30 mayo, 2011

0 “In The Loop”, un polvo para evitar la guerra

Hace mucho que los británicos no nos obsequiaban comedias de alto vuelo, acostumbrados a las edulcoradas y a veces sosas comedias de Hugh Grant y compañía, nos habíamos hecho una gris idea acerca del humorismo británico. Aunque cintas divertidísimas como ‘Snatch’,Trainspotting’ o ‘Full Monty’, desmontaron con creces esa percepción de que el cine británico era tan aburrido como su climatología. Pero desgraciadamente, el humor del bueno es tan escaso como la salida del sol en Inglaterra. 

“In the Loop”, es una ácida crítica de la política de nuestros tiempos, un retrato ferozmente sarcástico de cómo se usa a los organismos internacionales para fines mezquinos.Variopintos personajes, inmersos en una vorágine de acontecimientos caóticos y absurdos le imprimen frescura  y desfachatez burlándose de los tópicos políticos.

Humor inteligente quizá demasiado, porque no da tregua ni para ir al excusado o para revisar los apuntes que uno tiene acerca de política, cine, música o historia contemporánea. Como deja entrever el título, hay que “estar al corriente” de todo para entenderla y disfrutarla plenamente, de lo contrario puede tornarse a ratos incomprensible, pero en ningún momento aburrida.

Llama la atención toda la mala leche que ponen los realizadores a la hora de construir los personajes: Improperios a granel brotan de la lengua bífida de los modernos cortesanos que se mueven entre bambalinas a un ritmo maratónico entre Londres, Washintong y Nueva York, teatros de operaciones donde se decide el destino del mundo. Un ministro británico, (Simon Foster) buen tipo pero enano,  se rodea de asesores larguiruchos y hasta cuya secretaria es más alta que él. Aunque se lleva el protagonismo un secundario como el responsable de comunicaciones del gobierno británico que hace la guerra a todo funcionario que le estorbe a punta de dardos verbales que harían palidecer o indignar  a muchos.  

Por otro lado, tampoco los funcionarios norteamericanos salen bien parados: La Casa Blanca parece una guardería porque esta invadida de niñatos graduados de Harvard con ínfulas de poder. Pero destaca la breve aparición de James Gandolfini- el capo de los Soprano-, en el papel de jefe militar que está en contra de la guerra, pero que al final la apoyará porque está en juego su carrera y porque es un “soldado”, aunque no haya disparado un tiro en quince años.

Situaciones tan cruelmente 'negras', como tratar el espinoso tema de la guerra  en el dormitorio de una niña, utilizando su calculadora de juguete para estimar las cifras de los soldados que van a morir como si de una repartija de chuches se tratara, llevan al paroxismo o a la sonrisa desencajada, según se vea. 

Lo del título, es a juicio personal de lo más hilarante de las historias, donde dos personajes jóvenes, conocidos de universidad intercambian no sólo fluidos, también información muy sensible acerca de las ventajas y contras de la guerra, y que luego es filtrada a la prensa por uno de ellos con el ingenuo afán de detener el inicio del conflicto bélico, pero que a la postre, solo afectará a sus carreras y cómo no, ser el hazmerreir de los colegas. 

Poco recomendable para sensibles a la violencia verbal, cinéfilos despistados o fanáticos de las palomitas de maíz.

24 mayo, 2011

0 La incurable soledad del hombre


“Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla”. (Dámaso Alonso)

