27 junio, 2015

4 Evo Morales hace historia al inaugurar estadio sin su nombre

Ceremonia de inauguración (Los Tiempos)

Hace unos días, el gobernante más futbolero de la historia universal (se cree que sus jugadas maravillosas como la “rodilla de Dios” o la “barriguinha” ya encontrarían hueco en la versión actualizada de Fútbol a sol y sombra, de su amigo Galeano, pero este estiró la pata antes de tiempo, lamentablemente),  fue corriendo de prisa hasta el corazón de la jungla chapareña para inaugurar a toda pompa, como es de rigor en la etiqueta plurinacional, una nueva cancha con sus respectivas tribunas para que sus fervientes cocaleros puedan practicar actividades sanas, jugando a la pelota quemada o, en su defecto, efectuar carreritas en su moderna pista atlética de ladrillo.

Recordemos que años atrás, el Messi de Orinoca inauguró un estadio para treinta mil aficionados en el pueblo de Ivirgarzama, de solo diez mil habitantes. Apenas hay noticia de que se haya llenado alguna vez, una en el momento que S. E. daba el puntapié inicial y otra cuando su colega Rafael Correa visitaba el trópico cochabambino donde ambos fueron paseados en camioneta como dos emperadores dando vueltas al coliseo, mientras la multitud reunida de todas las comarcas vecinas les brindaba una más que calurosa ovación en tierra caliente. Desde entonces ese monumental molde pastelero de cemento es pasto de la humedad y del olvido. Una auténtica ruina en marcha ya que no hay señales de cuándo se inicien los trabajos complementarios. 

Esta vez fue el turno de Chimoré para contar con su magnífico campo deportivo, con las dimensiones reglamentarias, camerinos y otras comodidades a futuro, según los estándares de la FIFA, remarcaron sus felices constructores. El aforo para quince mil almas no preocupa a los dirigentes locales, ya que ellos aseguran que convocando a los veinte mil paisanos del municipio les basta y sobra. Si es preciso van a llevar hasta las mascotas del pueblo o finalmente irán al cementerio en busca de hinchas futboleros para llenar el vacío. Como es sabido, en anteriores elecciones hasta los muertos sufragaron, con mayor gusto acudirán a presenciar un partido de fútbol.

Gracias a sus increíbles dotes de estadista, S. E. convenció a los dos equipos más populares de La Paz, Bolívar y The Strongest, cuyas escuadras algo disminuidas por la ausencia de jugadores destinados a la Copa América, se cuentan entre los primeros en estrenar el Aeropuerto Internacional de Chimoré, al tiempo que no pudieron besar el pavimento porque este todavía olía a asfalto. La mencionada terminal aérea, para el olfato común de la gente sabe a obra innecesaria teniendo el cercano y ocioso aeropuerto de Cochabamba; de hecho, su costosa pero estratégica ubicación ha movido a diversos sabuesos de la información a sostener que es una vía expedita para la exportación de fino talco para narices, tan apreciado en la vieja Europa y Norteamérica. Por otro lado, el sigilo y opacidad con que se maneja el presupuesto añaden más misterio al asunto. Quizá el Curaca Blanco u otro adivino puedan darnos más luces, mirando en coca, por supuesto.

Recordemos que por todo el imperio plurinacional, gigantografías, carteles,  plaquetas metálicas y murales nos hacen evocar el glorioso nombre de S. E., como también calles, mercados, sindicatos, barrios, un puerto en la amazonia, promociones de colegio, y seguramente hasta niños bautizados. Competencias automovilísticas, ferias, juegos científicos, juegos plurinacionales y otros certámenes florales se disputan en su honor. En Oruro, por poco se declara la guerra civil entre partidarios de estampar su nombre al aeropuerto y los cívicos malagradecidos que quisieron hacer respetar una memoria histórica, cuánta ingratitud con un soberano que siempre remarca “estar al servicio del pueblo”.

