Dijeron que iban a llegar 23 cancilleres de
los 34 estados miembros de la OEA a la tranquila y terapéutica ciudad de Cochabamba.
Elegir un valle de clima atemperado donde se mecen los sauces al son de la
brisa no es casualidad. Las plantas todavía florecen a medida que llega el
invierno y los pájaros revolotean en los jardines de los hoteles… ¡qué bonito!
Llegaron apenas tres cancilleres, los de Ecuador,
Brasil y Argentina, más el nuestro que se vino volando desde La Paz a coordinar
todo y ejercer de anfitrión. De no ser por estos tres países hermanos, de
vecindario y de lucha revolucionaria, esto se habría convertido en un paseo.
Así fue, como diría Juan Gabriel.
Buenos anfitriones somos. “¡Valerosos cochabambinos,
ante vuestras macanas los visitantes tiemblan (de emoción)!” dicen que no dijo
don Esteban Arze, patriota de los ayeres independentistas. Como ya no es
temporada de choclo y quesillo, qué pena, tuvimos que recurrir al ingenio
criollo para recibir a los viajeros de lejanas tierras. Alfombra roja, cholitas
vallunas con guirnaldas de flores y arcos de platería dieron la bienvenida en
la terminal aérea, mientras se oía de fondo una banda militar que interpretaba cuecas
tradicionales. No se ha visto a ningún visitante besar el suelo como lo hizo
Juan Pablo II cuando aterrizó en suelo cochabambino. Aquello era tener estilo,
lo demás son macanas.
Finalmente, sólo arribaron 18 delegaciones de las 23 previstas para participar en
la Segunda Conferencia de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. La “oportunidad histórica de reformar
algunos aspectos de la OEA” se convirtió en una singular exposición de turismo
y productos exóticos. Por lo menos, eso fue lo que más resaltó en el salón de
convenciones, adornado con una presentación muy primorosa de arreglos florales,
penachos de quinua, tejidos andinos y adobes como perímetro de
contención. Bellos fractales con aire rústico que se robaron las miradas de los
asistentes.
Para discutir un asunto de vital importancia
se reunieron los burócratas de las cancillerías respectivas: el urgente
traslado de la sede de la CIDH. Jode de sobremanera que los yanquis tengan las
oficinas centrales en Washington, y que
se pongan a pontificar sobre cómo deben manejar los estados miembros el asunto
de los Derechos Humanos. Así pues, la CIDH es acusada de atribuirse
competencias por encima de los estados. Precisamente, los países del ALBA son
los más críticos con las resoluciones de la CIDH a quien acusan de
parcializarse contra ellos. Evo Morales, amenazó en reiteradas ocasiones con
retirar a Bolivia de este organismo, aduciendo que respondía a intereses del
imperialismo.
Lo más florido y chusco es que, gobiernos como
Venezuela, Ecuador y Bolivia, exijan una urgente reforma de la CIDH por no
adaptarse a sus bondades revolucionarias: La constante represión y persecución
judicial a los opositores. La toma sistemática de todas las instituciones y poderes
del Estado. El afán de perpetuarse en el poder con trampas jurídicas. El
constante acoso a la prensa pretendiendo silenciarla. La permanente
vulneración de los derechos y garantías constitucionales. El atropello a
minorías indígenas mientras se habla de indigenismo. Todo, todo en nombre de
valores democráticos mientras se apalea a todo aquel que osa enfrentarse a sus
delirios totalitarios.
Y todavía se hacen a los indignados. Con Evo a
la cabeza, que no quiere a nadie husmeando dentro del sindicato en que ha convertido
a su amada Bolivia, por quien derrama sudor y lágrimas, según cuentan sus
cercanos colaboradores. Al contrario, las víctimas que han derramado sangre en distintas
masacres y conflictos de su administración son solo estadísticas que no valen
como pruebas. Ni con fotos que portan sus madres. ¿A quién quejarse entonces? ¿A
la justicia divina?
Bueno, no debe hacerse mala leche, apreciado José: si Lewis Carrol fue capaz de imaginar una sonrisa sin gato, bueno está que los bolivianos organicen una cumbre de cancilleres... sin cancilleres. Ese podría ser un buen inicio para el fin de la OEA, un organismo de bolsillo creado por los norteamericanos para salvaguardar su patrio trasero y que hoy luce como el apellido de su secretario:insulso.
ResponderEliminarcon todo, lo absurdo de la situación no puede desviar la atención sobre uno de los problemas de fondo: el empeño en hacer aparecer las violaciones a los derechos humanos como un asunto ajeno. En esa lógica perversa son violaciones cuando las cometen los otros y ejercicio de la autoridad si somos nosotros los autores del atropello.
