14 abril, 2016

2 El puente de la vergüenza



 
La policía impidiendo que operarios municipales le metan mano al puente (Los Tiempos)

Ya han pasado seis meses de aquella tragedia urbanística que nos ocurrió una aciaga noche a todos los cochabambinos. Aquella noche fuimos el hazmerreír del resto del país porque, sin querer queriendo, inaugurábamos la “hamaca mais grande do mundo” que algún paisano bautizó a la gigantesca engañifa o, dicho en términos burocratiles, la (mega)mamada que plantaron sobre nuestras espaldas –cual si fueran nabos- las ilustres autoridades edilicias de entonces. Tal como nos temíamos, el colapsado mamotreto de hormigón se convirtió en un insólito atractivo turístico que hace de las delicias de visitantes tanto de adentro como de afuera de la comarca, al extremo incluso de que sirve de marco de fondo para recién casados que quieren una postal para la posteridad y tener algo que mostrar a la venidera descendencia. Sacarse fotos delante de una fuente de agua ya está pasado de moda.

Ayer por la tarde me zampé toda la última temporada de The Office USA, mientras la ciudad entera paralizaba sus actividades a consecuencia del paro cívico declarado por 24 horas. El motivo principal era el mal estado de los puentes y/o pasos a desnivel que según algún trasnochado nos da etiqueta de urbe de vanguardia automáticamente, a cuya exigencia se sumaron los sindicatos de transporte urbano pero cuidándose de aclarar que bloqueaban “sólo por los puentes”, ya que los cierres temporales atentaban contra sus sacrificados bolsillos. Lo surrealista del asunto es que el gobernador del departamento y otros funcionarios que durante medio año se miraron el ombligo por el asunto del viaducto colapsado calificaron el paro como una medida “apresurada” y a todas luces política, destinada a trastornar la idílica convivencia entre paisanos. 

No paraba de sonreír con los entretelones y escenas retorcidas que acontecen en esa oficina de ficción, cuyos guionistas saben sacarle el jugo a situaciones absurdas. Pero, ¡qué carajos!, al comparar las actuaciones reales de nuestros burócratas criollos, lo de los yanquis era bastante ñoño y sabía a poca cosa. Porque, a ver, ¿en qué país del mundo se toma un puente como un auténtico cadáver al que no hay que ni mover un centímetro para no contaminar las pruebas? ¡medio año, por dios!, las autoridades competentes no fueron capaces de llevar adelante una investigación para determinar responsabilidades y en ese ínterin jugaron con la paciencia de los comerciantes, vecinos, transportistas y la ciudadanía entera. 

No entiendo mucho de leyes pero todo lo que he visto y oído durante estos últimos días me ha sacado de quicio. A momentos creía que estaba viendo el caso de un misterioso asesinato. Pensé en la aclamada serie policial Bron/Broen cuya trama parte del hallazgo de un cuerpo justo en la mitad de un puente que conecta Suecia y Dinamarca, con el embrollo jurisdiccional que eso significa. A diferencia de la ficción nórdica, aquí el muertito era un puente de cincuenta metros de luz. Seis meses después, por inverosímil que parezca, el caso no arroja ninguna luz. Porque toda la Fiscalía con su recién estrenado Instituto de Investigaciones Forenses no fue capaz de dilucidar las causas por las que se vino abajo la plataforma principal. La Sociedad de Ingenieros Eméritos llevó a algún especialista hasta el lugar y le hicieron poco caso. La empresa constructora del desastre trajo a dos peritos argentinos, en un intento para lavarse las manos, y solamente dejaron páginas de recomendaciones. Al final, casi todos  coincidieron en que no era necesaria la demolición total, que se podía salvar el puente con pilotes y otros refuerzos y cambiando la calzada central. Así que manos a la obra, dijeron desde la alcaldía. Pudieron hacerlo a dos semanas del desastre, pero prefirieron empantanarse en chicanerías jurídicas y administrativas. 

Pero no contaban con la reacción de la Fiscalía, que a último momento movió todos sus resortes para impedir la faena que, como es costumbre en estos pagos, se anuncia con bombos y platillos. El fiscal del distrito imbuido de un celo profesional sin precedentes mandó a la policía a resguardar el sitio, amenazando con meter preso a cualquiera que osara tocar el puente de sus amores. Y corrió por todos los medios de comunicación a acusar a gil y mil de querer entorpecer las investigaciones que su augusta autoridad estaba comandando. Curiosamente, tanto él como el abogado defensor de la constructora coincidían en algunos aspectos en los que tildaban a los funcionarios ediles de entrometidos, que habían contaminado el sitio con sus apariciones, tomas de muestras y mediciones. Por poco no dijo que se habían descubierto huellas dactilares ajenas. Eso sí, nunca aclaró por qué hasta ahora todo su equipo de juristas y peritos no han concluido las investigaciones. Tal vez el buen hombre, ha mandado hasta k’urpas (terrones) a algún laboratorio de California para ser sometidos a la cromatografía de gases y otros sofisticados análisis. 

Entretanto, los principales responsables, encabezados por el bullanguero exalcalde Cholangono, no han sido convocados ni siquiera a declarar. Casi desaparecido del mapa, en alguna parte se estará descojonando de la risa o abriendo cuenta en cualquier paraíso fiscal. Si el entonces alcalde hubiera sido de la oposición ya estuviera entre barrotes sin más dilación. A modo de plus, vean en estas imágenes extraídas de la televisión cómo entre involucrados se pasan la pelota como si se tratara de un juego. Los argumentos del inspirado fiscal me hacen creer que está investigado un crimen de carne y hueso. ¿O es que vivimos en otra realidad o mundo paralelo?...¡que alguien me explique!









2 comentarios :

  1. Por ahí puede estar la cosa: póngale la lupa a los " Panama Papers", apreciado José. A lo mejor allí se encuentren unos cuantos pesos provenientes de su tierra.
    Por ahora, le sugiero una idea : no se tensione y mejor piense en postular un proyecto para convertir el puente de marras en una obra de " Arte conceptual", como llaman en estos tiempos a las aberraciones estéticas producidas por un mundo sin imaginación.

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    Respuestas
    1. El escándalo de Panamá ha salpicado a casi un centenar de empresas bolivianas (y seguramente a algunos politicos) pero a diferencia de otros paises no se sabe quiénes están en las listas porque no se ha publicado ni un dato al respecto. Tal vez con el tiempo se filtren algunos nombres. No entendemos el secretismo de los investigadores, o quizás por el volumen gigantesco de información en juego y el poco peso de nuestro pais es que no se ha revelado nada aun.

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