Por una vez, casi causa sorpresa generalizada que S. E. no haya sido inmortalizado a golpes de cincel en el frontis del estadio, y con mayor razón en su feudo político donde le prodigan obediencia y respeto hasta la adoración. Extraña que los amanuenses del régimen no hayan señalado el acontecimiento como histórico, ya que cualquier pequeño paso que da el hombre se canta como otro gran salto para beneficio de la humanidad. Parecía loable el desprendimiento de S.E., dándose un aparente baño de humildad. Pero el amado líder se homenajeaba a sí mismo, nombrando a su alter Evo: bienvenidos al Estadio Hugo Chávez Frías.




23 junio, 2015

4 El papa verde y el caudillo saqueador


No contento con saquear inmisericordemente las arcas públicas, parece que a Su Excelencia le urge encontrar nuevas formas de financiamiento para seguir costeando el ritmo pomposo de toda su corte plurinacional. Nuevos pozos de donde fluya el dinero como en surtidor, porque está visto que los ingresos por la exportación de gas natural han disminuido considerablemente. Los yacimientos no rinden como antes y los precios internacionales tampoco acompañan. Con los minerales a la baja, además de que las regalías mineras dejan apenas migajas al Estado, ya no queda rubro de dónde obtener más divisas. Así que no cabe otra explicación para tan costosos emprendimientos de exploración destinados a hallar reservas de hidrocarburos.

Y cuando se habla de explorar no se salvan ni las áreas protegidas. No hay escollo insalvable, el hijo predilecto de la Pachamama se ha sacado decretos de la manga para que nadie le estorbe. Pareciera que hay más avidez cuando de arrasar bosques se trata. Cómo les divertirá a los maquinistas derribar árboles como pinos de boliche. Diversas transnacionales en alianza con YPFB desmontan a toda máquina allí donde huele a oro negro, el nuevo Dorado de las socialdictaduras del continente. Hace unos días, S.E. amenazó que iba expulsar a cualquier ONG o fundación que se entrometa en los planes de exploración de recursos naturales, afirmando que “no necesitamos que vengan a perjudicarnos” en nombre de causas indigenistas o medioambientales.

Cosa extraña, después de profundas cavilaciones y de consultar al inacabable pozo de sabiduría que es el vicepresidente, ambos llegaron a la conclusión de que “las llamadas reservas forestales han sido creadas desde el imperio norteamericano, ahora se convierten como intocables, intangibles” remató S.E., bastante contrariado ante el anuncio de que indígenas orientales del Chaco y Amazonia ofrecerían resistencia a los trabajos de exploración en sus territorios. Ignominioso imperio que no solamente manda a sus hongos asesinos a acabar con los inocentes cultivos de coca o que va creando epidemias como la del Sida en su desmedido afán de controlar el mundo. ¿Y quién podrá salvarnos de tan malévolos planes de dominación? Sólo Dios o alguno de sus representantes terrenales.

A tiempo que el autoproclamado defensor de la Madre Tierra advertía a las organizaciones ecologistas;  al otro lado del charco, el más bondadoso jefe de la cristiandad sacaba debajo de la sotana su manifiesto conocido como la Encíclica Verde que, entre otras cosas, llamaba a proteger o cuidar “nuestra casa común”(o sea la Pachamama) que paulatinamente se está convirtiendo en un inmenso cutrichil inhabitable, resultado de la actividad humana. Ya lo decía alguien hace siglos que el hombre es la peor plaga sobre la faz de la tierra. Nada revelador, en cualquier caso, incluyendo el calentamiento global. La industrialización no parece tener freno y con ello sus inevitables consecuencias. Unos países serán más responsables que otros. ¿Qué hacer con la voracidad de las factorías chinas o indias –por ejemplo- que tiran toneladas de carbón diariamente a la atmósfera? Será que hay que volver a la vida comunitaria, armoniosa y religiosamente temerosa de Dios como sugiere el tata Francisco, el primer papa verdilocuente de la historia y quien parece muy dispuesto a hacer realidad los postulados de su santo inspirador.


