30 julio, 2013

6 Evo y el turismo político


El "referente mundial" arañando protagonismo

No hay quien pueda cortarle las alas a Su Excelencia, el presidente volador por antonomasia de todos los inquilinos que han morado en el Palacio Quemado, del cual se rumorea que las chapas y candados comienzan a ensarrarse por falta de uso. Nuestro aterciopelado (por las mantas de dormir y eso) monarca ha observado tantos amaneceres fucsias y crepúsculos naranjas sobre las nubes que, los que tenemos los pies en la tierra nos morimos de la envidia. A resultas, ha acumulado tantas millas de viajero frecuente que sus funcionarios encargados de viajes al infinito y más allá, se han dado cuenta de que no vale la pena seguir con el conteo, pues como el viajero celeste no usa aerolíneas comerciales, no hay a quién reclamarle para obtener una plumafuente fina de regalo o un destino turístico a elegir que normalmente se acostumbra para estos casos.

Se dice que Evo el Austero es el gobernante más ahorrador de la región. Como casi siempre está en el aire, aprovecha la ocasión para comprar sus chucherías a precio Duty free. Hecho que lo convierte en el boliviano más afortunado porque puede llevarse todo el sueldo neto a casa. Ni las tasas de aeropuerto tiene que pagar con su bolsillo. Ni tampoco existen retenes de peaje en el cielo, que sepamos. Así las cosas, sus ministras se disputan casi de los pelos para encargarle uno que otro perfume que tan económicamente se ofrece en el espacio aéreo internacional. Se habrán dado cuenta de que la nave presidencial no tiene muchos asientos, y hay mucho campo sobrante entre ellos, circunstancia que bien da para traerse mercadería de oferta. Quizá algunas cortinas y sábanas para la residencia presidencial. Quizá incienso de primera calidad traído de algún país árabe para que los brujos de S. E. puedan efectuar sus ceremonias ancestrales sin intermediarios. Ah, si yo fuera su amigo, le encargaría sales rosadas del Himalaya, un pote para sorber mate autografiado por Cristina, o una lata de caviar de sus amistades iraníes.

En las últimas semanas, de sobremanera se soltó el trotamundos. Ya nos tiene acostumbrados a sus giras relámpago por el interior del país, así que, bien nos puede convencer el discurso de que quiere conocer cada rincón de su amado reino. Quizá nos emocione que inaugure una cancha de pasto artificial en la punta de un cerro pelado. O quizá nos enternezca que corte la cinta de inauguración de una acequia comunal. Quién sabe. Sin embargo, no había ni terminado de desempacar los presentes que Putin le había obsequiado en Rusia, cuando velozmente se fue para el Ecuador a visitar a su compadre Correa, a quien seguramente llevó el afamado quinsacharaña, un chicote de cuero crudo de vaca que sus feroces guerreros de poncho rojo, esgrimen cada vez que visitan la urbe paceña para defender “democráticamente” al hermano presidente.  No sabemos si el caporal ecuatoriano le habrá contado el método para cultivar rosas en la altura y el secreto para que duren un año sin marchitarse. Como de todas sus reuniones, únicamente salen “acuerdos de cooperación estratégica”, en verdad, sólo atinamos a lanzar floridas teorías acerca de la utilidad de esos encuentros fraternos.

Siguiente escala, la paradisiaca isla de ron, tumbona y palmera inclinada que ofrece el Caribe, afortunada para los vejetes que la gobiernan, claro está. Evo, en franca competencia con Maduro para ver quién cae más simpático a Fidel, se apresuró para llegar a tiempo para la celebración del 60 aniversario del asalto al cuartel Moncada, fiesta que los revolucionarios cubanos organizan con más confeti y solemnidad que la toma de la Bastilla.  No sabemos qué regalos habrá llevado Evo para sus maestros ideológicos, pero sí que se cansó de alabar el tremendo aporte a la lucha de los pueblos que significó la pipa de Fidel y sus fumadas poderosas, de mayor poder esotérico que las fumadas de los chamanes andinos. Tomando el turno,asimismo, para declamar acerca de la cuna de la rebelión contra el imperialismo y su brazo operador, el capitalismo; que todo alumno de socialismo tropical se sabe de memoria. Lo de siempre, vamos.