El pensador (Rodin)
Desde el primer amanecer de la humanidad, en el que el hombre empezaba a cobrar conciencia de sí mismo, tan pronto como empezó a adquirir noción de las cosas, se dió cuenta de la lacerante realidad de que estaba solo como especie y se empeñó a la urgente tarea  de buscar otros seres de su misma condición, paulatinamente se asoció con esos ‘otros’, formando las tribus, hasta el día de hoy, condición que delimita inexorablemente su existencia desde que nace.
Sin embargo, a pesar de que el hombre se adaptó a llevar una vida gregaria, fiel a su instinto y naturaleza de insatisfacción permanente, cayó en la cuenta de que le faltaba algo, más allá de sus necesidades primordiales. Hasta ese entonces el hombre primitivo ocupaba sus pensamientos en procurarse alimento y cobijo. Pero en cuanto supo avizorar mas allá de su cotidianidad, al no tener certeza de lo que le deparaba el futuro, fue presa de la preocupación, del desasosiego y frustración que le causaban algunos fenómenos, como el de la muerte por ejemplo. Ante el agobio de la incertidumbre y la desesperación de no encontrar explicación  a su existencia, nuestro ingenioso hombre, ya desparramado por todo el orbe en distintas culturas, se aprovisionó de ídolos o dioses, ya sea a semejanza suya o de animales, fenómenos atmosféricos  u objetos que admiraba para que velaran su sueño en la larga noche de la vida.
¿Qué es la soledad entonces?...acaso un cáncer que acompaña el resto de la vida del hombre, una enfermedad del espíritu que nace del sentimiento de vulnerabilidad  y que sólo el hombre arrastra como una pesada losa.   Y es que la capacidad cognoscitiva que le ha dotado la Madre Natura, no sólo le permite dominar al resto de criaturas sino que también se le vuelca en contra suya porque cuanto más incrementa sus conocimientos y empieza a descifrar los secretos del universo, más consciente es de su insignificancia.  ‘Sólo  somos polvo en el viento’ puntillea una mítica canción como recordatorio de que no somos la especie superior, pese a quien le pese.
La soledad –aunque suene paradójico- es quizá el único ‘bien espiritual’ o consuelo que le queda al hombre, porque siempre está omnipresente, como una segunda piel que  dolorosamente avisa que estamos vivos, pese a todo.  A diferencia de la libertad, que cuando ésta es arrebatada, se desea ardientemente recuperarla y se sueña con ella. La soledad, en cambio nadie aspira a soñar con ella, ni mucho menos. Es sólo eso, un sentimiento  que no se puede extirpar, una desagradable sensación que nos fastidia y hace de única compañía.
Se dice que para paliar  la solitaria condición humana, la sociedad ha inventado la figura del matrimonio, en un intento de evitar el caos  social.  Otros se apoyan  en la explicación romántica  de que dos almas errantes,  juntas se hacen mutua compañía.  O quizá en un  inconsciente afán para controlarnos a nosotros mismos, hemos añadido un ‘sujeto control’ que vele para que nuestros pasos no se descarríen  o más aún, alejarnos de la peligrosa tentación que significa el libre albedrío. Empero, no todo es lamento de Jeremías en la vida del ser humano, el gran aporte de la soledad es,  que ha agudizado el ingenio del hombre; grandes pensadores, genios, artistas e inventores fueron en su mayoría almas solitarias. Sin cuyo aporte la vida sería aún más aburrida, la Humanidad bien que lo sabe, aunque no lo reconozca.

20 mayo, 2011

0 Palíndromos de cine y otros



Sin amada mal lo vi, tomó trago Bogart o motivo llamad…A man is!

Trago bello será y Anaí di, “tócala Sam” más a la cotidiana, ya resollé (Bogart). 
(triste homenaje a 'Casablanca')
                                    
O dilo: De Niro amó tonic a placer (REC). Al Pacino toma, orine dolido.

Medraba, saludarán, ella vive de polen ¡epa!. Penélope, de viva llenar adulas a Bardem.
Sé maja, alaba, dudad, ¿noble él?, ¿Bond a duda?... ¡bala a James!

Rata va de azul, luz a Ed: “Avatar”.

Klatu oyera, “Are you talk?”
(Klatu, personaje de la clásica pelicula 'El dia que la tierra se detuvo')

Omar: A Boyero oí;  “cinéfilo poli, fenicio ore, yo bar amo”.
(Carlos Boyero, polémico crítico español de cine)

Yo sé Job, marica nací, ¡Rambo! je, soy.

Oír: es a motes poco borrego Roger, “Robocop” se toma serio.