¿Sabrá el inspirado pastor de almas que cada gira de popularidad que efectúa implica ingentes movimientos de recursos?, como el desplazamiento de cinco mil efectivos militares o el acondicionamiento de dos vehículos flamantes para su traslado cuando visite dos ciudades bolivianas en el próximo mes de julio. Y así sucesivamente en cada país que visite. ¿Sabrá cuánto dinero va a derrochar el caudillo para recibirle con todos los fastos que acostumbra prodigar a personajes de su mismo pedestal? ¿Y seguirán hablando de sencillez, de modestia, de austeridad, de amor al prójimo, de respeto mutuo y demás palabras de manual de misa? ¿Por una vez en su vida, Su Santidad, podrá decirle a Su Excelencia que se deje de discursos hipócritas  y trabaje en serio por la salvación del planeta, aunque sea dentro de su pequeño reino cocalero? …Señalar como únicos responsables a las naciones más desarrolladas, a los más poderosos, a los más ricos, al capitalismo y sus perversos tentáculos, a los de siempre; suena a cuento trillado o verso marxista aunque provenga de un pontífice genuinamente preocupado, por muy asesorado de eminentes científicos que se halle. Ni su rutilante papamóvil es verde.


16 junio, 2015

7 Bolivia y su fútbol de historieta

Como apenas conozco a los muchachos, no pude encontrar al sueco Smedberg (EFE)

Anochecía. Yo que estaba tranquilamente en mi cuarto continuando con la lectura de un libro de Tom Wolfe (Lo que hay que tener, cojonudo título de entrada, por ahí va la cosa) porque sencillamente no había nada que hacer, fui sobresaltado por otra racha de petardos en la vecindad. Asomé la cabeza por la minúscula ventana que da al norte y que hace de tragaluz, y pude divisar un rosario de fogonazos amarillentos que se sucedían cada tanto, y no faltó alguna muestra de multicolorida pirotecnia, a la distancia.

El acontecimiento habrá durado unos diez minutos. Me puse a recapitular antecedentes: no era un aniversario patriótico, no había fiesta patronal, ni suele haber marchas de protestas al caer la noche. Encendí la radio buscando una explicación para tan magna celebración en este país de celebrados hábitos. ¡Por las cuitas de la FIFA!, había olvidado que el lunes la selección boliviana tenía partido contra Ecuador. El locutor, ya con la voz ronca, en cualquier momento se iba a morir de emoción como otros diez millones de gargantas repartidas en toda la república. Habíamos ganado el campeonato mundial de la alegría, eso seguro.

Estaba batiendo mi récord personal de tiempo sin ver fútbol. Desde la final de Champions no he visto ni un solo partido más, ni siquiera minutos de resumen. Y eso que en un país vecino se desarrolla la Copa América a toda mecha. Honestamente siento que no me he perdido nada hasta la fecha, ni la memoria del músculo futbolero me reclama. Es un campeonato deslucido en los últimos tiempos, a pesar de la presencia de casi todas las estrellas que se lucen en los mejores equipos europeos. Los cracs están sin chispa, por lo que me he ido enterando. Desde luego, en la misma Europa apenas le tiran pelota al asunto. Los clubes estarán más preocupados de que no se lesionen sus jugadores sudamericanos que estarán hasta el gorro por las temporadas extenuantes. Pero se imponen los patrióticos deberes.

Así pues, patriótica obligación es apoyar a la Verde, pase lo que pase. Ayer, lunes al morir la tarde no pasó lo que tenía que pasar. “Bolivia se rebela contra su historia”, dice un titular de prensa español. No era para menos, triunfar en una Copa América después de 18 años suena a eternidad. Toda una generación ha crecido en ese lapso, sirva de ejemplo mi hermano menor. Tanto él como sus coetáneos no habían visto nunca a la Selección triunfante en el torneo más antiguo del mundo. Tal vez por eso anoche tanta gente celebró la machada de estos nuevos titanes del balón. A su lado, la epopeya del único título sudamericano del 63 suena a pergamino roñoso. Así vamos, a los conchazos, como decimos acá. Tres llegadas al arco rival y tres goles. Haber metido tres goles en un primer tiempo también es hito histórico porque nunca se había hecho antes, acotan los estadísticos. Luego a defenderse con uñas y dientes y que la suerte nos ampare.

