Mausoleo del presidente Gregorio Pacheco |
Uno: En el cementerio histórico de la ciudad más
histórica, personajes históricos –o lo que queda de ellos- fueron conminados a
regularizar su situación. Esto es, demostrar el derecho propietario de los
mausoleos y el pago de impuestos por el acceso al descanso horizontal, ya no
eterno, que suponíamos.
Dos:
Tenía que ser precisamente en la ciudad con el psiquiátrico más famoso de la república
(a tal punto que los sucrenses son conocidos cariñosamente como “loquitos” a
falta de otro mote), sitio al que aluden algunas mamás cuando algún retoño se
sale de control: compórtate bien o te voy a mandar al loquero de Sucre. Santo
remedio, el coco de los cuentos ya no asusta.
Tres:
Tal parece que la resaca de las autoridades continúa luego de que el 25 de mayo
se haya celebrado un año más de la Revolución de 1809. Sendos desfiles celebraron
la gesta libertaria, capitaneados por las casacas amarillas del Regimiento Amarillos,
rival en significancia histórica del Regimiento Colorados, quienes custodian el
Palacio de Gobierno a modo de guardia pretoriana. Luego de la solemnidad
oficial, la verbena popular marca la agenda como de costumbre, donde no sabemos
qué pasó para que los concejales de la ciudad se hayan deschavetado.
Cuatro: Se debe tener cuidado cuando se pasea por las calles
de Sucre, hay que fijarse qué baldosa se pisa, pues por ellas entraron
triunfantes Simón Bolívar y Antonio José de Sucre a caballo y muchos otros
héroes que la memoria colectiva olvida. Se
dice que la campana de la catedral repicó tanto en aquellos convulsos días que
se rajó. Por su sacrificio, fue declarada monumento histórico bajo el título épico
de Campana de la Libertad.
Cinco: Fue una de las ciudades pioneras en proclamar la insurrección
contra la corona española, incluso algunos historiadores sostienen que fue la
primera. De su antigua universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, salieron
algunos de los más preclaros personajes que llevaron el germen independentista
a otras ciudades del continente. Paradójicamente, Bolivia fue una de las últimas
en obtener la ansiada independencia en la región.
Seis: Vieja ciudad, tanto que lleva el apelativo de Ciudad
de los Cuatro Nombres a tono con sus etapas históricas: Charcas, La Plata,
Chuquisaca y Sucre. Es la urbe más
española de Bolivia, orgullosa de su arquitectura colonial que ha sabido
conservar casi intacta, de muros blancos, tejados rojizos y balcones estilo
andaluz. Nació a raíz de que Potosí, legendaria por sus minas de plata, --tanto
que Cervantes acuñó la frase “vale un Potosí”—ofrecía un clima hostil para las recién
llegadas familias españolas que encontraron en un valle cercano las condiciones
ideales para asentarse. Desde entonces, en el imaginario popular, circula socarronamente
la supuesta sangre azul de los sucrenses.
Siete: Es la Filadelfia nacional, en la Casa de la Libertad
se reunieron los primeros constituyentes dando origen a la incipiente nación,
denominada República de Bolívar, que luego un diputado ingenioso propuso el
cambio por Bolivia, a la manera de Rómulo, Roma, según narran las crónicas de
la época. Capital querida de la república, aunque dado que el evanescente
Estado Plurinacional ha declarado, vía decretazo, la muerte de la república, no
se sabe si la nueva capital estará en las entrañas de la madre tierra o
flotando en las nubes.
Ocho: Así pues, en Sucre se respira pura historia. Desde sus
conventos, innumerables templos y casas señoriales. Desde sus dos cerros
icónicos, el Sicasica y el Churuquella. Si París es famosa por su cementerio de
literatos y artistas, Sucre es conocida también por el suyo donde reposan
muchos presidentes y otras figuras históricas como doña Juana Azurduy de
Padilla. Al ser una ciudad pequeña y poco agitada, es de obligada visita turística
su camposanto, el más bello y mejor cuidado del país, se dice.
