12 mayo, 2016

4 Feminicidios a la orden del día


No hemos llegado ni a la mitad del año y el departamento de Cochabamba ya registra su décima víctima por feminicidio. Prácticamente dos por mes y ni hablar de la cantidad de casos no consumados vinculados a esta problemática. Como para estar orgullosos, además de nuestra gastronomía, que encabecemos el ranking nacional siendo la tercera región más poblada. Por simple estadística no deberíamos ser los primeros. ¿Será como consecuencia de esa concentración o densidad poblacional de la que algunos sociólogos hablan cuando se refieren a la envidia como seña peculiar de los cochabambinos? Tampoco es que estemos tan apiñados, teniendo apenas la mitad de habitantes de Costa Rica y un territorio ligeramente superior al de este país. ¿Qué sucede, entonces?

Paradójico que en esta “década de grandes transformaciones” que el régimen evista gusta propagar a los cuatro vientos, como dándose aires de genial inventor, por haber creado instancias y organismos exclusivos destinados a combatir la violencia doméstica, lejos de frenar esta lacra, más bien el fenómeno se agrava de manera preocupante. De poco sirve la Ley 348 con la rimbombante etiqueta de “Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia”, que estipula entre otros delitos relacionados, el de Feminicidio con sanción de treinta años de cárcel. Tanta es la confusión de los operadores de justicia que pierden más el tiempo en discusiones bizantinas acerca de que si es pertinente aplicar en cualquier caso donde la víctima sea una mujer, solapándose muchas veces con el Código Penal que define claramente los delitos y penas. Pero parece que lo más importante era dar una imagen de supuesta modernidad y legislación acorde a las tendencias mundiales.

Seguramente en muchos países se llevarán la sorpresa al saber que en Bolivia contamos desde hace unos años con una Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia (FELCV) a imitación de otros brazos operativos como la FELCC o la FELCN, organismos de policía que combaten el crimen y las drogas, respectivamente.  Si suena hasta bonito que esté comandada y operada casi en su totalidad por mujeres para dar la impresión de inclusión e igualdad de oportunidades. La realidad dice que esta división policial es la quinta rueda del carro, que aparentemente fue creada para limpiar la conciencia de las autoridades ante la violencia machista y recurrente que sacude el seno de la sociedad.

A poco de estrenada esta unidad, apenas le asignaron recursos y personal, con oficinas que funcionan en condiciones paupérrimas y deprimentes. Tanto dinero ha dilapidado el Gobierno en canchitas y coliseos pero no es capaz de dotar de instalaciones idóneas a las fuerzas de seguridad. Para el caso de Cochabamba, la FELCV opera desde una vetusta casona con paredes y techos ruinosos que avergonzaría a cualquiera. Recuerdo que una vez salió en televisión que cierta noche estaban atendiendo al calor de las velas porque no se habían pagado las facturas de varios meses de luz, y lo mismo podría decirse del agua y otros servicios. Ni pensar que tengan internet para efectuar decorosamente su trabajo. Con tan magro presupuesto es complicado atender a una metrópoli que bordea el millón de habitantes y sus escasos vehículos parqueados en la puerta es posible que estén de adorno por falta de gasolina.

Así las cosas, ya no es noticia que cada día lluevan denuncias de violencia intrafamiliar, acoso sexual, laboral y político contra mujeres. Sólo cuando a algún abusador se le pasa la mano o comete homicidio contra su pareja saltan las alarmas. Pasa en todos los niveles socioeconómicos. Desde las altas instancias del poder hasta los sectores más empobrecidos. Nos rasgamos las vestiduras, endurecemos unas cuantas leyes y creamos algunas unidades represivas para darnos falsa sensación de seguridad. Pero de labores preventivas, comenzando en la escuela, casi no se oye nada. Pero qué podemos esperar si el mismísimo caudillo es el primero en denigrar públicamente a las mujeres con sus chistes y comentarios, que lejos de ser criticados son más bien defendidos a ultranza hasta por sus propias ministras. Luego queremos exigir buen comportamiento y mesura al pueblo llano. Pronto nos acostumbraremos también a las muertas, aunque dejen regueros de huérfanos y familias rotas.

Parece una imagen del siglo 19 pero no lo es. (foto Erbol)

4 comentarios :

  1. Apreciado José: leo su artículo y pienso en un estremecedor libro del periodista y escritor mexicano Sergio González, titulado " Huesos en el desierto", donde narra los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez. Esa manera violenta de relacionarnos con las mujeres es otra de nuestras lacras. Peor aún : muchas veces legitimadas por las mismas mujeres después de ser víctimas de una golpiza. " Me golpeó porque lo provoqué; le hice dar celos", le escuché decir a una colombiana apeleada por su marido.
    Ese es un asunto que exige a partes iguales autoridad y educación. Revisemos nada más nuestro cancionero hispanoamericano, de la ranchera al tango, pasando por la balada(" Rómpeme, mátame/ pero no me ignores", dice una canción de Trigo limpio) y nos daremos cuenta del profundo arraigo cultural y social de esa visión del mundo.

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    1. Habia leido acerca de ese libro, al que lo incluyen entre las 100 mejores crónicas del mundo, pero no he podido conseguirlo en ningun lado ni en ebook. Usted ha puesto el dedo en la llaga: los latinoamericanos estamos programados culturalmente para ejercer violencia contra las mujeres, amparados en la creencia estúpida de que eso refuerza nuestra virilidad,especialmente por asuntos pasionales. "Tienes que sentarle la mano para que te respete" es un consejo que todavia se oye de algunas madres a sus hijos recien casados.

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  2. Hace mas d un par d semanas q no sigo noticieros, José. Ignoro entonces q reciente caso -o casos- t ha motivado a tocar este tema nuevamente. Ya cavilamos algunas cosas acerca d responsabilidades pa unos y otras. Son, evidentemente, tan bestias quienes golpean como las q se dejan golpear. Y en eso no va a cambiar mucho la cosa por muchas leyes o alucinantes fechas (como la del “Día mundial contra la violencia hacia la Mujer” q leo en un tragicómico texto anterior tuyo).
    Yo, hace como un año, tuve la desdicha d acudir -accidentalmente delegado- a un "taller-capacitación" d esa inefable ley 348.. En el auditorio d un hotel 4-stars, estábamos reunidos las "cabezas" d instituciones hospitalares públicas. Jekyll, así sin quererlo ni imaginarlo, apareció d pronto entre peces gordos del viedma, del SEDES, del col medico, y otros servicios afines al oficio. A cargo del rimbombante taller, una boluda pazuca q se presentó como médico forense del ministerio d Salud.. Una -según ella misma- especialista en la ley d marras. Comenzaba un inesperado circo, y en Jekyll, los impacientes/contenidos retortijones d un zafio acorralado..
    Así fue hasta q d entre todas las huevadas y disparates q la limitada ñata iba soltando mediante diapos y formularios en físico -a modo d "capacitación", hubo un par q por solemnes (idioteces, claro) desataron nomás al zafio Hyde en aquel auditorio. A saber: 1. "Todo médico q reciba una denuncia d agresión o violencia d una X fulana, DEBE inmediatamente llenar un formulario d caracter médico forense para iniciar (PERSONALMENTE y abandonando cualesquier función esté en ese momento cumpliendo eg:cirugias, partos, emergencias, consultorio privado, etc. Es decir, todos, desde un primer a un tercer nivel, debíamos llevar d la manito a cualquier piruja denunciante a la más cercana oficina policial) la denuncia ante la policia.." Es decir, convertirse en juez y parte, d cualquier acusación/denuncia d violencia. De no hacerlo: cárcel por incumplimiento d deberes. Q tal?
    2. Pero cual el motivo por el q se decidió volver d la noche a la mañana expertos y bondadosos forenses a todos los médicos de bolivia? "Es q a la fecha no se tienen ESTADISTICAS acerca d cuantos casos d agresiones existen en el pais..Queremos tener ESTADISTICAS exactas..", fue la respuesta d esa boluda delegada por el ministerio d salud. Un otro, a todas luces, culo digno d otra larga estaca.
    D unos casi veinte asistentes, apenas tres, puteamos y le enrostramos a la boluda esa el sinsentido y lo aberrante d todas y cada una d sus afirmaciones: Fe ciega en simples acusaciones (q pa colmo -si el agresor es eventualmente encanado, casi siempre reculan por ese tan verídico como alucinante d "es mi macho y tiene pues derecho!!" pa transformarse en amenazas d muerte d los familiares del agresor encanado), abandono alegre d funciones pa ocuparse d huevadas estadísticas iniciando denuncias y clara usurpación d funciones (las forenses, claro) entre lo grueso. Pero cual la respuesta d esa boluda? "Puedes ser q tengan razón doctores, pero la ley ya está hecha y aprobada así.." Joya pura. Otra preciosura d 'bolivianita', carajo.
    El sesudo y justiciero taller debia durar dos dias, mañana y tarde con viáticos incluidos..; yo no volví más y lo mandé a la mierda tras tan ricas revelaciones.
    Y apenas tres d unos veinte puteamos.. El resto callados. Mudos y cabizabajos ante mis requerimientos d reacción. Pero nada. Reina lo boludo y el miedo. Era pa llorar. Por eso este pais se va cada vez más a la mierda. Por cobardía ante la infamia, por guardar silencio ante la idiocia, por guardar una tácita connivencia -académica- con la desmesura propia d la ignorancia. No parece haber remedio, mi estimado amigo. Es como dicho ya tantas veces, un asunto d pobrísima pasta genética. Solo una hecatombe podria redirigir -quizá- este sino cobarde.
    Abrazos.

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    1. Ah, el señor Hyde no podía retornar sin sus acostumbrados estacazos y tiene tanta razón en aquello de definir como circo todas esas solemnes huevadas que organizan las iluminadas autoridades para combatir el problema de marras. El asunto suena similar al reporte que tienen que hacer los médicos o centros hospitalarios cuando atienden heridos de bala (supongo que es así). De un plumazo quieren convertir a todos los doctorcitos en detectives también, ¿y si las lesiones son autoinflingidas o se deben a accidentes domésticos ?...que también hay féminas tramposas no cabe duda, como bien sugieres. Y espera que el circo no termina, pues he tenido la desdicha de ver en la tele al menos un par de “Ferias de la Masculinidad”, así como lo oyes, efectuadas en municipios cercanos donde organizan, entre otras cosas, concursos de pelar papas o planchar camisas efectuadas por varones con mandiles ridículos para supuestamente combatir el machismo. Ya te puedes imaginar las risotadas del público asistente. Al contrario, no se ven campañas serias que vayan a educar a la gente, sobre todo en los colegios donde se haga hincapié en la igualdad de derechos y obligaciones , y por añadidura se concientice a las niñas a no ser tan mansas y tolerantes con los abusos que ya se van dando desde tierna edad. He visto que en otros países machacan con spots algo agresivos y directos incluso, enfocadas a las mujeres a que no sean tan ingenuas con los primeros brotes de violencia, que después puede ser demasiado tarde, tal como ilustran las estadísticas. Todas estas campañas por supuesto cuentan con instituciones de ayuda e infraestructura adecuada para la atención de los casos. Pero aquí, a las víctimas se las hace peregrinar por todos lados, estigmatizándolas con el trato hosco y poco profesional de los burócratas encargados. Ni hablar de casas de acogida (he leído que la alcaldía tiene una pero totalmente abarrotada y con escaso presupuesto) que brinden atención especializada. Es un lamentable círculo vicioso que desnuda nuestras aberrantes carencias y taras como país. Gracias por ilustrar el caso. Saludos.

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