La mezquina fortuna nos sonrió, colgados del arco y agradecidos al travesaño que escupió un agónico trallazo ecuatoriano. O será la poderosa impronta que ha dejado en el imaginario nacional - tan dado al pesimismo histórico según hallazgo del clarividente Vice-, el inconmensurable liderazgo de Su Excelencia, quien hace pocos días, coincidentemente derrotaba en ajedrez a todo cristiano que se le enfrentara, en pleno vuelo por los cielos minados de Europa para mayor dificultad. Tan concentrado estaba en la faena que se dice que no se inmutó cuando aparecieron dos cazas F-16 del ejército suizo para escoltar a su gloriosa aeronave, cuidando de que no se perdiera en el trayecto rumbo a Milán.  Ni los amargos recuerdos de los cafés y maratónicas horas de espera en un aeropuerto austriaco pudieron con él. Y eso era suficiente ejemplo de valor y coraje para cualquier delegación en misión internacional.


Y por una vez, la Selección demostró Lo que hay tener, según se extrae de las opiniones triunfalistas. La historia se meó ante el embate de esta aguerrida camada de pantalón corto. Temible escuadra plurinacional que tiene como armas secretas a un argentino, un paraguayo y un sueco que posee la patada del rayo como su antepasado Odín. Empezad a temblar, rotos, que aquí entran los nuevos Colorados de Bolivia; perdón, me quedé en offside: quise decir Verdolagos de Bolivia.

10 junio, 2015

4 El mundo de las criaturas paranoicas

Soledad Chapetón, alcaldesa de El Alto

Me informo que una abeja, una sola minúscula abeja ocasionó que un mayúsculo avión de pasajeros retornara a la pista. Por el tenor del título llegué a imaginar que el susodicho insecto había atemorizado a los viajeros o a los experimentados pilotos, esgrimiendo el aguijón, ¿o qué se puede colegir de que “una abeja obliga a un avión a regresar al aeropuerto en Londres”?...insospechado enigma tan difícil de resolver como un rompecabezas. Al final, resulta que el infortunado animalito no había sido un aeropirata sino que por curioso se había infiltrado en un instrumento externo del avión. Se sabe que un pajarraco o una bandada de aves migratorias podrían ocasionar incidentes de riesgo si son absorbidos por alguna turbina, pero que una mosca o cualquier cosa insignificante provoquen un “problema técnico sospechoso” desnuda lo frágil y vulnerable que es la tecnología de la aviación. ¿O paranoias de la tripulación o exceso de celo profesional? ¿No decían que volar era lo más seguro? Entretanto se libra la guerra entre ingenieros y abejas, me llama la atención que la escaramuza se haya producido en un avión de la compañía Flybe ¿o será Flybee?... Hasta el destino se torna paranoicamente gracioso.

Mientras al otro lado del charco están más que susceptibles por el temperamento de pilotos y sus impulsos suicidas que aparentemente se transmiten hasta los insectos y palomas que pululan cerca de los aeropuertos; coincidentemente, en estas tierras de ubérrima imaginación y sicodélicas ocurrencias, el Gobierno plurinacional ha lanzado la teoría de que una “red poderosa e influyente” había actuado en la fuga del empresario peruano Martin Belaunde (¿o quizás también la FIFA había sobornado a jueces y policías custodios?) y que, entre otras cosas, buscaba vengarse para acabar con el infalible reinado de Su Excelencia, de tan coloridos y hermosos ecos que hasta Jude Law contaba maravillado hace unos días-en un  programa de televisión norteamericano- y entre risas, de que lo había pasado de película entre fuegos y mantras chamánicos que su anfitrión Evo Morales había encargado en Palacio Quemado. Nada de extrañar que los soporíferos inciensos y aromas de grasa animal produzcan fascinación o hagan volar la imaginación de remotos viajeros.

Como está tan paranoico el ambiente, no sabemos si por el efecto retardado de los sahumerios y otras artes de improbable rastreo, ¡ay!,  a la flamante alcaldesa de la ciudad de El Alto se le deslizó un lapsus que por poco los Torquemadas del pachamamismo la llevan a la hoguera. Resulta que doña Soledad Chapetón, en su solitaria cruzada contra la corrupción se había propuesto acabar con el nido de ratas que había dejado su desvergonzado antecesor. La alcaldía se había convertido en una central de prebendas donde acudían diversos dirigentes gremiales y vecinales para obtener empleos para sus parientes, y otros pingües beneficios como contar con secretarias pagadas por el municipio, choferes a su disposición, uso de celulares con cuentas corporativas y hasta la repartija de vales de gasolina para las sabandijas.

