"Evo Boys", los pajes de Su Excelencia |
El presidente más trabajador del mundo
(según un ministro, 12 horas o más, diariamente) decidió aumentarse el sueldo y,
para que le traiga suerte, lo hizo el Día Internacional del Trabajo, que hay
que honrar el sacrificio de los currantes empezando por él, claro está. Trabaja
de sol a sol Su Excelencia, sin el suficiente reconocimiento a los duros y
constantes viajes que efectúa en su herramienta de trabajo (léase, avión
presidencial) para inaugurar obras de
toda laya, mucho mejor si llevan su nombre, que así le pone más ganas.
Son tareas harto fatigosas el mostrar
buena cara ante los comités de bienvenida de cada poblado, tener que soportar
los pesados ponchos y guirnaldas de coca, de flores o de frutas regionales que
a más de uno le significaría dolor y tensión en el cogote. Amén de que hay que
bailar con una belleza local de vez en cuando al son de una banda o grupo
folclórico. Pero resulta más duro todavía tener que jugar al fútbol para disfrute
de los pobladores. ¡Qué maratón de partidos se ha llevado Su Excelencia en más
de un centenar de canchas inauguradas! ¡Cuántos goles ha tenido que meter para
que lo aplaudan! Ahorrador como pocos, a menudo se lleva a su selección presidencial (empleados de palacio y edecanes),
que más que entrenar las piernas, pareciera que entrenan el estómago en cada
viaje, pues apenas corretean, no importa, con tal de dar el show. Para darle
más realce, en algunas ocasiones, reúne a varios jugadores de la selección del
94, para llevarlos de gira cuando hay que inaugurar algún estadio de pasto
sintético. Los héroes del Mundial, siempre felices por el viaje gratis y las
atenciones, de la mano de S.E. Pagan los bolsillos de los bolivianos, como
siempre.
A menudo, los enemigos de S. E. y los
enemigos del balón, han cuestionado el despilfarro que significa televisar las
jugadas primorosas y goles antológicos del presidente futbolero, pero él, con
olímpico desdén ha replicado que no importa cuánto dinero se gaste en
transmitir por televisión la entrega de obras y partidos de fútbol, añadiendo
que al pueblo le gusta. Se hace lo que decida el pueblo, los demás son
envidiosos y enemigos de la Revolución
Democrática y Cultural…y deportiva. ¿Dónde se ha visto un presidente
futbolista? ¿Cómo?, ¿Abdalá Bucaram, dicen?...ese estaba loco.
Un par de meses atrás, un senador
cercano al presidente, confesó que en palacio de gobierno escaseaba la comida,
que cuando acompañó a Evo en alguno de sus viajes, tuvieron que comer de bolsas
de plástico, como cualquier obrero. A todos se nos partió el corazón por tanta
humildad y sencillez. Sin embargo, hace pocos días, internautas de Anonymous
jaquearon la base de datos del gobierno, en protesta por la pretensión de S. E.
de perpetuarse en el trono presidencial. Hete aquí la sorpresa: en Palacio Quemado,
laburaban 208 personas (los datos son de años atrás, pero es probable que hayan
aumentado), conformando todo un séquito enorme, al más puro estilo de una
rancia corte europea.
Con razón, S. E. se había quejado de
lo chico que le había quedado el actual palacio y, nosotros, tan insensibles
con sus necesidades. El pobre monarca no tiene dónde meter a tanta gente, de ahí
que haya encargado la construcción de una Casa Grande del Pueblo pero sin el
pueblo. Junto al presidente trabajan secretarias, decenas de asistentes,
maestros de ceremonias, técnicos administrativos, tres comunicadores sociales, camarógrafos,
dos fotógrafos, un sastre, carpinteros, electricistas, una empleada de “Alerta
Temprana”y una exclusiva Encargada de Pasajes y un sinfín de empleados a su
servicio, entre los que sobresalen cinco Encargados de Correspondencia,
seguramente para responder las cartas de millones de admiradoras alrededor del
mundo que haría morir de envidia a Ricky Martin en sus años machos.
De lo que no se puede quejar S. E. (y
ahí salta nomás el corpacho que se gasta, contradiciendo al senador quejica) es
que su mesa esté mal atendida, pues según la base de datos reveladora, en su
humilde palacete trabajan un panadero y ocho cocineros, además de una
docena de garzones siempre solícitos ante cualquier antojo de su majestad. Por si
fuera poco, se mandaron a confeccionar unos trajes chics para sus recios pajes
personales, que ahora empiezan a ser conocidos como los Evo Boys. Como lo
oyen, austera de solemnidad es la corte
de S. E., el mejor presidente de la historia… plurinacional.
El gobernante, tuvo que subirse el
sueldo sin querer queriendo, pues “él no quería y se vio obligado”, confesó
compungido. Los rectores de las universidades estatales tuvieron una reunión
donde le explicaron que por su decreto que establece que “nadie gana más que el
presidente” los mejores docentes se estaban fugando a las universidades
privadas. Y pasaba lo mismo con los directores de las empresas públicas que
habían decidido irse a trabajar al exterior. En un arranque de sensibilidad
social, el mandatario tuvo que nomás ceder a los pedidos de los profesionales
para que estos puedan mejorar su nivel de vida. El nuevo decreto establece que, como
cabeza de estado, el salario del presidente aumenta en un 20% y así
sucesivamente para todos los jerarcas estatales, atendiendo a una escala
inversamente proporcional. Eso sí, para el resto de los trabajadores públicos,
el aumento salarial alcanza solo al 8% y deberían darse por contentos.
