Alcaldía de Cochabamba: resultados no oficiales |
De nada sirvió las incontables horas avión que
Su Excelencia hizo a lo largo y ancho de todo el país, interrumpiendo sus
jornadas futbolísticas y otros valiosos quehaceres de jefe de estado, con la
finalidad de dar un espaldarazo a sus candidatos que terciaban por apoderarse
de las alcaldías y gobernaciones. Ganar en todos los municipios era la
consigna, según confesó en repetidas ocasiones S. E., que soñaba con ver
cubierto todo su imperio de etiqueta azul (por los colores del partido MAS,
digo): aquí va a haber un tsunami azul, predijo eufórico en una masiva concentración
de cierre de campaña en la ciudad de El Alto, al son de las banderolas agitadas
y globos azules que ascendían hasta el infinito. La confianza era tal que la
victoria parecía cantada, especialmente en algunas plazas fuertes.
Kilométricos paseos y saludos a cada paso de
S. E., gigantografías de los candidatos junto al amado líder, spots que anunciaban “más obras junto a
Evo” y otros detalles de campaña buscaban afanosamente el efecto trampolín,
habida cuenta que hace menos de seis meses Evo había derrotado claramente a la
oposición. La presencia del caudillo actuaría a modo de fetiche para iluminar
el camino de los pálidos candidatos oficialistas. No fue así, los consiguientes
cierres de campaña donde estuvo S.E. opacaron aún más a sus postulantes, que
parecían zombis a su lado. Campaña millonaria con recursos y bienes del Estado,
incluyendo los graciosos subtítulos de “espacio solicitado” de uso exclusivo
para el oficialismo en la televisión estatal; conciertos multitudinarios y
otras jaranas folclóricas en las ciudades capitales; más el anuncio de
gigantescos proyectos y otras fabulosas
promesas -como el tren metropolitano para Cochabamba-, buscaban encandilar una
vez más a la ciudadanía.
Aún más, Evo el Austero se dio el lujo de
amenazar de que en aquellos lugares donde ganase la oposición no habría más
obras. O votan por mi gente o se acabó mi grandiosa generosidad, dejó entender entre
líneas ante una muchedumbre adicta. Por si fuera poco, en palacio urdieron un
siniestro plan destinado a acabar con el único sitio donde Evo jamás ha ganado
una elección, el departamento amazónico de Beni, quizá el último bastión del
orgullo boliviano en palabras de un escritor. Quisieron los jerarcas del
masismo acabar con la resistencia numantina de los benianos a las presiones y
obsequios oficialistas. La oportunidad idónea se les presentó esta vez en un
artificio legal del nuevo régimen electoral, anulando de un plumazo a más de
doscientas candidaturas de un partido opositor que partía como gran favorito,
especialmente en la capital Trinidad y
gobernación departamental. Como era de preverse, los serviles jueces del
Tribunal Supremo Electoral (TSE) efectuaron el fallo a días de la jornada
electoral, tan alevosamente que la agrupación afectada no pudiese reorganizarse
o establecer alianzas con tiempo suficiente.
Es así que, por ejemplo, en el pueblo de
Baures, los ciudadanos fueron llamados a “elegir” sí o sí al candidato masista
porque el otro rival únicamente contaba para la anécdota estadística, tal como
aseguró la pandilla de ‘notables’ del TSE. Qué bien estaba cocinado todo que no
hubo tiempo ni para volver a imprimir papeletas, y de seguro mucha gente votó
al agua confundida por el atraco electorero. País mágico este y de las delicias
para observadores internacionales que alaban mecánicamente la “madurez
democrática de los bolivianos”. En tan viles condiciones, el pueblo beniano fue
obligado a sufragar en medio de la chacota e improvisación. Llegada la noche y
los primeros resultados dieron un revolcón a las expectativas oficialistas:
perdieron la alcaldía de la capital y ganaron pírricamente la gobernación, de
tal manera que habrá segunda vuelta en unas semanas y ahí la cosa no pinta nada
halagüeña considerando la indignación de la población. Raquítica victoria que se tornará en humillante
derrota, si es que el TSE no hace otra vez de las suyas.
En el resto del país, el oficialismo pagó caro
su prepotencia: de las 10 ciudades más importantes (9 capitales más El Alto) sólo
ganó en Sucre y Potosí, ciudades poco pobladas. Mantuvo algunas gobernaciones y
perdió en bastiones opositores como Santa Cruz y Tarija. No pudo retener la
alcaldía de Cochabamba, que era la más importante que administraba de las
capitales. Pero para sorpresa general se dio de bruces en su propia plaza
fuerte, el departamento de La Paz, donde no pudo arrebatar la alcaldía paceña
–a pesar de los millonarios teleféricos recién estrenados- y, peor aún, sufrió
una catastrófica derrota por la gobernación, a manos de un ex militante. Lo de
la ciudad de El Alto, fue el puntillazo a la derrota: la ciudad aymara por
excelencia, muy simbólica y núcleo duro del evismo se volcó por una candidatura
que supuestamente venía de la derecha. La segunda urbe más poblada del país
tendrá una mujer joven como alcaldesa y eso es mucho decir. “Soledad, la
privatizadora”, se había burlado días antes un periodista vasco al servicio del
gobierno, cayendo bajo, pero muy Bajo.
