Este miércoles 21 de octubre a tiempo que abría los ojos encendí el televisor. Resulta que Su Excelencia había
hecho madrugar a todos sus ministros, chambelanes de palacio, edecanes
amarraguatos, y demás personal a su servicio. Hasta el cocinero de turno tuvo
que estar a la orden para preparar algún mate o tecito que se le antojara a S.
E. Había que estar preparados para trasladarse hasta Tiwanaku, el centro ceremonial
más importante del planeta que, a su lado el emplazamiento de Stonehenge es un
montón de piedras donde van turistas frikis. En Tiwanaku ha sido investido el
nuevo Pachakuti (“el que mueve el mundo”, ya ven) no una sino varias veces con
ceremonias como fotocopias para que el público se lo grabe bien en la memoria.
Así estaba yo, todavía somnoliento queriendo
adivinar desde mi cálido lecho qué diantres se estaba celebrando en el salón de
eventos Tiwanaku: si una nueva boda, un solsticio o el cumpleaños de S.E. En
verdad, sentía algo de pena por todos esos funcionarios que habían sido
obligados a madrugarle al sol, un tremendo sacrificio a más de cuatro mil
metros de altura donde soplan a menudo vientos de los mil demonios y el aire
helado de la puna que se deja sentir todo el año, más aun a esas horas. Seguía
todavía mi confusión ante otro acto de despilfarro público, y eso que S.E. había
pedido hace poco que había que amarrarse el cinturón para los malos tiempos que
se avecinaban, pero parece que su aura sigue blindada contra todas esas
preocupaciones de poca monta.
Entretanto, los sahumerios de los yatiris
llegaban hasta mi televisor de tal manera que recuerdos pavlovianos me
asaltaban como todos los viernes primeros de cada mes en los cuales me ando
sofocando por las insufribles humaredas con olor a incienso que pululan en el
vecindario. Pueblo de supersticiosos, amantes de modas pueriles que hasta
oficinas de profesionales hacen humear sus despachos para atraer la buena
suerte y, cómo no, el vil dinero. Que ya me perdí entre humos imaginarios y me desvié
del asunto. El titular a pie de pantalla, en letras muy pequeñas anunciaba otro
día histórico para la plurinación. Con la venia de los Apus y otros espíritus
tutelares, S. E. tomaba aire y procedía a leer el discurso de las
bienaventuranzas que le sucedieron al país desde que asumió el mando. El monolito detrás de él agradecía tener los
oídos sellados para la eternidad. No así los diez millones de súbditos que eran
testigos de otro hito personal de S. E., quizá el más insólito en la era de la información:
los micrófonos daban fe que en nueve años, ocho meses y 27 días el promocionado
paladín de la dignidad todavía no había aprendido a leer con soltura un texto
sencillo, motivo por el cual no podrá añadir a su frondoso currículo ningún
certificado de lectura veloz y cosa parecida que conceden algunos concursos de
la lengua española. Eso sí, por alguna mágica razón, ya atesora más doctorados
honoris que Vargas Llosa y García Márquez juntos.
Y hablando de certificados, S. E. concedió
unos muy valiosos a cinco de sus ministros por el tiempo de permanencia junto a
él, por sus noches y amanecidas en maratónicas reuniones de gabinete y por los
interminables viajes acompañando al jefe. El ministro de Educación (en el mismo
acto) nos pasaba el dato de que era el único presidente que había visitado
todos los municipios del país, a diferencia de los anteriores mandatarios que
por descuidados y perezosos habían cuidado la economía nacional. Como sabemos,
a S.E. no le han faltado un avión exclusivo, helicópteros y caravanas de
vagonetas todoterreno para recorrer sus dominios. Menos mal que en su imperio
se pone el sol, que si no le faltaría el tiempo para alegrar las tardes de sus
gobernados jugando al fulbito.
Apreciado José: a juzgar por sus minuciosos relatos, la mismísima Iglesia de la Cienciología, con el tonto hermoso de Tom Cruise a la cabeza, se quedó corta a la hora de competir con su presidente boliviano en materia de conspiraciones y hermandades cósmicas.
ResponderEliminarIgnoro si exista industria cinematográfica en Bolivia. Pero mucho me temo que un día se forrarán los bolsillos con una saga interminable, titulada Evo I, Evo II, Evo III, El regreso de Evo, La venganza de Evo, Evo y la hermandad de los guerreros del sol. Todas ellas con una versión electrónica de El cóndor pasa, a modo de banda sonora.
No sé, creo que, instigado por sus relatos, empiezo a delirar.
