Foto: Los Tiempos |
En tantos años que viví en el pueblo de mis
abuelos, jamás vi, ni alejándose siquiera al más escurridizo de los felinos. Sabía
que los montes aledaños eran sus dominios. Como el pueblo estaba rodeado de
mucha vegetación, se creía que incursionaba en las noches a los patios de las
casas más alejadas. De vez en cuando aparecía alguna gallina muerta o quizás un
conejo con una fina herida en el cuello. Cuando las gallinas de pronto se
ponían a chillar de pánico, creíamos que el “mulo” andaba cerca. Sin embargo,
era también probable que incursionase el casi desaparecido zorro, algún hurón o
también una comadreja. Pero siempre el mulo era el principal sospechoso de
matar a las aves u otros bichos de corral. No obstante, eran casos aislados,
nunca hubo una mortandad grande. Nunca me enteré de que algún poblador haya
descubierto o atrapado al sigiloso gato, a pesar de las trampas con gallinas como
cebo que se dejaban por la noche.
Estas últimas semanas hubo una singular y
extraña oleada de ataques a ovejas en comunidades muy cercanas a la ciudad. En
algunos barrios norteños, colindantes con el parque Tunari, de los municipios
de Sacaba y Tiquipaya, los vecinos han entrado en una histeria tal que temen
salir de noche. Las más diversas leyendas han empezado a circular en el
ambiente. De pronto ha reflotado el mito del Chupacabras, a raíz de que algunos
animales fueron encontrados con una mordida en la garganta y prácticamente
intactos. Según recuentos del organismo ambiental de la Gobernación, son ya
casi un centenar de ovejas muertas, amén de una decena de aves como patos,
gallinas y gansos.
Se han encontrado diversas huellas, nunca
concluyentes y hasta restos de pelaje en las alambradas. Se especulaba que era
un puma, probablemente hembra, con un par de cachorros por las pisadas más
pequeñas. La forma como fueron halladas varias ovejas ha impulsado a algunos
biólogos a especular que posiblemente se trate de una iniciación o aprendizaje
de caza. En cualquier caso son demasiadas muertes como para achacarlas a los
felinos. Varias ovejas fueron encontradas moribundas con graves heridas en los
costados y las patas. Un solitario puma con sus crías no pudo haber causado tantas
víctimas. Además está el hecho de que los ataques se han producido en zonas muy
alejadas entre sí. La policía baraja la posibilidad de que perros vagabundos
sean los causantes de una parte de las agresiones. El mal tiempo hace su parte
borrando las huellas y otros indicios. Además, no tenemos ningún Ace Ventura
entre la detectivesca local, capaz de seguir el rastro.
Ciertamente, no se puede soslayar las
importantes pérdidas que han sufrido algunos granjeros. Que los ataques se
hayan producido en sitios tan poblados tiene una explicación bastante lógica:
la deforestación que ocasiona el ser humano está acabando con los hábitats de
muchas especies. Qué culpa tienen los animales salvajes de que nosotros estemos
invadiendo paulatinamente sus dominios. Es evidente que cada año que pasa, la
gente sigue traspasando los límites del parque forestal Tunari para levantar construcciones
ilegales ante la desidia o corrupción de las autoridades. Luego sucede lo
inevitable; los animales se ven obligados a aventurarse a granjas y corrales en
busca de comida. La terrible temporada de lluvias tiene también su efecto, ya
que está desplazando o acabando con las presas naturales de estos carnívoros.
Como no han dado con el supuesto puma asesino
sediento de sangre, los pobladores, rabiosos se han entregado a la tarea de
perseguir cuanto bicho extraño asome las narices. Hay que ver que su
indignación está dispuesta a cometer cualquier salvajada. Luego dicen que
respetan a todas las criaturas. En el colmo de la estupidez, producto de las
redadas, un lugareño capturó un inofensivo gato silvestre para luego matarlo a
palos, como si fuera una alimaña inmunda y el monstruo que había acabado con
los corderos. Ignorancia, superstición, paranoia y brutalidad impulsaron a una
mano criminal para atentar contra una especie protegida, en franco peligro de
extinción. He visto pumas, jaguares, tigrillos; imponentes, poderosos, gráciles
todo ellos, en el zoológico de Santa Cruz, pero nunca he tenido el privilegio
de contemplar un gato montés andino, mucho menos vivito y coleando.
Según las últimas pesquisas de los veterinarios,
este hermoso ejemplar había pasado días o una semana sin haber comido nada. Por
pura mala suerte tuvo que toparse con la peor de todas las plagas de la
naturaleza. Dicen que han identificado plenamente al salvaje que lo mató. Que la
Secretaría de la Madre Tierra le va a emprender proceso judicial y demás sanciones,
a ver si de una vez hace honor a su pintoresco nombre. Mucho me temo que antes va a caer nieve
sobre Cochabamba que ver a un criminal ecológico entre rejas.
che cosa orribile uccidere le bestie , innocenti come sono. la fame li spinge a scendere dai temuti umani.