Decían los analistas y otros especialistas que
no había que confundir las cosas. Que sus candidatos hayan salido vapuleados no
significaba necesariamente una merma de la popularidad del caudillo o un
mensaje político hacia su evanescente figura. Puede que sí. Pero por las
condiciones desventajosas de la contienda, por los
ingentes recursos y desvergonzado apoyo del aparato estatal a las candidaturas
oficiales, la permanente guerra sucia desde medios afines, los obstáculos y
arbitrariedades del TSE y, fundamentalmente, por el compromiso incansable y
decidido de S. E. a la causa; al final el asunto se convirtió en una pulseta,
una suerte de plebiscito. Habrá quedado muy afectado el ego del hombre-estado,
con toda probabilidad. Por lo menos, al día siguiente apenas abrió la boca y se
lo vio inaugurando una nueva escuelita para acrecentar su leyenda. Quisieron
restarle importancia a los sucesos. Que si no la fiesta hubiera sido mayúscula.
La "fiesta democrática" vivida en Cochabamba, con comida al paso, desde luego |
Apreciado José : por su misma naturaraleza de concentrar el poder en el carisma de un líder, el caudillismo tiende al desgaste . Si tenemos en cuenta que por eso mismo- el culto a la personalidad- los votos no son endosables, no resultan tan inusuales descalabros como los que usted describe.
ResponderEliminarPor esas razonesm una de las obsesiones de este tipo de gobernantes apunta a la cooptación de los demás poderes, como una manera de atrincherarse ante eventuales tsunamis como el que usted acaba de describir de manera tan atinada, porque, efectivamente, fue un " Tsunami azul"... aunque arreciando en una dirección inesperada.
Concuerdo plenamente con sus apreciaciones, amigo Gustavo. El domingo quedó demostrado que el partido es Evo Morales, que su colorido pero efectivo liderazgo no es extensible al resto de su dirigencia. Dentro del MAS están desgarrándose las vestiduras, en una suerte de autocritica, dicen, por la ausencia de liderazgos regionales. Pero es que la construcción y consolidación del partido alrededor de la figura del caudillo, buscaba permanentemente cortar las cabezas de dirigentes que empezaban a destacar (el disidente aymara que ganó la importantísima gobernación de La Paz es uno de ellos), de tal manera que nadie le hiciera sombra o amenazara el liderazgo del jefazo. A todo eso hay que añadirle la terrible corrupción generalizada en todo el régimen (de hecho, es su carta de identidad) que parece que por fin ha abierto los ojos hasta de sus propios electores. Eso sí, el caudillo es intocable, goza de algún aura de protección o suerte divina.
EliminarLas tramoyas políticas del populismo no se detienen ante nada, José, pero otros esquemas políticos no le van en zaga. Pienso en Rusia, en... pero lo que importa es lo nuestro, no lo ajeno. Lamentablemente, en los últimos años no hemos visto sino retroceso en varios de los países importantes de la región. Bolivia es uno de ellos. Nosotros, de países vecinos, nos equivocamos y mucho al subestimar los acontecimientos políticos en Bolivia. Yo llevo algunos años siguiendo estos juegos y te digo que Bolivia es el corazón recóndito de América. Mucho está en juego allí...
ResponderEliminarLo de Rusia es terrible, con el silenciamiento de los opositores-incluyendo periodistas- a traves de asesinatos que el entorno de Putin ha venido perpetrando con total impunidad, y, a pesar de su autoritarismo el nuevo zar goza de inmensa popularidad, pues ha apelado al más basico de los sentimientos colectivos, el patriotismo, en eso se parece mucho al regimen evista. Y ciertamente, Bolivia es el corazón de las tinieblas, en clave tragicómica: tienes tanta razon, hay demasiado en juego, algun siniestro experimento social se cuece aquí. El pais, con sus siglos de atraso cultural y economico era el candidato perfecto para tal fin. Lo terrible es que costará décadas, o tal vez no hay remedio, para reconstruir la institucionalidad que habia. Triste destino para un pais que en la mejor oportunidad de su historia tenga el peor gobierno posible.
EliminarDesconectado d las lides electorales ando yo. Ni siquiera voté. No me dio la gana participar d tan magna fiesta d complacido celestinaje. Leo los diarios y se cnfirma lo dicho: hasta un asno verdadero (pidiendo las merecidas disculpas a Platero, claro) ganará en bolivia unas elecciones. La rata d leyes en cocha.. "un alcalde de derecha, mucho más alejado ideológicamente del MAS.." cavila asnalmente un texto en los tiempos olvidando q ese mentecato -gracias a sus antecedentes d típico arribista- es el candidato perfecto para pasarse a las filas del MAS a la primera oferta. Ahora por otro ladito - e igualmente asnal y bastante esclarecedor tb- un tal futbolero gatty ribeiro dicen q ganó alcaldía en pando.. (!!)
ResponderEliminarPa bolivia y sus simplones bolitas, definitivamente no hay remedio q un merecido holocausto, mi estimado y lúcido amigo.
Abrazo.
Te noto mas pesimista que de costumbre, estimado llajtamasi. Realmente fue lamentable el nivel de los candidatos, pero qué se le puede hacer, importa mas la imagen del candidato que su programa. Con el caso de Leyes queda demostrado que en estos tiempos quien no esgrime un discurso populista no llega lejos, me acabo de enterar que casi todos sus concejales son dirigentes gremiales de la zona sud, unos autenticos desconocidos que se acaban de ganar unos suculentos sueldos por cinco años. Da la sensacion de que ha rifado los intereses civicos a cambio del puestito de alcalde, tanta demagogia se le puede volver en contra, y los masistas no dormiran para atraerlo a su lado. Habra que darle el beneficio de la duda, mientras tanto. Saludos.
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