Nueve: Todo iba bien, lo vivos tranquilos y los muertos más
tranquilos todavía. Hasta que la ilustre y honorable Alcaldía Municipal mandó a
colocar notificaciones en las rejas de los mausoleos. No se salvaron ni
presidentes tan notables como Aniceto Arce y Gregorio Pacheco, a quienes los
libros de historia reconocen como grandes estadistas. Considerando que, varios difuntos
ya no tienen parientes que velen por ellos, más les vale darse por enterados
ellos mismos. Que si no, irán los obreros municipales a derribar sus tumbas por
morosos y por yacer en suelo ajeno. ¿No que los difuntos notables o sus restos
eran patrimonio histórico y, como tal, las autoridades estaban en la obligación
de cuidar y conservar?
Diez: ¿A dónde irán los niños que se ganan la vida
recitando, casi cantando, la biografía de esos personajes que reposan en el
cementerio de Sucre? …Tal parece que en el susodicho psiquiátrico no están las
personas que deberían estar. Sigamos, sigamos haciendo historia, que el mundo
nos contempla anonadado, caray.
descanso horizontal !!!!!jajajajajajaj!troooppo forte josè, il riposo orizzontale!
ResponderEliminarl'imbecillità della burocrazia è GRANDIOSa.
i Padri della Patria in stato di morosità
ci sono case popolari del comune per le povere ossa indigenti??
grande Josè
ciao ciao
flor
Ay, amiga Fiore, lamento tanto que no se me haya ocurrido "reposo horizontal" suena mas poético que "descanso", creo que voy a cambiar con tu permiso, a menos que tengas copyright sobre esa palabra, jeje. Cierto, eso es lo jocoso, que los burócratas no sepan distinguir la importancia de las tumbas. Gracias a un canal de Tv pude ver los avisos de desalojo pegados en las rejas. El periodista que comentaba se queria jalar de los cabellos, "este pais es un pais de Replay" decía estupefacto.
ResponderEliminarLa práctica de desembarazarse de muertos poco rentables para dar cabida a nuevos "clientes" esta bastante extendida, no es una ocurrencia de los burócratas de Sucre, aunque admito que los letreros amenazando con el desalojo le da un toque cómico/grotesco. Recuerdo el escándalo cuando una autoridad municipal de Londres, en la época de la Thatcher, vendió un cementerio por el monto simbólico de una libra esterlina a empresarios locales. Les parecía una operación sensata, porque le ahorraba mucho dinero a la administración. Cuando se hizo evidente que los nuevos propietarios se proponían limpiar de cadáveres el a posando, para construir edificios de oficina en el lugar, se armo un escándalo que término con la anulación de esa venta...
ResponderEliminarEfectivamente, estimado Lalo, aquí mismo en mi ciudad es cosa normal que, cumplido un tiempo (seis años, creo) los familiares están obligados a retirar los restos de sus difuntos o caso contrario los llevan a una fosa común o los reducen a cenizas. Pero hay criptas de personajes históricos que no se pueden tocar. Lástima que no pude conseguir fotos del asunto de Sucre, solo vi una imagen de pasada en un canal pequeño que se hizo eco gracias a una reportera curiosa. Lo que nos cuentas de Londres, nunca sucedería aquí, porque supersticiosos como somos jamás se le ocurriría comprar a alguien un terreno que fue cementerio. Sería de mala suerte, eso es seguro, jeje.
EliminarDonde dice "a posando" se debe leer "camposanto", por supuesto... :-))
ResponderEliminarjosè, non so se l'hai letto ma questo è troppo comico
ResponderEliminarGobierno de Calle cae en un hueco y se le rompe un amortiguador
(il Grande Chiguire)
Ja ja, acabo de ver la noticia del Chiguire (hasta he aprendido una nueva palabra como sinonimo del roedor capibara). Tienes razon, es demasiado absurdo y cómico, el patético "gobierno de calle" de Maduro y sus carreteras con huecos. Alguna vez lei que un vecino, en otro pais, plantó un arbol como protesta por un hueco en la calle.
EliminarEn los siquiátricos nunca están quienes deben estar, apreciado José. Repase y verá que quienes deberían estar allí ocupan las presidencias de los países, los ministerios de guerras, las gerencias de las grandes corporaciones ... y así hasta el delirio.
ResponderEliminarSu afirmación, amigo Gustavo, me hace pensar en la cantidad de literatos (Onetti por ejemplo) que fueron internados por ser un “peligro” para la sociedad y otras vainas, amén de otras artistas, especialmente pintores como Van Gogh y Munch. ¿Será que los creadores siempre están bordeando el delirio?. Al final, creo que vivimos en un mundo de locos, moviéndonos entre creativos e imbéciles.
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