Todavía hubo tiempo para ir hasta Brasil, en un dos por tres, porque la nave de Evo es más veloz que cualquier avión convencional. Sagrada misión para el presidente fue ir a oír misa dominical de los labios del Papa a nombre de todos los bolivianos. Nos consta que muchos jóvenes ahorraron todo el año para trasladarse en bus, atravesando el extenso territorio brasileño para encontrarse con otros jóvenes del resto del planeta. La Jornada Mundial de la Juventud como denominan a este encuentro entusiasta con el sumo pontífice, quien parece tener energía interminable para repartir besos a cuanto nene le pongan al alcance. Eso sí, Evo tiene un espíritu más joven, no tanto como el de Cristina, pero ahí estuvieron a las espaldas de Francisco I, como fieles monaguillos junto a Dilma Rousseff.

Quién diría que S. E. se ha olvidado de la guerra verbal que tiene con los obispos nacionales, a quienes acusa permanentemente de meterse en política y, no pocas veces, les recuerda el papel cómplice que tuvo la Iglesia en el pasado colonial. De pronto, contra todo pronóstico, se convierte en un fiel seguidor de la fe católica, tanto, que tuvo que hacer el peregrinaje hasta Rio de Janeiro para transformarse en un humilde admirador de la sotana blanca. Con dinero de las arcas públicas, por supuesto. Ya hemos perdido hasta la cuenta de estos interminables viajes internacionales que hace a los amigos del vecindario. Son varios millones que alcanzarían para construir hospitales. Pero ya saben, se está “poniendo en alto el nombre de Bolivia”. Y eso no tiene precio.
                                                          


25 julio, 2013

8 La escasez, el pan nuestro de cada día


Foto: Los Tiempos
Hace un par de días, el presidente de la estatal petrolera (YPFB), salió a informar categóricamente que no hay escasez de gas licuado para uso doméstico (GLP).  Que estas semanas se hayan visto largas colas de vecinos con garrafas en varias ciudades importantes, seguramente era un show muy bien coordinado de gente que quiere desprestigiar al gobierno pulcro, humilde y trabajador, “al servicio del pueblo”, como le gusta recalcar a Su Excelencia, Evo el Austero, quien, en pos de ese servicio abnegado, se fue a la lejana Rusia a codearse con los capos del gas mundial. Como boliviano de pura cepa,  bien nacido en el centro del continente y súbdito forzosamente feliz del imperio plurinacional, se me hinchó el pecho de orgullo cuando vi a S.E. posar para la foto junto a Putin, Maduro y otros caudillos de la misma salsa ideológica que pomposamente sellaron su amistad bajo las cortinas y símbolos de la Rusia imperial. Pero por lo que se ha visto hasta el momento, la iniciativa de establecer una organización paralela a la OPEP, se hizo gas en cuanto los mandatarios abandonaron los salones zaristas. 

Precisamente, para invitar personalmente a la mayor petrolera rusa, a realizar prospecciones en suelo boliviano, nuestro ahorrador presidente y su espartana comitiva -entre cuyos miembros más destacados figuraba un periodista que informaba minuto a minuto sobre el viaje épico- se gastaron la suma nada despreciable de 800.000 dólares, una bicoca considerando la labor estratégica que supone el liderazgo vibrante de Evo, autonombrado portavoz de los pueblos oprimidos de todo el universo. Y claro, por esas casualidades de la vida, nos enterábamos al mismo tiempo que, niños con cáncer eran atendidos en los pasillos de un viejo y lastimero hospital, a falta de camas y equipamiento decente. Y no es una estampa aislada ni sensiblera. En todos los hospitales públicos falta alguna cosa, desde ambulancias que no tienen gasolina hasta salas de maternidad donde que hay que hacer cola para parir. Esa es la tónica de todos los plebeyos de este país: formar una fila para obtener un documento de identidad, para comprar un plato de comida en la calle, para conseguir una bombona de gas, o madrugar para reservar una ficha de salud, mientras los nuevos aristócratas repasan revistas de aeronáutica para escoger aviones ejecutivos.

