22 diciembre, 2015

2 Sport Boys, el Toro que se llevó todo por delante


Arrancó como una estampida, como el más puro ejemplar indómito. Pronto caerá, decía todo el mundo. Se mantuvo inalcanzable e invicto hasta la octava fecha en la que el Tigre fue a cazarlo en su propio terreno pero su zarpazo no fue definitivo. El anuncio de sangría no fue tal y, el Toro, más envalentonado que nunca aguantó hasta la última jornada. Palmo a palmo, disputó el campeonato a los atigrados (The Strongest) y a los leones domesticados (Bolívar), cuyos rugidos no se oyeron ni en la arena del Hernando Siles de La Paz.

Este domingo, el Sports Boys de Warnes se proclamó campeón por primera vez en su historia, apenas tres temporadas después de haber ascendido a primera división. Seis meses atrás se salvaba del descenso por un pelo, afrontando un partido de desempate contra el subcampeón de Segunda. Con el peor promedio de la tabla acumulada, esta temporada su misión era alejarse lo más posible del fantasma del descenso. Nadie apostaba por ellos para cotas mayores. Ni ellos mismos.

Esta hazaña del Toro warneño recuerda un tanto a los Zorros del sorprendente Leicester City de Inglaterra, y no solamente por los colores similares de sus camisetas. Sports Boys, igual que su par inglés, es un equipo modesto en toda regla, con un estadio diminuto que más parece un potrero y al que le faltan demasiados arreglos en las tribunas. Warnes es una pequeña ciudad de menos de cien mil habitantes a escasos treinta kilómetros de Santa Cruz, la capital del oriente boliviano. Es el segundo club provincial que logra un campeonato pero el primero desde que la Liga de Fútbol Profesional (fundada en 1977) se asemeja a la Premier League a escala microscópica. Los warneños han roto otro récord negativo de los equipos de tierras bajas, como los dos grandes cruceños Oriente Petrolero y Blooming, que no obtienen nuevos trofeos desde hace años y andan ahí languideciendo en la mediocridad pese a sus mayores recursos.

En esta década, plenamente dominada por Bolívar y The Strongest (los gigantes paceños) y matizada por alguna muesca de conjuntos vallunos como Wilstermann y Universitario de Sucre, lo que hizo Sports Boys tiene mucho de meritorio y aleccionador para los restantes clubes orientales. Como punto de partida, se sacudieron el complejo mental de los equipos del llano y su temor a jugar en ciudades de mayor altura. Los de Warnes, aprovechando el calendario de partidos, se prepararon meticulosamente yendo con anticipación o concentrándose en La Paz antes de ir a jugar a Oruro y Potosí. Y prácticamente barrieron a los equipos de esas ciudades, incluyendo a Bolívar y The Strongest (del que tomaron justa revancha en su guarida al final del certamen), obteniendo sendos triunfos y empates que a la larga fueron claves en la consecución del campeonato. De hecho, Sport Boys perdió muchos puntos en casa y contra los otros equipos orientales tampoco le fue muy bien.

No podemos soslayar el importante factor de la suerte, ya que Bolívar el conjunto con más opciones para alzarse con el titulo perdió inexplicablemente en casa en los últimos partidos ante rivales inferiores y hasta desahuciados. Increíblemente, delanteros internacionales que cobran fácilmente más de treinta mil dólares por mes (una fortuna en Bolivia) no estuvieron a la altura en los tramos finales que malograron el sueño del tricampeonato al Abramovich boliviano que desde Miami despacha los cheques para la carísima plantilla. Sports Boys más parece un conglomerado de descartes de los otros equipos y su figura más conocida es el guardameta que en los más grandes no daba la talla, pero en este plantel es el líder que supo aportar experiencia.

Estabilidad institucional, sueldos sensatos y pagados a tiempo, concentraciones antes de los partidos, seriedad y compromiso de todos los implicados y trabajo concienzudo de la dupla técnica entre un argentino y un boliviano estudioso de la idiosincrasia del fútbol local, fueron en consecuencia los ingredientes para el éxito. Lo malo es que para disfrutar del premio (la clasificación a Copa Libertadores) tendrán que esperar hasta 2017, gracias a los genios locales de la Liga y sus rocambolescos torneos. Para entonces, es muy probable que Sports Boys -que sigue todavía con puntuación baja en la tabla del descenso-, caiga hasta el abismo y juegue el torneo continental desde las catacumbas. Ya ocurrió con Wilstermann y la historia podría repetirse.

18 diciembre, 2015

2 Réquiem por el lago Poopó


Recuerdo que cuando era chico cada jueves de madrugada llegaban los camiones de Oruro al pueblo donde vivía. Los orureños, a falta de agricultura siempre han sido sacrificados comerciantes y grandes viajeros dispuestos a recorrer los poblados más recónditos del occidente del país. Dominaban como nadie las ferias camineras, y se pasaban media vida encima de los lentos y viejos Inter R-190, cargados tope a tope con abarrotes, sal en bloques y otras mercaderías.  

