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La herramienta de trabajo de Su Excelencia |
Si algo tienen de revolucionarios, ciertos
mandatarios de la región, es la capacidad de prosperar en poco tiempo, sacando nota
alta como si fueran alumnos aventajados del capitalismo al cual dicen combatir
con sus medidas más revolucionarias que las vueltas de un trompo. La gente de
negocios, que sigue a rajatabla las recetas de la economía de libre empresa, se
pregunta qué fórmula milagrosa aplican los personajes de la política para
aumentar su riqueza personal, aunque la macroeconomía no vaya viento en popa.
Una cosa está clara, los políticos en función de poder nunca pierden ni un
centavo de su patrimonio, al contrario salen reforzados. Antaño la situación
era distinta, no pocos gobernantes salían arruinados de su paso por la función
pública. Eran otros tiempos definitivamente.
Resulta impresionante que los gobernantes más
devotos del discurso socialista, con su baladilla trasnochada de trabajar por
el pueblo, para combatir la pobreza, la desigualdad, etc., sean los que más
lujos y tratamientos de divas se hagan proporcionar con los recursos públicos. Promotores
del lenguaje integrador y biempensante, en su infinita desfachatez, disfrutan
de los bienes suntuosos, llamándolos “herramientas de trabajo”, empezando por los
aviones ejecutivos, acondicionados a capricho personal.
Para nadie es un secreto las fortunas que han
amasado algunos gobernantes, comenzando por los hermanos Castro en Cuba o el
clan de los Chávez en Venezuela (y cuyas proles disfrutan a toda marcha
mientras los papis proclaman que el capitalismo es malo), pasando por el
presidente Correa de Ecuador y, de manera alarmante, el enriquecimiento repentino
de los Kirchner en Argentina (Cristina Fernández poseía un patrimonio personal
de casi 39 millones de dólares en 2011, según la revista Forbes).
Por otro lado, Evo Morales y el presidente
Mujica de Uruguay, son los gobernantes más pobres de la región. Sin embargo hay
una sustancial diferencia: A pesar de que Mujica tiene un sueldo aproximado de
12.500 dólares mensuales, dice que el 90% de su salario lo dona a causas
sociales, afirmando "con
ese dinero me alcanza, y me tiene que alcanzar porque hay otros uruguayos que viven con mucho menos", consecuente
con lo que dice, vive de una manera frugal y extremadamente sencilla, ajeno al
protocolo y hasta ha sido visto comprando una tapa de inodoro como cualquier
paisano, vigilado discretamente por la seguridad presidencial. En contrapartida,
es cierto que Morales tiene el sueldo más bajo (algo más de 2.000 dólares)
porque él mismo se lo rebajó al principio de su mandato, pero paradójicamente,
a medida que pasaba el tiempo se fue encaprichando y compró un avión
nuevo, ha encargado además, la construcción
de un palacio presidencial más grande y un museo personal en su pueblo natal.
Ahora únicamente circula en coches de alta gama y más custodiado que un rey,
por un numeroso contingente de seguridad, que no poseían los gobernantes
anteriores. Y luego dice que la gente lo ama y que todos “esos gastos son para
servir al pueblo”.
Se oye a menudo, en el exterior, que Evo es un
ejemplo para la región, por su modestia y aparente pobreza, recalcando su
irrisorio sueldo, pero nunca se detienen a pensar que en Bolivia, el salario mínimo
equivale a 144 dólares y el sueldo promedio apenas bordea los 500 Sus. Lo que
gana el presidente es más que suficiente para vivir con holgura, y muncho más
aún, considerando que prácticamente todos sus gastos personales - vivienda,
transporte, comida, etc.- los paga el Estado.
Estos días, el aumento del patrimonio del mandatario
desató la polémica en todo el país. En sólo seis años triplicó su patrimonio
neto, alcanzando actualmente a 390.000 dólares según datos oficiales. Nada mal
para un dirigente cocalero. Pero la oposición cuestiona que, sumados todos los
sueldos y aguinaldos, no son suficientes para explicar tal aumento, y aun tomando
en cuenta que se hubiera ahorrado todo el sueldo. Cabe preguntarse también cómo
se las arregla Evo para pagar la asistencia familiar a sus dos hijos jóvenes y
para comprarse los trajes estilo Mao con ribetes andinos de diseño exclusivo
que cuestan más de mil dólares cada uno. Todavía más, a menudo el presidente es
nombrado padrino de una promoción de colegio, o de donante de camisetas para un
equipo de fútbol de cualquier sindicato, y por consiguiente se espera que haga
un desembolso. Cuando era un simple diputado, Evo ganaba un mejor sueldo y era
más pobre. Ahora percibe menos y sin embargo, es más próspero. Que alguien nos
explique.