Ayer mismo, por fin, apareció el camión repartidor de gas por el barrio, luego de casi tres semanas de ausencia. Menos mal que tenemos en casa una garrafa de repuesto. Hay mucha gente que solo tiene una y tiene que ir en bicicleta o cualquier otro medio a buscar a otros sitios. Los beneficios de la nacionalización, sin duda. A título de recuperar los hidrocarburos, espantaron a casi todos los inversionistas extranjeros. Resultado: no hay nuevos descubrimientos de yacimientos petroleros, hecho que ha mermado drásticamente la producción de GLP, obligándonos a importar una parte de Argentina y Perú. Absurdamente paradójico es este país, ¡potencia mundial del gas, se dice, con foto enmarcable incluida! al mismo tiempo que no tiene la capacidad de cubrir las necesidades domésticas. Desde los años setenta que se exporta gas natural a Argentina y, sin embargo, recién en la última década se ha comenzado a instalar la red domiciliara pero a un ritmo lentísimo y solo en las ciudades principales, y para complicar la cosa, las instalaciones son caóticas, sin atender a un plan maestro.  Hasta hace poco los arquitectos no se preocupaban de diseñar las instalaciones respectivas en los edificios de apartamentos, porque estábamos tan acostumbrados a la cultura de la garrafa de GLP que aquello se consideraba un gasto superfluo. 

Yo vivo a cuatro kilómetros del centro, hace poco vi que estaban abriendo zanjas a un kilómetro de casa e instalando las tuberías amarillas. Habrá que esperar otro año, si es que se dignan a continuar con la ampliación. En casa de un tío, que está en el mismo distrito, dos kilómetros más al norte, le hicieron instalar la tubería hace cinco años por lo menos, pero el suministro nunca llegó, con la excusa de que no  se terminó toda la instalación del barrio. Hacer todo a medias, es otra de nuestras particularidades. Así se hacen gas nuestras esperanzas de vivir mejor.

En los años de los gobiernos anteriores a esta administración, los camiones repartidores circulaban todos los días laborables, hasta los choferes se disputaban las rutas, no hacía falta estar con el oído atento, total, al día siguiente había la certeza y, en última instancia, siempre existía la posibilidad de ir a un distribuidor barrial donde almacenaban el producto por el cual se pagaba un incremento razonable. Hoy todo eso está prohibido, con el pretexto de luchar contra la especulación. Se han volcado las cosas, se debe casi asaltar a los camiones que aparecen para conseguir una bendita garrafa. La desesperación llega a extremos como bloquear avenidas con los mismos cilindros hasta que la refinería se digne a mandar un cargamento lo más rápido posible. Las autoridades se mueven como resortes solo cuando hay presión, el resto del tiempo están ocupadas en calentar los sillones mullidos de sus escritorios. Además siempre está la excusa perfecta del contrabando. El gas que se hace gas a la vista de los aduaneros.

Al crónico racionamiento de GLP, hay que sumarle la escasez de harina en los mercados nacionales. Los panificadores están que arden más que sus hornos. Elevados los precios del insumo principal, cada panadería vende según le parezca: el famoso pan de batalla cambia de tamaño a capricho y/o ha subido de precio. Los operativos de control son simples escaramuzas para distraer a la opinión pública. Entretanto, Argentina, nuestro principal proveedor de harina, ha prohibido recientemente la exportación de trigo; quién diría, el antiguo “granero del mundo”, también sufre la subida de los precios del pan. Como apenas sorprende que haya dejado de ser el primer suministrador de carne fresca en la región, situándose detrás de Brasil, Uruguay y hasta de Paraguay, que no era tradicionalmente exportador de este producto.

