26 septiembre, 2013

6 La guerra de los cínicos



Evo, el guerrero más perseguido de la historia, volvió a las andadas, causando otra “derrota moral” al imperio del norte, nada menos que en su propio patio, muy cerca de su cuartel de operaciones, el corazón de las tinieblas; ese desangelado edificio pentagonal donde se planifican las invasiones a todas las naciones libres (libres de su influencia, claro está). Dotado de esa rara sabiduría premonitoria, resultado del intenso ahumado por los conjuros de sus brujos de cabecera, hace algunas semanas había lanzado la alerta de que el puñetero imperio quería invadir hasta la cocina del bloque conformado por los países del ALBA, esa agrupación de amigos o “hermanos” gobernantes que se reúnen para cebar mate, apurar un ron o compartir un asado, según el turno de cada anfitrión. Aparentemente, al imperio no le agradaba, como a todo abusón de la clase, las ínfulas que se daban los otros, de querer ser su contrapeso en la región, en una suerte de guerra ideológica por un mundo más justo y multipolar, como gustan de repetir sus cacatúas de salón. 


Muy bien adornado -con todas sus pilchas de rey de reyes chiquitos- subió nuestro caudillo al estrado, con esa estampa de querer vender su charque de gente humilde. “Aquí huele a cinismo” parece que dijo para sus adentros, sabiendo que horas antes Barack Obama había ofrecido un discurso que conmovió hasta las butacas de la Asamblea: lugares comunes como la paz mundial, libertad, democracia y justicia. Lo que fue y siempre será, la diplomacia de la hipocresía en su máxima expresión. El resto es paseo. Después de todo, visitar Nueva York es siempre una experiencia maravillosa para cualquier anónimo metido a funcionario.


Como pez en el agua, Evo sabe utilizar muy bien la retórica de la acusación, oficio bien aprendido en su larga trayectoria sindical, donde no sabía hacer otra cosa que encabezar marchas y señalar el dedo acusador a los gobiernos de turno. En consecuencia, no le tembló la lengua para disparar otra vez sus dardos contra el gobierno norteamericano, acusándolo de ser el principal causante de todas las desgracias mundiales, por poco hasta de las catástrofes naturales y peleas conyugales. "Yo he visto, perdón la expresión, mucho cinismo de Obama... habla de la justicia, pero es el primer gobierno que trae injusticias al mundo, habla de la paz y es el primer presidente de gobierno que interviene militarmente a los países. ¿Con intervenciones, qué paz va a haber?", arremetió con indignada voz y brazo en alto, marca de la casa, mientras tomaba aire para continuar con su larga perorata que más bien originaba indiferencia entre los delegados que, languidecían entre suspiros y bostezos, a la par que unos cuantos aliados aplaudían a rabiar. La ONU y sus quichicientas asambleas, preparadas para justificar el presupuesto y dar un espectáculo triste y monótono de politiquería a todo el planeta. Al final de cuentas, solo unos cuantos poderosos toman decisiones. Los demás van a figurar y engrosar la comparsa. ¿Qué beneficio significó para Bolivia el viaje oneroso de su pequeño emperador y su séquito? … ah, que todos hablan de Bolivia, gracias al hermano presidente, y eso no tiene precio. 


Aprovechó al máximo sus minutos de gloria para seguir acusando a Obama de cuanto delito se le viniera a la cabeza, sugiriendo que había mandado a secuestrar a su persona y a su hermano del alma y compañero de lucha, el ornitólogo Maduro, especialista en pajarear por China y otros sitios exóticos mientras la patria venezolana se va a pique. "La piratería aérea sigue vigente no solamente con Evo Morales sino también con Maduro” aseveró con firmeza, originando casi un terremoto en toda la sala de mármoles verdes. En consecuencia, gracias a su preclara y oportuna intervención, el mundo se dio cuenta de que Obama es un pirata, un peligroso continuador de la política de saqueo de las riquezas de otros países, además de “creerse dueño del mundo” como acababa de rematar nuestro enviado de la Pachamama en un arrebato de atronadora lucidez. 