Según un diario nacional, la planilla de pago de jerarcas
significará una carga adicional al tesoro público por un monto de 4 millones de
Bs (más de medio millón de dólares), donde gran parte de ese dinero irá
destinado al pago de los 20 ministros, numerosos viceministros y directores que
hinchan la abultada burocracia del gobierno de Morales. Si hasta se tiene un
viceministro de la Coca, ¿por qué no tener uno de la Quinua, del Gas, de la
Papalisa, del Litio y otros recursos estratégicos?
“Yo no quería, pero me obligaron”
recalca Evo el Austero. Como seguramente le obligaron a comprar el avión
que iba a ser para el Manchester United, le obligaron a contratar una
diseñadora prestigiosa para sus trajes, le obligaron a concurrir a ceremonias
de lujoso boato y le obligaron a postularse de nuevo por el bien del país. Él,
“está para servir y hacer caso al pueblo”, dijo en tantas ocasiones que hace
llorar de emoción a todos sus súbditos, plurinacionales y republicanos.
Evo supera in semplicità e umiltà S.Francesco d'Assisi...
ResponderEliminarfiore
ps. come sempre Bravo
Tienes razón, amiga Fiore. Los ministros y demás funcionarios alaban tanto la humildad y sencillez de Il Divino, que no dudan en afirmar que es el mejor presidente de la historia de Bolivia. Lo he oído incluso a personas que yo creía que eran gente sensata. La ignorancia nos gobierna, ¡salud!.
EliminarApreciado José: esta nueva camada de caudillos latinoamericanos parece decidida a copiar a pie juntillas el viejo modelo estalinista. De un lado el jefe, el zar consagrado a construir- a las buenas o a las malas- el culto a su personalidad. Cuentan los historiadores que había cientos de miles de estatuas consagradas a Stalin diseminadas por toda la Unión Soviética. En el otro frente está El Partido, la enorme y voraz burocracia de cortesanos cuyo equivalente en la vieja China eran los mandarines.
ResponderEliminarComo puede usted ver, siempre volvemos a la vieja y perversa lógica del poder , que cambia de traje y de actores cada cierto tiempo. En el fondo sus efectos siguen siendo los mismos de hace mil años.
Ahora que comenta sobre el culto a la personalidad, estimado Gustavo, hace pocas semanas vi un documental de la televisión española sobre el régimen de Corea del Norte, donde unos periodistas camuflados de turistas mostraban cómo estaba de extendido el culto al amado líder (Kim il Sung, creo), que entre otras cosas mostraban la peregrinación constante ante su estatua gigantesca, todo con ribetes grotescos y desmesurados, entre otras cosas, estaba prohibido dar la espalda a los retratos que colgaban de las oficinas. Algo similar va sucediendo en Bolivia, de no ser por el régimen chavista nos llevaríamos la palma en Sudamérica. Los retratos de Evo están hasta en la sopa (gigantografias, spots propagandísticos, estampillas, laptops, grafitis, y por supuesto en todas las oficinas del Estado). Solo nos falta las estatuas para consolidar el delirio colectivo.
EliminarHe disfrutado mucho con tu post, José. Te preguntas sobre otros presidentes deportistas. Yo recuerdo a Carlos Saúl Menem, de Argentina, que también solía jugar al fútbol, aunque no recuerdo que los partidos hayan formado parte del protocolo oficial. Pero el mayor deportista, el inimitable, el padre de todos los presidentes deportistas del mundo, fue el finado Kim Jong-il, de Corea del Norte, a quien recuerdas en la respuesta a Gustavo/Martiniano, cuyo talento era tan grande que en su primera ronda de golf hizo cinco hoyos con un solo golpe (otros golfistas no hacen uno en toda su carrera), para un total de 38 bajo el par de la cancha. No está mal. Creo que Evo se tendrá que esforzar para llegar a ese nivel de rendimiento.
ResponderEliminary Mao Tse Tung con la nuotata nel fiume? eh? ce lo dimentichiamo?:))
Eliminarfiore
Eco!!! Gran Mao, no solo nado sino que purifico las aguas contaminadas. :-)
EliminarLo único que nos queda ante el abuso de los poderosos es el humor, la parodia, el sarcasmo, etc. porque ya no vale la pena cabrearse tanto, estimado Lalo. No sabía que Menem jugaba futbol, por lo menos no lo hacía oficialmente, todo lo contrario de Evo que cree que lo hace fenomenal, y encima tiene el desparpajo de obligarnos a ver sus jugadas como si fuera cuestión de Estado, sin duda es muy “trabajador” el caudillo. Pura política demagógica que hace las delicias de sus seguidores. A mí me divierte su solemnidad deportiva, me parece de lo más grotesco y torpe que he visto sobre una cancha. Y celebro que te haya gustado el post, trataré que los siguientes sigan esa línea. Gracias por el dato del dictador norcoreano, pensé que con esa seriedad y severidad había prohibido hasta el deporte en su amada república. Y lo de Mao nadando en el rio es también antológico, da gusto tener comentaristas tan informados, ¡purificando el rio! Ja ja, muy buen colofón.
Eliminar