Desde que juró al cargo, los dirigentes de las juntas vecinales le quisieron imponer sus propios subalcaldes bajo el pretexto de  “usos y costumbres”, a pesar de que el reglamento faculta a todo alcalde nombrar a los funcionarios que estime conveniente. Ante la amenaza de la pérdida de sus privilegios, los afectados le declararon la guerra llamando a movilizaciones populares que finalmente apenas tuvieron convocatoria. Resuelta a no dejarse intimidar, Chapetón replicó que “los usos y costumbres corresponden a los indígenas y no así a los ciudadanos”; citadinos, habrá querido decir como representante de una urbe de más de un millón de habitantes, y que más tarde se preocupó de aclarar, pidiendo disculpas a la gente.

El resbalón verbal de la inexperta alcaldesa se dice que levantó polvareda entre las sábanas y otros aposentos sacrosantos del palacio, comenzando por el vicepresidente quien respondió que tales declaraciones eran entendibles en tiempos del mil quinientos pero que en pleno 2015 eran “intolerables” e “indignantes”. No pasó mucho tiempo para que el resto de la manada oficialista hiciera sentir sus opiniones desbocadas buscando el linchamiento político de la aludida. Como sea, el patíbulo estaba instalado para intentar defenestrarla y socavar su popularidad todavía intacta. No le perdonan que les haya arrebatado uno de sus más poderosos bastiones electorales. Y mucho peor por ser mujer y tan joven en este país de caciques y machos golpeadores.

Como era de esperarse, salió a la palestra el más rabioso de los funcionarios de la corte de Su Excelencia, el gran maestre de la corrección ideológica y censor del Estado plurinacional que lleva el inverosímil cartel de Viceministro de Descolonización que, fiel a su cometido, anunció que iba a iniciar un proceso legal por discriminación contra la alcaldesa y que, en el caso de servidores públicos, incurrir en prácticas racistas (y eso que ella se declara orgullosa de sus raíces aymaras)  tenía el agravante de un tercio, recordó el oficioso burócrata; que si fuera mínimamente coherente le hubiera enjuiciado también a su demonio interior que le indujo a lucir una recordada camiseta estampada con los rostros de Los Beatles. Es de opereta este régimen que nos gobierna, que protege indisimuladamente a un diputado acusado de violar a dos niñas, pero que mueve todo su aparato judicial y mediático para acosar a una mujer por sus declaraciones.



04 junio, 2015

4 Esperando el milagro de las aguas danzantes

Mostrando la complicadísima ingeniería (Los Tiempos)

Fiel a mi espíritu de niño, como buen cocha-bambino que soy, preocupado exclusivamente de comer y buscar diversión como el común de mis llajtamasis, ya se me hacía agua la boca o, mejor dicho, fiesta en los ojos cuando me enteré de que el alcalde interino estaba trabajando a todo vapor –con sus máquinas excavadoras y luces en la noche- en la construcción del Parque de Aguas Danzantes o “aguas inteligentes” como gustan llamar alternativamente algunos paisajistas de rara inteligencia.

El alcalde suplente que, según recuerdo, entró de carambola ya que fue posesionado luego volteado por otro concejal ambicioso y finalmente repuesto en su sitio en una pueril guerra intestina que duró apenas dos días (parece que alguien se lo tomó muy en serio aquello de que hay que “vivir que son dos días”), recién estrenado el despacho municipal se propuso hacer en cinco meses lo que en cinco años no había hecho su antecesor.

Lo primero que hizo –y esto es de agradecer- fue retirar las gigantografías del ubicuo y bullanguero exalcalde Cholango que no solamente parecía desbordar con su inmensa figura los carteles, sino que con sus brazos de pulpo abarcaba la ciudad de canto a canto. O “de k’uchu a k’uchu”, como él mismo diría, recordando sus populacheros spots que le auguraban la reelección que al final quedó en mera intentona por las intrigas entre masistas.