Al final, los ministros del ramo se dieron cuenta de que la dignidad no se come. Tragándose el orgullo antiimperialista, anunciaron que comprarían noventa mil quintales de harina del odioso imperio del norte y de su aliado mexicano. ¿Qué pasaría si los EE.UU. se negaran a vendernos su preciado insumo? ¿Se los acusaría de intentar matar de hambre a los más necesitados? Todo es posible en este mundo retorcido.

20 julio, 2013

6 Campeones de la hipocresía


Evo y sus Bartolinas
Todavía se siente la resaca de todos los homenajes reivindicativos a la figura sacra de Evo el Austero. Decenas de programas televisivos le han dedicado sesudos análisis y épicas reseñas para resaltar su solitaria lucha contra el imperialismo y sus serviciales aliados europeos. Innumerables bombardeos de propaganda no parecen suficientes para calmar la herida espiritual del inexpugnable guerrero de la Pachamama, ni con los sahumerios y “limpias” de sus chamanes de cabecera. Ya los gobiernos involucrados en el impasse diplomático han ofrecido explicaciones y las disculpas del caso. Pero los ejércitos verdes (cocaleros) y amazonas azules (bartolinas) de Su Majestad, quieren sangre. Exigen la cabeza de quienes hayan osado ordenar el operativo contra el viajero celeste. Investigaciones hasta las últimas consecuencias. Caiga quien caiga. Esos funcionarios neocolonialistas deben ser sancionados ejemplarmente, clama cualquiera que sale a la palestra para cobrar notoriedad. 

Aun sin estar del todo claras las diferentes versiones que se manejan acerca del asunto en la terminal vienesa que, según Evo, él jamás permitió que su avión fuera revisado por agentes del gobierno austríaco para comprobar que el fugitivo Snowden se hallaba dentro. Haciendo honor a su investidura, dio su palabra y con eso bastó, señaló tajantemente. Cosa que dudamos, ya que los gobiernos extranjeros estarán bien enterados de que Evo también dio su palabra para no postularse a un tercer mandato consecutivo, y que tiempo después, se burló de tal promesa, disposiciones constitucionales incluidas. Al contrario, muchas publicaciones internacionales señalan o dan a entender que el gobierno austríaco, haciendo gala de una diplomacia sutil y efectiva, sí pudo certificar que en el avión no había ningún pasajero sospechoso. En cualquier caso, las trece horas que la aeronave se quedó varada en tierra, no fueron para admirar su cuadriculada banderita arcoíris  o efectuarle una limpieza al fuselaje, precisamente. 

Entretanto, continúan los análisis y planteamientos dentro del seno del gobierno para efectuar futuras represalias, que entre otras cosas, se está barajando la posibilidad de expulsar definitivamente a la embajada norteamericana (“no me va a temblar el pulso si se decide expulsar a la embajada”, afirmó Evo, días después del incidente), así como a las transnacionales europeas, sobre todo españolas, que operan en Bolivia, poniendo en grave riesgo la suerte de cerca de cuatrocientos mil compatriotas que radican en suelo estadounidense, más de trescientos mil que mandan remesas desde territorio español y casi cuarenta mil que viven en Italia. Tan grande es la ira acumulada de S. E., que parece no tomar conciencia de que las remesas son la tercera fuente de ingresos para el país, después de las exportaciones de gas y minerales. Todo sea por reparar el ego herido del supremo. Más vale alimentar el orgullo del rey chiquito que alimentar el estómago de millones de bolivianos. Todo, en nombre de la dignidad y otras vainas ideológicas.