No había ni salido el sol cuando alguna de estas vendedoras de pómulos enrojecidos se trajinaba las principales calles con su caja de madera (de esas de uva chilena) pegada a la cintura y con una pequeña balanza de a libras. Ofrecía de puerta en puerta pescado recién llegado del altiplano, pejerrey para ser exactos, un bicho plateado del tamaño de una trucha y de intenso y desagradable olor según recuerdo. Pero cocinado a la sartén era otra cosa: rebozado con pan molido o harina y luego profusamente regado con limón constituía una auténtica delicia. Su carne suave y blanquecina desaparecía entre los dedos a medida que se escogían las menudas espinas.

Años después, ya mayorcito probé ceviche en La Paz en una empinada calle de locales peruanos, un tanto reticente por la idea de comer carne cruda. Ese toque ácido sazonado con cilantro me gustó tanto que repetí platillo al instante. Luego me enteré que el mejor ceviche se prepara con pejerrey, y la trucha, el surubí o cualquier otro no le llegan ni a la cola. Y ahora me entero que hay gente que vende pollo haciendo pasar por pescado en algunas cevicherías vallunas. Con razón, alguien ya decía que en la espalda de los cochabambinos se pueden sembrar nabos. Y encima, nos preciamos de ser grandes sibaritas.

Perdón por desviarme un tanto del cauce. Con el pasar de los años, fueron mermando los comerciantes de pescado, sé que hace más de diez años ya no llegan más las cajas de pejerrey al pueblo, coincidiendo con la debacle del lago Poopó, el segundo lago más extenso del país (84 km. de largo y 55 km. de ancho) enclavado en el departamento de Oruro. Ni los propios habitantes de esa ciudad ya no disfrutan de pescado fresco (aun guardo memoria de cómo en vacaciones, en casa de mi tía Esther cenábamos pejerrey casi todos los días, preparado de mil maneras por su hábil cocinera). Esa es una de las razones por las que no vuelvo a Oruro, porque zamparme un rostro asado de cordero no lo haría ni borracho.
Lago Poopó (en recuadro rojo Orinoca, la aldea natal de Evo Morales)

Nunca llegue al Poopó pero estuve muy cerca, recorriendo alguna vez la extensa altipampa orureña con un primo al volante de un jeep. Todo me aburría, sin un alma a la vista, siluetas interminables de paja brava y algún cerro a la distancia como paisaje. Cada tanto, remolinos de polvo y el traqueteo del camino ondulado daban la impresión de estar en otro mundo. La misma monotonía hasta que aparecía alguna quebrada donde podía divisarse una pequeña iglesia colonial de adobe y techo ruinoso. Todo en aparente estado de abandono. Y sin embargo, ver que había algunas palmeras de tronco largo en medio de esos frígidos caseríos aumentaba mi admiración por la naturaleza.

Y así comentan que los alrededores del lago tenían un ecosistema particular, con humedales donde crecían totoras y otros vegetales, con patos y gallináceas silvestres anidando entre los juncos y miles de flamencos andinos paciendo en sus orillas. No era raro divisar de vez en cuando el suri o ñandú en las cercanías. Y por supuesto abundaban las especies piscícolas de pejerrey, carachi, e ispi. Comunidades aymaras vivían de la pesca desde tiempos inmemoriales. Hoy el desierto se ha apoderado del lago y solo quedan algunas lagunillas según denuncian los lugareños con amargura.

El desastre recuerda exactamente al caso del Mar de Aral, al que el régimen soviético llevó a la desecación para irrigar sus extensos campos de algodón y otros frenéticos planes de colectivización de la agricultura.  En el caso boliviano, los factores son diversos aseguran los expertos pero pueden resumirse en tres: calentamiento global, desvío de las aguas de sus afluentes y actividades ilegales de la minería. Doloroso es comprobar que en menos de dos décadas una cuenca tan extensa como la isla de Mallorca ha quedado reducida a una desértica llanura de arena. La región ya venía soportando sequías cíclicas, como el fenómeno del Niño, que fueron mermando el caudal de las aguas paulatinamente.