Caído en desgracia el Cholango, su reemplazante prosiguió con la limpieza en todas las reparticiones municipales despidiendo a funcionarios de jerarquía porque quería “tener gente de su confianza”. Entérese el distraído lector o el desganado escribano este que, el golpe de timón se lo hacía a unos cuantos meses de terminar el mandato y con las elecciones a la vuelta de la esquina. Comoquiera, aquí se le ha dado un nuevo significado a lo que vulgarmente se conoce como periodo de transición: sacudirse todo el polvo dentro del mismo partido gobernante y trabajar como si fuera borrón y cuenta nueva. ¡A meses de irse a casa!, cuando todos empezaban a buscar cajas para llevarse sus bártulos.

Sólo se me ocurre una explicación: el interino quería trascender a toda costa y tal vez hacerse un nombre ante el jefazo sentado en el trono plurinacional, con miras a futuro. Y no le tembló el pulso para gastar el dinero en cosas banales e intrascendentes como el diseño de nuevos eslogan y logotipo, cuñas radiales y anuncios televisivos de su fugaz administración. Si hasta mandó rediseñar la web oficial de la alcaldía para que no quedaran trazos del compañero Cholango. Para rematar la faena, según he escuchado en la radio, el último día de su labor, funcionarios ediles obsequiaban a cualquier transeúnte una revista a todo lujo como supuesto resumen de su modélica gestión. De acuerdo a un diario, el documento de 47 páginas apenas reunía texto y  “el alcalde Vargas aparecía en 35 fotografías” para que nadie se olvidara de que él era el alcalde.

Cinco meses corriendo contra el tiempo no le alcanzaron para entregar cinco viaductos o pasos a desnivel que andaba publicitando como gran logro a pesar de que había heredado del anterior alcalde. Ansiaba también entregar cinco fuentes de agua para terminar de adornarse, otra vez inspiración del esteta Cholango que a su vez se había inspirado en un viaje que emprendió a Lima donde descubrió maravillado que el agua se movía artísticamente, al son de la música con lucecitas de colores y otros efectos especiales. En su descargo, el alcalde Vargas adujo que había recibido las obras civiles de las fuentes danzantes con una ejecución que no llegaba ni al 10% y que gracias a Dios (a su dedicación, quiso decir) ahora “ya están al 99, 9 %” y que por culpa de malos funcionarios que le ponen trabas a los trabajos no pudo inaugurarlas, remarcó bastante dolido.  Siguió lamentándose mientras leía su informe de gestión en un céntrico teatro, recalcando que se iba frustrado por la acción de algunos vecinos y funcionarios (los resabios del cholanguismo) que se oponían al progreso de la ciudad. Sin duda, envidiosos ciudadanos que no comprendían su sacrificada entrega a la ciudad y sus afanes de convertirla en la más envidiada de Sudamérica, con esto de las aguas bailarinas como ejemplo paradigmático.

El nuevo hito arquitectónico que, según sus proyectistas, será la joya de toda Bolivia y del continente (ya que es única en su tecnología hidráulica, dicen), promete traer turistas por oleadas a la adormilada metrópli del valle. Eso sí, no dijeron de dónde iban a sacar las aguas para tener semejante alquimia de chorros a presión, sonidos Zen y luces LED de última generación. Sepan los foráneos que los dos problemas álgidos de la urbe cochabambina son la escasez de agua y la recurrente pestilencia de la basura. ¿A cuántos barrios racionarán el preciado elemento para satisfacer las ridículas extravagancias de las autoridades? Sólo hay que darse un paseo por el centro de la ciudad y observar que las piletas o fuentes tradicionales apenas funcionan de vez en cuando.

Así las cosas, estas rutilantes estaciones de aguas dinámicas ya se han tragado aproximadamente cinco millones de dólares en su onerosa construcción. Otro imbécil capricho dizque para promover el desarrollo regional. A quién carajos le importa estar a la vanguardia de la industria del ocio y otras boberías de la contemplación como suenan estas “tres cibernéticas visitables, una cibernética ornamental y otra cibernética multimedia”, mientras hay demasiada gente que recibe su agua en turriles de sospechosos carros cisternas porque no le queda de otra.

 
Las obras, también se comparten como un buen churrasco, al parecer
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