Paseando a la "Mamita" de Urkupiña |
Ah, qué regio resulta ser empleado público en estas tierras
temblorosas, no tanto por los temblores de la madre Tierra, más bien escasos,
sino por los zapateos kilométricos y constantes de las personas que hacen del
baile folclórico una filosofía de vida. Podría estar la república cayéndose a
pedazos, podría estar ocurriendo un golpe de estado, una dramática inundación,
cualquier tragedia nacional y, sin embargo, siempre habrá gente dispuesta a
continuar divirtiéndose en público,
tragos incluidos, so pretexto de fervor religioso y adoración a
cualesquiera advocaciones de la Virgen. La gente piensa con los pies, ya ni con
el corazón, mucho menos con la cabeza.
Como no podía ser de otra manera, la revolución democrática
y cultural en la que estamos inmersos viene rindiendo sus primeros frutos,
ahora se estila que cada gobernador haga uso de su autonomía declarando
feriados u horario continuo cuando se avecinan estas celebraciones
multitudinarias. La policía misma, por instrucciones superiores, se da a la tarea
de cerrar calles y carreteras a los automovilistas para uso exclusivo de los
bailarines, custodiando solemnemente el desfile del santo patrono según
calendario. En otros países, la policía escolta personalidades de carne y
hueso, aquí escolta personalidades de yeso. A quién le importa que se impida el
paso de camiones de carga internacional o de buses repletos de pasajeros,
ansiosos de llegar a destino, con el consiguiente caos que significa buscar
vías alternativas, casi siempre sin señalización adecuada y que, en muchos
casos, la policía de tránsito no colabora en absoluto, generándose desesperantes
cuellos de botella, donde imperan los bocinazos y la ley del más fuerte. Me
consta, juro por mis convicciones religiosas un tanto temblorosas.
Esta semana, la ciudad se ha visto invadida por millares de
visitantes, por motivo de la Fiesta de la Virgen de Urkupiña. El epicentro es
Quillacollo, localidad a once kilómetros al oeste de Cochabamba. Ayer, desde
tempranas horas de la mañana comenzó el jolgorio con el despliegue de las fraternidades
de danzarines. Los grandes beneficiados son los especuladores de graderías y
las fábricas de cerveza que por estas fechas trabajan a toda máquina. Los
hoteles y alojamientos hacen también su
agosto, valga la expresión. A los demás
toca joderse, empezando por la dificultad de poder movilizarse y el cierre
paulatino de oficinas y tiendas. A la fiesta, a la fiesta, como hormigas tras
un rastro de azúcar.
“Un millón de visitantes van a visitar a la Mamita de
Urkupiña”, aventuran los comentaristas de televisión que, por esos raros
milagros, se convierten automáticamente en connotados especialistas en danzas, máscaras,
plumas y tocados. Toda suerte de mercaderes arriban al valle, desde vendedores
de cascabeles y trenzas artificiales, hasta adivinadores de la fortuna que, curiosamente,
pululan con mayor notoriedad en estos acontecimientos religiosos. El folclore
se nutre también de artistas más religiosos que monjes con cilicio: esta vez llegaron
incluso los afamados y oportunísimos Los
4 de Córdoba con su canción a la Virgen bajo el brazo (bajo el poncho para
ser más exactos). El alcalde de Quillacollo, al borde de las lágrimas, los
condecoró ipso facto, declarándolos
huéspedes ilustres. Hoy por hoy, también es hit del momento una canción de un
grupo folclórico local. Los contratos de actuación para estos fervorosos llueven
como milagros. Ah, la inspiración fluye como rio en estas fechas, dicen.
Milagros y más milagros.