Así ver y oír doblada, dudad al bodrio y revisa.
(sobre el inconveniente de ver una pelicula doblada)


Ligan a Ed, sé majo, James Dean ágil.

Sonar pose dió, “opaca a capo”, oí de Sopranos.


Allá caer en Somerset, Sir Tom la palmó, tristes remos, Nerea calla.

Oye raposo, velad a zorra, carroza dale vos o pare yo.



A ETA “rioja”, ron a IRA. Mariano Rajoy ratea.
La cita Margarita: sátira gramatical.


17 mayo, 2011

0 ¿Cuándo dará México el salto de calidad?

¡Ay México lindo y querido!, ¿cuándo podrá trascender mas allá de sus descomunales ruinas prehispánicas, sus mariachis, tacos y tequilas?  ¿Cuándo se sacará ese estigma de ser el eterno invitado intranscendente  de los Mundiales de Fútbol?, ¿Cómo no puede ser capaz una liga- reconocida por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol  (IFFHS) como la 10º liga más fuerte del mundo y tercera en el continente- de producir una selección que llegue lejos?

¿Cómo se explica que un país con más de 100 millones de habitantes y la segunda economía de Latinoamérica, tenga una trayectoria futbolística  mucho más pobre que la de Uruguay que apenas sobrepasa una población de 3 millones? Dicen que Uruguay tiene un secreto: exporta carne vacuna y piernas con balón ¿Es cuestión de escuela, de tradición futbolística, acaso México no la tiene? ¿O es la manera de pensar, de sentir o vivir el fútbol, acaso los aficionados mexicanos no son tan intensos como otros hinchas?

¿Será que el balompié mexicano se está transformado en una suerte de liga inglesa, donde se acoge a los mejores futbolistas extranjeros atraídos por la paga en desmedro de jugadores nacionales, con la repercusión negativa en la selección local?

¿Será que su dominio histórico en la Concacaf le ha sumido en una suerte de letargo deportivo al no encontrar rivales de fuste en la región?, aunque en los últimos años el equipo nacional de los EEUU., le viene disputando paulatinamente esa hegemonía para desgracia de la sufrida nación ‘tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos’.

Ya van muchos años que la liga mexicana crece en atractivo y nivel técnico a tal punto que recluta a lo más destacado de futbolistas sudamericanos que no tienen la fortuna de fichar en equipos europeos, pero por el atractivo salarial optan por enrolarse a clubes mexicanos, hecho que contribuye a que estos sean competitivos a nivel continental, con destacadas actuaciones en la Copa Libertadores por ejemplo, donde no tienen nada que envidiar a conjuntos brasileños o argentinos.

Después de acostumbrarnos a la curiosa entonación del ‘futból’ y sus relatos emocionantes, después de familiarizarnos con la  creativa y entrañable denominación popular de sus equipos, porque resulta más factible y memorable pronunciar ‘Chivas’ y ‘Tecos’ que ‘Guadalajara’ y ‘Universidad Autónoma de Guadalajara’ respectivamente, que mueven a confusión al extranjero y porque se antojan nombres larguísimos y anodinos.

Después de Hugo Sánchez, la exhibición de sus ‘chilenas’ magistrales y sus infinitas volteretas, ¿cuándo veremos jugadores capaces de tomar el relevo? Sí, sí,  Chicharito crece muy bien, pero está verde todavía y aun cuando llegue a su plenitud ¿qué golondrina le acompañará en su veraneo?... con Rafa Márquez y Cuauhtémoc Blanco rumbo a la jubilación, Dos Santos una promesa que no convence y Guardado si tiene talento, se lo tiene bien guardado; con todos estos matices, el futuro del balompié mexicano no permite aventurar que vaya a ser promisorio.

Y eso que la selección mexicana, ya lleva la nada despreciable cifra de  14 participaciones mundialistas, una de las mayores junto a Brasil o Alemania por ejemplo. Y de todo esto no ha obtenido nada, salvo sacar a pasear  su atractiva camiseta por los estadios del mundo y lógicamente su mejor rendimiento  fue cuando ofició de anfitrión en los mundiales de 1970 y 1986, alcanzando los cuartos de final en ambos. Sin ir muy lejos en el tiempo, otras selecciones con apenas participaciones como la de Croacia o Turquía han llegado al notable puesto del tercer lugar.