Entrometidos yanquis que nos vigilan hasta la sopa que tomamos, en un afán de controlarlo todo como si fueran los policías del mundo. ¿Con qué moral hablan de justicia, derechos humanos, y libertad si ellos son los primeros en atropellarlos? se oye todo el rato hasta en las cantinas. Asunto más trillado que la paja de una era. Ya Bolívar, había advertido dos siglos atrás que los norteamericanos tenían afanes imperialistas y que, mediante la voz del nuevo líder rebelde, acabamos de redescubrir. Gracias a Evo por liberarnos políticamente de las garras del monstruo. ¡Cuánta virilidad, congruencia y valentía por decir las cosas como son! escribía un internauta emocionado. Una lección de humanismo que se estudiará en las escuelas por generaciones. ¡Salve Evo, por devolvernos la dignidad y libertad arrebatadas! 


Como vasallo forzado, un poco más y me pongo a aplaudir a nuestro soberano por semejante muestra de entereza, aplomo e integridad ante el desvergonzado inquilino de la Casa Blanca. Desafortunadamente soy víctima de mis recuerdos. La casualidad quiso que Evo diera sus latigazos de moralina a pocas horas de conmemorarse el segundo aniversario de la brutal golpiza que su régimen propinó a los indígenas amazónicos. Dos años de impunidad sin que ninguno de los autores intelectuales haya sido siquiera convocado a declarar. Es más, el principal sospechoso de organizar la paliza, fue premiado como embajador ante la misma ONU y de seguro estaba presente cuando Morales acusaba de violar los derechos humanos y organizar masacres al gobierno norteamericano. Obama no tiene moral para lucir el premio Nobel de la Paz y Evo tiene muchas morales, según donde se encuentre. Uno se cree dueño de la aldea global y el otro se cree dueño de su aldea de pitufos plurinacionales. Uno viaja en su gigantesco avión escoltado por aviones F-16 “Fighting Falcon” y el otro viaja en su avioncito escoltado por cóndores. Los dos colmados de lujos, todo es cuestión de escalas. Los dos hablan de democracia y derechos civiles mientras se los pasan por el forro dentro de sus ámbitos de poder. Visto así,  ¿acaso hay alguna diferencia?

Foto: La Razón




21 septiembre, 2013

7 De pajarracos y pajaritos


Causó especial revuelo en el reino plurinacional de Evo el Austero (amo y señor de las 36 naciones creadas por él mismo) la noticia de que EEUU. había negado el paso de una aeronave por cielos de la paradisiaca Puerto Rico. El afectado era aparentemente el presidente Maduro quien se dirigía a China a sellar acuerdos comerciales para llenar la canasta familiar de todos los venezolanos, y para aprender aunque sea una pizca de mandarín. 

Nuestro soberano de las altas tierras anda tan traumado con el asunto de su secuestro aéreo, creyendo que ha sido abducido por extraterrestres que, cualquier noticia o incidente al respecto le produce inmediatamente dolores de cabeza y estertores estomacales, despertando sus infaustos recuerdos de haber sido perseguido rabiosamente por el imperio del mal y otras fuerzas oscuras. Presa del delirio de persecución anunció a los cuatro vientos que enjuiciaría a Obama por “crímenes de lesa humanidad”, es decir por haber atentado contra la gigantesca humanidad del Chewbacca tropical, quien en sus tiempos mozos pilotaba autobuses interestelares y ahora se ha convertido en aliado incondicional de Evo Skywalker por mandato expreso de su maestro, el inmortal Chávez. 

Tiempos rebeldes soplan en todos los confines de la galaxia.  Ahora los pututus andinos han hecho sonar la alarma, con más fuerza que los cuernos gigantes del Tirol. Se anuncian reuniones y convocatorias para tratar el asunto. “Lo que es con Maduro es con todos nosotros” es la nueva proclama de indignación que corre por el éter, como en su momento chillaron por el hermano Evo. Los jefes del ALBA intercambiaban opiniones y correos para efectuar una posible cumbre sin definir sede aún. Mientras tanto, amenazaron con boicotear la próxima sesión anual de la ONU, anunciando que retirarían sus embajadores respectivos. Pobre ONU, le afecta seriamente que los cuatro pajarracos del ALBA (Evo, Maduro, Correa y Cristina) cuyos graznidos son más chirriantes que los de cuervos hambrientos, estén dando la lata con eso de que no van a asistir a la cita de Nueva York. Los que sí deben andar bastante preocupados son los hoteleros de Manhattan ante la posibilidad de no alquilar habitaciones a las numerosas delegaciones de los gobernantes albaricoques (por ahí trascendió que sólo la delegación venezolana tramitaba más de 200 visas para sus cortesanos). 