Hace diez años exactamente, y coincidiendo con la llegada de Evo Morales al poder, pobladores y conocedores del tema ya alertaron sobre el riesgo inminente de desaparición a consecuencia del manejo irresponsable de la cuenca, como el desvío de aguas hacia Perú y por otro lado para la utilización de empresas mineras de la zona. ¿Qué hizo el gobierno supuestamente más ecologista de la historia? …no movió ni un dedo para tratar de remediar el daño. Al contrario, el régimen se hizo de la vista gorda todo este tiempo ante el vertido de desechos tóxicos de las cooperativas mineras y otros grupos ilegales, probables causantes de la gran mortandad de peces y aves como la ocurrida en noviembre del año pasado.
Nov, 2014: le echaron la culpa a "vientos huracanados y calor"(La Razón)

Es insultante que el caudillo se haga erigir un museo personal de varios millones en su pueblo de Orinoca y, a pocos kilómetros, no ha invertido ni un dólar para salvar al lago Poopó. Diez años de oír la misma cantaleta de “convivencia en armonía con la Madre Tierra”. El mismo periodo de ver a tanto académico imbécil condecorándole, entre otras cosas, por la “defensa inquebrantable de la naturaleza”. Pedía un lugareño, entre resignado y planteándose a emigrar como la mayoría de sus paisanos que Evo Morales se acordara de ellos. Pero hace tantos años que el amado líder les viene construyendo canchas de fútbol y sedes sindicales. ¿De qué se quejan, si él ha decidido qué es lo mejor para ellos?

Entretanto, afirman que el gobernador de Oruro y sus asambleístas departamentales están en plena deliberación para decretar como “zona de desastre” con todas las firmas y sellos de ley. A plan de papeleo y movilizaciones de última hora pretenden resucitar el lago o “revitalizarlo”, como diría otro burócrata de la nueva ola. Ni con los más de cien millones de dólares que calculan invertir en trasvasar agua de alguna parte se podrá revertir la situación. El Poopó ya llevaba muerto hace tiempo y nadie se daba por enterado. Gracias a la repercusión en algunos medios internacionales es que recién se despierta nuestra conciencia ambiental. A llorar como magdalenas.



11 diciembre, 2015

2 El populismo y sus últimas pataletas



Mostrando las manos limpias luego de ocho años de sacrificio por la patria


Finalmente la “Cumbre Extraordinaria: te vamos a extrañar Cristina” fue sólo cosa de dos. Parece que había corrido el rumor de que la viuda se sentía más sola que nunca en su palacete rosado y mucho más después de gemir a los cuatro vientos que el pérfido Macri la había maltratado por teléfono por el asunto de la transmisión de mando. Ella toda generosa y sensible hasta se había preocupado de ordenar que plantaran flores amarillas (el color de los macristas) en los jardines de la residencia de Olivos como gesto de bienvenida al nuevo inquilino. Pero el caballo ganador no había estado preparado para trotes elegantes sino que quería entrar como el caballo de Atila, pisoteando todo a su paso.  

Enterado de todo ello, el emperador de las 36 naciones partió raudo al rescate de la dama mancillada en su honor, tal como se lo vio este miércoles bien pegado a su lado, mientras la arrugada reina patagónica explicaba a sus acólitos y simpatizantes que había llegado el momento de la despedida. Como Su Excelencia no tenía nada que hacer en Bolivia (otros dicen que se largó, como siempre, para escapar del escándalo del Fondo Indígena que sigue supurando pus por todas partes), se hizo invitar a la inauguración del busto del finado Néstor Kirchner, ya que le encanta romper cantaritos y cortar cintas cuando se estrenan coliseos o mingitorios dentro de sus revolucionarias labores de estadista, que han trascendido fuera de las fronteras a tal punto que Cristina lo llamó urgentemente para que le ayudara a levantar el trapo que cubría la flamante estatuilla depositada en el ilustre “salón de los hombres justos”, justamente porque el tuerto Kirchner había sido muy justo en señalar el camino de cómo incrementar al menos ocho veces el patrimonio familiar desde que eran unos pobretones gobernadores de provincia.

O tal vez son los extraordinarios rendimientos de su faceta de “abogada exitosa” que gusta recalcar la señora en su palmarés personal. Como sea, inmortalizar a su marido fue el último acto como jefe de gobierno, mientras sus cortesanos propalaban la infausta noticia de que el opositor Macri, coludido con fiscales y jueces, estaba efectuando un mini “golpe de estado” en su afán de sentirse presidente desde las cero horas del jueves 10 de diciembre y no desde las 12: 00 de ese mismo día que la presidente saliente pensaba trasmitir el bastón de mando. Entretanto, de acuerdo a fuentes kirchneristas se temía que el caos se apoderara del país en ese lapso, ya que no habría presidente alguno. Pudieron llamar a la AFA para que presidiera el país futbolero pero coincidentemente también se encontraba en medio del escándalo de su propia sucesión. Pero sin duda, doña Cristina se ha ganado un lugar en la historia al contagiar su histeria al siempre flemático Macri, en la pulseta infantil que ambos sostuvieron estos días por el lugar en que se debía efectuar el traspaso de poder. Como al parecer hay un vacío legal sobre estos menesteres, se sugiere que para la próxima vez se tome el juramento presidencial al pie del Obelisco para que quepan hasta las hinchadas de Boca y River. Y todos contentos. Che, qué desconsideración con las delegaciones extranjeras que hasta último momento no sabían a dónde debían enviar a sus representantes. Lo sufrió el rey de España como lo sufrió el emperador plurinacional. Auténtica América Latina del disparate.