Ja, lo mismo me estaba preguntando yo, esperando que Hollywood le saque provecho a las “pato aventuras” de nuestro amado líder, pero ni siquiera Oliver Stone que es rendido admirador del régimen castrista y sus satélites sudamericanos se ha puesto manos a la labor. Algo realmente extraño sucede: o la propaganda oficial rebota en las fronteras o al mundo le importa un carajo el destino de este paisito, lo que es más probable. Ah, el cine boliviano es tan escaso que cualquier engendro pasa automáticamente a ser obra de culto, valga el absurdo. Genial su idea del Cóndor Pasa, que en versión sintetizador sería como oír la Novena de Beethoven en ‘La naranja mecánica’ de Kubrick. No debería dar ideas delirantes.
EliminarNotable patada en el culo este texto tuyo, José. D un sarcasmo desalmado como debe ser frente a tantas estupideces q vemos con el cocalero.
ResponderEliminarVi fragmentos d su festejo, y cierto q este pachakuti no ha superado todavia su condicion d ignaro q no alcanza a leer simples textos. Rey-asno aclamado, admirado, vitoreado, por todo el orbe. O nosotros somos los bestias q no llegamos a ver la grandeza d estos crispines, o en verdad hay una fuerza cosmogónica superior q nos retornó al pachakuti mismo. Aislando d la foto a la mula disfrazada q viste ch'ulu, bien tenemos a la santísima trinidad del reino escatológico: Marica, chorlito-burro y otro más burro bajo el amparo d un monolito.. Es el edén d los chorlitos poderosos.
Me emputó sobremanera eso d compararlo al mariscal d Zepita cuando todo lo q hace es contrario a lo q gestó De Santa Cruz. El asno este d morales tiene tan inflado el ego, q falta poquito pa q se proclame wiraqocha mismo.
Leo q festejará sus cumples en el four seasons de new york rodeado d ratas muy poderosas ratas de la usura y la banca.. Y todo pagado por el estado boliviano, una friolera d solo un milloncito d dolares. El poderío q como capo narco ha alcanzado este hdp, mi amigo, queda fuera d todo lo q podamos siquiera imaginar. Pero el desfalco a pesar d la crisis va, sigue, en popa, 7 mil millones q hieden a chinos prestados gracias a los encantos de la cmdte. déborah, aka Pachakuli (la q mueve el culo) q se repartiran entre putas, maricas y chorlitos pero q pagaremos nosotros los tristes bolitas y los otros q vendran después. Carajo q ni cojones ni sesos hay en estos suelos..!!
Bueno bueno, mejor clamamos las catárquicas ansias y recibimos apaciblemente el finde.
t dejo unos links, incluida una acerca d un soberbio filosofo. Abrazos.
http://www.paginasiete.bo/economia/2015/10/22/reunira-banqueros-inversionistas-organismos-financieros-nueva-york-74381.html
https://es.noticias.yahoo.com/lled%C3%B3-terrible-ignorante-poder-determine-vidas-152100186.html
He estado revisando distintos diarios y columnas virtuales y duele comprobar que prácticamente nadie de la llamada intelectualidad, ningún historiador (ni el mismo Mesa del que todo el mundo resalta su “profundo conocimiento de la historia nacional”) ha salido a dar su opinión o explicación ante la aberrante comparación del gobierno cocalero con la del mariscal Santa Cruz. Como se dice coloquialmente, la ignorancia es atrevida y ninguno de los académicos tiene las pelotas para explicar, o dar luces sobre el asunto. Hay un silencio tácito y cobarde ante la pantomima millonaria destinada a tergiversar la historia, con la finalidad de grabar en las mentes jóvenes la idea del “mejor presidente de la historia” que una y otra vez escuchamos a sus acólitos y amanuenses. Siniestro libreto goebbeliano hay detrás y muy fácil de implantar a la inmensa masa aborregada.
EliminarTambién he estado leyendo sobre las gestiones del Financial Times (como antes hizo el NY Times) para publicar cualquier alabanza sobre la gestión evista. Como a cualquier medio capitalista le viene bien ganar un millón por un par de páginas, sin apenas esfuerzo. Y que los inversionistas se reúnan a escuchar al cocalero tiene más de curiosidad exótica (y que le vayan a cantar el happy birthday ahí es mismo, es un detalle a lo Disney, el cherry sobre la torta, nunca peor dicho) que de intenciones serias. Los empresarios yanquis cojudos no son, y estarán bien enterados de que correrían el riesgo de que les roben en grande como a su compatriota Ostreicher. El detalle nauseabundo del hotel a todo lujo, en el corazón del capitalismo (ese que dice aborrecer el cacique) compartiendo canapés con los capos usureros y demás ratas del sistema, y todo el acontecimiento pagado por las arcas de un país miserable debería ser delito. Pero no pasa nada, nadie dice nada. Como igual estaremos felices y calladitos de que nuestro futuro se hipoteque a los chinos para financiar la eterna parranda oficialista. Ese pensador español lo dice bien claro, como en su momento Fernando Savater dijo algo parecido con respecto a los gobiernos de los ignorantes. Gracias por los links. Un abrazo.