Ya han pasado seis meses de aquella tragedia
urbanística que nos ocurrió una aciaga noche a todos los cochabambinos. Aquella
noche fuimos el hazmerreír del resto del país porque, sin querer queriendo, inaugurábamos
la “hamaca mais grande do mundo” que algún paisano bautizó a la gigantesca engañifa o, dicho en términos burocratiles, la (mega)mamada que plantaron sobre
nuestras espaldas –cual si fueran nabos- las ilustres autoridades edilicias de
entonces. Tal como nos temíamos, el colapsado mamotreto de hormigón se
convirtió en un insólito atractivo turístico que hace de las delicias de
visitantes tanto de adentro como de afuera de la comarca, al extremo incluso de
que sirve de marco de fondo para recién casados que quieren una postal para la
posteridad y tener algo que mostrar a la venidera descendencia. Sacarse fotos
delante de una fuente de agua ya está pasado de moda.
Ayer por la tarde me zampé toda la última
temporada de The Office USA, mientras
la ciudad entera paralizaba sus actividades a consecuencia del paro cívico
declarado por 24 horas. El motivo principal era el mal estado de los puentes
y/o pasos a desnivel que según algún trasnochado nos da etiqueta de urbe de
vanguardia automáticamente, a cuya exigencia se sumaron los sindicatos de
transporte urbano pero cuidándose de aclarar que bloqueaban “sólo por los
puentes”, ya que los cierres temporales atentaban contra sus sacrificados
bolsillos. Lo surrealista del asunto es que el gobernador del departamento y otros
funcionarios que durante medio año se miraron el ombligo por el asunto del
viaducto colapsado calificaron el paro como una medida “apresurada” y a todas
luces política, destinada a trastornar la idílica convivencia entre paisanos.
No paraba de sonreír con los entretelones y
escenas retorcidas que acontecen en esa oficina de ficción, cuyos guionistas
saben sacarle el jugo a situaciones absurdas. Pero, ¡qué carajos!, al comparar
las actuaciones reales de nuestros burócratas criollos, lo de los yanquis era
bastante ñoño y sabía a poca cosa. Porque, a ver, ¿en qué país del mundo se
toma un puente como un auténtico cadáver al que no hay que ni mover un
centímetro para no contaminar las pruebas? ¡medio año, por dios!, las
autoridades competentes no fueron capaces de llevar adelante una investigación
para determinar responsabilidades y en ese ínterin jugaron con la paciencia de
los comerciantes, vecinos, transportistas y la ciudadanía entera.
No entiendo mucho de leyes pero todo lo que he
visto y oído durante estos últimos días me ha sacado de quicio. A momentos
creía que estaba viendo el caso de un misterioso asesinato. Pensé en la
aclamada serie policial Bron/Broen cuya trama parte del hallazgo de un cuerpo
justo en la mitad de un puente que conecta Suecia y Dinamarca, con el embrollo
jurisdiccional que eso significa. A diferencia de la ficción nórdica, aquí el
muertito era un puente de cincuenta metros de luz. Seis meses después, por
inverosímil que parezca, el caso no arroja ninguna luz. Porque toda la Fiscalía
con su recién estrenado Instituto de Investigaciones Forenses no fue capaz de
dilucidar las causas por las que se vino abajo la plataforma principal. La
Sociedad de Ingenieros Eméritos llevó a algún especialista hasta el lugar y le
hicieron poco caso. La empresa constructora del desastre trajo a dos peritos
argentinos, en un intento para lavarse las manos, y solamente dejaron páginas
de recomendaciones. Al final, casi todos
coincidieron en que no era necesaria la demolición total, que se podía
salvar el puente con pilotes y otros refuerzos y cambiando la calzada central. Así
que manos a la obra, dijeron desde la alcaldía. Pudieron hacerlo a dos semanas
del desastre, pero prefirieron empantanarse en chicanerías jurídicas y
administrativas.
Pero no contaban con la reacción de la
Fiscalía, que a último momento movió todos sus resortes para impedir la faena
que, como es costumbre en estos pagos, se anuncia con bombos y platillos. El
fiscal del distrito imbuido de un celo profesional sin precedentes mandó a la
policía a resguardar el sitio, amenazando con meter preso a cualquiera que
osara tocar el puente de sus amores. Y corrió por todos los medios de
comunicación a acusar a gil y mil de querer entorpecer las investigaciones que
su augusta autoridad estaba comandando. Curiosamente, tanto él como el abogado
defensor de la constructora coincidían en algunos aspectos en los que tildaban
a los funcionarios ediles de entrometidos, que habían contaminado el sitio con
sus apariciones, tomas de muestras y mediciones. Por poco no dijo que se habían
descubierto huellas dactilares ajenas. Eso sí, nunca aclaró por qué hasta ahora
todo su equipo de juristas y peritos no han concluido las investigaciones. Tal
vez el buen hombre, ha mandado hasta k’urpas (terrones) a algún laboratorio de
California para ser sometidos a la cromatografía de gases y otros sofisticados
análisis.
Entretanto, los principales responsables,
encabezados por el bullanguero exalcalde Cholangono, no han sido convocados ni
siquiera a declarar. Casi desaparecido del mapa, en alguna parte se estará
descojonando de la risa o abriendo cuenta en cualquier paraíso fiscal. Si el
entonces alcalde hubiera sido de la oposición ya estuviera entre barrotes sin
más dilación. A modo de plus, vean en estas imágenes extraídas de la televisión
cómo entre involucrados se pasan la pelota como si se tratara de un juego. Los argumentos
del inspirado fiscal me hacen creer que está investigado un crimen de carne y
hueso. ¿O es que vivimos en otra realidad o mundo
paralelo?...¡que alguien me explique!
Por ahí puede estar la cosa: póngale la lupa a los " Panama Papers", apreciado José. A lo mejor allí se encuentren unos cuantos pesos provenientes de su tierra.
ResponderEliminarPor ahora, le sugiero una idea : no se tensione y mejor piense en postular un proyecto para convertir el puente de marras en una obra de " Arte conceptual", como llaman en estos tiempos a las aberraciones estéticas producidas por un mundo sin imaginación.
El escándalo de Panamá ha salpicado a casi un centenar de empresas bolivianas (y seguramente a algunos politicos) pero a diferencia de otros paises no se sabe quiénes están en las listas porque no se ha publicado ni un dato al respecto. Tal vez con el tiempo se filtren algunos nombres. No entendemos el secretismo de los investigadores, o quizás por el volumen gigantesco de información en juego y el poco peso de nuestro pais es que no se ha revelado nada aun.
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