Como los estertores de la aventura populista ya han comenzado por Argentina, hay fuertes signos de que el resto de regímenes va a correr la misma suerte. Se viene claramente un efecto dominó en toda la región. Maduro ha sufrido una humillante derrota en las recientes elecciones legislativas y no se sabe a ciencia cierta con qué triquiñuelas querrá aferrarse hasta el último día de su mandato; quizá saldrá con los pies por delante o en calidad de momia descompuesta como el comandante supremo. Dilma Rousseff, con la popularidad por los suelos se aferra al último trazo de legitimidad que le queda luego del pavoroso escándalo de corrupción en Petrobras y afronta el riesgo de ser destituida por vía constitucional; con ella muere el lulismo y entierra la opción de retorno del patriarca Lula. En Ecuador, el cacique Correa recula en sus intenciones de perpetuarse porque habrá olido que se viene la resaca económica y querrá hurtar el bulto hasta nuevo aviso; en el ínterin quiere asegurarse de dejar el terreno preparado para su vuelta pero las condiciones podrían cambiar irremediablemente. 

Aseguran que Evo Morales es la excepción, que sus dotes de eximio estadista han blindado al país contra los embates de la crisis regional,  reafirman sus áulicos y propagandistas. Y sacan a colación argumentos como la estabilidad política y monetaria, la industrialización y la modernización del país, el crecimiento nunca visto de la economía y demás etcéteras que nos están conduciendo por el camino del primer mundo, capitaneados, cómo no, por el insuperable liderazgo de S. E., que de no ser reelegido otra vez el país corre el riesgo de sumergirse en las tinieblas, en la larga noche neoliberal. Que si retorna la derecha será peor que el Armagedón, es la punta de lanza de la campaña del miedo que está emprendiendo el régimen masista. 

Precisamente esa campaña a toda máquina, denota el nerviosismo de los jerarcas que ven con preocupación los ejemplos argentino y venezolano, atribuyéndole al imperialismo norteamericano como gestor de la “oleada contrarrevolucionaria” que amenaza con acabar con estas bellas revoluciones de verde esperanza. “O se profundiza los procesos desde los procesos o retornará la derecha cavernaria” resaltó categórico ayer no más el vicepresidente Linera, uno de los principales teóricos del marxismo-cantinflismo (con Venezuela como referente, según un columnista español), luego de haberse reunido con su camarilla de dirigentes de los movimientos sociales para “reflexionar profundamente” y no cometer los mismos errores, dicen. A pesar de las bienaventuranzas que nos cantan en televisión, a pesar de que la popularidad de S.E. permanece casi intacta (su halo de divinidad que le protege de los escándalos de corrupción); sin embargo, las recientes encuestas muestran que la población está mayoritariamente en contra de la reelección y el porcentaje de indecisos es muy bajo, lo cual no augura que la tendencia se vaya a revertir. Definitivamente, soplan vientos de cambio en el continente y el referendo de febrero pondría la puntilla para el masismo en sus abyectas aspiraciones de atornillarse al poder. A menos que el tribunal electoral haga otra vez de las suyas como nos tiene acostumbrados, aún con nuevos actores.




05 diciembre, 2015

4 Farándula política para fin de semana


En días pasados, el gran defensor de la Pachamama retornó de París con los crespos hechos porque se había preparado con todo ahínco para hacer temblar con su arsenal moral a los líderes más poderosos del planeta, reunidos allí para discutir el asunto climático que tiene en ascuas a la  humanidad, amenazada por el calentamiento global y otras consecuencias del accionar de la especie más dañina que haya existido jamás. Tanto Su Excelencia como el muñeco que tiene de canciller alistaron sus chaquetas exclusivas de lana orgánica para no brillar menos que los corbatudos occidentales y los jeques del desierto entunicados con tonos marfil.

Había partido el líder plurinacional con la misión expresa de ser portador de las floridas conclusiones de la cumbre alternativa que se había efectuado dos meses atrás en Tiquipaya, el último reservorio primaveral que queda en la campiña cochabambina a tal punto que ha sido declarado oficialmente como Capital de las Flores hasta que el cambio climático también se lo cargue. De nada sirvieron las intensas jornadas de reflexión ecologista, con apenas descanso para los canapés, que preocupadísimos luchadores de la hermandad del sauce llorón y ramas anexas entablaron aquellos días para llegar a las raíces del problema. Al final, empantanados con tanto palabrerío optaron por seguir echándole la culpa al capitalismo y tomarse selfies a modo de despedida.