ResponderEliminarè la conseguenza del tuo precedente articolo suugli alberi.alberi secolari, anumali splendidi padroni del loro habitat, tutto distrutto.cosa si lascia a chi viene dopo di noi? territori inquinati, spogliati. la semplice bellezza della bestie che ci rende felici.
nada. sempre più pessimista riguardo all'unico animale feroce.bello il manifesto del gatto
ciao
Dan ganas de llorar, amiga Fiore, ver a un hermoso gato silvestre asesinado por la paranoia y bestialidad humana. El saqueo de nuestros bosques y la matanza de animales son permanentes. Se siguen cazando caimanes, jaguares, armadillos, loros de hermosos colores, hasta boas y anacondas. Es frecuente encontrar que en los disfraces de las danzas folclóricas haya pieles de animales y plumas. Es terrible. No hay conciencia ambiental. Qué podemos esperar de la sociedad, si el mismo gobierno de Evo insiste en construir carreteras a través de reservas y parques forestales, sin importarle siquiera el impacto futuro en las comunidades indígenas. El panorama se hace cada vez mas sombrío.
EliminarEstamos ante otro de los muchos dramas contemporáneos, apreciado José: el desplazamiento de especies animales , como resultado de la caótica expansión urbanística. Yo diría que al ganado de su veciendario lo están atacando los tiburones. Quiero decir, los tiburones de la propiedad raíz que, a las buenas o a las malas, se apoderan de la tierra para construír vivienda.Privados de su fuente habitual de alimentación, a los animales no les queda salida distinta a la de entrar a saco en los rebaños, como en los viejos tiempos... o las mismas casas de los humanos, como ha sucedido en algunos suburbios de los Estados Unidos de América.
ResponderEliminarEfectivamente, el verdadero depredador es la especie humana, amigo Gustavo. Es desolador como Cochabamba se está quedando cada vez con menos áreas verdes. Ya no hay arboledas, ni paseos ni arroyos con aguas cristalinas. Hay una manía indetenible por sembrar cemento. Con razón la única cementera de la región no da abasto a los pedidos, a pesar de las ampliaciones que efectuó. Hay temporadas que escasea el cemento como si fuera un producto de primera necesidad. Es terrible la expansión urbanística, caótica e irregular en su mayor parte. Las mafias de loteadores de terrenos están haciendo su agosto metiéndose hasta los parques forestales que rodean a la ciudad.
Eliminar"Qué culpa tienen los animales salvajes de que nosotros estemos invadiendo paulatinamente sus dominios." Ciertamente allí el orígen d toda esta triste historia, José. Y mira q los medios 'informativos" con tantos eruditos modelos y guapas señoritas y señoras boutiques azuzaban mas bien la paranoia colectiva al tratar el tema cual si el mismo chupacabras hacia d las suyas.. y con musiquita de gran suspenso incluída. Bastaban las huellas dejadas por los hambrientos animalitos para especular teorías mas sensatas, así quizá no hubiéramos tenido semejante apaleadura aun pobre felino al borde d la inanición. Pero no, más vende lo amarillista en todos los canales. Y ahí tenemos nosotros tb, a nuestra "misteriosa y terrible" bestia del Gévaudan.. Plaga, vil y verdadera somos. Abrazos.
ResponderEliminarCierto, cierto, los folclóricos medios locales han contribuido sobremanera a la paranoia, en vez de orientar a la población. Es triste que cualquier chica bonita o chango recién egresado de comunicación se pongan a opinar alegremente como si se tratara de farándula. Así estamos, todo el país farandulizado hasta el cuello.
EliminarMe dicen que el tercero o cuarto racket (negocio) mafioso es el tráfico de especies salvajes. La droga es el primero, la prostitución y otras formas de explotación sexual, el segundo. De modo que no cuesta imaginar que la paranoia que describes pueda convertirse en el desencadenante de una "limpieza" de esos animales. Pero hay una solución: llamar al rey Juan Carlos o al príncipe Carlos (el inglés) que protegerá a la fauna local mediante una carnicería "humana" y controlada. No hay nada como el deporte para controlar el equilibrio en las zonas rurales, ¿o no?
ResponderEliminarCiertamente es un negocio lucrativo la venta de animales salvajes. Aqui en Cochabamba en cierto mercado venden loros y pericos de todos los colores, mezclados con aves domesticas y los mantienen en unas condiciones deplorables, en jaulas apretadisimas. A veces ofrecen hasta lagartos, monos y cachorrosos de osos perezosos. A pesar de que esta prohibido los comerciantes se amparan en que lo hacen por necesidad, y lamentablemente las autoridades municipales poco hacen por controlar. Es mas, alguna vez hasta los han correteado y desalojado a los gendarmes. Son verdaderas mafias que se rien en el sufrimiento de los animales. Ja, no esta mal la propuesta, pero el principe Carlos tendria que traerse a su jauria de perros, porque aqui no tenemos ninguno de ese tipo. Por otro lado, el rey borbon esta demasiado viejo para ir tras un puma, no te olvides que este felino se pasea entre montañas y se reiria en las barbas de su majestad, jeje.
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