¿Será que las claves están en exportar jugadores a Europa siguiendo la estela de Brasil, Uruguay o Argentina o es sólo cuestión de reorganización interna, falta de autoestima competitiva o ausencia de compromiso institucional a todos los niveles?

¿Cuándo dejarán de contaminar la televisión con sus telenovelas insufribles que hacen lloriquear  a más de una tía mía?, ¿Cuándo podrán hacer llorar de verdadera emoción a millones de almas -no sólo mexicanas- y darle sentido a eso de,  ¡Viva México cabrones!?

11 mayo, 2011

0 ‘Delicatessen’, ese raro cine con sabor francés

Si algo tiene el cine europeo es esa capacidad de sorprender, de reinventarse a sí mismo, de crear nuevos mundos, nuevas posibilidades, explorando una y otra vez esa faceta vanguardista que le ha caracterizado siempre. Y especialmente el cine galo es por antonomasia uno de los que abanderan esa iniciativa, consolidado quien sabe por años de tradición cinematográfica.


Jean Pierre Jeunet, quizá más conocido por ser el director de la colorida y optimista ‘Amelie’ es sin embargo un cineasta peculiar, salvo el filme anterior, su preocupación artística refleja una obsesión por recrear mundos imaginarios, distópicos (‘La Ciudad de los niños perdidos’), de pesadilla permanente, donde el pesimismo y la penumbra lo inundan todo, pero dotándole de una estética provista de cierta luminosidad muy distinta de aquel cine de tono grisáceo y opresivo de otros cineastas.


Es Delicatessen (1991),dirigida junto a Marco Caro, una especie de homenaje a los relatos de humor negro de Jonathan Swift, una visión sarcástica de la sociedad, donde una penumbra en tono sepia lo envuelve todo, una ciudad en ruinas, una comunidad de vecinos habitando un edificio viejo donde todo chirria y se cae a pedazos, viviendo en la zozobra permanente que acarrea el hambre. 


Regentando el edificio emerge la enorme figura de un carnicero que posee en los bajos una tienda donde acude el resto de los vecinos a recibir su ración de carne, resultado de la cacería de la noche anterior, tan habituados a tal delicatesen porque hasta las ratas han desaparecido.


Personajes extraños, esperpénticos viven en esta sociedad que se devora a sí misma: una pareja que se debate entre la necesidad y la posibilidad de deshacerse de la abuela, la hija del carnicero que detesta a su padre, casi ciega como un topo, viviendo su pesadilla particular en la buhardilla del edificio. Un artista de circo venido a menos y recién llegado e ignorante de las intenciones reales de los otros. Un viejo chalado que se alimenta sólo de caracoles que cría él mismo en los sótanos y cuyas únicas amigas son unas ranas. Un cartero con traza de fascista que es el único vinculo con el mundo exterior.


Curiosamente los vegetarianos que quedan, viven desterrados en las alcantarillas y son llamados trogloditas o las ratas de la sociedad, librando una suerte de guerra silenciosa por el grano -que tiene la valía del oro- con el mundo de arriba.


Aunque la película cojea algo en el argumento, sobre todo la parte final, donde no se sabe a ciencia cierta qué es lo que se propone, es sin embargo un deleite visual por su rara atmósfera, su estética a la vez pesimista y colorida, sus diálogos que destilan mucha ironía, su violencia contenida y cierto erotismo subyacente. Todo finamente acompasado por una banda sonora indescriptible, sobre todo el tema que cierra los créditos, una verdadera delicia para los oídos.