Extrañamente, el referente mundial –según sus adláteres- en que se ha convertido S.E. fue prácticamente ninguneado en los salones de París donde tuvo que aguardar su turno para hacer uso de la palabra, limitado a cinco minutos como el resto de la comparsa de países tercermundistas. No sabemos qué es lo que habrá dicho porque no salió reflejado en ningún medio internacional. Al contrario todo el mundo paró las orejas cuando el presidente del país más poderoso discurseó durante trece minutos, cabalmente cronometrado por S. E. que una vez llegado al país se quejó de ser víctima de discriminación preguntándose si Obama gozaba de algunos privilegios por hablar más tiempo que él. ¡Ah!, ingrato mundo que se estaba perdiendo la infalible sabiduría de S.E.

Como no podía ser de otra manera, S.E. y los demás convidados de piedra fueron convocados a la foto oficial para darle un marco dorado de inclusión e importancia en lo que duraban los flashes de las cámaras. Mientras los mandatarios se colocaban en sus puestos al estilo de mozalbetes de promoción, el chico más popular de la clase llegaba más tarde y repartía saludos a diestra y siniestra pero pasando de largo ante Rafael Correa y Evo Morales, a quienes no concedió ni la mirada. En el reino plurinacional se esperaba que el oficioso viceministro de Descolonización se rasgara las vestiduras por semejante desplante a S. E. y se pensaba que estaría alistando el trámite para llevar a Obama ante la corte de La Haya. ¿O habrá acudido a un chamán de la coca para echarle el mal de ojo?

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Hablando de la coca, se extrañaba tanto al amado canciller, desaparecido tiempo ha de la actualidad política que algunos pensábamos que había caído en desgracia o había sido despojado de sus extraños poderes. En verdad, no entendíamos el bajo perfil que últimamente mantenía el gran profeta del pachamamismo que, aparte de sus funciones diplomáticas, había profundizado en sus estudios metafísicos que le llevaron a inventar el reloj levógiro o a descubrir que la papalisa era el perfecto Viagra andino. Todos estos meses desaparecido del escenario aparentemente los dedicó a encerrarse en el laboratorio con científicos japoneses para soltar hace un par de días el bombazo de que “la coca ayuda a la longevidad y sexualidad”, otro oportuno hallazgo para los usos de la hoja milagrosa que no solamente aseguran que tiene tanto o más proteínas que la leche, cura decenas de enfermedades como el cáncer y hoy maravillosamente levanta la libido gracias a su compleja “bioquímica del amor”, según reveló el canciller a tiempo que aconsejaba la compra del libro del estudio para regalarlo a las parejas cual si fuera el nuevo Kamasutra. Otro fantástico conocimiento del sexador de piedras que, a su lado, la tarea de un tal Serrat, antiguo sexador de pollos era poca cosa. Ya saben, se puede saber si un pollito es hembra o macho por el grito que pegan. ¿Cómo le hacemos con las piedras?...únicamente para gente superdotada.
Canciller Choquehuanca, anunciando la revolución sexual gracias a  la coca

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El operativo anticorrupción que se ha desatado en el Fondo Indígena está provocando que los involucrados caigan como moscas. Es más bien la cacería de chivos expiatorios me corrige una mosca cojonera al oído. Resulta curioso el repentino celo profesional de los fiscales y otros operadores de la justicia que se distrajeron durante meses en las pesquisas como dándoles tiempo a que los asaltantes pusieran el dinero a buen recaudo. Entre jueves y viernes fueron aprehendidos otros tres altos dirigentes del oficialismo: una senadora, un dirigente campesino y una representante de los indígenas del oriente a quien, en apenas tres minutos, le desviaron a su cuenta personal algo más de tres millones de dólares según reza la denuncia. Ya pasan de la docena los detenidos, pero algunos debido a su fuero de asambleístas gozan de un cómodo arresto domiciliario, a diferencia de Brasil donde congresistas y poderosísimos dueños de constructoras y otras empresas han sido encarcelados por el caso Petrobras. En el nuestro, no deja de ser un show propagandístico orquestado por el gobierno para lavar su imagen seriamente afectada por este escándalo, con miras al referendo reeleccionista que busca el binomio presidencial en febrero próximo. Ya nadie se pregunta a dónde fueron a parar los millones porque es seguro que jamás se recuperarán. Se están sacrificando peones del tablero pero las principales piezas como la “reina” Nemesia Achacollo (ex ministra y responsable máxima del directorio), y el alfil del ministro de Economía y Finanzas (que sabía de los irregulares desembolsos) jamás caerán porque son piezas claves de la camarilla gobernante. Pasado el referendo, echarán tierra al asunto y poco a poco los encarcelados irán saliendo como recompensa a su abnegado sacrificio. El resto es culebrón televisivo.

30 noviembre, 2015

4 Fondo Indígena, el gran botín de los plurinacionales

Los últimos atrapados, pero faltan los peces más gordos.


