid trajo a su división menores a
disputar un torneo internacional en Santa Cruz, en cuyas filas se hallaba un
tal Iker Casillas. Fue lo más cercano que estuvimos de fichar a futbolistas de
la madre patria. Desde entonces el
tiempo sólo nos dio de hostias, hasta hoy.
Casillas en Bolivia en 1996, a su lado, Gerardo Berodia |
En enero de este año llegó el primer
adelantado castellano, un jugador treintañero llamado Gerardo García Berodia,
que casualmente fue compañero del mismo Casillas en las juveniles del conjunto
merengue. Una lesión gravísima, según contó, estuvo punto de arruinar su
carrera. Malviviendo en equipos de Segunda y planteándose la posibilidad de
abandonar la práctica activa, alguien lo contactó para que viniera a nuestro país,
llegando para Wilstermann de Cochabamba, siendo una incógnita para la hinchada.
En un par de asistencias bien dadas al vacío se ganó a todos los seguidores del
conjunto rojo. Ahora es figura de referencia y con un contrato por varios años,
incursionando incluso en el mundo de la publicidad para empresas locales. La
ventaja de tener una buena fachada diría alguien, ¡qué españolisto! Meses después,
tras su estela llegaron otros dos connacionales dispuestos a jugársela en el
mismo equipo.
Asimismo, el arribo del profesor
Miguel Ángel Portugal, otrora técnico del Racing de Santander, para dirigir al club
más laureado, el Bolívar de La Paz -al cual sacó campeón del último torneo de
la liga boliviana- trajo aparejado el interés por reforzar la plantilla con
jugadores peninsulares, motivado además por la salida al exterior de jugadores
nacionales. Para el nuevo campeonato que arrancó a principios de agosto, Bolívar,
por las gestiones de Portugal contrató a tres futbolistas, entre ellos, al
hermano gemelo de Callejón, el que hasta hace poco prestaba sus servicios en el
Madrid de Mourinho. Muchos aficionados de la Academia paceña aseguran que el
gemelo suyo es más talentoso que su hermano que ahora milita en el Nápoli, que
éste es puro marketing, afirman bastante convencidos. El tiempo dirá, una vez
más.
Otros dos equipos ya tienen a un
jugador hispano respectivamente, sumando un total de ocho en toda la liga. Aunque
todos provienen de equipos modestos y son en su mayoría veteranos, no obstante,
la calidad técnica y disciplina táctica que han adquirido les da el bagaje
necesario para sobresalir en nuestro medio, más bien venido a menos. Lo más
seguro es que sigan arribando en mayor número. Ocurre el mismo fenómeno en
otras ligas sudamericanas, como el caso curioso del exseleccionado de la Roja, Dani
Güiza, quien fichó para Cerro Porteño de Paraguay en el ocaso de su carrera. A
este paso, pronto Uruguay y Argentina, tradicionales exportadores de piernas
con balón, se verán desplazados por la marca “España” que, sin aspavientos
empieza a copar el mercado internacional, no solo con vino y jamón auténtico. Mientras
no contagien el ridículo cántico de “¡a por ellos, oeee!” en nuestras tribunas,
bienvenidos sean.
Fascinante lo que cuentas sobre la presencia de futbolistas españoles en Bolivia. Me impactó la fotografía de Casillas niño, un gigante entre sus compañeros. Excelente documento. Creo que, además de la crisis, la emigración está impulsada también por el descubrimiento, relativamente reciente, del verdadero valor de los futbolistas españoles. Y este descubrimiento no se ha registrado únicamente en el extranjero, sino también en España. Hay una reafirmación de la confianza del deportista en sus propios medios, que hasta hace poco era bastante baja entre los españoles. Entre los españoles del fútbol, quiero decir. Qué curioso paralelo, ahora veo, con lo que cuentas del complejo que tenían los futbolistas bolivianos, y que el vasco Askagorta contribuyó a diluir.
ResponderEliminarSobre Casillas, eso es lo anecdótico, según la foto todo parecía que iba a ser un arquero espigado, pero ya ves, se quedó bastante normalito para estándares actuales de ese puesto. Aun más, el tal Berodia que está a su lado y tiene toda la pinta de un niño petiso, ahora es un jugador que ronda el 1,85, muy alto para nuestra liga local (el actual portero de nuestra selección no pasa de 1,75 pero es ágil como pocos). De hecho, yo jugaba de zaguero central en mis mejores tiempos y metía muchos goles de cabeza, y eso que solo mido 1,78, jeje. Es paradójico que el deporte español en general esté pasando por un buen momento cuando la economía está tan mal. Y no solo los futbolistas están en alza, sino también entrenadores, preparadores físicos, etc, según pude leer, hay una fuerte demanda sobre todo en países con poca tradición futbolera. Por lo visto, no es solo una moda pasajera.
EliminarEl mercado es implacable, apreciado José. Cuando aprieta el hambre en casa, cualquier opción resulta amable. Y la premisa vale no solo en el fútbol sino para la vida en general. Sectores enteros de nuestras clases medias que una vez sucumbieron a las seducciones del arribismo, están dispuestos a desempeñar en el extranjero oficios que en casa consideraban indignos.
ResponderEliminarEn Colombia está sucediendo en el sector académico : muchos profesionales españoles están llegando a nuestro país a competir por las plazas de maestros. Com tenemos mentalidad de colonizados, muchas veces sucumbimos con facilidad al exotismo de los acentos.
A usted le faltó un dato: el casi ilimitado mercado chino, que ya incorporó al fútbol como uno de sus pasatiempos favoritos. Son legión los futbolistas llegados allí, atraídos por los salarios , aunque en la práctica desaparecen del mundo del fútbol entendido en términos meramente deportivos.
Usted lo ha dicho, amigo Gustavo, cuando la necesidad apremia no hay pero que valga. Recuerdo muy bien, que antes de la crisis, muchos jóvenes profesionales españoles no querían mudarse de su lugar de residencia a otra ciudad de España, --aunque estuviera a 50 Km- para encontrar trabajo. Ahora han empezado a emigrar sostenidamente a Inglaterra, Alemania, México, Brasil, allí donde surjan oportunidades. A China, está yendo todo el mundo, incluso algunos jugadores nuestros han ido a probar suerte. Sobre esa mentalidad que usted refiere, aquí sucede algo parecido, nos pasa mucho con el acento argentino, no faltan algunos conductores de televisión nacionales que se ponen a imitarlo, rondando lo grotesco. Tinelli y sus programas han hecho mucho daño.
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