06 mayo, 2011

0 Aforismos: perro que ladra…


  • El amor no existe, es sólo una forma elegante de conseguir sexo.
  • A pesar de todos los románticos y los optimistas sin remedio, ya estamos solos en este mundo, al casarnos sólo acordamos hacernos compañía.
  • La poesía no conduce a nada, es lo absurdo de la vida explicado de forma bella.
  • Un palíndromo es una palabra o frase sometida al psicoanálisis.
  • Una boda es el mejor pretexto para reunir a los viejos amigos y el principio para decirles adiós.
  • El noviazgo es una piedra lanzada al aire, el matrimonio la misma piedra que te cae en la cabeza.
  •  
  • La curiosidad del hombre por los secretos del universo sólo ha conducido a la creación de más religiones, la creencia en pociones mágicas y el interés desmedido por la vida ajena.
  • No hay nada original en este mundo, a pesar de los mismos charlatanes y embaucadores, la historia nos recuerda que sólo se actualiza la estupidez.
  • Alguien decía que el futbol era la única alegría para los millones de empobrecidos y jodidos de este mundo. Y claro,  la auténtica alegría de los bolsillos resonantes de algunos listillos del jodido mundo.
  • El gol se inventó para incluir en el juego a los negados para la pelota y para hacer notar que el tercer poste tiene vida.
  • Alguien me ha preguntado en qué animal me reencarnaría si pudiera. Para salir del paso siempre contesté; en “alguno grande y fiero”. Pero después de meditarlo, hoy más viejo respondo; “cualquiera, ni tan pequeño que la lluvia me arrastre, ni tan grande o vistoso que el hombre me note”.
  • Una amiga germana se quejaba del excesivo trabajo de los alemanes, en Bolivia nos quejamos de la falta de trabajo, como no hay trabajo entonces nos refugiamos en un perpetuo carnaval y la Unesco, solidaria ha premiado nuestro esfuerzo.
  • El pueblo boliviano es el más difícil y contradictorio del mundo, necio y terco como una cabra, supersticioso hasta asegurar que las piedras tienen alma. Holgazán como ninguno en suelo propio y laborioso hasta la sumisión en tierras extranjeras. Y más aun,  el país está lleno de sociólogos que se preguntan por qué es el más atrasado de Latinoamérica.

Extra: Una modesta proposición de un discípulo de Swift
El municipio local haría bien en efectuar una poda sistemática de un brazo de todos los mendigos, ya que estos necesitan un solo miembro para sustentarse y ciertamente obtendrían mejores ingresos al inspirar mayor conmiseración en el prójimo, aliviando por otro lado a éste del peso excesivo de sus bolsillos. Extiéndase esta proposición al Parlamento Nacional, ya que como habrá podido advertir el lector, mejor dicho el televidente, los parlamentarios sólo necesitan una mano para ganarse la jugosa dieta mensual. Eso sí, a mutilar los árboles de calles y parques en cada invierno, mejor no gastar ideas ni recursos, dejarlos crecer libremente.

02 mayo, 2011

0 El día que se imponga la filosofía de Mou, apagaré mi televisor

Un año atrás, a estas alturas de la temporada liguera española, un correcto señor, de profesión ingeniero, lograba sacar rendimiento a un Madrid bastante mermado comparado con la actual plantilla. Sin embargo, pese a mostrar algo de buen fútbol y  pisarle los talones al hegemónico Barça,  los directivos merengues, presionados por la prensa adicta y fieles a su tradición de nunca ser segundones porque es lo mismo que fracasar, despidieron ignominiosamente al reservado y reposado Manuel Pellegrini.

Hoy  con el equipo en la misma situación y con menos puntos en la tabla comparativa que la pasada gestión, extrañamente el entrenador sigue con viento favorable  a pesar de ordenar a sus pupilos ejercitar un futbol rácano y desprovisto de plasticidad, fundamentalmente en los enfrentamientos directos con la escuadra azulgrana.

Lo que es inaudito, no había visto al Barcelona ‘ganar’ un partido en Madrid sin haberlo ganado, como se acostumbra, a base de goles (el resultado fue un triste empate para la crónica). Aquel domingo de abril, el Madrid faltó el respeto a su afición, a su abolengo y a su larga y rica tradición.  Nunca se ha visto que equipos considerados ‘grandes’ hayan entrado a disputar un partido con la táctica y actitud de equipos de segunda línea, con el agravante imperdonable de ser locales.  No señor, nunca, al menos en América eso no sucede, si Boca o River procedieran así en sus estadios frente al clásico rival,  las hinchadas no se los perdonarían jamás.