Si con destilar mala leche se refiere a mí, estimado Gustavo, pues vaya acostumbrándose, jeje, lo voy a seguir haciendo mientras Evo y sus ministros crean que vivimos en el País de las Maravillas, y esto último no es broma, a menudo oímos en sus discursos muchas lindezas como que en Bolivia hay 1 millón menos de pobres, que la clase media ha aumentado, cuando en realidad sucede que la clase media es la más afectada con sus políticas demagógicas. Sobre lo segundo, y añadiendo algo más de la hipocresía del gobierno de Morales y el doble rasero con que manejan el asunto de los derechos humanos, me olvidé mencionar que con el célebre caso de los soldados detenidos en Chile por invadir su territorio, Evo se quejó del supuesto atropello a la misma CIDH y en otras ocasiones no tiene ningún escrúpulo en despotricar contra ella, abogando incluso por su desaparición o refundación.
EliminarQualsiasi mio commento al tuo articolo Josè, dopo che ha postato l'erudito Martiniano risulterebbe stupido.
ResponderEliminarE' talmente bravo da lasciarmi sempre a 0 bocca spalancata!
una sonrisa sin gato......geniale.
ciao
fiore
Concuerdo contigo amiga Fiore, siempre hay mucho que aprender de los lúcidos comentarios de Gustavo-Martiniano, su seudónimo me hace pensar si no es un personaje de alguna obra suya. Sus reflexiones no tienen desperdicio. Por cierto, he visto que has comentado en el blog del escritor Claudio Ferrufino (Le coq en Fer). Sus posts sobre Bolivia y el actual gobierno son terribles y muy reflexivos a la vez, llenos de conocimiento antropológico, cultural e histórico que a veces me deja con la boca abierta, poniéndome en evidencia de que tengo mucho que aprender todavía.
EliminarTu relato de la reunión que no llena sus expectativas, sumada al pantallazo del papa que besa el suelo de las tierras que visita, me hacen recordar a la brillante película uruguaya “El baño del Papa”, cuyo tema viene al pelo para lo que cuentas. Resulta que en un pueblito uruguayo esperan al papa (justamente Juan Pablo II, se trata de una visita histórica, realmente visit el papa) y la pobre gente trata de sacar provecho de los miles de visitantes brasileños que vendrán a verlo. El protagonista, un pequeño contrabandista, tiene una idea genial: construir un baño, un simple retrete en realidad, para aliviar las necesidades de los forasteros, y cobrar por el servicio. Finalmente ocurre que sólo llegan unas decenas de visitantes y todos los lugareños que habían amasado tortas y preparado dulces… para no hablar del dueño del retrete, salen perdiendo dinero. Que sabio es el arte.
ResponderEliminarApenas recuerdo de la llegada del Papa a tierras cochabambinas, estimado Lalo, era muy chico, creo que fue en el año 86. Fantástica resulta la anécdota uruguaya. Algo similar, bueno no tanto, ocurrió aquí, un amigo me comentó que en su parroquia prepararon un recibimiento a la altura de la circunstancias, ensayando coros, preparando ramos y pétalos de flores para recibir al pontífice, creyendo que se iba a detener en la calle donde le tenían preparada la bienvenida. Al final, el papamóvil paso rápidamente delante de ellos, como la urna de un santo y dejando a los pobre niños del coro con los crespos hechos. Es que el gentío era tal que era imposible detenerse, en fin, la fe de la gente, que no entiende de razones.
EliminarLo que cuentas, Jose, y lo que dice Fiore, me hace recordar a otra gran pelicula, la espanola Bienvenido Mr Marshall, que sospecho fue una inspiracion para El bano del Papa. Es una de las maravillas del cine espanol bajo la dictadura franquista, recurriendo a triquinuelas para poder escapar a la censura. En un pueblito se enteran de que pasara la delegacion de los "americanos" que buscan sitios para invertir los fondos del Plan Marshall, y hacen mil preparativos para llamar la atencion de los visitantes, con muchos costos de todo tipo y mil peripecias. Pero al fin los "americanos" pasan con sus autos por el pueblo sin detenerse... Adios Mr Marshall.
EliminarHe leido bastante sobre Adios Mr Marshall, es todo un clasico del cine español, siemrpe entra en las listas, desafortunadamente es una de mis asignaturas pendientes, por razones prácticas. Gracias por la sugerencia, procuraré conseguirla aunque sea bajándola por partes de internet, aunque con el internet que tenemos acá, suene a mision imposible.Saludos.
Eliminarlalo, hai fatto centro! il folk, la musica etc...milioni di persone, migliaia, qualche centinaio, una qualche decina...scarsa..
ResponderEliminarsembra un film di bunuel!