El Yatiri (óleo de Arturo Borda) |
“Desgraciadamente para los destinos de este país, los magistrados elegidos serán posesionados contra viento y marea (porque legalmente los votos nulos y blancos no valen), a pesar del manto vergonzoso de ilegitimidad. Ellos seguramente impulsarán leyes dignas de ser imitadas en todo el universo. Entretanto, a los bolivianos, que La Fuerza nos acompañe”.
Así terminaba una entrada anterior que publiqué en octubre de 2011, con ocasión de la primera elección de autoridades judiciales. Ojalá el tono sarcástico y lamentoso con que me despedía, hubiese sido un disparate mío; con absoluta vergüenza me duele comprobar que no estaba exagerando en mi alocada premonición. Una vez más, la realidad confirma que en Bolivia estamos retornando a una época de oscurantismo, donde priman la superstición y la más burda ignorancia, por encima de las leyes y del sentido común.
Porque a raíz de la jornada nacional del acullico (masticado de coca), que en distintas ciudades, las autoridades de gobierno, cocaleros y simpatizantes se reunieron en plazas para demostrar al mundo que es una costumbre ancestral y que por lo tanto no es dopaje (ya habrá ocasión para referirnos al respecto), se instalaron en distintos medios de comunicación, polémicos debates acerca del tema. Nada fuera de lo común, opiniones divididas en todo caso. En una de esas demostraciones públicas, en la ciudad de Sucre y sede del poder judicial, una periodista procedió a entrevistar a un magistrado que se había sumado al rito, preguntándole por qué lo hacía. El interpelado, aparte de argumentar la constitucionalidad de la coca, comenzó a dar una explicación digna de una antología del humor surrealista, convirtiéndose en un improvisado yatiri al mostrar cómo aplica la hoja de coca para efectuar fallos judiciales. ¡Sí, sí… no es broma!
Expliquemos primero que, un yatiri es un adivino o brujo andino que utiliza, entre otras cosas, hojas de coca, que lanzadas al aire y que según la forma como van cayendo sobre un manto, predice el futuro. Ahora bien, el distinguido magistrado dijo con toda seriedad que, procede a fallar los casos atendidos, según cómo le dice la coca. Y citándolo, "En momentos de sueño, cuando tenemos que revisar los expedientes, acullico la coca y, en momentos complejos, yo consulto a la coca. En un caso de un amparo constitucional, por ejemplo, están las opciones A o B, y se consulta a la coca para ver si vamos a fallar en sentido positivo o negativo. ¡En la coca sale!". Increíble, dónde se ha visto tal aberración, alrededor del mundo quiero decir, porque los bolivianos lo vivimos cotidianamente y ya nada nos sorprende. ¿Es esto, una muestra del Proceso de Cambio, que todos los días nos restriega el gobierno con su propaganda? ¿A esto le llaman la Revolución Democrática y Cultural, inspirada en el maoísmo?... Para dar más salsa al asunto, el mismo día, Evo Morales(desconocemos si se había enterado de la declaración del magistrado), en un seminario del Tribunal Supremo dijo que “Estamos exportando nuestras políticas, mi gran deseo y el desafío es cómo poder exportar la justicia boliviana" ¿De verdad, el mundo serio, adoptaría este curioso modus operandi de justicia, más cerca de un mundo de locos?
Y atención, que no estamos hablando de un simple funcionario, sino de un miembro del Tribunal Constitucional, que como todos saben, es el tribunal de última instancia, que una vez conocido su veredicto ya no hay posibilidad de apelación. Como ven, ésta es una muestra del nivel de formación de las nuevas autoridades del poder judicial que con mucha alharaca, el presidente Morales, posesionó hace unos meses para “ejemplo del mundo”. Y no quisiera hablar de la pobre capacidad de expresión del citado magistrado, además de su imberbe inexperiencia, que lo hacen inapropiado para el cargo. Pero estamos en Bolivia, los viejos son jueces y los jóvenes son magistrados.
Por si esto no bastara, el mismo organismo hace algunas semanas, dio otra muestra de su “juicioso” proceder, rechazando un conjunto de 380 causas arguyendo que no era su responsabilidad, porque este es el Tribunal Constitucional ¡Plurinacional!, y no el anterior, por lo tanto negándose a atender los casos rezagados, como si un simple cambio de nombre fuera un argumento suficiente. Sí señor, lo oí de la boca del presidente del Colegio de Abogados de mi ciudad. Estas son las noticias y así se las hemos pintado, como dijo chuscamente una vez, una presentadora de un serio noticiario de televisión.