No hace mucho, Su Excelencia, anunciaba pletórico que Bolivia registraba otro hito histórico que su diplomacia del poncho había conseguido en el seno de la ONU. Con danzas típicas, mareantes sahumerios, tortas de harina de coca y otras “estrategias envolventes” habían terminado de atontar al tontorrón de Ban Ki-moon para que el precepto ético del Ama sua, ama llulla, ama qhella” (no robar, no mentir, no ser flojo) sea adoptado dentro del código de honor del organismo pacifista y, a ser posible, cuelgue de los pasillos marmolados de su sede en Nueva York o en sus campamentos de los Cascos Azules en África, a manera de advertencia a sus tropas que en sus tiempos libres gustan de trapichear con combustible, autopartes y otros recursos de la cooperación internacional.

Uno de los pilares en que descansaba la ideología del gobierno presidido por S.E. residía en la supuesta reserva moral que atesoraban los pueblos indígenas recientemente bautizados como “originarios” por esos exquisitos izquierdosos del viejo continente que desde sus cafetines al aire libre elucubraban con nuevos proyectos de dominación y soñaban todavía con la arcadia rousseauniana. Vieron cumplidos parte de sus sueños cuando encumbraron al indigenizado -a fuerza de pilchas prestadas y ceremonias exóticas- Evo Morales y a su camarilla de aviesos dirigentes sindicalistas.

Pues la reserva moral duró “lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks”, mucho menos que lo que tardan los escoceses de las tierras altas en añejar los sagrados brebajes a los que es afecto S.E. En menos de nueve años se farrearon esa grandilocuente aureola de pureza e incontaminación que los precedía como huracán purificador destinado a barrer los viejos vicios de la politiquería criolla. Cuando el indio llegue al poder gobernará para sus “hermanos” con justicia y sabiduría, pregonaban los visionarios profetas de coleta y ojotas. Con tal cometido echaron hasta los ujieres de Palacio Quemado porque apestaban a rancio colonialismo. Había que cambiar las cosas profundamente, empezando por descolonizar a las palomas de plaza Murillo y al reloj del edificio legislativo.

Pero no contaron con que el indio iba a robar a sus “hermanos”. Casi una década después, el Proceso de Cambio no había sido más que un vulgar y siniestro relevo de rateros, como apuntó un columnista. No hay ni una sola institución del Estado que no se haya visto implicada en escándalos de corrupción, que van desde el sobreprecio en el servicio de té hasta el desfalco millonario en la compra de barcazas, maquinaria y otros gigantescos contratos. Pero se lleva la flor del esperpento el Fondo Indígena por las implicaciones anecdóticas y por el descaro con que fue saqueado.

En menos de una década, el citado organismo recibió más de 500 millones de dólares, como concepto de distribución de los impuestos a los hidrocarburos (I.D.H.),  gracias a la bonanza de los precios internacionales de materias primas. Lo que en un principio estaba destinado a paliar las necesidades y atender proyectos en el área rural, pronto degeneró en auténtico festín de gente allegada a los movimientos sociales y otros sindicatos campesinos e indígenas adscritos al régimen. En el papel sembraron y florecieron miles de proyectos, con campos de ajos destinados a la exportación; relucieron los alfalfares para el mejoramiento de la producción lechera; pastaron ovejas negras importadas de fino vellocino por todo el altiplano; y en cristalinos estanques brillaban las truchas arcoíris para combatir la desnutrición de comunidades empobrecidas. Si por poco construyeron hasta palacios para emprendimientos porcinos, según denotaban los descargos de los millonarios desembolsos.

En febrero de este año se destapó la olla del monumental desfalco. Gran parte del dinero se había esfumado en proyectos fantasmas o en simulacros de obras mal hechas e inútiles. Otras sirvieron como perfecto escenario para los cuantiosos negociados. Se puede asegurar que no existe ni un solo proyecto financiado por el Fondo Indígena que haya sido exitoso y que continúe en pleno funcionamiento sin el auxilio del Estado. El vapuleado organismo se había convertido hasta en caja chica para financiar los viajes y viáticos de dirigentes a cumbres internacionales y para acarrear gente a concentraciones políticas y desfiles patrióticos.

Pero todo eso era poco comparado con el destino del resto del dinero. Según denuncias de un senador opositor, casi 100 millones de dólares fueron a parar a 978 cuentas de banco particulares, y las que estaban a nombre de los proyectos no pasaban ni de medio centenar. Cuando se le preguntó al ministro de Economía sobre la insólita situación éste respondió muy suelto que no había nada irregular y no tenía nada de malo que personas individuales tuvieran en su poder esos montos ajenos. A pesar de que la legislación prohíbe el desvío de fondos públicos a cuentas personales.

El escándalo salpicó a una veintena de dirigentes masistas de todo vuelo, algunos que fungían como miembros del directorio responsable de autorizar los desembolsos. Como era de esperar, el ministerio público sólo ordenó el arresto de gerentes y otros funcionarios técnicos. Como si se tratase de una disparatada película se encarceló a los cajeros pero no a los asaltantes. Mientras tanto, todos esos dirigentes señalados con nombre y apellido se paseaban tranquilamente y algunos hasta candidatearon a las gobernaciones departamentales. Varios de ellos incluso salen impúdicamente ante las cámaras encabezando las campañas por la reelección del jefazo. Parecía que se había echado tierra al asunto y más todavía con el cierre definitivo del fondo.

El tiempo tal cual hasta hoy. De pronto estos días empiezan a gotear las detenciones. Cae una ex ministra, dirigente de las gloriosas Bartolinas; detienen a un actual senador; arrestan a un ex candidato campesino a la gobernación de Chuquisaca, llevado expresamente hasta La Paz por ser renegado masista. Se sabe que en semanas anteriores detuvieron a dirigentes menores. Parece una cacería de brujas destinada a lavar la imagen del gobierno que en su momento se había cruzado de brazos y hasta apoyado públicamente a varios de los implicados. Este afán repentino de la justicia por actuar responde más bien a instrucciones del régimen por apuntalar la campaña de reelección de S.E., empeñado en gobernar por la eternidad, que “si se va, el sol se esconderá y la luna se escapará… y todo será tristeza” según vaticinó hace unos días el vicepresidente. Entretanto, todo el mundo se pregunta cuándo se ordenará la detención de la ex ministra Nemesia Achacollo, que en su reinado como presidenta del directorio del Fondo Indígena vaciaron sus arcas sin que ella se enterara. Pero como dicen las malas lenguas, la señora goza de protección especial de S. E. y no hay vuelta que dar.


21 noviembre, 2015

6 Peor…imposible

Son las tres de la tarde de hoy sábado, una intensa ola de calor sacude la ciudad desde hace una semana o más, lo correcto sería decir que la cuece como a fuego lento. Ni una ráfaga de aire que refresque este sopor que percibo ahora mismo en la nuca, menos mal que no soy transpirador pero igual siento esa incomodidad pringosa de la piel que parece sofocarse debajo de la polera. Siento que ríos de grasa me bajan lentamente por el pescuezo mientras voy caminando. El cálido escozor va en aumento. El cuello redondo de la prenda me pesa tal cual una cabeza sometida al suplicio del cepo. Ni qué decir de los “clásicos” jeans que me hacen sentir como embutido en pitillos. Quiero llegar de una vez a casa y sumergirme en cualquier charco.

Retorno de una cita con el dentista. Mala pata fue pactar la sesión para después del almuerzo y así tener libre el resto de la tarde. Los atardeceres me agobian y me da infinita pereza tener que salir otra vez a cumplir con cualquier actividad, a menos que alguien se esté muriendo. Y no, mi muela tampoco se estaba muriendo para obligarme a acudir a esa hora. La impaciencia por terminar de una vez con el tratamiento me jugó una mala pasada. Como absoluto querendón del fútbol de alto nivel cometí el peor de los pecados posibles: me perdí el Clásico español, y por sus connotancias históricas, uno de colección para cualquier barcelonista.

Quinientos millones de hinchas disfrutaron de la fiesta mientras yo aguardaba en la recepción de un consultorio. Entre todos los olvidos, el peor, haberme olvidado el horario exacto del partido y hacerlo coincidir con mi tratamiento. Mi salud y el hecho de que daba como casi seguro ganador al Madrid habían inclinado la balanza para no postergar el otro tema. Fue como obrar al revés: la razón se antepuso a la emoción, y aquí estoy lamentándolo por primera vez.  

Se cuenta que anoche el estadio cochabambino parecía un gigantesco concilio de alaridos. Y con las altas temperaturas reinantes aquello habrá sido un infierno. Ya me imagino que cualquier despistado que andaba por ahí habrá quedado con los tímpanos destrozados y no por culpa de los potentes y gigantescos parlantes instalados en el escenario. Un listillo perpetrador de hits pegadizos puso a delirar a miles de fanáticas teens y a sus no pocas madrecitas que chillaban al unísono cada vez que el cuarentón vestido como veinteañero soltaba sus acostumbrados quejidos de baladista Disney transformado en bachatero de última hora. Y no le perdono a Juan Luis Guerra que se haya rebajado a grabar un dueto con él. Los artistas de hoy cada vez poseen menos respeto por sí mismos. Y los mierdosos Grammys son el perfecto síntoma.

No sé qué es peor en esta vida: si sufrir una experiencia tenebrosa en un concierto de Enrique Iglesias por acompañar a la novia o a esa mina que se tiene entre ceja y ceja; o perderse un baile, el baile que le dio el Barcelona al esperpéntico Madrid en su propia casa hace un par de horas, con Messi casi como espectador de lujo, según me voy enterando. Mientras se dilucida el asunto, me convenzo de que el pegajoso sudor de mi cogote necesita urgentemente un chorro de agua fría. Aquí termino esto de una vez…que bajo la ducha yo también puedo cantar como el susodicho. 


17 noviembre, 2015

4 De revitalizaciones y otras cuestiones



Hace un mes o más, la plaza principal de nuestra ciudad fue tomada por las máquinas y obreros municipales luego de años de permanecer tomada por activistas de todo pelaje y comerciantes ambulantes que vendían desde gelatinas al paso hasta herramientas eléctricas en sus estrechos corredores circundantes. Echaron a los dibujantes de cartulina que se apostaban en las banquetas para hacerles la tarea a los colegiales vagos. En cuestión de días perforaron el asfalto para levantar muros de calamina en todo el cuadrilátero para que ningún transeúnte asomara las narices por allí. Los pájaros estarían felices por el desalojo de la peste humana y el cóndor del monumento central abandonaría esa pose de caganer perpetuo. Pero los taladros y cortadoras habrán espantado a esos inocentes bichos hasta nuevo aviso.  

El nuevo alcalde quiso estrenarse a lo grande, poniendo en marcha el bullado proyecto de peatonalización que anteriores administraciones habían tenido en mente. Los comercios de la zona y los taxistas se habían opuesto tajantemente. Pero llegó el joven alcalde y con una sonrisa les ganó la partida. Un día de estos pasaba por allí cuando me topé con vías obstruidas y movimiento inusitado de tractores, volquetas y obreros. Solo faltaba el consabido cartel de “hombres trabajando” pero nos amanecieron con uno más coqueto y a todo color, plantado en cada esquina. Lo que en buen cristiano tales actividades equivaldrían a una aparente remodelación o refacción (se lo dejo a mis amigos arquitectos la distinción entre una y otra), el anuncio de “revitalización” me ha dejado estupefacto y con más dudas que una ecuación de tercer grado. En términos médicos me suena a una resucitación del lugar como si hubiera estado muerto hace tiempo. Mientras se despeja la incógnita, espero que no sea que estén preparando esos espacios para entregárselos a los mercaderes o feriantes de cualquier asuntillo, tal como en pleno inicio de obras presencié lo inconcebible en nuestra Plaza de Armas: entre traslados de escombros y ruido terrible de máquinas, humeaban las parrillas de anticucheras que se habían asentado ese día en la acera norte, enfrente de oficinas del Concejo y de la propia Gobernación, o sea el centro político regional. Ya quisiera yo ver carritos de perritos calientes justo al frente del Capitolio de Washington, aunque sea por un día. 
Nuestro alcalde revitalizándose a tutumazo limpio


Como en Bolivia están de moda las ferias con cualquier ocioso motivo para supuestamente concientizar al vulgo, ya sea desde invitar a darse atracones de comida en nombre de “tradiciones” gastronómicas hasta “socializar” ideas de cómo cuidar a nuestras mascotas. En una de esas mañanas tropecé en pantalla con la “Segunda Feria de la Masculinidad” que se efectuaba en algún municipio cercano. A primera vista pensé que se trataba de la exposición de sendos ejemplares de la fauna humana, pero al poco rato fui desmentido por la imagen de un abnegado varón planchando su camisa en televisión. Tratábase de una feria en la cual iban a enseñar a todos los machotes la manera correcta de colaborar con las labores de casa y de paso advertirles de no ejercer violencia contra sus parejas. Todo muy bien organizado por la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia, una filial de la policía creada recientemente para combatir delitos pasionales y derivados.


Un tal Juanito Dos Pasos en sus consuetudinarias caminatas por el Paseo del Prado se lamentaba de que hace años la solitaria pérgola de madera en forma de kiosco que remata una jardinera se está resecando lentamente sin que ninguna autoridad de Áreas Verdes le ponga un techo aunque sea de enredaderas como una preciosa buganvilla o una tupida madreselva. O tal vez es un monumento conceptual al vacío y nadie se ha enterado. En un alarde de coherencia o lógica temática a alguien se le ocurrió poner en su centro una gigantesca maceta de turril con un leño que ni con artes de magia tiene ganas de rebrotar. Habría que rastrear al autor en Obras Públicas y otorgarle una medalla de reconocimiento por su original gusto estético. A que sí.


Para rematar el popurrí de noticias descarriadas no podía faltar el invaluable aporte del emperador de las 36 naciones que mediante Resolución Suprema hace unos días creó el Comando Antiimperialista durante la celebración de otro aniversario más del ejército boliviano, al tiempo que el infatigable capitán general de las FF.AA. era paseado en el vehículo más reconocible del odiado ejército norteamericano. Sabe dios si el susodicho comando se entrenará para infiltrarse en territorio enemigo o para ayudar a desplumar a empresarios yanquis que tengan la ingenuidad de invertir en Bolivia.


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