Procesión en Bérgamo, Italia |
Tres días dura el calvario de ver tanto amontonamiento de
gente que el aire se torna irrespirable para unos cuantos que somos
aguafiestas, obligados a recluirnos en casa y apagar el televisor, porque hasta
en las noticias jabonan con lo mismo. Tres días con sabor a poco, dura la
jarana pagano-religiosa para los devotos sin fronteras: hay quienes incluso
llegan desde Norteamérica, Escandinavia, o de la Argentina. He visto
extranjeros que se han contagiado de esta idolatría. Si hubiera bolivianos en
Marte, a fe mía que no faltarían a la cita. Ah, extrañamente diligentes somos los bolivianos,
conocidos por no aportar nada al mundo, salvo
por exportar réplicas de la Virgen de Urkupiña, con festividad incluida, a
ciudades de EEUU, España, Brasil, Chile, Suecia y Argentina. Al paso que vamos,
pronto llevaremos la enfermedad hasta el mismo Vaticano, que la invasión ya ha
comenzado por Bérgamo. Forza Italia!
Ay, apreciado José, cámbiele virgen de Urkupiña por virgen del Carmen y tenemos un panorama muy, pero muy parecido en Colombia, incluidos demenciales atascamientos del tráfico. En nuestro país, la mencionada virgen es la matrona de los choferes, de modo que se organizan romerías por calles céntricas.
ResponderEliminarPor lo demás, entre algunas otras cosas, Simón Bolívar tuvo mucho de razón en su idea de que América Latina es en realidad un solo país, separado por los apetitos de los políticos y los grupos de poder económico. Las imágenes descritas por usted, repetidas desde México hasta La Patagonia dan fe de ello.
Por lo visto, el asunto de la devoción va por gremios, estimado Gustavo. Acá la virgen del Carmen es patrona de las FFAA. Eso sí, nunca los milicos se pusieron a bailar en su honor, menos mal, ya sería el colmo del absurdo. Ay, por fin hoy puedo respirar tranquilo luego de casi una semana de atascos y micros llenos. Lamentablemente la tregua no dura nada, en un par de semanas llega la fiesta de San Joaquín donde se les ocurre bailar en pleno centro de la ciudad. Y así sucesivamente, en todos los barrios y municipios cercanos de acuerdo al calendario santoral. No tenemos remedio.
Eliminaril folk ci seppellirà...
ResponderEliminaranche a bergamo, ruvida città dall'italiano incomprensibile e dai durissimi cuori.
fiore bailarina
Ja, ja, no sabía que Bérgamo era una ciudad ruda, seguramente será por sus murallas medievales, jeje, gracias por el dato, ¿qué acento del italiano me aconsejas aprender mucho más?, ¿ese que se escucha en la mayoría de las películas, es el acento toscano o de Roma? He visto una película de Fellini (creo que era Amarcord) y algunas conversaciones no se entendían casi nada. Saludos.
Eliminarlo que se hablaba en Amarcord es el acento de mi ciudad y de toda la Romagna ajaj Amarcord significa:Me acuerdo.
Eliminarte aconsejo el acento toscano,sin la C como hablan en florencia
Una joja jola con due jannucce.Exmp.
ciao ciao
(el de roma es demasiado vulgar...)
at salut ( te saludo)
(v. Amarcord)
fiorella
Hace mucho tiempo que no vivo en nuestro continente, y cuando visito no he visto este tipo de festejos folkloricos. Lo que si noto, cada vez con mayor claridad, es como se consolida el cinismo y la resistencia a la accion politica, que es justamente la herramienta adecuada para contrarrestar los abusos de los politicos que toca aguantar. Porque mi credo es que solo a traves de la politica corregiremos sus lacras.
ResponderEliminarDe lo que te salvas, estimado Lalo, estando lejos. Ahora que estamos azotados en el continente por gobiernos populistas ya no hay límite entre folclore y política: por los métodos de gobernar, por toda la parafernalia y colorido, los políticos son más folclóricos que nunca. Ya ves, hay algunos que conversan con pajaritos, aquí nuestro canciller se comunica con las piedras, y Evo el Austero se hace amenizar los banquetes con grupos de baile costumbrista. Todo es circo, a nombre de expresiones populares.
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