Al tiempo que Evo amenazaba una vez más al imperio del norte, los representantes de los movimientos sociales, hicieron turno para sumarse a la bravuconada, convocando a todas las fuerzas sindicales, espíritus ancestrales y sindicato de pajaritos filial Bolivia (del que Maduro es líder universal ya que Evo le ha ganado la pulseta de líder antiimperialismo) a permanecer unidos y alertas ante esta nueva agresión que pretende cortar las alas de estas pacíficas palomas, mensajeras de la paz. Poniendo cara de inocentes,  varios se preguntaban por qué EEUU. se ensañaba con todos los humildes del planeta. ¿Qué habían hecho los gobernantes de estos países dignos para ser perseguidos de esa manera? Seguramente le dolía a los gringos que Evo se haya convertido en portavoz mundial de los pobres y haya proclamado la soberanía de su país expulsando a la DEA para luchar él solito contra el narcotráfico; imaginen, el rey de la materia prima prometiendo perseguir a los fabricantes de la cocaína, y, de hecho, se jacta de que su gobierno incauta más droga sin la ayuda de la DEA.   Asimismo, muchos hicieron votos para que Maduro castigara a Obama dejándole de vender su precioso petróleo. Maduro matará de hambre a sus paisanos, pero tendrá patria, se especula.

Eso sí, la amenaza fantasma que Evo esgrime contra Obama, no es más que otra cortina de humo para dar de hablar a la prensa y a la opinión pública, convenientemente magnificada hasta el ridículo para tapar los nuevos escándalos de corrupción que envuelven a los jefes policiales y que salpican al ministerio de Gobierno como responsable de su manejo. Otra vez en sus narices, las cloacas despedían mal olor y no se habían dado cuenta. Coincidentemente, el comandante general y el ministro de gobierno no han salido a dar la cara, refugiándose en el silencio. En Miami, el zar anticorrupción de la institución verde olivo, detenido por extorsionador estará “cantando” datos y nombres, a cambio de reducción de condena. Los yanquis no respetarán las leyes internacionales pero son estrictos con sus leyes internas. Y como buenos espías, lo graban y lo guardan todo. Los inquilinos de hoy, que se sienten intocables por sus fechorías, temblarán mañana cuando no estén en el poder. Sólo es cuestión de tiempo.

Y hablando de pajaritos, en estos tiempos que nos machacan tanto con la filosofía del Vivir Bien, la armonía y equilibrio con la madre Tierra, etc., resulta indignante que se sigan cometiendo impunemente crímenes ecológicos, como los constantes (semanales) incendios provocados por gente del lugar al parque forestal Tunari, ubicado en la vecindad norte de la ciudad de Cochabamba. Y recientemente, hace un par de días, la brigada ambientalista de la Gobernación contabilizó la muerte de más de 600 aves (jilgueros, horneros, gorriones, palomitas silvestres) por envenenamiento intencionado de unos sembradíos, efectuado por los campesinos del lugar. Y luego los teólogos telúricos como el canciller, hablan como loros en todo foro internacional de su revolución verde, cuando en la realidad sus propias bases son las principales depredadoras de la naturaleza.


16 septiembre, 2013

8 La patria es Evo Morales


La Santa Trinidad (Foto: Opinión)
Por un momento creí que se estaba celebrando el natalicio del caudillo o alguna sesión en su honor para mitificar sus incontables hazañas contra los enemigos de la humanidad. Otra cosa no se podía pensar al ver su augusto y omnipresente retrato, colgado esta vez entre los de Bolívar y Sucre. Ese lugar estaba reservado para el escudo de la república, como manda la costumbre en cualquier acto cívico, aun en algún pueblito perdido de la geografía. Pero llegó la revolución y con ella su mercadillo de símbolos.