A dos semanas del constante alarido de indignación de los cortesanos de su majestad, que ha espantado incluso a las palomas de la plaza Murillo, se ha destapado un caso con implicancias muy parecidas. Resulta que en octubre de 2011, el avión del entonces ministro de Defensa brasileño, Celso Amorim, fue requisado abusivamente, sin considerar que tenía inmunidad diplomática, por agentes antinarcóticos en el aeropuerto de El Alto de La Paz. La cancillería brasileña, en su  momento mandó una nota de protesta por vía diplomática, sin pegar el grito al cielo, de tal manera que nunca nos enteramos, porque además nuestras autoridades decidieron ocultar el asunto, hasta estos días que empezaron a circular rumores entre la oposición y los medios de comunicación.

El gobierno nacional, en su infinita arrogancia, desmintió categóricamente la noticia, afirmando que nunca ordenó la revisión de ninguna aeronave, aduciendo que se trataba de “tomaduras de pelo” y recriminando a los periodistas que fueran más responsables y que se dedicaran a temas serios y al periodismo de investigación. Tamaña maniobra comunicacional que recuerda a la tácticas de una novela orwelliana, habrá colado en amplios sectores de la población como una verdad incuestionable. Sin embargo, al poco rato el ministerio de Defensa de Brasil derrumbó la versión oficial en un comunicado a través de su página web. Es más, las requisas a aviones brasileños fueron tres, en distintas ocasiones, tal como declaró el mismo Amorim al diario Folha de Sao Paulo. Los mentirosos quedaron al descubierto, comenzando por la ministra de Comunicación, que aún así parece muy convencida de su historieta, pues ninguna célula de su rostro ha sufrido alteración alguna. 

Finalmente, el presidente, en conferencia de prensa desde palacio de gobierno, salió con el cuento de que no sabía nada del asunto, que recién “se enteraba gracias a los medios de comunicación”. La "torpeza" como calificaron, fue por excesivo celo del organismo antidrogas, unos agentes que actuaron por libre iniciativa- una vez más-, sobrepasando sus atribuciones, y en las cuales el gobierno no tuvo nada que ver, dieron a entender en un acto de hipocresía sin precedentes. "No es por instrucción del Presidente, ni del vicepresidente, ni del gabinete. Siento que algunos oficiales exageraron so pretexto de lucha contra el narcotráfico en no respetar aviones oficiales" se disculpó Evo. El incidente será investigado hasta determinar sanciones drásticas, afirmaron rotundamente. Sabemos lo que eso significa: unos subalternos que serán despedidos con ignominia, como ha venido sucediendo desde el principio. Culpa de otros “infiltrados”, no sería nada raro.


16 julio, 2013

6 Nuestras aladas autoridades

Antes, Evo soñaba con un avión ruso. Escogió un avión francés de 38,7 millones 

Sin duda, son de antología nuestros gobernantes que al estar en la palestra creen que el mundo gira a su alrededor, que su sagrada arrogancia debe ser mirada con admiración y que su razonamiento rayano con la ignorancia debe ser acatado por todos. Porque son autoridades se creen con el derecho divino de disponer de los recursos públicos como mejor les plazca.

Hoy que están en el ojo de la tormenta los aviones ejecutivos que su majestad Evo el Austero ha ordenado comprar para sus ayudantes, para que le coadyuven en la pesada tarea electoral, no otra cosa, porque precisamente eso es lo que mejor sabe hacer el presidente; incluso entrometerse en las competencias de los alcaldes para que estos le convoquen al momento de cortar la cinta de inauguración.  Y como lo suyo es  evadirse de la realidad, pasando el mayor tiempo arriba de las nubes, acumulando inútiles millas de viajero, como los constantes viajes al extranjero que su épico liderazgo le exige, según cantan al unísono todos sus cortesanos, porque Bolivia ya no es la misma de antes, ya que ha dejado de ser la nación pobre e ignorada de Sudamérica para transformarse en la nación pobre pero escuchada, de tanto dar la noticia ridícula y absurda, claro está. Bolivia no es cualquier cosa, qué se han creído estos imperialistas, dijo un ilustre transeúnte, admirador nato de la revolución y coleccionista de retratos de Evo.

