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Foto: AP |
Volviendo a nuestra
viajera, ciertamente ya no es joven, a los viejos la altura los trata sin
conmiseración, especialmente si tienen la presión alta o problemas cardiacos.
En cualquier caso, los tubos de oxígeno ya esperaban en el hotel. Y un grupo de
médicos especialistas. En últimas instancias, el humilde mate de coca suele ser
santo remedio. Pero sabemos que nuestra recién llegada goza de buena salud,
todo lo contrario de su marido que anda quebrándose la cadera por meter la pata
donde no debe.
Dicen que le gusta la quinua, ese cereal milenario, manjar
de los incas y que a punto estuvo de desaparecer durante el periodo colonial. Se
dice que forma parte de la alimentación de los astronautas de la NASA, junto al
amaranto por su alto contenido de proteínas. Tenían que apreciarla en otros
lugares para que nos demos cuenta de su valía. Menos mal, al día de hoy, forma
parte de la dieta de la región occidental del país. Aunque no es barata como el
arroz, principalmente por las condiciones en que se cultiva y porque la mayor
parte de la producción sale para Europa. Hay cien formas de prepararla: como
harina para galletas y refrescos, como arroz graneado, en hojuelas para el
desayuno; o la más frecuente, en sopa. Hasta sirve para elaborar cierta cerveza
artesanal. Pero lo más delicioso es degustarla preparada al horno como tarta o
queque, cubierta de queso.
A eso vino nuestra viajera, a tomar de propia fuente una
exquisita sopa de quinua con denominación de origen. Y seguramente también
probará trucha del lago Titicaca y quizás charque de llama, que es otra delicia
del altiplano. Que en el ínterin, se entere de cómo va la cooperación
institucional de su país al nuestro, es puro pretexto, mero trámite para
justificar ante los celosos funcionarios de su Gobierno. Ella ama este país,
por muy lejos que se encuentre. De toda su decadente familia, es la que menos
antipatías despierta, quizás porque supo conservar aquello que sus antepasados
helenos sabían hacer mejor: sobriedad y elegancia. No recuerdo que su marido
nos haya visitado alguna vez. Mejor, no vaya a ser que se ponga a cazar a los
pocos guanacos y vicuñas que todavía pastan libres en las alturas.
Dicen que le gusta la quinua, pero con seguridad la variedad
“quinua real”. Tal vez, en su honor bautizaron con ese apelativo o simplemente
cuestiones técnicas para denominar a la mejor variedad, la más excelsa, la de exportación.
Quién sabe, otro misterio insondable. Como también resulta curioso que la
viajera se haya alojado en el hotel Camino Real. Así pues, nos visita por cinco
días la reina Sofía de España. Que se quede por tanto tiempo en este sitio del
universo donde no pasa nada, nos da una idea de cuánto nos aprecia. Y más aún,
cuando en estos tiempos resulta sospechoso mentar a la “madre patria” (hay
quienes abogan por cambiar los nombres de calles y parques que lleven España,
Colón, etc.). Ahora resulta que es casi delito hablar del 12 de octubre como
llegada de Colón al nuevo continente. Cómo son las cosas, que se pretende
colonizar una idea justo por encima de otra. “12 de octubre, Día de la
Descolonización”, por obra y gracia de los nuevos biempensantes, otra fecha más
para añadir al imaginario nacional. Borrar o echar lodo a la historia nunca
resulta, no hace más que reforzar la idea original. La vida es un continuo
palimpsesto, aunque no nos guste. Y se acabó.
Apreciado, José. En inglés , que es de donde proviene la solemne y desabrida expresión bienvenido, la palabra welcome está llena de matices. Estos aluden tanto a las peripecias vividas durante el viaje( se espera que todas hayan sido enriquecedoras) como al ambiente dispuesto para el recibimiento. Es en ese sentido como entiendo su texto : Alguien que se hizo a la mar ( o al avión, o al caballo) para visitarnos por pura empatía, merece la mejor de las bienvenidas ( y me sigue sonando ceremoniosa la palabreja en español).
ResponderEliminarA mí lo que me resulta, en verdad, ridículamente ceremonioso, apreciado Gustavo, es aquello de las paradas militares con trajes de siglos pasados cuando nos visitan personajes extranjeros. Ya sé que existen convenciones de protocolo, pero preferiría mil veces que se reciba con trajes tradicionales antes que con ridículos uniformes napoleónicos o prusianos. Es que el colonialismo sigue campando a sus anchas, solo se despotrica contra él cuando conviene al discurso. ¿Qué es si no, seguir usando los ritos de cortes europeas, con militares y sables al son de bandas de música? Y después los “profetas” descolonizadores nos hablan de nuevos paradigmas.
ResponderEliminarcome tu sai le donne sono più intelligenti e sensibili degli uomini, sicuramente la signora sarà mossa da curiosità verso un popolo lontano e avrà desiderio di conoscerlo meglio.
ResponderEliminarcosì sono le persone intelligenti.
se all'estero certe cose vengono apprezzate è perchè in patria vengono date per scontate, del resto " nemo profeta in patria"...
(ancora con il giorno della decolonizazione??? ormai dovreste avere superato il traumaa:)) ciao
fiore
Eso de que el gobierno hace de la descolonización su estandarte, es puro discurso poético, amiga Fiorella, como un vulgar pretexto ideológico. Es solamente para ganar popularidad entre la masa analfabeta de campesinos e indígenas. Tal es la incoherencia entre los discursos y los hechos, que Evo, en un despliegue de zalamería llamó a doña Sofía, enfrente de ella, como “nuestra reina” y también dijo que “Bolivia y España tienen un pasado histórico en común, pero que el pasado es pasado”. Como podrás notar, es pura hipocresía. Yo te puedo asegurar que en poco tiempo, volverá otra vez a su discurso de los “quinientos años de resistencia y lucha”.
ResponderEliminarEs de lo más evidente el esnobismo de estos revolucionarios nuestros. Se les aparece un principito o una duquesa de tercera y se les afloja la vejiga.
ResponderEliminarja ja, gracias por la necesaria dosis de humor.estimado Lalo, no sé si me causa mas gracia tu frase o la seriedad de nuestros revolucionarios.
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