La foto de cabecera muestra claramente cómo el escudo nacional, con evidente descuido, fue improvisadamente colocado a los pies de la testera. La misma bandera tricolor de toda la vida sufre el oprobio de ser reemplazada por otro trapo, el ajedrezado de tonos arcoíris, el símbolo “ancestral” diseñado en los años setenta. Pero no se estaba agasajando al amado líder y su refulgente figura. Si así fuera, que lo bañen en confeti, lo envuelvan en guirnaldas floridas y le caigan más condecoraciones que al Sargento de Hierro.
 
¡Oh mis viejos amigos! -que diría el melancólico Gatsby-, con todos los cochabambinos en son de fiesta, se recordaba solemnemente la revolución del 14 de septiembre de 1810, la del “grito libertario” como nos gusta llamarla, que a pesar de los dos siglos transcurridos parece que no tenemos ni la libertad de escoger cómo adornar nuestros salones. Ni un solo retrato de Alejo Calatayud, Esteban Arze, Francisco del Rivero, Manuela Gandarillas y otros héroes históricos que estuvieron implicados en los distintos levantamientos contra la corona española. Así nos escamotearon la fiesta las autoridades, para colmo cochabambinas que, en un alarde de zalamería, convirtieron el aniversario regional en un acto de devoción a su adorado jefe, quien, por cierto,  jaló las orejas (literalmente) en público tanto al alcalde como al gobernador por no cumplir con las metas encomendadas, no sabemos si encargos personales o planes de desarrollo locales.

Ensayando pose para su monumento
Si Bolívar y Sucre son los dos principales padres de la patria, entonces Evo Morales es la patria misma. No otra cosa sugiere su figura elevada a mayor altura (que no es un desliz de los funcionarios de protocolo, todo estaba fríamente calculado, como diría un popular personaje) entre los dos libertadores: La santa Trinidad.  El supremo hacedor. El rey de reyes. El “gran arquitecto de la construcción estratégica de la patria” como le llamó el vicepresidente hace pocos meses.  El dios Wiracocha encarnado que ha venido a redimirnos de las cadenas de la nueva esclavitud: el imperialismo y su ejército capitalista. Ni Hugo Chávez que se sentía un Bolívar redivivo se había atrevido a tanto, a considerarse por encima del Libertador que sólo liberó a cinco naciones. ¡Salve Evo!, el infatigable libertador de 36 naciones.

La patria encarnada en sus cortas manos y pies ligeros de futbolista vela por nuestros sueños. La patria camina, corre, suda, vuela y habla por nosotros. A no preocuparse que pronto tendrá el poder de conceder milagros a granel. Sin embargo, es preciso levantarle un monumento para emprender peregrinación y postrarnos a sus pies. Pueblo acostumbrado a la adoración, de santones de palo, espíritus de animales y objetos inertes como las piedras; no costará nada fabricar la liturgia para el Tata Evo, que sus agradecidos súbditos ya dan señales de los ritos a seguir. Con absoluta claridad, se cierne el absolutismo sobre el cielo más puro de América: La patria soy yo.

Una vez más, recurriendo a la luminaria de nuestro vicepresidente, hemos de prepararnos para elevar oraciones, para honrar al nuevo dios de los Andes, haciendo caso a su vehemente llamado:  “cada hermano y cada hermana tiene que acordarse del presidente Evo cada noche, cuando va a dormir y cuando se despierta, para que él siga alumbrando nuestro camino”. Amén, hermano. 

12 septiembre, 2013

8 Condecorando payasos y otras payasadas


Asambleistas cochabambinos reflexionando profundamente-Los Tiempos

Singularmente macondiano es este país, donde la fantasía más retorcida hace mucho que fue superada por la perversa realidad. Ni en una noche de febriles pesadillas se le ocurriría al gran Gabo imaginar lo que en este pedazo recóndito del orbe viene sucediendo desde que Evo el Austero y su corte de plurinacionales llegaron al poder. La “revolución democrática y cultural” que tan solemnemente anuncian a los cuatro vientos, sigue haciendo de las suyas con muestras ya no pintorescas sino atrozmente absurdas, que obligan a cualquier cerebro sano a resetear su sistema operativo en busca de una explicación.  País de cabeza, sin lógica, sin gravedad, sin leyes, sin sentido. La sensación de que el tiempo se ha detenido en aquella época en que se creía que el planeta era el centro del universo.