Mientras el país demanda soluciones estructurales a sus problemas de siempre, es jocosamente desolador que sus principales autoridades que se enorgullecen de sus orígenes humildes anden más preocupados en proporcionarse comodidades de todo tipo para supuestamente efectuar su labor en condiciones adecuadas. Es sumamente “revolucionario” llevar un ritmo de vida en armonía con el odioso capitalismo mientras a la multitud se le proporciona el circo y pan para mantenerla distraída y contenta. Hasta darse el fenómeno incluso de que los más necesitados se convierten en férreos defensores del despilfarro de los capataces.

Es cierto que el parque aeronáutico de defensa civil es obsoleto y que es necesaria una renovación. Otro cantar sería que los brillantes estrategas de la política y de los cielos estrellados nos dijeran que se van a comprar aviones realmente útiles: transporte de afectados, cargueros, cisternas, de vigilancia, meteorológicos, etc. Que los primeros beneficiados en ocuparlos sean ministros, dirigentes y otros allegados es lo que se pretende, aunque suelten el cuento de que serán para uso militar. En el resto del mundo se están preguntando cómo estos lúcidos bolivianos planean adaptar sus aeronaves lujosas hasta para trasladar perros y gallinas junto a personas, en una suerte de arcas de Noé voladoras. 

Los que cuestionamos tales excesos, somos tildados de insensibles, envidiosos, enemigos y vendepatrias que no queremos que el país progrese. Con el caso de los aviones, el ministro de Defensa ha llegado al extremo de indicar que los se oponen a su compra estarían incurriendo en un delito grave, el de “homicidio culposo”, literalmente, atentando contra la seguridad física de los gobernantes que, se dice, juegan a la ruleta rusa subiéndose a los viejísimos aviones militares. A tiempo de afirmar que las aeronaves observadas son aptas para múltiples tareas porque son más “versátiles” que la plastilina, sin aclarar que en caso de desastres naturales se desmontarían los asientos de cuero para llevar vituallas y otros aprovisionamientos.
 
Por si fuera poco, a una dirigente oficialista le pareció insuficiente la idea, según ella, cada ministro debería tener su avión particular. Veinte naves para veinte escogidos. Un país pobre como el nuestro que tiene niños con las barrigas infladas por los parásitos intestinales, pensando en adquirir un juguete millonario para cada apóstol del Tata de los Andes. ¿Dónde se ha visto tamaño despropósito? Curioso que, algunos que de chicos se criaron con ojotas de goma de automóvil y se movilizaban a menudo a lomo de bestia, ahora exijan ser transportados como reyes. Y con viáticos incluidos, como no podía ser de otra manera.
            

11 julio, 2013

8 Evo el Austero ordena comprar más aviones ejecutivos para combatir la pobreza


Falcon 50EX, para uso de ministros y otros "servidores públicos".
Prosiguiendo con la incomprendida política de austeridad, zapato y punta de lanza de la administración de Morales que brillantemente ha cuajado en gran parte de la población que, gustosa ha aceptado que los líderes y sus allegados viajen en aviones, helicópteros o cualquier otro artefacto alado como corresponde a su condición de seres especiales. Así pues, la gente parece estar satisfecha de seguir usando los micros viejos y destartalados, muchos construidos antes de que este servidor viera la luz por primera vez; mientras se guarda silencio fantasmal y hasta se aplaude entusiasta que los ministros y planificadores hayan creado una línea aérea estatal para uso de dirigentes y amigos de la revolución, que deben siempre acompañar al presidente mientras este se desplaza en su magnífica nave, cuya elegancia y boato es objeto de envidia de otros mandatarios. 