Para marear la perdiz, no han faltado
cortesanos que disfrazados de ministros y diputados han defendido que “el señor
presidente trabaja más de 12 horas al día, incluso sábados, domingos y
feriados, y merece ganar más”. Y que todo lo que tiene se debe a que sus bienes
(una casita en Cochabamba y una parcela agrícola en el Chapare) se han
revalorizado con el tiempo. Para ser transportado en avión exclusivo, y de paso
jugar al fútbol en horas de trabajo con la excusa de inaugurar una cancha o
disfrutar de cenas caras en hoteles de lujo so pretexto de agasajar a cualquier
burócrata de otro país u organismo internacional resultaría difícil hallar a
alguien que no se resistiese. Así da gusto. Aunque se sea un presidente pobre.
Aprecidado José : releyendo El Satiricón de Petronio reafirmé una vieja certeza : que el poder es una inmensa montaña de mierda y por lo tanto es imposible acercarse a él sin terminar oliendo a eso: a mierda. Estamos hablando de un libro escrito a comienzos de la era cristiana. Por sus páginas circulan los arribistas y ambiciosos de siempre.
ResponderEliminar" No hay nada nuevo bajo el sol", dice el Eclesiastés. De modo que, independiente de si se declaran de derechas o de izquierdas, comunistas o fascistas o si se ubican en esa zona gaseosa denominada centro, allí estarán siempre los poderosos atiborrándose de viandas y llenándose de oro en nombre del bien común . Qué mas da si se llaman Evo, Obama, Santos o Puttin.
Datos muy interesantes, los de Morales y Mujica. No sigo de cerca la información, de modo que dejaré que otros pongan la mano en el brasero por la integridad de esos personajes. Lo que cuentas de Mujica suena casi increíble, teniendo en cuenta otros ejemplos de países vecinos. Habla tan bien del nivel ético que todavía puede tener el comportamiento de los funcionarios que casi me dan ganas de emigrar al Uruguay. ¿Hasta qué punto esto refleja la vida pública en ese país? ¿Tienes datos sobre esto?
ResponderEliminarMuchas gracias por el libro de Petronio, amigo Gustavo, todavía no lo he leído. La manera como usted me lo pinta me da una poderosa razón para buscarlo. Es verdad que la verdadera ideología que mueve a los políticos es la del dinero, la de sacar tajada de los ingentes recursos y contratos del Estado, amén de buscar satisfacción para su ego desmesurado (es raro el político que tenga perfil bajo). En la inmensa borrachera de poder que gozan los regímenes de turno, para guardar las apariencias suelen desparramar las migajas al pueblo llano, en forma de bonos, fiestas populares, y otros trucos que bien lo sabían usar los antiguos emperadores romanos. En el fondo nada ha cambiado.
ResponderEliminarHas dado en el clavo, amigo Lalo, la ética es cada vez más un bien escaso como el sentido común. Yo de Uruguay no conozco mucho, salvo los viejos tópicos de futbol y de que es un país ganadero. Quizá el país más apacible de la región, el sitio ideal para cualquiera que quiera huir del mundanal ruido. Y lo más sorprendente, que es un importante exportador de software. Los pocos uruguayos que he tratado siempre me han parecido buenos tipos y modestos. Creo que con Mujica se cumple aquella máxima de que cada pueblo tiene los gobernantes que se merece. Hasta hace poco nada sabía de Mujica: un personaje que se mueve en su viejo Volswagen y que solo posee una chacra en las afueras de Montevideo. Que Mujica no se haya alineado con la izquierda rabiosa de los Chávez, Correa, Morales, etc, es una muestra clara de su independencia ideológica, porque en el fondo sabe muy bien que, sus colegas representan lo más grotesco del poder y ajenos a los postulados marxistas. Y considerando su pasado guerrillero, que los “muchachos” le vengan a hablar de socialismo le debe de sonar ridículo.
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