Como en este mundo apasionado y loco, existe mucha gente que a pesar de la evidencia defiende lo indefendible, y cómo no, saltaron todos los papistas del gobierno (lejos de lamentar y efectuar autocrítica) acusando a los periodistas de tergiversar las cosas, y entre otros detalles, de discriminación y racismo, porque da la casualidad que el magistrado es aymara. Sí, ante la falta de argumentos, lo más fácil es el discurso del victimismo como respuesta. Si alguien se cree que estoy exagerando, a continuación le dejo el vínculo del video para que saque sus propias conclusiones.
http://www.youtube.com/watch?v=Jea2Fs0VRdI
leggere le foglie di coca è come leggere le interiora degli animali come facevano i romani! un magistrato...e non un contadino qualunque, uno che ha studiato suppongo e che è tornato alle foglie di coca! peccato che tu abbia scritto prima che Evo a Vienna proponesse di legalizzare ( ed esportare legalmente, perchè no?)
ResponderEliminarla coca. un'ideona anche questa.
mah...non ho parole..
Es fascinante lo que cuentas, José. Y el clip de Youtube lo complementa a la perfección: en su primera intervención, el juez da la impresión de mantener una línea más o menos razonable, destacando la “constitucionalidad” y la importancia “cultural” y “energizante” de la hoja, pero en la segunda parte, cuando explica cómo utiliza las hojas de coca para ciertos casos en los que debe decidir entre dos opciones, ya pierde todo contacto con la lógica jurídica. Ya es es algo de chamán o hechicero.
ResponderEliminarLa comparación que hace usted con las costumbres adivinatorias de la época romana es muy adecuada, es prácticamente lo mismo, solo que ahora estamos en el siglo 21. Lo que me intriga ahora es saber qué posición asumirán las autoridades reunidas en Viena luego de esta bochornosa anécdota del magistrado adivino. Saludos.
ResponderEliminarSi no te conociera algo, estimado Lalo, interpretaría que la historia te ha producido mucha risa, como seguramente habrá sucedido en otros paises, incluso leyendo en muchas webs, los internautas se preguntan qué pasa con Bolivia, al tener toda esta pléyade de gobernantes pintorescos que juegan con el destino de su pueblo.Tienes razón, nadie en nuestro pais objeta la primera parte de la explicacion del magistrado, porque es razonable. Sin embargo, el final no tiene desperdicio. Es supremamente irónico que pocos dias antes Evo Morales estuvo defendiendo en Viena para despenalizar la coca, arguyendo que era una hoja sagrada, milenaria, milagrosa, nutritiva, etc. Dicho y hecho el milagro se obró, inspirando a nuestros magistrados para resolver los "complejos" casos de la justicia.
ResponderEliminar¡Ay, América Latina! Apreciado José. Si en Colombia no hubiésemos tenido un presidente de la república que utilizaba los helicópteros oficiales para volar a consultar una bruja, aparte de otro cuyo consejero de cabecera no era un economista o un experto en planeación sino un astrólogo... si señores, un astrólogo, me sorprendería su relato. Pero cuando uno recuerda, además, que la Argentina estuvo gobernada de facto por el hechicero José Loópez Rega entiende porqué los poderes de toda laya nos manipulan con tanta facilidad : todavía no hemos entrado a la era de la razón y seguimos anclados en el pensamiento mágico, que es el auténtico opio del pueblo.
ResponderEliminarEs terriblemente ingrato, amigo Gustavo, hallar paralelismos en su tierra. Me cuesta entender que Colombia, un país aparentemente serio, comparado con sus vecinos y sus gobernantes histriónicos, caiga también en la superchería para decidir el destino de sus habitantes. Lo de Argentina me sorprende mucho más, ni lo hubiera imaginado, pues siempre nos han vendido la imagen de que este país junto a Uruguay, con sus altibajos, eran la Europa de América. Lo que en Bolivia, a pesar de ser un pueblo muy supersticioso, sin embargo hace mucho que no teníamos un gobierno de estas características. Muchos pensábamos que los presidentes rudimentarios se habían quedado allá en el siglo 19, uno de ellos, celebérrimo por sus anécdotas y brutalidad, el general Mariano Melgarejo, quien en un arranque de ira ordenó fusilar a su camisa porque un regimiento fiel se había sublevado, “confianza ni en la camisa" dicen que dijo. Al día de hoy, inevitablemente muchos comparan al presidente Morales y su grotesca administración con la de Melgarejo.La sensación es esa, retroceso al pasado.
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