El imaginativo Nicolás Maduro viene implementando con creciente éxito su novedoso programa de Gobierno de Calle, al volante de un bus para atender las necesidades de su población, a flor de tierra, boca a boca, hecho que ha motivado el recelo de los buses odontológicos de todo el continente por motivos de derechos de autor. Sin embargo, el mandatario venezolano no ha sido tan creativo como nuestro visionario presidente plurinacional, que ha instaurado las visitas relámpago a todos los municipios del país, para atender personalmente los requerimientos urgentes del sufrido pueblo que hambriento espera por sus obras. Abnegado es el gran Papa Noel andino, quien en alguna ocasión lamentó que le falta tiempo para seguir entregando obras. De ahí que no es raro que en un mismo día, se atraviese el país de canto a canto en su velocísimo jet ecológico que él ha bautizado cariñosamente como su “herramienta de trabajo”.

Interior del Falcon 50EX
Como se ha evidenciado que el vicepresidente no puede seguir el ritmo febril de trabajo que tiene Su Excelencia, el consejo de ministros, ha resuelto dotarle también de su correspondiente herramienta voladora, eso sí, más pequeña y un pelín más barata, de tal manera que no le haga sombra al Falcon Millonario, feroz nave rebelde que ha salido airosa recientemente de las garras de los controladores aéreos de Europa. Parece que no importa mucho que la compra se efectúe a la misma fábrica de la agresora y colonialista república francesa. El avión elegido es también un Falcon, modelo 50EX, que llegaría a costar la módica suma de 30 millones de dólares,  despreciando los más baratos aviones con prestaciones similares que ofrece Embraer (con prestigio ganado en 40 años) de la “hermana” república de Brasil.

Con esto se pretende llevar ayuda a damnificados
Adicionalmente, para atender desastres naturales, según han  dado a entender las autoridades, se ha encargado la compra de otras tres aeronaves para uso militar, concretamente para defensa civil, aunque seguimos sin comprender si el trasladar jefes militares  cómodamente sentados será una forma efectiva de efectuar esa labor. Asimismo, personeros pedagógicamente bien entrenados han explicado que las aeronaves podrán ser utilizadas por senadores y otros altos funcionarios de Estado para que acudan velozmente al llamado de los sectores más pobres de la población y recoger de primera mano los proyectos e inquietudes colectivos, en una suerte de política puerta a puerta.   

Interior de un Beechcraft King Air 250
Que sepamos, los aviones Beechcraft son para uso de pasajeros y, según especificaciones, pueden ser acondicionados para tareas ejecutivas. Bien fresca en la memoria, todavía está el incidente de un ministro de Defensa que en un gobierno anterior compró un avión de la misma marca, con la misma excusa y que luego fue utilizado astutamente para traslado de políticos, esposas de militares y otros allegados. Un experto en defensa y cuestiones militares manifestó en un programa televisivo que con lo que se gastará en los tres aviones para la FAB, se podría comprar una escuadrilla de helicópteros para la defensa civil mucho más necesarios y adecuados para operar en la difícil geografía nacional.

Por lo pronto, tendremos que consolarnos con ver por televisión aquellos raros inventos conocidos como ambulancias aéreas, camiones bomberos decentes, aviones cisternas antiincendios y otros equipamientos lujosos que sólo se pueden permitir países ricos. Da gusto morirse en una ambulancia normal por culpa de un bloqueo de carreteras. Nos enorgullece que bomberos amigos de otros países nos regalen sus camiones y trajes obsoletos. Así como nos encanta alistar voluntarios con pala y ramita para sofocar los numerosos incendios en nuestros inmensos bosques que, por cierto, cubren más de un tercio del territorio del país. 

Así se pretende combatir la pobreza, las inundaciones, la sequía,y brindar asistencia civil para rescate de accidentados, damnificados por fenómenos de la naturaleza  y otras cuestiones prioritarias. Métodos revolucionarios y muy bien craneados, sin duda.                                                                                                                                                                       
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