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Foto: Télam |
El lunes pasado fui a comprar mi provisión de
pan para tres días a la panadería de la cual soy casero. Al fijarme en las
cajas, al instante me di cuenta de que el tamaño de las marraquetas había
disminuido sustancialmente. Y luego la dependienta se encargó de empeorar la
noticia: el precio se había incrementado en un 20% por unidad. Nos fajaban por
duplicado. Aún recuerdo que antes de la llegada de Evo al poder, podíamos
comprar hasta cinco unidades por 1 Bs. En estos siete años, los precios han
escalado tanto que ahora apenas se puede comprar dos unidades por 1 Bs. Y ahora
el colmo, muchas panaderías empiezan a vender a 60 o 70 centavos por unidad.
Quién sabe, al ritmo que vamos, pronto se redondeará a 1 Bs la pieza. Y todavía
hay mucha gente idiotizada que sostiene que vivimos mejor que antes.
Todo por la culpa de la harina y la manteca;
la escasez, la especulación, la sequía y otros pretextos. Ahora el gobierno
suelta la excusa de que la Argentina no está produciendo suficiente trigo. ¡Vaya!,
los hermanos gauchos tienen la obligación de darnos el pan de cada día. Complicadísimo
resulta para nuestros burócratas establecer planes de contingencia. Siempre
esperan que los productos escaseen para importar a toda prisa, con la
consiguiente mala calidad de los insumos, como se quejan constantemente los
panificadores. Los planes agrícolas son letra estéril y los tractores
flamantes, juguetes para que Evo juegue al granjero. Qué bonitos se ven los
spots propagandísticos con el letrero de Soberanía Alimentaria. Quisiera vivir
en ese país de las mil maravillas.
Ya sabemos hasta el hartazgo lo que ocurre en
Venezuela. Acá, hace rato que venimos coqueteando con el alza de precios en
productos sensibles. Un tiempo escaseó el azúcar y Evo el Austero propuso que
consumiéramos más miel, como el pobre no tiene tiempo para leer, no se había
enterado de que este manjar cuesta por lo menos cuatro veces más. Tampoco
conocía el dato de que había que importar más abejas obreras. Así pretenden
endulzarnos la vida, dando caña con el discurso almibarado del Vivir Bien (en
Ecuador le llaman Buen Vivir por razones de copyleft)
que sólo se manifiesta en los vibrantes eventos sociales que los jerarcas y los
jefes de los sindicatos afines comparten. Y así entre brindis y canapés,
“socializan” las nuevas leyes y políticas, pretendiendo inventar la pólvora.
Zanganismo en su pantagruélica expresión.
Algo pasa con los gobiernos rabiosamente revolucionarios
de la región, coincidentemente a varios de ellos los azota el desabastecimiento
y la inflación. A este selecto club de países fértiles pero extrañamente
improductivos, se acaba de sumar la Argentina, estereotipo de la mejor carne
del mundo. Yo hasta había imaginado que los argentinos recibían a sus invitados
con un asadito en el aeropuerto así como nosotros acogemos con guirnaldas y
ponchos. En el colmo del absurdo, el régimen kirchnerista viene implementando
hace algún tiempo el programa “Asado para Todos”, una medida populista para la
foto, pues ya mucha gente se ha quejado de que la carne que venden en esos
establecimientos está más dura que chivo viejo y llena de grasa. ¿Acaso no se
decía que en la tierra de Martín Fierro, la carne y el vino eran más abundantes
que la leche y la miel?
Como si esto no
bastara, se pretende arrullar a la población descontenta con planes surgidos de
una mente pasada de revoluciones: “Heladeras para Todos” cuando apenas hay
carne que refrigerar, “Milanesas para Todos” (como si Evo se pusiera a
controlar el precio de nuestro sándwich de Chola), y para Semana Santa sacaron
el originalísimo “Merluza para Todos”. A un ritmo febril, se han dado a la
tarea de controlar 500 productos cuyos precios deben permanecer congelados en
los supermercados. Titánico esfuerzo que ha movilizado a las juventudes
kirchneristas, a quienes doña Cristina les esbozó un simpático plan “Mirar para
Cuidar”, con chalequitos y todo, vamos. A tiempo de instruirles, los despidió
con un gran grito de guerra anticapitalista: “¡Adelante mis valientes!”.
Pero faltaba el último
toque a la obra maestra. En un alarde de creatividad el gobierno puso en
práctica el Cristina’s fashion, programa
oficialmente conocido como “Ropa para Todos”, pues es indignante que los
súbditos argentinos no puedan adquirir un pantalón a precios asequibles
mientras la reina del baile encarga su vestuario a las tiendas más chics de
París. Tan infantiles serán nuestros vecinos que incluso mamá Cristina les
recomienda que adquieran el kit completo: camisa, jean, remera, zapatillas
(aunque no se habla de calzoncillos). Paralelamente hace algún tiempo atrás, el
gobierno de Evo sacó su propia línea de ropa, a precio de saldo y que es más
ordinaria que el algodón chino de docena. Con bombos y platillos anunciaron que
exportarían a Venezuela y Cuba, países que, por cierto, no están en situación de
mostrarse exigentes con la calidad.
Así nos va, con ministros chapuceros que nos dicen qué comer y dónde comprar. Aparte de
uniformizar el pensamiento, ahora nos quieren uniformizar el vestuario. No sé
quién es más merluza; la tropa de gobernantes émulos de Mao o la gente cándida
que los ha reelegido.
"Dime de qué presumes y te diré que te hace falta", reza un viejo proverbio árabe, apreciado José. Por eso, cuando escucho hablar de seguridad alimentaria de inmediato pienso en una hambruna ¿ha visto usted esas pinturas del llamado "realismo socialista" durante el reinado del zar Stalin en la antigua Unión Soviética ? ¿o las estampas de los granjeros felices en tiempos de la Revolución Cultural China? No pasaron muchos años antes de que conociéramos las reales condiciones de miseria y opresión en que vivían los habitantes de esas retorcidas formas del paraíso terrenal.
ResponderEliminarLeyendo sus textos y analizando las noticias provenientes de Venezuela y Bolivia concluyo que nuestros más recientes caudillos tropicales transitan en la misma dirección .
“El realismo socialista” ja, no conocía con ese nombre a esa expresión propagandística, amigo Gustavo, gracias por el dato. Muy cierta la contradicción que usted nos trae a colación, cuántas veces habré visto esos murales de los bolcheviques y del maoísmo, mostrando rostros felices y mirando a sus líderes como si fueran dioses, en aquel entonces todavía era muy joven y poco critico, si hasta me enternecían tales cuadros, jeje. Creo que hay algún portal ruso donde recopilan todo ese arte socialista, que incluso algunas piezas son de colección, especialmente de nostálgicos de la URSS. Por último, ese sospechoso arte revolucionario sigue muy vivo en la oscurantista Corea del Norte, según pude ver en un documental.
EliminarLa demagogia es un vicio international, Jose. Y tanto, que mi tableta escribio internacional en ingles... Nadie sabe cuando y como los pueblos dejan de ser adictos a ella. Habra que esperar, no hay otro remedio.
ResponderEliminarLa demagogia, estimado Lalo, lamentablemente es un mal endémico en Bolivia, desde que nacimos como república. El único antídoto contra ella es la educación, la formación de ciudadanos criticos, que irónicamente está mal visto por el régimen de Morales, especialmente entre sus propias filas. Hace unos días, algunos diputados se declararon “librepensantes” e inmediatamente se los declaró traidores y han caído en desgracia, recibiendo una andanada de insultos. Eso es de esperar suena a eternidad, porque lamentablemente nuestro país está muy lejos de salir de la postración, del atraso y de la ignorancia. Estamos jodidos.
Eliminarnon so come farei a vivere. devi comprare 2solo" quel pane.DEVI MANGIARTI LE MILANESAS ( cotolette alla milanese, si chiamano in I)devi sorbirti i discorsi pieni di demagogia e NON ridere. devi comprare ropas para todo. credo che qualsiasi donna, anche povera, NON ami vestirsi con la robaccia che sarà.
ResponderEliminarmi ricorda Mussolini, stalin.
Hai tu mangiato il tuo riso? si chiedeva il giornalista lamebotas.
il sabato fascista e tutti in piazza per i saggi ginnici, i gerarchi che saltavano ( con quelle pance) e le donne del regime che con il cavolo mettevano gli austeri abiti "per tutti", solo paris y paris...così mi raccontava mia madre, bambina proletaria all'epoca..
difficile vivere con il fanfarronismo, la demagogia, i discorsi aulici e pieni di niente.
e se io fossi vegetariana e l'hasado para todo o la milanesa mi facesse schifo?
una vita intera con quei caudillos idioti.
non farmici pensare josè.
Gracias por los ejemplos que aportas, estimada Fiore. Ya ves, en Sudamérica está sucediendo lo que ya pasò en Europa hace medio siglo atrás. Al oír los discursos de estos déspotas disfrazados de salvadores, uno no sabe si echarse a reírse o tener compasión por esa multitud que acude fervorosamente a sus grandes concentraciones, donde les aplauden y les celebran las bromas vulgares, machistas y estúpidas. Sobre Nabokov, ciertamente Lolita es una de mis obras de cabecera, creo que con el Gran Gatsby y Nadja de Breton son mi trilogía especial, jeje. Nunca me canso de volver a leerlas.
Eliminarscusa josè, volevo sapere se ti piaceva l'immenso nabokov e Lolita.
ResponderEliminarcosì, tanto per..
fiore