Como cada año, al calor del sol de septiembre radiante, nuestras honorables autoridades se reunieron para otorgar reconocimientos a cochabambinos meritorios, aunque sea por ser más longevos que los eucaliptos, total que el clima ayuda bastante. El 14 del presente mes, como sabemos, se recuerda los doscientos y pico años del grito libertario, grito primaveral y grito del “¡salud, llajtamasi!”, y lógicamente hasta los pajaritos ponen de su parte cambiando de plumaje, a la par que los munícipes y legisladores departamentales alistan su bandolera de eminencias para lucir en los desfiles.

En franca lid, Concejo Municipal y Asamblea Departamental se ponen a la labor de proponer nombres destacados de la región. No sabemos si se amanecen en apasionados debates para sustentar sus candidaturas. En lo que respecta a categorías, el concejo se lleva la flor, para no poner en la misma bolsa a deportistas de moda, viejos sastres o maestros del piano. Antaño, los reconocimientos se otorgaban a ciudadanos candidatos al panteón con la seguridad de que se conocía su trayectoria, siempre en beneficio de la sociedad. Cosa natural y  necesariamente seria. Ahora se distingue a artistas de la calle o comerciantes con treinta años de antigüedad, oficios, por cierto, tan nobles como cualquier trabajo honrado, pero cuyo aporte diferencial es discutible. Si es así, condecoremos a todo el mundo y punto. Mi abuelita vivió 94 años, sacando doce hijos adelante, sin hacer daño a nadie y nunca recibió medalla alguna.

Pero lo que premian los concejales es poco comparado con la insólita sabiduría de los asambleístas del MAS (oficialismo), quienes, haciendo uso de su aplanadora aprobaron otorgar sendos reconocimientos a tres tristes tigres por el simple hecho de “ser cochabambinos y autoridades nacionales”. Los pocos legisladores de oposición abandonaron la sesión como si llegara la peste al conocer los nombres. Es más, se vio en televisión el breve pero acalorado cruce de acusaciones en torno de los personajes propuestos, en un ambiente de intolerancia tal como aumentar el volumen de los micrófonos y causar sonidos de interferencia cuando un opositor hacía uso de la palabra. Luego, un asambleísta oficialista lamentó la “falta de seriedad” de sus colegas rivales al haber abandonado el salón, argumentando que no iban a ser cómplices de tan vergonzosa premiación.  Así que la figura queda clara: masistas condecorando a superiores masistas, en nombre del pueblo de Cochabamba. ¡Vaya honor para los homenajeados!

¿Y cuáles son las cualidades sobresalientes de tan excelsos personajes? Uno de ellos, el más importante, haber llegado a la vicepresidencia colgado de la candidatura de Evo, porque de lo contrario no lo elegiría nadie. El segundo, haber sido nombrado ministro de la Presidencia, por mera amistad con el presidente; cuando un periodista preguntó cuál era mérito del ministro aludido, uno de los promotores de la idea respondió de esta manera: “bueno, es un… a ver, por qué, es atribución del presidente nombrar a su ministro. Si fuera un mal ministro nuestro presidente no lo estaría convocando nuevamente para que asuma este cargo, entonces tiene toda la confianza de nuestro presidente”. Sin comentarios. Y finalmente, se decidió reconocer el tremendo esfuerzo  del anónimo comandante de las FF.AA. que proclamó como socialista a toda la tropa y por haber ordenado pintar en los cuarteles la leyenda “patria o muerte: venceremos” como agradecimiento al supremo comandante de la nación por su nombramiento.

Después de todo, pensándolo bien, haber puesto en la lista de notables a un verdadero payaso tiene su mérito porque, al menos, este sencillo ciudadano habrá alegrado el día a generaciones de cochabambinos y amenizado con sus actos cómicos el cumpleaños de muchos niños, mientras se ganaba la vida. Al contrario, tanto el vicepresidente como el ministro no sólo no han hecho nada sustancial por el progreso y desarrollo de la región, sino que, para peor, han sido principales artífices en generar situaciones de odio y división entre bolivianos. Tanto que sólo invocar sus nombres produce repudio generalizado y escalofríos al mismo tiempo. Tenía razón Vargas Llosa cuando en su discurso de aceptación del Nobel, dijo que Bolivia era una “seudodemocracia populista y payasa”. He aquí una flagrante muestra, a no dudarlo.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
 

El Perro Rojo Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates