Mostrando las manos limpias luego de ocho años de sacrificio por la patria |
Finalmente la “Cumbre Extraordinaria: te vamos
a extrañar Cristina” fue sólo cosa de dos. Parece que había corrido el rumor de
que la viuda se sentía más sola que nunca en su palacete rosado y mucho más
después de gemir a los cuatro vientos que el pérfido Macri la había maltratado
por teléfono por el asunto de la transmisión de mando. Ella toda generosa y
sensible hasta se había preocupado de ordenar que plantaran flores amarillas
(el color de los macristas) en los jardines de la residencia de Olivos como
gesto de bienvenida al nuevo inquilino. Pero el caballo ganador no había estado
preparado para trotes elegantes sino que quería entrar como el caballo de
Atila, pisoteando todo a su paso.
Enterado de todo ello, el emperador de las 36
naciones partió raudo al rescate de la dama mancillada en su honor, tal como se
lo vio este miércoles bien pegado a su lado, mientras la arrugada reina
patagónica explicaba a sus acólitos y simpatizantes que había llegado el
momento de la despedida. Como Su Excelencia no tenía nada que hacer en Bolivia
(otros dicen que se largó, como siempre, para escapar del escándalo del Fondo Indígena
que sigue supurando pus por todas partes), se hizo invitar a la inauguración del
busto del finado Néstor Kirchner, ya que le encanta romper cantaritos y cortar
cintas cuando se estrenan coliseos o mingitorios dentro de sus revolucionarias
labores de estadista, que han trascendido fuera de las fronteras a tal punto
que Cristina lo llamó urgentemente para que le ayudara a levantar el trapo que cubría
la flamante estatuilla depositada en el ilustre “salón de los hombres justos”,
justamente porque el tuerto Kirchner había sido muy justo en señalar el camino
de cómo incrementar al menos ocho veces el patrimonio familiar desde que eran
unos pobretones gobernadores de provincia.
O tal vez son los extraordinarios rendimientos
de su faceta de “abogada exitosa” que gusta recalcar la señora en su palmarés
personal. Como sea, inmortalizar a su marido fue el último acto como jefe de
gobierno, mientras sus cortesanos propalaban la infausta noticia de que el
opositor Macri, coludido con fiscales y jueces, estaba efectuando un mini “golpe
de estado” en su afán de sentirse presidente desde las cero horas del jueves 10
de diciembre y no desde las 12: 00 de ese mismo día que la presidente saliente
pensaba trasmitir el bastón de mando. Entretanto, de acuerdo a fuentes
kirchneristas se temía que el caos se apoderara del país en ese lapso, ya que
no habría presidente alguno. Pudieron llamar a la AFA para que presidiera el país
futbolero pero coincidentemente también se encontraba en medio del escándalo de
su propia sucesión. Pero sin duda, doña Cristina se ha ganado un lugar en la
historia al contagiar su histeria al siempre flemático Macri, en la pulseta
infantil que ambos sostuvieron estos días por el lugar en que se debía efectuar el traspaso de poder. Como al parecer hay un vacío legal sobre estos menesteres, se
sugiere que para la próxima vez se tome el juramento presidencial al pie del
Obelisco para que quepan hasta las hinchadas de Boca y River. Y todos
contentos. Che, qué desconsideración con las delegaciones extranjeras que hasta
último momento no sabían a dónde debían enviar a sus representantes. Lo sufrió
el rey de España como lo sufrió el emperador plurinacional. Auténtica América Latina
del disparate.
Como los estertores de la aventura populista
ya han comenzado por Argentina, hay fuertes signos de que el resto de regímenes
va a correr la misma suerte. Se viene claramente un efecto dominó en toda la
región. Maduro ha sufrido una humillante derrota en las recientes elecciones
legislativas y no se sabe a ciencia cierta con qué triquiñuelas querrá
aferrarse hasta el último día de su mandato; quizá saldrá con los pies por delante
o en calidad de momia descompuesta como el comandante supremo. Dilma Rousseff,
con la popularidad por los suelos se aferra al último trazo de legitimidad que
le queda luego del pavoroso escándalo de corrupción en Petrobras y afronta el
riesgo de ser destituida por vía constitucional; con ella muere el lulismo y
entierra la opción de retorno del patriarca Lula. En Ecuador, el cacique Correa
recula en sus intenciones de perpetuarse porque habrá olido que se viene la
resaca económica y querrá hurtar el bulto hasta nuevo aviso; en el ínterin
quiere asegurarse de dejar el terreno preparado para su vuelta pero las
condiciones podrían cambiar irremediablemente.
Aseguran que Evo Morales es la excepción, que
sus dotes de eximio estadista han blindado al país contra los embates de la
crisis regional, reafirman sus áulicos y
propagandistas. Y sacan a colación argumentos como la estabilidad política y
monetaria, la industrialización y la modernización del país, el crecimiento
nunca visto de la economía y demás etcéteras que nos están conduciendo por el
camino del primer mundo, capitaneados, cómo no, por el insuperable liderazgo de
S. E., que de no ser reelegido otra vez el país corre el riesgo de sumergirse
en las tinieblas, en la larga noche neoliberal. Que si retorna la derecha será
peor que el Armagedón, es la punta de lanza de la campaña del miedo que está
emprendiendo el régimen masista.
Precisamente esa campaña a toda máquina,
denota el nerviosismo de los jerarcas que ven con preocupación los ejemplos argentino y venezolano, atribuyéndole al imperialismo norteamericano como gestor
de la “oleada contrarrevolucionaria” que amenaza con acabar con estas bellas
revoluciones de verde esperanza. “O se profundiza los procesos desde los
procesos o retornará la derecha cavernaria” resaltó categórico ayer no más el
vicepresidente Linera, uno de los principales teóricos del
marxismo-cantinflismo (con Venezuela como referente, según un columnista español), luego de haberse reunido con su camarilla de
dirigentes de los movimientos sociales para “reflexionar profundamente” y no
cometer los mismos errores, dicen. A pesar de las bienaventuranzas que nos
cantan en televisión, a pesar de que la popularidad de S.E. permanece casi
intacta (su halo de divinidad que le protege de los escándalos de corrupción);
sin embargo, las recientes encuestas muestran que la población está mayoritariamente
en contra de la reelección y el porcentaje de indecisos es muy bajo, lo cual no
augura que la tendencia se vaya a revertir. Definitivamente, soplan vientos de
cambio en el continente y el referendo de febrero pondría la puntilla para el
masismo en sus abyectas aspiraciones de atornillarse al poder. A menos que el
tribunal electoral haga otra vez de las suyas como nos tiene acostumbrados, aún
con nuevos actores.
" Cambiar todo, para que todo siga igual", es la premisa del personaje de El Gatopardo, la novela de Lampedusa, apreciado José.
ResponderEliminarLiberales o conservadores, comunistas o fascistas, demócratas o republicanos, da igual. Todos son máscaras de los mismos apetitos de poder que han asolado las naciones a lo largo de la Historia.
Abra usted cualquier libro de Historia y encontrará idénticas sucesiones de partidos, sectas y facciones dispuestas a devorarse mutuamente, mientras haya algún denario en disputa.
Ah ... esa " reina patagónica" se suma a la lista de personajes que usted ha venido forjando, en una suerte de bestiario político de América Latina.
Esperemos que Macri y su frente politico "Cambiemos" hagan honor al nombre y no sean otra mascarada, como bien apunta, para seguir usufructuando del poder, aunque esto último es como pedirle a los ratones que no se coman el queso. Un destino perverso parece haberse cebado con nuestro continente, me temo que el bestiario político siempre será un libro inacabado.
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