Pero visto lo visto,  ¿Quién fue capaz de tamaña osadía, de embaucar a todo el Santiago Bernabéu y sin embargo salir todavía indemne y con la chulería de un chaval de secundaria?, ¿Qué pasó con la afición que se tragó semejante bodrio de juego; simplón y timorato, esperando el embate del rival, con el recurso de destruir juego a base de púas  y patadones para no ser goleados? Si la táctica funcionó, fue para las estadísticas, pero no para el resto del mundo, que asistió a un encuentro gris, donde moralmente ganó el Barca por todo lo alto y pudo haber goleado, si se lo hubiera propuesto.

Acaso la desesperación por lograr más títulos y acabar de una vez con la aplastante superioridad del conjunto barcelonés, ha movido a la junta madridista a contratar a un ilusionista del resultadismo y apóstol aventajado del rancio catenaccio, que incluso en tierras propias va probablemente en vías de extinción.  ¿Qué aporte ha hecho al mundo del futbol, salvo el de mediatizar el puesto de entrenador con la egolátrica excusa de quitar presión a los jugadores, como para ser considerado por muchos como el mejor entrenador del mundo?

¿Cómo se puede aceptar como credo la filosofía de un oscuro personaje cuyo método es llevar a la cancha la ideología maquiavelista del antifútbol, haciendo de la bravuconada su arma de asedio para desmoronar la fortaleza anímica del adversario, porque está claro que no puede hacerlo con deportividad?

Este showman disfrazado de entrenador, nunca se equivoca, sería debilidad el reconocerlo y recurre como mejor baza, a la excusa para justificar sus errores y desaciertos. La excusa decía alguien, es herramienta de los mediocres y de gente que no sabe perder o de aquellos que no tienen la suficiente gallardía para reconocer el éxito ajeno.

Y él sigue muy orondo, impecablemente trajeado con la apostura de un gentleman y la impostura de un gurú del césped, orgulloso de su tarjeta personal ‘entrenador de títulos, no de futbol’ (Cruyff, dixit). ¿Qué pasaría, si nuestros chavales-futbolistas y futboleros en ciernes-, adoptaran ese discurso exitista y  olvidaran tan pronto, que las formas y la corrección en juego no tienen cabida porque no ganan partidos, pero sí las arremetidas y el acoso malintencionado al rival en cancha y apoyándose en el juego psicológico de calentar el oído hasta desquiciar al contrario? Entre anécdotas, un amigo me pasaba el dato de que el fútbol era un ‘deporte de caballeros, practicado por animales’. Viendo jugar al madridista Pepe, respaldado por su mejor valedor, el chiste sabe tristemente a realidad.

Andando el tiempo, quien osara comparar esta filosofía de moral tacaña con la de equipos de renombre como el Liverpool de Shankly, el Ajax de Michels o el  Milan de Sacchi, incurrirá seguramente en la mera anécdota que conceden las cifras, porque aunque aumentara su exitoso palmarés a base de metálicos títulos, seguramente engrosarán las estadísticas de la FIFA, pero ganarse un sitio en los anales del fútbol, difícilmente.

Por el futuro del balompié, por todos los dioses del balón, por todas las tardes de domingo de tribunas colmadas, por los cánticos de la afición, por la borrachera espiritual que provocan los goles,  por la vida misma;  es indispensable educar a las nuevas generaciones para que esta filosofía no tenga más sitio que en las páginas del recuerdo, porque si el éxito del fútbol futuro,  se medirá por la táctica y los resultados exiguos y con el peligro de desterrar el ‘jogo bonito’ de las canchas,-porque seguramente lo bello es inútil e intranscendente, pero necesario-, entonces será hora de desconectarse, porque quién querrá ver un partido con los matices de un informativo.

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